#1

Respira ondo Kathia, vamos, tú puedes, siempre has podido. Ésta es solo una piedra más en el camino.
¿A quién intento engañar?
¡Es una maldita montaña de escombros!

-¡Kathiiii!- mi pequeña hermana golpea con fuerzas la puerta, tanto que se la lleva por delante.

-Pequeña koala- la regaño- debes tener más cuidado- ella asiente efusivamente- bajemos con cuidado.

Lamentablemente, éstas viejas escaleras nos darán un feo susto en cualquier momento ¿Pero cómo hacerle comprender a una niña de seis años que no las utilice?

-Ya era hora, señorita ¿Acaso quiere estar en la onda y llegar tarde el primer día de clases?

-Claro que no- me quejo, nunca haría eso, nunca llegaria tarde, a no ser que fuese por fuerza mayor, ella lo sabe y me pincha.

-Kathi es coollll- exclamá mi pequeño koala, la cuál, aún sigue aferrada a mi.

- Claro que lo soy- le sonrío.

-Cristel, suelta a tu hermana para que pueda desayunar y acabe de prepararse- ella hace un puchero y se aparta- niña, recuerda que debes de juntar tus juguetes luego de usarlos. Vamos, recojelos así llevamos a tu hermana a la nueva instalación.

-yupiiiiiiii...

-Lo has echo a proposito ¿no?- susurro con mi vista pegada a mi taza de café- no puedo verla, pero sé que está asintiendo- ¿Tienes novedades?

- Hoy llamaron de la clínica Kathia- me tenso automáticamente- dijeron que el turno para la operación es en seis meses- seis meses, sus palabras se repiten cómo eco en mi conciencia, no, no es el timpo suficiente para terminar mi carrera- ¿haz hablado con el doctor Banryu? ¿Te ah comentado el riesgo, cuál es el porcentaje de vida?- mamá se queda callada y su silencio infunde pánico en mi-el porcentaje es un setenta treinta balbucea.

- Supongo que el porcentaje más chico es el de vida ¿O me equivoco?- esperaba estar equivocada, pero dentro mio sabía que no era así. Era una operación de riesgo. El ambiente se tornó asfixiante- En ésta casa solo habitan mujeres fuertes, no te preocupes, saldremos firmes de ésto, te lo prometo- mi madre asintió, pero en su mirada vi lo que quiso decir pero calló...
Kathia no hagas promesas que no puedes cumplir.

###

-Es aquí por ésta mano a dos cuadras- indiqué a mi madre, quién solicita pedía que me bajara antes, para que nadie viera la condición de nuestra pequeña limosina. Teníamos un Renault 12, algo antiguo, el cuál necesitaba una remodelación urgente, pero nuestra cuenta bancaria no estaba de acuerdo. Mamá decía que iba a ser humillada publicamente si alguno de mis adinerados compañeros me veía llegar. La tranquilicé diciendo que habia visto demasiadas novelas, y que yo no me avergonzaba de mi familia. No estuvo de acuerdo, pero no había lugar ni tiempo para reproches.

Habíamos llegado, el último año de universidad, alejada de todos mis amigos y sin nadie con quíen hablar, ni siquiera quién hacia estremecer mi corazón con su sola presencia, pero era bueno, cero distracciones era igual a concentración completa.
Gracias a sus padres, habíamos terminado todos estudiando en distintas universidades, aún ni eso nos mantendría completamente separados cómo ellos esperaban.
Bajamos del automovil bajo la atenta mirada de varios jovenes, mi madre con un suave codazo me susurra -Te lo dije- yo solo sonrío y tomo de la mano de Cristal para que no se aparte de nuestro lado.
Mientras camino a la recepción, pienso cómo sería la vida universitaria para una persona normal, o de estatus alto, cómo sería para alguien que no fuera yo.
Suspiro.
Tengo que dejar de fantasear.
Mi vida siempre será la misma si no doy todo de mi.

- Hmp, hmp- oigo que garraspean en mi dirección y me golpeo mentalmente por haberme perdido nuevamente en mis pensamientos.

-Lo siento- mascullo al darme cuenta que casi me llevo al chico que tengo enfrente por delante.

-No hay problema - sonríe- ¿Necesitas algo de recepción?-lo observo confundida, aparenta ser un estudiante al igual que yo. Parece darse cuenta de mi escudriño, pues su sonrisa se amplia aún más, hasta parece divertido- disculpa, no me eh presentado. Soy Luke, asistente de recepción y secretaría, ah, y estudiante de medicina del último año- añade alegremente. Ahora me siento idiota.

-Lo siento una ves más- río.

-No lo hagas.

-Soy Kathia- extiendo mi mano educadamente y me presento.

-Es un placer. Ahora Kathia, dime en que puedo serte util.

-Vine por mi intinerario. Soy nueva- aclaro- asi que si tienes algún consejo para darme, sería bienvenido-se nota a leguas que él no es nuevo en éste lugar. De treinta personas que han pasado a nuestro alrederor, veinticinco le han saludado.
De pronto su semblante se pone serio.

-Te daré tres consejos básicos para que puedas llevar la fiesta en paz mientras terminas tú carrera.
Primero: Evita a los niños y niñas de papis.

Me doy una idea de lo que habla, pero de igual modo pregunto-¿A quienes te refieres?

- A los de la alta sociedad. Se creen el ombligo del mundo, y hay varios aquí a los cuales les gusta meterse con los nuevos, y los de bajo recurso- mis ojos se dirijen automaticamente a mis zapatos de quinta mano, a mis jeans gastados y a mi chaqueta la cuál me obsequió mi prima dos años atrás. Si. Me veo de muy baja sociedad.
Vuelvo a posar mis ojos sobre el muchacho que tengo enfrente, y éste me observa algo vergonzoso.

-Debo disculparme- masculla mientras su mano remueve nerviosamente su flequillo- eso a de haber sonado mal- Niego lentamente.

-Soy pobre. No tengo verguenza de ello- le aclaro. Es lo que soy. Para que darle vueltas al asunto- Dime cuáles son los otros dos puntos.

-Realmente lo siento- murmura una ves más y luego garraspea- Ok. Punto dos: trata de evitar la cafetería los primeros días, a no ser que conozcas a alguien, no es conveniente- asiento y voy tomando nota mentalmente- y por último, pero no menos importante, punto tres: a no ser que sea de suma urgencia, no entres a los baños del tercer piso.

- Y eso es porque....- él hace una mueca de asco.

- Allí los muchachos hacen sus guarradas.

-Ok, demasiada información- Luke eleva sus manos a modo de disculpas.

- Solo estoy evitando que te de cáncer de ojos- oir su chiste  me crispa la piel. Sé que solo está intentando ser amistoso pero...

-No se debería tomar una enfermedad por chiste tan a la ligera- sale de mi boca antes de que pueda darme cuenta.
No quiero ser hiriente, pero suelo soltar comentarios fuertes o sarcásticos cuando algo me molesta o inquieta. Es algo en lo que debo trabajar.

- ¿Disculpa?- indaga sin comprender y es qué muchas veces olvido que las personas no pueden leer los pensamientos. Asi que vuelvo a negar con mi cabeza.

- Solo olvídalo- puedo ver cómo sus pensamientos siguen dándole vueltas- ¿Podrías darme mi intinerario?- pido nerviosa- es que mi madre y hermanita me están esperando...en algún lugar- él parece no creerme, pero de alguna manera, eh puesto punto final a nuestra rara conversación. Luke se sienta delante del computador y luego clava la vista en mi.

- ¿Apellido?

- Black. Kathia Eira Black.

-¿Black?- indaga entre sorprendido y reticente -¿Tienes algún parentesco con Keyran Black?

-¿Keyran? -niego- no, nunca lo eh oido- él parece aliviado-¿Debería preocuparme? Por un momento te has visto nervioso- preciono. Creo que debería saber si sucede algo con mi apellido. El imprime lo que creo son mis hojas, y mientras las acomoda en sus manos y las extiende en mi
dirección, me dice cómo despedida...

- Para nada, nos veremos en clases, estudiante de medicina- y con esas palabras, dá por zanjada nuestra charla.
Giro sobre mis talones y voy en busca de mi lugar seguro, mi familia.
Solo espero que ésto no sea nada parecido a las novelas que suelo leer, dónde el primer día de clases de la protagonista, es el que la marca para bien o para mal, por el resto del año.

###

Me retracto de lo que antes había empezado. Es cómo un ¡Gastemos a la nueva!
Me eh despedido de mi madre y Cristel, y llevo más de media hora intentando dar con mi taquilla, y a cada quién que pregunto, me envía a un lugar distinto. De primera pensé, bueno, éste chico debe de estar igual de perdido que yo, ¿pero a los cinco que les pregunté también?
Asi que no, solo era una maldita tomada de pelo.
Mi clase está a punto de comenzar y estoy por llegar tarde, el primer día tarde.
¡Genial Black!
Me reprende mi conciencia.
Giro por el pasillo a la derecha siguiendo las indicaciones de la última chica a la que le eh consultado y...¡Bingo! Ésta no me ah visto la cara de idiota. Mi taquilla está allí, y lo mejor es que aún no hay moros en la costa, apoyo la frente contra la taquilla y suspiro. Está fresca, se siente tan bien. Estoy toda pegoteada por la transpiración, tengo más ganar de ir a casa a ducharme, que de entrar a clases.
Ingreso la llave y ¡Carajos! La porquería no abre. La golpeo levemente, cómo suelo hacer en casa cuando la casettera no funciona.
¿Quíen dijo que la violencia no arregla nada? Solo es cuestión de perspectiva.

Escucho pasos en mi dirección, pero tan solo...un golpe más...vamos ...y zasssss!

-¿¡Qué demonios!?

Por favor, trágame tierra.

***

Espero sus comentarios.
Habrá actualización una ves por semana.
Posiblemente Lunes, o martes.

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