20. Protectora
¿Es normal que me sienta así? ¿Tan vacía?
¿Tan sola?
Tengo miedo, mucho miedo, porque no sé de qué es capaz, me asusta siquiera estar en su presencia, aunque siempre está vigilándome, ¿Cree que no lo sé? Quizás, pero encontré las cámaras ocultas bajo los peluches y en las pinturas, están muy bien camufladas, pero las pude encontrar, fue asqueroso cuando noté la cámara de seguridad en la ducha... literalmente me estaba violando, no sólo físicamente, también sexual al no tener control de mí cuerpo, él puede hacer lo que quiera conmigo, pero no cederé, así tenga que partirle la mano con mis propios dientes, no cederé.
Me vale un comino todas las veces que me han dicho: "eso es amor", ¿Amor? ¿Amor? ¿¡Amor es secuestrar a alguien en contra de su voluntad!? ¿¡Es planear toda una vida al lado de tú víctima sin su consentimiento!? ¿¡Amor es golpearme!? Incluso sino me golpeará, ¡Me secuestró, carajo, me secuestró! Me apartó de mí disfuncional pero agradable familia, ¿Con qué derecho? ¿Con qué maldito derecho hizo esto?Siento la rabia aumentar en mí, quiero irme, quiero matarlos, quiero matarme, no pienso seguir con esto, no lo pienso hacer, antes morir.
Veo la lucecita roja parpadeante de la puerta dejar de brillar, cosa que indica que es mí hora de salida, el "Señor Gerald" ha tenido la decencia de permitirme salir y pasear unas horas por la casa, es gigantesca, he de admitir, pero ni una sola salida, ojalá pudiera decir que eso es lo peor, limitarme a ese infierno, pero no es así, no lo es...¡Maldición! ¡Desearía que fuera así!
Ellos...ellos quieren que de a luz a un bebé.
En este momento me tomaré la libertad para recordarte, querido lector, que tan solo tengo 14 años, soy literalmente una niña, una cuya mayor experiencia sexual fue una lamida en la boca por parte del perro de la vecina, lógicamente yo ya sabía todo el asunto del sexo, pero de sólo pensar tener a Gerald sobre mí, con su cuerpo sobre mí y yo bajo él fría como una piedra, mientras él intentaba introducir su apéndice en mí vagina, ¿Por qué debería estar fría como una piedra? Simple: porque la única manera en que yo esté quieta, sin luchar es porque ya estaré muerta.
Recuerdo cuando me dijeron por primera vez lo que querían de mí: fue después de que Gerald azotara mí cabeza contra la pared, después de apuñalar a Paula por haberme abofeteado al decir explícitamente y citó; "Gerald puede irse al demonio, ojalá se pudra en el infierno", parece que la noviecita se sintió ofendida y celosa, así que intento darme una "lección", la muy imbécil no notó que estábamos en la cocina, rodeadas de armas, así que por lógica tomé un cuchillo y se lo clave en las mejillas, la punta filosa atravesó uno hasta llegar a la mejilla contraria y cuando Paula grito de dolor su boca se desgarró, Gerald no tuvo reparos en matarla después de todo ...
— ¿Quién querría a una novia desfigurada?
¿Me sentí mal? No, era una fanática y ella junto a las demás que idolatran a Gerald me han hecho la vida imposible, ellas son cómplices de en mí sufrimiento, ¿Lo haría de nuevo? Sí, fue en defensa propia, después de todo.
No sé con exactitud cuál fue la manera en que Gerald acabo con su vida, lo único que sé es que fue algo "piadoso" si es que ese ser podría llegar a conocer o ejercer el más mínimo grado de piedad. De tan sólo recordarlo me hace sentir extasiada, ella lo merecía, ¿No? Todos aquí, todos ellos, sin excepción...merecen morir.
— ¡Tranquila! Sólo vas a tener un bebé, ¿Qué no es lindo?
— No — respondí sincera y enojada.
— ¡Mide tus palabras, Raquel! — la mano de Paula golpeó con fuerza mí rostro, haciéndome caer —. ¡No tienes idea de lo afortunada que eres! ¡Serás su esposa! ¡Le darás un hijo! Siempre... siempre estarás a su lado, serás la madre de sus hijos y compartirás cama con él, ¿Cómo puedes ser tan egoísta? — en ese punto Paula estaba temblando mientras lloraba y se llevaba las manos al vientre plano, y vacío —, como desearía estar en tú lugar, darle un hijo, un bebé...pero...
— ¡Cierra la boca, infeliz!
Me lancé hacía ella con el cuchillo frente a mí, Paula era delgada, mucho, por eso no fue de asombrar que la hoja metálica la traspasará por completo, Paula cayó al suelo sujetándose estómago sin creer lo que estaba pasando, Paula alzo lentamente la mirada encontrándome a mí frente a ella, con el vestido completamente manchado de sangre y con el cuchillo sobre su cabeza.
— ¿Qué...crees qué haces? — pregunto con horror.
— Creí que serías más inteligente — sonreí —, bueno, no importa, pronto lo sabrás.
Y sin dudarlo traspase su bello rostro con el cuchillo que tenía en mis manos. De tan sólo recordarlo me pone a temblar de emoción, ¡que placer sería hacerle lo mismo Gerald!
— Raquel — Iduna abre la puerta, mirándome con cierto recelo, veo que tiene un taser en su cintura, ¡Ja!, con lo lenta que es cuando me vea atacarla ya será demasiado tarde! —. Nuestro amo quiere verte.
Sonreí dulcemente y caminé hacía ella, colocando mis manos en la espalda, dejando que me coloque las esposas en las muñecas: no es secreto que soy una chica "difícil" y peligrosa, por eso para proteger a sus demás Novias Gerald hace que me sujeten para ir a cualquier lugar, no tengo una buena reputación y eso me gusta, que me odié, no me interesa, realmente nunca quise agradarle, sólo un pequeño momento en el que pensé que me quería, ese fue el único instante en el que no seguí mí instinto, pero ya que, fui una estúpida.
Iduna me guía por el pasillo con las luces artificiales golpeando mí rostro, aprieto la parte de la falda de mí vestido azul, nunca es bueno sentirse tan indefensa, menos en una situación así es...horripilante.
Al salir del pasillo llegamos a unas escaleras de madera subimos una a una con cada movimiento siendo estrictamente vigilado por la compasión de mí secuestrador, con Iduna guiándome con una mano y con la otra sujetando el taser, lista para atacar, para exterminarme, está esperando a que haga el más mínimo movimiento, eso hará que ella pueda matarme y... aunque lo haga ella sabe que no podrá sobrevivir, porque Gerald la matará. Llegamos a una sala en el tercer piso, había un montón de personas, todas ellas cubiertas con una capa negra, las miré con odió y allí frente a ellos estaba Gerald, sonriente, sino supiera que en realidad es un hijo de perra posiblemente hasta me sonrojaría.
— ¿Bien? ¿Qué quieres imbécil?
Gerald se encoge de hombros, posiblemente aceptando que esa será mí actitud para siempre.
— Hoy, oficialmente iniciamos los preparativos de nuestra unión, querida —. él se acerca a mí, mientras Iduna me empuja levemente a sus brazos —. Lamentablemente, cariño, tú espíritu de zorra puede ser un problemita.
¿Disculpa? ¿Aires de zorra? ¿Espíritu de zorra?
— Pero no te preocupes, Raquel — sus labios tocaron levemente mí mejilla, antes de girarse a los demás en la sala —, hoy te vamos a purificar.
Iduna y otra mujer cubierta por una capa me tomaron de los hombros, haciéndome caer al suelo, allí en el suelo la vi...
— ¿Mer?
Allí estaba, con una capa negra y apoyando a las demás personas que querían hacerme daño.
No sé qué sentir, no sé qué pensar.
¿Qué hiciste, Mer? ¿Qué hiciste? ¿Qué hice yo? No tuve tiempo para preguntar, cuando quise hacerlo fui interrumpida por ellas que con unos cuchillos rompieron mí vestido y ropa interior, dejándome completamente desnuda, me llevaron al centro de la estancia, haciéndome caer en el centro de un círculo conformado por 20 personas sin contar a Gerald. Todos tomaron unos velos y los colocaron en su respectivo rostro, cubriéndolo, luego lo escuché: el llanto de una cabra; giré para ver a el animal ser traído por dos hombres, los cuales la dejaron en las manos de Gerald, que con suma crueldad levantó la cabeza de la cabra, justo sobre mis pechos.
— ¿Gerald? — pregunté asustada, justo cuando liberaban mis brazos para que Mer e Iduna los sujetarán con fuerza contra el suelo — ¿Qué van hacer?
Gerald sonrió, quitándose la ropa poco a poco.
— Descuida, cariño, vas a disfrutarlo, lo prometo.
— ¿Qué? ¿Qué van hacer? ¡Malditos dementes! — cerré mis piernas con fuerza, presagiando lo que iba a suceder.
Gerald alzó la cabeza de la cabra y tomando un cuchillo que una de sus novias le dió se propuso a cumplir aquél asqueroso ritual.
Y la degollaron.
La sangre de la cabra cayó con fuerza en mí cuerpo, haciéndome erizar de sorpresa y asco, mientras cada gota se deslizaba por mí cuerpo, desde mí vientre y cruzando mis pechos hasta mí entrepierna, llegando a deslizarse por mí vagina. Gerald se agachó, acariciando mis piernas suavemente, sin importarle que la sangre se pegará a su piel, intenté soltarme, pero Iduna y Mer apretaron mis brazos.
— Porfavor, Raquel — Gerald acarició con suavidad mis piernas, colocando cada una de sus manos en ellas —, abre las piernas.
Sentí el pánico aumentar, mientras las pegaba más.
— ¡No, no, no, no! ¡Por favor, no! — Gerald puso los ojos en blanco, mientras las empezaba a abrir sin ejercer mucha fuerza — ¡No, porfavor, Mer! ¡Ayúdame! ¡Porfavor, Mer!
Ella no siquiera se movió, al contrario, se quedó completamente quieta, sujetando mí brazo derecho contra el suelo y finalmente Gerald abrió mis piernas, sentí como se colocaba en posición.
Listo para violarme.
Cerré los ojos temblando, esperando el dolor, pero los abrí, no me podía rendir, debía luchar.
— ¡NO! ¡PORFAVOR, NO! ¡NO LO HAGAN! ¡NO ME VIOLEN! — grité desesperada.
Justo cuando Gerald se dispuso a arrebatarme mí inocencia uno de los encapuchados se movió, utilizando una extraña bomba de humo, humo el cual dejó a todos aturdidos, justo cuando la nube estaba sobre mí sentí unas manos colocándome una máscara de gas, mismas manos que me tomaron y levantaron del suelo, haciéndome correr desnuda lejos de la sala. Al igual que yo, aquella persona tenía una máscara, fue entonces cuando se quitó la capa, revelando un cuerpo femenino, mismo el cual con suma facilidad rompió la cerradura de la puerta, haciendo que todos quedarán atrapados allí, en aquella sala.
La enmascarada sacó una maleta debajo de una mesa y de allí obtuvo un cambio de ropa, mismo que me extendió alterada.
— Gracias, gracias, muchas gracias — susurré llorando mientras me quitaba la máscara y me ponía la ropa.
Ella también se quitó la máscara, tomando un arma en sus manos.
— Descuida, para eso están las amigas, para cuidarse las unas a las otras.
Dejé caer la máscara de la impresión.
— ¿Lizzie?
Elizabeth sonrió, mientras sacaba un taser de la mochila.
— ¿Qué haces aquí?
Lizzie se encogió de hombros.
— Digamos que fui amiga de Gerald y tenía unos cabos sueltos pendientes.
Lizzie carga su pistola y me indica que me vista, cosa que hago rápidamente.
— ¿Cómo supiste que estaba aquí?
Lizzie le disparó con suma precisión a un sirviente que se acercaba hacía nosotras, volandole la cabeza.
— Soy parte de la Legión, una organización mundial de hombres y mujeres que cazan y eliminan a asesinos, violadores y toda la basura de la humanidad, y tú amigo, Gerald, es parte de una secta en donde se exalta al hombre y menosprecia a la mujer, y la trata infantil es algo normal, además de ver a las violaciones como la forma más pura de amor — fruncí el ceño espantada —, lo sé, psicópatas, ¿No?
Asentí y seguí a Lizzie mientras corríamos por los pasillos de la casa, pero entonces algo tembló y la luz desapareció.
— ¡Maldición! — exclamó Lizzie, cargando su arma —, esos imbéciles cortaron la luz, ahora podrán salir con libertad — en ese momento el rostro de Lizzie se iluminó —, sin luce significa que las puertas están abiertas — ella tomó una llave de su bolsillo y me lo extendió —. Toma esto, es una llave maestra, sigue por el túnel, te llevará directamente al apartamento.
— ¿Qué?
— ¿Recuerdas el pequeño espacio entre las paredes? En realidad es un túnel, el cual conecta de forma subterránea a ambas casas, de esta forma Gerald sabía que cosas te faltaba en la vida, así se ganó tú confianza, ¡Ahora, corre!
Acató su orden y corrí por una de las puertas metálicas que ya no estaban cerradas, los pasillos estaban a oscuras, pero en ningún momento dejé de correr, ¡Maldición! ¡De esto dependía mí vida! Corrí hasta que finalmente choque contra una puerta, la cual abrí siendo recibida por la luz de la noche, observé hacía las entrañas de la oscuridad, en busca de Lizzie para huir juntas, pero...
Me quedo helada al escuchar esa explosión.
Un disparó.
Acabe de colocarme la ropa y corrí, tal y como ella me dijo.
Y jamás miré atrás.
Debes volver, Raquel, debes volver.
Debes volver a vivir, a tener una familia, debes volver a tu vida
Fin.
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