O1. Lejos de la ciudad.
¡Vaya día de mierda!
Jeon Jungkook exclamó dentro de su cabeza, mientras dejaba salir todo el oxígeno contenido en su interior. Se sentía tan estresado por los acontecimientos que últimamente había en su vida que la sola idea de salir al seven eleven de la esquina a comprar una soda, parecía lo mejor de su día.
Su primo ChanYeol, iba con él; había decidido acompañarlo cuando vio que todo se desmoronaba y él salía corriendo de la oficina, casi huyendo. Jungkook tenía muchos problemas en su vida, ocupaciones y obligaciones, algo completamente comprensible y lógico, para alguien que es un joven empresario millonario que había heredado y tomado el cargo de la empresa de su padre. Un chico de cuna de oro, que tenía que seguir con el legado que había construido su progenitor.
Una de esas cosas estresantes, era que estaba comprometido, tenía que casarse con una mujer llamada Bae SoonYeon, a quien había conocido en la fiesta de compromiso de su primo ChanYeol con Sandara Park. Ella parecía ser una linda chica, hasta que se comprometieron.
Para empezar; Jungkook nunca estuvo de acuerdo del todo con el compromiso, él aún no se sentía listo para contraer matrimonio, y menos con alguien que no amaba, pero entre las familias poderosas y adineradas esta era una práctica de lo más común.
Su mismo primo estaba casado desde hacía tres años con aquella mujer, y aunque no se amaban y ella sólo se la vivía de compras y gastando el dinero de su marido, parecía que tenían una tranquila vida. El problema era que SoonYeon estaba loca. No, no de forma retórica, realmente lo estaba.
Ella parecía más una niña caprichosa de 14 años que le hacía escenas o berrinches a Jungkook, cada que tenía la oportunidad. Era realmente odiosa y nadie la soportaba, pero la madre de Jeon Jungkook estaba encantada con ella y su padre, la quería como nuera al ser la hija de uno de sus mejores amigos y socios. Y Jungkook tenía que aguantarla: cuando le gritaba o hacía dramas sin sentido, cuando querían tener sexo y ella siempre se quejaba de cosas, cuando quería algo y él no podía dárselo o no en el momento, ella estallaba y le hacía sentir que lanzarse de un paracaídas era mucho mejor que estar allí soportándola.
---- Luces demacrado y demasiado viejo como para tener 30 años ---- le mencionó ChanYeol y Jungkook suspiró con pesadez.
---- Te juro que no la aguanto, está volviéndome loco y no de buena manera... ---- confesó Jungkook con la mano cubriendo la mitad de su rostro, tratando de respirar hondo y calmarse.
---- Lo que necesitas son unas malditas vacaciones lejos de todo esto. Necesitas salir de la ciudad y desintoxicarte, porque entre los negocios, los problemas con la empresa, tus padres, SoonYeon, es obvio que terminarás explotando y volviéndote loco ----. ChanYeol bebió un poco de su jugo y Jungkook asintió, pensando en aquella sugerencia.
---- Tienes razón... estoy perdiendo la paciencia y cordura... a este paso moriré de estrés a los 35 años... ---- su primo rió y buscó dentro de su saco.
---- Mira, te tengo una sugerencia ----. Le extendió el folleto que tenía en manos.
---- ¿Qué es esto? ---- preguntó mientras lo tomaba y abría para leer su contenido.
---- La solución ----mostró sus blancos dientes al sonreír ----. Se llevará a cabo el festival de la manzana en el pueblo de Suheojim, en Jeonju ----. Jungkook leía todo lo que decía el folleto, parecía ser un lugar pintoresco y tranquilo, el festival lucía con muchas actividades lindas e interesantes ----. Necesitas unas vacaciones ¿no? ¿Y qué mejor que en un lugar desintoxicante como este? Creo que ahí tal vez encuentres la solución a tus problemas ----. El alto de cabello negro lo pensó detenidamente y sonrió.
---- ¡Tienes razón, ChanYeol! Necesito alejarme un rato de todo este fastidio de vida superficial, y entonces, cuando regrese, podré soportar un poco más, así no moriré tan joven ----. Su primo asintió ----. ¿Y cuándo nos vamos?
----Empieza en dos días, yo opino que... ----sacudió la cabeza un poco ----. ¿Quieres que vaya contigo?
---- ¡Claro! No pensarás que iré solo ¿o sí?
----Pues... eso creía, es que yo no puedo, Sandara y mis socios...
---- Tú fuiste el que me dio la idea, así que te jodes y me acompañas. ----. Cerró el folleto y se levantó de la banqueta donde estaba sentado ----. Ve empacando, porque saldremos en dos días al amanecer ----. Y se marchó de regreso a su oficina, mientras ChanYeol permanecía aún estático de pie, incrédulo ante la noticia y pensando cómo le diría a su padre y esposa que tenía que ausentarse, para acompañar a Jungkook a un pueblito donde idolatraban al parecer a las manzanas.
Y sí, sabía que había sido su idea.
¡Bien, hecho, ChanYeol!
Se felicitó y terminó con su jugo, para después regresar él también al trabajo.
Jeon Jungkook no dejó de pensar en eso, durante las próximas 48 horas, y tampoco dejó de fastidiar a su primo con los planes para el viaje. Jungkook decidió no decirle nada a nadie, ¿para qué? Su padre diría que no, su madre se volvería loca, SoonYeon le gritaría y no, no estaba para escuchar más gritos y reclamos, ya tenía más que suficiente.
El día tan anhelado llegó. ChanYeol lo esperaba dentro de su auto en el límite de la ciudad, se mantenía de brazos cruzados y con la cabeza recargada en el respaldo, cerrando los ojos y buscando un poco más de sueño, ya que era tan temprano.
---- Hey, no duermas, tenemos mucho qué recorrer de camino hoy ----. Escuchó la voz de su primo dentro del otro auto al lado del suyo.
---- Como sea... ---- musitó ChanYeol sin mucho ánimo y se enderezó, encendiendo de nuevo el auto, mientras su primo reía y se adelantaba ----. Esto va a ser una completa putada... quiero dormir... ---- se quejó.
Ambos hombres conducían por toda la carretera, ChanYeol iba detrás del auto de Jungkook, aunque de vez en cuando se emparejaban, jugaban un poco a ver quien era más rápido, mientras el sol salía y se posaba en lo más alto. Era un día soleado y hermoso, el cielo azul y con escasas nubes blancas como un trozo de algodón, ya comenzaban a verse las casas rurales y los extensos campos verdes del pueblo, las flores y árboles frondosos y esa gente que vivía en paz mientras cosechaban, Jungkook podía ver por la ventana y se sentía feliz y maravillado.
Finalmente, el GPS le indicó que estaba ya dentro del pueblo y que podía parar cuando quisiera, entonces, llamó a su primo, utilizando el manos libres.
---- ChanYeol, hemos llegado.
---- Lo sé.
---- ¿En dónde nos estacionamos?
---- Sígueme, iremos a una posada que encontré en el mapa a sólo 10 minutos.
---- Excelente, de algo sirvió traerte ---- rió, pero su primo refunfuñó y cortó la llamada.
Como bien había advertido ChanYeol, la posada se encontraba a sólo diez minutos de donde estaban, era bastante grande y muy linda también. Los autos de ambos se estacionaron afuera y un hombre sonriente y carismático salió de la casa, acercándose a donde ellos estaban.
---- ¡Bienvenidos! ---- hizo una reverencia y los miró ----. Es la p-posada para citadinos Zhang-Kim... ---- les dijo con algo de torpeza en su vocabulario, y los hombres no pudieron entenderle, su coreano era algo extraño y pausado ----. Rayos... no me entendieron, ¿verdad? ---- ChanYeol y Jungkook sólo se miraban algo confundidos ----. Mierda... ---- sacó del bolsillo de su pantalón un pequeño diccionario de chino-coreano ----. ¡Esto es ridículo! ----expresó exasperado y gritó ----. ¡JunMyeon, ayúdame! ---- Jungkook ya ni siquiera estaba seguro de que eso fuera coreano, parecía como chino mandarín.
Un joven se asomó por la cortina en la entrada, era un chico de unos 23 años, bastante hermoso y risueño, algo que no pasó desapercibido por ChanYeol, quien no pudo apartar su mirada de él, entre más se acercaba a donde estaban.
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