-¿Se encuentra mejor, señorita Maywood?- preguntó el juez en cuanto nos reunimos en la biblioteca.

-He estudiado el cuerpo del general y puedo afirmar que ha fallecido a causa de un infarto- dijo el doctor en tono de disculpa.

"No me fio de este hombre. Se cree superior a los demás"

-Estoy seguro de que el señor Owen es el causante de todo esto- señaló Philip a mi espalda-. Estará escondido en alguna parte.

-¿Cómo puede estar tan seguro?- cuestionó Blore.

-Instinto- contestó sin más.

-Debemos basarnos en el procedimiento y en la racionalidad- replicó Blore-. Tenemos que saber quién es el señor Owen.

-Y la señora Owen- recordó la señora Brent.

-Yo no creo que exista una señora Owen- habló el doctor a la vez que comenzaba a fumar un cigarrillo.

"Este hombre me está poniendo cada vez más enferma"

-Debemos tener algo en común- pensó Blore en voz alta-. Alguien que nos conozca a todos.

-¿Cómo puede ser eso posible?- cuestionó la señora Brent extrañada-. Es muy posible que mi camino se hubiera cruzado con el de algún doctor o incluso con el de un juez, pero con alguien como el señor Lombard...

-Bueno, pues nuestros caminos se han cruzado ahora, ¿no?

Yo seguía callada, pues no conocía a ninguno de los invitados antes de venir a la isla. Nunca había testificado ante un juez, pues cunado ocurrió lo de mis padres, mi tía Betsy se encargó de todo y el doctor del pueblo no había estado nunca en Londres.

-Señor Lombard- llamó el juez-. Blore me ha dicho que tiene una pistola.

"No me sorprende, parece un tipo precavido"

-Oh, por favor- se quejó.

-¿Por qué tiene una pistola?- le preguntó Blore.

-¡¿Tiene una pistola?!- gritó la señora Brent.

-La llevo a todas partes- explicó tranquilo-. El señor Morris me insinuó que podría necesitarla.

-Él contactó conmigo para ofrecerme trabajar para los Owen- dije girándome para verle mejor-. Tuve que ir hasta El Soho.

-El Soho...- puntualizó el juez-. Yo fui invitado a la isla por los Owen, de los que nunca he oído hablar para reunirme con mi amiga la Señora Culmington y así recuperarme de mi enfermedad. El sobre fue sellado en Londres, concretamente El Soho.

-Un lugar cada vez más impío y horrible para los temerosos de Dios- siseó la señora Brent a la vez que se preparaba otro té.

-¿Qué fue lo que le trajo hasta aquí, señora Brent?- quiso saber el anciano.

-La señora Owen me escribió porque estaba interesada en mi labor enseñando Educación Moral a las chicas de clase social baja.

-¿Y usted, Blore?

-Yo recibí una carta de Ulrich Norman Owen. Decía que estaba impresionado por mis logros en el cuerpo de policía y me preguntó si podía venir aquí para echar un vistazo. Me dijo que me recompensaría generosamente.

-¿Echar un vistazo a qué?- preguntó esta vez el doctor.

De repente, me percaté de que estaba mirando a Philip.

"Vino por él"

-Me dijo que alguien vendría a la isla bajo falsos pretextos y me proporcionó una lista de todos los invitados presentes. Pero no me dijo que Philip Lombard podría tener un arma.

"Estos dos van a acabar liándose a puñetazos"

-¿Alguien sabe si la voz del disco era la del señor Owen?- volvió a cuestionar el doctor.

-¿Es que hemos olvidado que lleva un arma?. ¡Hay un maldito feniano* con una pistola!- exclamó Blore perdiendo los nervios.

-Haga el favor de no blasfemar- exigió la señora Brent.

-Deme ahora mismo su arma, señor Lombard- le obligó Blore sin escuchar a la señora Brent.

-Ni lo sueñe- se negó Philip sin perder la calma.

-Esperen- pedí para que dejasen de pelear-. ¿Creen que Isaac Morris es el señor Owen?

-No- negó Philip muy convencido.

-Me acabo de dar cuenta de algo- celebró el juez mientras nos enseñaba lo que había escrito en un pequeño papel-. Ulrich Norman Owen y U. Nancy Owen, también pueden ser Unknown*

-Es un acertijo- sentenció el anciano.

-¿Y qué significa?- quiso saber el doctor.

-Significa que Lombard tiene razón en decir que el asesino está en la isla, pero el asesino no está ahí fuera, sino aquí dentro. Es uno de nosotros.

Aquello me puso el vello de punta, pero no fue lo que dijo el juez, sino cómo lo dijo.

Todos nos quedamos en silencio hasta que habló la señora Brent con un cierto tono de miedo.

-¿Cómo se puede pensar que alguien como yo pueda ser el asesino?

-Cualquiera es capaz, señora Brent- explicó el juez-. Mis años como juez me han enseñado a pensar así.

-¡Rogers!- exclamó Blore de repente.

-Ya estamos otra vez buscando al siguiente sospechoso- dijo Philip en tono cansado.

-Es una sabandija- recalcó el policía.

-Antes de servir la cena pudo echarle algo en la bebida al señor Marston- señaló la señora Brent.

-Y cuando estaba intentando tranquilizar a la señora Rogers, el le dijo que se callara. Y ahora lo está- contó el doctor.

-Es él quien mueve las figuras- volvió a decir la señora Brent.

"No, no es el señor Rogers, pero si digo algo todos sospecharán de mí. Debo ser cauta"

-Debemos vigilar a Rogers- sentenció Blore.

-¡Por el amor de Dios!- exclamó Philip realmente enfadado-. Hay alguien más en esta isla y nos está cazando uno a uno, pero cuando lo encuentre lo atravesaré con bala del veintidós entre ceja y ceja.

"¿No podía ser más gráfico?"

-¿Cómo puede hablar así tan fácilmente?- cuestionó asqueada la señora Brent.

-Simplemente me limito a abrir la boca y fluye solo- explicó muy tranquilo y son perder la sonrisa.

En ese momento, la puerta se abrió dejando ver al señor Rogers.

-He pensado que podría preparar algo con hígados y riñones y quizás un pastel con salsa de frambuesa.

-Seguro que estará delicioso, Rogers- dijo el juez antes de que abandonara la sala.

-No pienso probar un solo bocado de ese pastel- susurró Blore en cuanto Rogers cerró la puerta.

"Ya sé quien es el asesino y si quiere que juguemos, yo me apunto"

*Feniano: Persona partidaria del movimiento de liberación de Irlanda, dirigido contra la dominación británica, o relacionado con él.

*Unknown: desconocido en inglés.