Elipsodio T42H. (La Flor Del Ciclo)

Cientos de burbujas de aire se encontraban en el satélite constituido por agua.

Elipsodio debía aprovechar "su momento". Esa etapa en su vida cuando las

Se juntó un poco de su ungüento de grava, sedimentos y magnesio... El suelo marino es muy necesario para los Roquas. Les ayuda a mantener su piel se roca, ramas y hojas, intacta mientras se desplazan por el agua.

Si no, las ramas que recorren y unen su cuerpo, se disolverían dejándolo grave de salud.

Tomó sus aletas de hojas, buscó la casa de M31B entre todas las burbujas y se dispuso a nadar hasta ahí, lo que sería difícil, por las corrientes de exploradores que circulaban a su trabajo.

Cuando el quasar más cercano da los 4 pulsos de energía, todos los exploradores aprovechan para salir a buscar materias primas antes que el quasar vuelva a pulsar.

Para Elipsodio fue una tarea difícil esquivar las corrientes formadas por decenas de exploradores moviéndose en mandas, pero lo logró y así llegó hasta la casa de su amigo que estaba en Y+7, Z-14, D1

Sólo 1 milla separaba sus hogares, pero entre tantos otros troncos flotantes, siempre se hacía difícil localizarse. Las burbujas pueden cambiar de lugar.

Al llegar, esperó en el pequeño trozo de tierra que quedaba fuera de la burbuja y tocó la misma provocando que parte su corriente la recorriera e iluminará por donde la corriente pasaba.

M31B se asomó a la puerta de su tronco, se emocionó por ver a T42H y lo dejó entrar, ignorando el hecho de que sus pequeñas medusas deseaban pegarse al cuerpo del joven.

Porque las medusas eran una mascota extraña, flotan todo el día en el aire, no muestran sentimientos mi emociones, pero te darás cuentas si les caes mal por su manera lenta de perseguirte.

—Deberías llevárselas a los biólogos para que le extraigan el veneno y cese su agresividad. —Comentó T42H mientras caminaba a los asientos.

—Es difícil conseguir cita, trabajan en muchas especies a la vez, además, ¡Son medusas! Son hermosamente peligrosas.

Elipsodio apoyaba que eran peligrosas, pero no hermosas, su luz tenue y fluorescente rosa te atrae, pero sólo para matarte y eso le quita toda belleza. —Según él.

Tomaron asiento en la hierba, ignorando los tocones que habían para sentarse justo a un lado de ellos.

Pero en parte era por su salud, el suelo les alimentaba hasta cierto punto pasado algún tiempo.

Elipsodio se preparaba para hablar, pero los despegues de los exploradores lo distrajo.

Se distrajo viendo como los trajes de exploración atravesaban las corteza de hielo del planeta y, eso cambió el tema que planeaba conversar.

No era fácil decirle a otro Roqua que creen una burbuja donde vivir, ni todo lo que eso conlleva.

Conseguir aire para crear un árbol y vivir es un proceso difícil. Todos los gases están fuera de la corteza y traerlos adentro requiere un contenedor especial, un rango permiso de explorador y un proceso químico para hacer que la burbuja no escape a la superficie.

—Sabes, estoy en la flor del ciclo y realmente tengo muchas ganas de iniciar mis proyectos, M31B.

—Dime Meib, es una manera mas corta y divertida de llamarme. Si quieres te puedo decir Tadoh  ¿O prefieres elipsodio?

—Me llamo Elipsodio T42H, debo serle fiel a mi nombre. El punto aquí es...

Elipsodio medito por unas milésimas de segundo sus siguientes palabras, no le iba a proponer directamente formar una sociedad de dos y no sabía cómo convencer a su acompañante de que él era apto para sobrevivir por el resto de los pulsos.

—El punto aquí es... Que quiero buscar mi burbuja y comenzar a cultivar mi árbol, tal vez quiera... —Comenzaron a temblar sus manos. —Tal vez quieras... Ayudarme y de paso tú también buscas la tuya.

Sabía que las últimas palabras lo ponían más lejos del objetivo, pero era necesario para no arruinarlo todo.

—¡Por surroca que sí!, pero, creo que algo más te está afectando... ¿Quieres compartir qué es?

Meib sospechaba ya las intenciones de Tadoh, pero hasta confirmarlo, preferiría divertirse más viendo al muchacho librando divertidas situaciones de nervios.

Elipsodio por su parte, vio una clara oportunidad de expresar su proyecto con el roqua, pero mejor le expresaba algún otro tema, ya antes meditado, para desviar su atención.

Algunas hojas se desprendieron de su cabeza y su barbilla, un claro signo de nervios o miedos.

No era muy apuesto para su especie, la caída de sus hojas no le beneficiaba en nada porque, cuantas mas hojas, mejor será su presentación ante los demás.

—Sabes Meib. —Se le escapó el sobrenombre por accidente, pero continuó disimulando. —He estado pensando en la vida, los periodos están pasando y estoy creciendo. Debo preocuparme por un hogar porque, a diferencia de todos, yo no tengo padres que se unan para formar un nuevo árbol y albergarme ahí.

Poco o nada sabía elipsodio de su origen, sólo tuvo conciencia y vivió pero, siempre con la duda... ¿Que hará llegada la edad?

Cuando los padres envejecen, son suficientemente grandes para plantarse en el suelo y formar un nuevo tronco.

En un hermoso evento, se despide al padre, luego este transforma sus pies en raíces y deposita su vida en la pequeña isla dentro de la burbuja que será habitada por sus hijos. Por eso todas las burbujas tienen vida.

Pero Elipsodio no tiene eso, él debe inventar una forma de crear un árbol de la nada, debe aprender a hacer madera en un planeta donde  no hay árboles y escasea la tierra y roca.

—He pensado mucho en esto, en la flor del ciclo. Nuestros padre son la flor de nuestro ciclo y nosotros somos la flor del ciclo de nuestros hijos, obvio no estoy diciendo que usted y yo vayamos a tener un hijo. —Pequeñas gotas de agua se filtraron en la madera de su cara. —Lo que digo es, que estoy en la flor del ciclo, estoy en el momento donde debo velar por mí, la tutora ya no me cuidará y no tengo a donde ir. Estoy en la flor del ciclo pero mi ciclo no tiene flor y ponte a pensar...

Nuestros padres son la flor de nuestro ciclo pero nadie les obliga a estar ahí, como sucedió con los míos, entonces ¿Qué nos asegura que estarán para nosotros? Nada...

—El amor que nos tienen. —Añadió Meib que se impacientaba por tomar la palabra.

—¿Y cómo mides eso? ¿Cómo sabes que está ahí? Tienes alguna raíz que transporte "amor" como transportan sabia. No, el amor de nuestros padres es sólo un comportamiento individual mu fácil de romper, a mi percepción.

—Si tú y yo tuviéramos un pequeño retoño ¿Lo querrías?

La pregunta calló a Elipsodio, no podía ser sincero en su respuesta pero tampoco podía permitir que su punto no fiera válido.

—Bueno, sí. —Argumentó apenado. —Pero que yo lo diga no le asegura a él nada, puedo decir que amo a mi retoño pero el nunca podrá materializar ese amor para verlo y estar seguro que no le miento.

Creo que nadie asegura que tu ciclo tendrá una flor o, que tendrá una flor que te quita realmente. Nadie te asegura un buen padre ¿Pero como hijo qué tengo que hacer? Conformarme y decirle que le quiero a pesar que dudo mucho de mi respuesta, de mí y de él...
Estoy en la flor del ciclo, pero mi ciclo no tiene flor.

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