Y pese a la muerte
Capitulo 11 Y pese a la muerte.
El llanto y los gritos de una chica alarmaron a los habitantes del centro comercial. Luffy y Usopp fueron los primeros en llegar a la zona del estruendo. Usopp tan asustado como siempre entro con pavor al restaurante y Luffy detrás de él.
-¿Qué sucede? – armados con ballestas.
-Sii… si… si que es lo que sucede – repitió Usopp. Se adentraron más, hacia la cocina, posicionándose en la puerta.
-A las tres entramos… unos, dos, tres – contó Luffy, que al pronunciar el ultimo numero dio un salto a la cocina y se encontró con Perona, quien en un momento de locura había tomado un cuchillo y atentado contra su vida.
Luffy se bloqueó de inmediato, comenzando a hiperventilar dejo caer su arma, se recargo en la pared y coloco una mano en su pecho, sentía que el corazón se le aplastaba. Usopp sabía que se le pasaría rápido, así que debía actuar, si algo aprendió de Kaya era aplicar presión en las heridas con abundante sangre para así detener el sangrado.
-Mira no me caes bien, pero por tu bien – Trago saliva – será mejor que cooperes conmigo.
La chica asintió; su rostro se veía preocupado.
-Luffy… corre con Law y Robín… ¡Rápido!
El chico del sombrero de paja salió del restaurante como alma que lo lleva el demonio y correo a donde se encontraban. Usopp tomo unas servilletas de tela y las presiono contra las muñecas de Perona.
-De verdad que eres una tonta… ¿Por qué te hiciste esto? ¿Acaso fuiste mordida? Y ¿Dónde está Sanji?- El chico formulaba preguntas a velocidad impresionante. No daba tiempo a que la chica reaccionara. No es que ella pudiera contestar, se encontraba en estado de shock y apenas respiraba.
*
Luffy corrió como si el mismísimo diablo lo estuviera persiguiendo, aunque no fuera él el que lo persiguiera sino su hermana la muerte.
-Robín… Law… Robín… Law – gritaba mientras corra por los pasillo del centro comercial.
Los aludidos salieron alarmados de la farmacia. Robín en particular corrió y abrazo a Luffy, ya lo había visto así y necesitaba calmarlo.
-¿Qué es lo que ocurre? – le pregunto Law en un tono indiferente.
-Es Perona… la idiota se cortó las muñecas – El cirujano se sorprendió… ¿Quién haría algo tan estúpido?
-Robín busca suturas, gasas y sal corriendo a…
-El restaurante – dijo Luffy apresurado.
Law salió corriendo al mismo tiempo que Robín entraba en la farmacia a buscar lo que el cirujano le pidió. Luffy solo se dedicaba a respirar
Trafalgar llegó en cuestión de segundos – Usopp has hecho un buen trabajo – le dijo mientras examinaba el trabajo del chico – necesito ver la herida.
-No puedo soltarla, se desangra.
-Ya estoy aquí… es mi trabajo, necesito verlo, Robín ya viene con lo necesario para curarla y espero un poco de anestesia – Law retiro una mano del francotirador, la herida no era profunda, se había hecho un corte vertical, estaba claro que ella desconocía datos importantes *Suspiro*.
-Ella va a estar bien.
Robín llego agitada con lo necesario para suturar. Aplico una inyección de anestesia en cada antebrazo y tranquilamente Law procedió a suturar y vendarle las muñecas.
Horas después del susto Sanji, Zoro y Nami llegaron riendo a carcajadas, ignorantes de la alarmante situación.
-Disculpen la demora, enseguida hare de comer – disculpándose Sanji entro a la cocina.
-¿Qué es lo que ocurre? – pregunto Zoro un poco incómodo por las miradas sombrías de todos.
-TU prometida intento suicidarse – dijo el cirujano.
-¿Qué? –El peliverde abrió los ojos como platos, totalmente sorprendido – Como se le ha ocurrido hacer eso – Exasperado comenzó a maldecir, Nami solo lo ignoraba, Robín le hizo señas para que la peliroja se sentara y esta le obedeció.
-¿Dónde as estado? – curiosa, le lanzaba miradas picaras, era como si intuyera que algo pasional paso en aquel momento.
Law se levantó y acompaño a Zoro a la puerta.
-Te dire donde esta ella y que cuidados debes tener.
En la mesa el cotillero comenzaba casi en susurros entre las chicas.
-¿Qué ha pasado entre ustedes dos?
- No ha pasado nada…
- No me mientas Nami, llegaron tarde y desaliñados, además no te presentaste a comer y Zoro se veía bastante nervioso al entrar.
-Luego te cuento – dijo por lo bajo – No quiero que Law se entere.
-No pensé que Law… te importada de esa manera – sugirió.
-Ha sido muy bueno conmigo –se quedó ida en los dos hombres más guapos que había visto en su vida.
-Yo en tu lugar no sabría a quién escoger, claro si se tratara de escoger – Robín noto que su amiga observaba a los chicos con deseo – los dos son tan únicos – Nami suspiro –Law es cirujano y un superviviente nato… no se rinde, llego contigo a cuestas, es un hombre admirable – Puntualizo Robín – Además es extremadamente guapo y creo que esos tatuajes no acaban en sus manos.
-No… llegan hasta su abdomen – Dijo en un suspiro.
¿Qué? – Grito Robín sorprendida - ¿Cuándo los has visto?
-Olvídalo – hizo una mueca – no ocurrió nada relevante.
-Muy bien y si pasa… quiero detalles – Notó como Nami se puso colorada – También esta Zoro. Galán, musculoso, fuerte y perfecta sonrisa… también tiene sus méritos, trajo a Perona él solo y sabemos que es una niña un tanto difícil.
-Los dos son muy buenos hombres- Nami no despegaba la vista de ambos, hasta que Law volteo a verla y le sonrió, ella respondió con una sonrisa, pero volteo el rostro hacia Robín al recordar lo que había hecho con Zoro. La peliroja sintió unos fuertes brazos rodeándola y la abrazaron fuertemente.
-¿Te encuentras bien? – Law la había abrazado.
-Sí, es solo que tengo un poco de hambre – le comentó mientras se acomodaba el fleco.
-Prepare algo rápido, como aquella noche – la soltó – deja que te traiga un poco. El cirujano entró en la cocina a pesar de los gritos de Sanji.
-¿Aquella noche? – Preguntó Robín - ¿Qué noche?
-Ninguna Robín… ya estas mostrando tu verdadero ser… estas siendo muy entrometida en cosas que no son de tu incumbencia – le dijo en voz baja, no quería armar más escándalos – metete en tus propios asuntos –
Nami se levantó fastidiada de la mesa y salió lo más rápido que pudo del restaurante.
A los pocos minutos de haberse ido Law salido de la cocina con dos platos bien servidos con carne y pasta, una botella de vino y dos copas.
-Donde esta ella – le pregunto a Robín, esta solo sonrió.
Ese mismo día por la noche
La tensión había aumentado Nami no durmió en su lugar asignado, la cama quedo vacía esa noche, Zoro durmió a los pies de la cama de Perona con la esperanza de ver a Nami dormir pero no llego. A Law le toco guardia y el lugar donde se quedo era la puerta de entrada.
Absolutamente solo, desde el segundo piso no se alcanzaban a ver las criaturas, ningún sonido… nada… Era bastante extraño.
La noche paso sin novedad, hasta las seis de la mañana que Sanji despertó a preparar el desayuno.
-¡Hey cirujano! – El cocinero despertó a Law moviéndolo del hombro – parece que te has quedado dormido.
-¿No ha pasado nada? – el cirujano despertó un poco alarmado, intentando incorporarse, a lo que Sanji lo sentó de golpe.
-Cálmate Trafalgar… Todo está muy tranquilo, Demasiado.
Law termino de despertar y acompaño a Sanji a la cocina, esperaría al resto en el restaurant. Había que planear como salir de ahí, no podían vivir para siempre en el centro comercial.
-¿Qué harás de desayuno? – Pregunto Law muy curioso.
-Sándwiches – a sabiendas de los gustos del cirujano, le respondió muy apropósito ese platillo.
La mañana transcurrió demasiado normal, Luffy con un hambre descomunal, Usopp con el mismo humor de siempre, Robín y su eterna lectura, Law comiéndose a Nami con los ojos y esta ignoraba a todos y a todo, concentrándose en el tazón de frutas que estaba delante de ella; se le notaba molesta, fastidiada y lo demostraba con la ley del hielo hacia todos especialmente a la pareja al fondo del restaurante, Zoro y Perona, de vez en cuando sus ojos se desviaban hacia ellos y como no notarlos, ella tan frágil y desganada, su chispa se había ido ya no peleaba ni gritaba, mucho menos insultaba, Zoro la alimentaba en la boca, le limpiaba las mejillas y la comisura de los labios.
No solo Nami estaba asqueada de la situación Law estaba harto del comportamiento de la niña, no dejaba que él la revisara apropiadamente, Usopp y Luffy ya no podía acercarse a Zoro, porque ella se ponía como loca, a la única que parecía entretenerse con todo esto era Robín, que a pesar de que se le veía triste se divertida con los problemas de los demás.
Los días siguieron transcurriendo aburridos y monótonos, desayuno, peleas, comida, peleas, cena y más peleas… lo único que parecía cambiar era la concentración de “Zombis” fuera del centro comercial, acordaron llamarlos así por que no podían llamarlos de otra forma.
Luffy y Law acostumbraban salirse a la parte del balcón del segundo piso para monitorear a las criaturas, determinar que las motivaba a seguir moviéndose y porque se agrupaban alrededor del centro.
-Arroja ese zapato hacia allá – le indico Law a Luffy. Este le obedeció y lanzó el objeto lo más lejos que pudo, procurando golpear un lugar ruidoso. Cuando el Zapato callo golpeo un letrero de metal haciendo un ruido escandaloso, los Zombis inmediatamente reaccionaron al sonido y rápidamente se acercaron al sitio del ruido.
Law saco su móvil y tecleo algo, después lo guardo en su bolsillo – reaccionan al ruido – comento el cirujano.
-Tenemos que buscar la manera de salir, prometí llevarla a salvo y seguimos atorados aquí… es muy frustrante.
-Yo eh adoptado esa promesa también, le dije que la protegería…
Ambos se quedaron observando un momento a la masa de criaturas, Luffy las veía consternado y Law no dejaba de escribir cosas en su teléfono.
-Sabes Luffy… - el morocho volteo intrigado.
-¿Qué cosa Law?
-¿Qué es lo que sabe Luffy? – pregunto el cocinero encendiendo un cigarro, haciendo que Law se exaltara un poco pero no tanto como para perder la compostura, a los pocos minutos llego Zoro, extrañamente solo.
-¿Y tú grillete? – se burló Sanji.
-Cierra la maldita boca, estúpido cocinero.
-¿Dónde dejaste a mi paciente?
-Está dormida, gracias por preguntar.
Los cuatro se posicionaron en el balcón observando el panorama por unos minutos.
-Este día no se ven muchas rondando por ahí – comento Sanji – Ayer había muchos más.
-A veces quisiera saber quién fue el maldito estúpido que inicio todo esto, para buscarlo y cortarle la cabeza- acaricio levemente le mango de una de sus katanas.
-Eso sería interesante – comento Luffy. Law solo los miraba por el rabillo del ojo, cruzándose de brazos. El silencio se apodero del lugar, El cirujano estaba a punto de retirarse cuando el sonido del motor de un camión y la canción típica canción de un heladero se hizo presente en el lugar, rápidamente Zoro, Sanji y Luffy corrieron a asomarse para ver lo que ocurría.
Un camión de helados no tardó en aparecer siendo perseguidos por una cantidad descomunal de zombis. El auto iba directo a estrellarse en las puertas de cristal a lo que el trio instintivamente reacciono gritándoles que dieran vuelta.
El conductor apenas y pudo escucharlos a lo que reaccionó violentamente, girando el volante del vehículo provocando que derrapara y que el auto se volcara, siguiera su camino de largo unos metros para al fin detenerse. Una de las puertas salió disparada y una chica de curvilíneo cuerpo y cabello rosa, seguida de una rubia muy mona y lo que parecía una quinceañera de pelo verde.
-Dama en problemas- grito de inmediato Sanji que corrió de inmediato a la planta baja para auxiliarlas.
A los segundos de que el rubio corrió, Law, Zoro & Luffy lo vieron en la calle auxiliando a las chicas.
-No tiene remedio- comento Zoro, lanzándose del balcón para ayudar al rubio, Luffy lo observo y dio un suspiro, imitando a Zoro una vez lo vio correr hacia el camión volcado. Law se quedó observando desde las alturas, su sentido común le decía “No ayudes” pero su racionalidad como especialista medico decía “Ayúdales”. Dio un ligero vistazo a la escena, el trio se encontraba ayudando a las chicas, Sanji tomo en brazos a la Rubia que al parecer se había lastimado el tobillo, se apresuró a entrar al seguro refugio, seguido de las otras dos chicas.
El sombrero de paja ayudo a salir a un chico castaño de no más de 16 años.
-Oe, Oe, amigo, despierta, no hay tiempo para dormir – lo golpeaba levemente en las mejillas.
-¡Zoro! – Grito - ¿Necesitas ayuda? Debo meter a este chico, esta inconsciente.
-Si… hay un grandulón desmayado.
Zoro se adentró en el auto para desabrochar el cinturón del pasajero, una vez liberado el conductor, se disponía a comenzar a sacarlo cuando una criatura salió de la parte trasera amenazando con morderlo, Zoro, un poco nervioso por la cercanía de la criatura le estampo la bota en la cara rompiéndole el cráneo como su fuera de gelatina.
-Zoro… - se escuchaban gritos –
El peliverde comenzó a patear el estrellado limpiaparabrisas, con la esperanza de romperlo.
-Vamos Zoro, vienen más cosas-
-¡Santa!... ¡Mierda! – grito fuertemente al mismo tiempo que lograba desprender el vidrio del camión de helados.
Saco al tipo del camión, con mucho esfuerzo y mucha voluntad, lo llevo casi a cuestas a la entrada, hasta que Luffy y Usopp llegaron a apoyarlo alivianando la carga.
Todos a salvo y dentro del refugio Robín y Law los esperaban para atender a los recién llegados. La pelirosa y la niña de pelo verde permanecieron en una esquina, se les veía sucia y con la ropa rasgada. El chico de cabellos castaños permanecía recostado reponiéndose, Law tomaba sus signos vitales mientras que Robín suturaba una herida en la pantorrilla de la mujer rubia….
POV Zoro
No me causaba buena espina nada de esto. Apenas y llegamos a salvo cuando las criaturas se comenzaron aglomerar creí que era mi fin. Afortunadamente Sanji activo la seguridad y esas cosas quedaron aplastadas por las pesadas cortinas de metal.
-Esto parece una fortaleza – comentó la pelirosa – Encontraron una joya de refugio.
-La joya eres tu madeimoselle – le comenzó a alagar Sanji mientras revoloteaba alrededor de las recién llegadas.
-Law ¿Puedes revisar al grandulón? – Le dije, él solo me miro y dejó al chico descansar.
-Eh revisado al muchacho, no tiene heridas y sus signos vitales están bien- ,e comento – lo que me preocupa es la herida de la chica – hablo en voz baja – no sabe cómo ni donde se la hizo, Robín está a salvo, hemos comprobado que es inmune, pero… todos los demás corremos el riesgo de infección, las dos jóvenes aparentemente están bien pero ella es el problema – comentaba mientras revisaba al gigante de pelo azul.
-Sera mejor hacer un plan – Luffy se acercó a nosotros, seguido de Sanji y Usopp.
-Las chicas aseguran estar bien, será mejor llevarlas a descansar y que tomen un baño – a veces el Luffy serio me agrada – Sanji prepara alimentos, deben de estar hambrientos, Usopp ve por Nami debe de estar en el Baratie.
-¿El Baratie? – pregunte.
-Ahí estábamos cuando comenzó el escándalo, le dije que permaneciera ahí… odiaría que le pasara algo – esta vez el serio fue Usopp.
-Zoro asegúrate de que Conis, Bonney y Keimi se bañen y tengan ropas adecuadas, parece que han estado perdidos – pensaba con una mano en su barbilla.
-Luffy – dijimos Sanji, Usopp y yo al unísono.
-El Marimo de mierda no puede hacerse cargo de ellas.
-No seas escandaloso, Sanji… le pediremos ayuda a Nami – mi corazón dio un brinco cuando escuche su nombre. Bendito seas Usopp.
-Oe, Oe, pelirosa y tu chiquilla… vengan por aquí – les grite a las que parecían pordioseras. La pelirosa me volteo a ver furiosa y la peliverde puso sus manos en el pecho y suspiro… supongo que de alivio, me siguieron de mala gana, mientras que Sanji carga a la rubia.
-Zoro – murmuro Usopp – Perona está dormida y a Nami la deje bebiendo té – me guiño el ojo.
El universo conspira a nuestro favor, por fin podré hablar con ella… entramos al Baratie y allí se encontraba ella sentada de espaldas a nosotros, cuando escucho la puerta abrirse se giró aun con la taza en las manos, simplemente perfecta.
-Muchachos… que fue lo que paso afuera – dedicándonos una amplia sonrisa.
-un grupo de personas en problemas – comentó Usopp – por cierto Nami, podrías ayudarlas – se acercó a ella y la tomo de las manos – yo me quedare con Sanji a preparar el almuerzo.
-¡Oh es verdad! La comida – dejo a la rubia en mis brazos – lo siento por dejarla en manos de este bruto madeimoselle, pero debo preparar el banquete para ustedes – hizo una reverencia y entro a la cocina jaloneando a Usopp.
-Me puedes guiar al lugar donde se asearan – trate de decirle lo más suavemente posible. Se levantó de la silla, en su cara se notaba molesta. Se encamino a la puerta y sonrió.
-Vamos chicas con gusto las ayudare.
Todo el camino al lugar donde ella y Robín se aseaban charlo con las chicas mientras yo cargaba a la rubia.
Cuando al fin llegamos al dichoso lugar que resultó ser un spa. A excepción de la rubia que se notaba exhausta, ya que se acurruco en mi pecho aferrándose de mi camisa. Las otras dos se notaban emocionadas.
Entraron como alma que las llevaba el diablo despojándose se sus ropas en el proceso. No pude evitar sonrojarme, Nami lo noto mirándome molesta.
-Oye chica – le hable al chica en mis brazos – despierta, tienes que asearte. La moví ligeramente tratando de despertarla, apenas y reacciono, se notaba pálida a duras penas y podía sostenerse, Nami la ayudo y yo me quede esperando a que terminaran, pasaron los minutos, 15 aproximadamente, Nami salió hecha la raya y se dirigió a la tienda de ropa de enfrente, tomo un vestido blanco y corrió de nuevo al spa. 3 minutos después salió con la rubia.
-Puedes llevarla con Law, debo revisarla, no se encuentra bien – me dejo con la Rubia y volvió a entrar al spa.
No me quedo de otra la lleve von Law, que a su vez estaba revisando las heridas de Perona en compañía de Robín. Deje a la Rubia sobre la cama de Robín y me dirigí al Baratie.
PVO General
En el restaurante se encontraba Sanji y Usopp poniendo la mesa. Sanji había preparado un banquete descomunal. Al entrar Zoro se acomodó en uno de los sillones que se encontraban en la ventana y miro fijamente a sus camaradas.
-Los nuevos no me dan bueno espina – comentó tajante.
-¿Cuándo las cosas o personas nuevas alguna vez en la historia de la humanidad han dado buena espina?
-Esa fue buena Sanji – mientras acomodaba los cubiertos.
-Tsk – le respondió Zoro.
El lugar quedo tranquilo por unos momentos, hasta que un desgarrador grito perturbo la paz. Poniendo alerta a los tres muchachos en el restaurante. Luffy llego corriendo a preguntar por las chicas.
-¿Dónde se encuentra Nami?
- Está en el spa – contesto alterado Zoro.
-¿Qué fue lo de hace un momento? – le regreso Zoro.
-No lose, pensé que ustedes sabían, iré a donde Nami… no dejen que las cosas se salgan de control…. – grito mientras se alejaba.
No pasaron dos minutos cuando llego Robín pidiendo ayuda.
-Chicos… la chica se transformó, Law la está intentando contener en lo que el pelirojo y X-Drake están del lugar al hombre que conducía.
-Usopp, cuida de Robín, Zoro vamos – Sanji salió corriendo.
-atranca la puerta, refúgiense en la cocina – ambos corrieron tan rápido como sus piernas lo permitían.
Robín rompió en llanto, abrazando a Usopp fuertemente – Perona, Perona… estaba ahí… la chica, creo que alcanzo a morder a XDrake… Law solo no podrá con ambos.
-Espero que los chicos lleguen a tiempo… mi trabajo es mantenerte a salvo. Usopp se separó de ella y fue directo a la puerta, bajando la cortina de metal y guiando a Robín hacia la cocina. Donde ambos se quedaron en silencio.
Lamentos de la autora.
Lamento el retraso no sé cuánto me tarde, pero lo lamento muchísimo. No recordaba lo que se sentía escribir y fue maravilloso espero recobrar la inspiración perdida en el último tiempo. Espero sus comentarios y su perdón.
Nadia es para ti linda. Me estuviste presionando mucho con el capítulo y lo agradezco por lo menos sé que alguien si lo espera. Los amo chicos que leen esta historia.
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