Y las cosas no pueden ponerse peor



Capitulo 2 

POV Nami

- ¿Quien es ese Luffy? –

- no lo se, Ace y yo les estábamos pateando el culo a esas cosas, cuanto te volví a mi ira estabas en el suelo y Ussop te estaba levantando, ese tipo salio del autobús y se disculpo con Ussop por haberte arrollado – si otro me hubiera dicho eso, juro que lo golpearía hasta el cansancio, pero no, fue Luffy y el es, bueno es Luffy.

Mi ira era palpable, fui directo al sujeto, el estaba conduciendo, le metí tremendo golpe en la cabeza haciendo que el girara el volante.

- ¡pero que demonios! – el camión dio una sacudida me sujete de un tubo para no caer encima del idiota, Luffy se estampo contra la ventana.

-¡porque me arrollaste con el camión ¡

- ¡ESTUPIDA! – Detuvo el camión – TE SALVE LA VIDA, ESAS COSAS IBAN DIRECTO HACIA USTEDES, ENFRENTE, POR LOS LADOS, ESTABAN RODEADOS – grito fuertemente sujetándome por los hombros – ya han muerto muchos – susurro, apenas lo pude oír, su mirada se ensombreció - Aplaste esas cosas y en consecuencia te estampaste contra el camión – me soltó y me senté detrás de su asiento, el volvió a tomar su lugar detrás del volante. Su intensa mirada me perturbo y su tono de voz, se nota que ah pasado por mucho.

- oi mocoso, como te llamas – grito sacándome de mi ensimismamiento

-Monkey D. Luffy

- bien Luffy, vez aquel edificio

- ahí no hay ninguno

-mierda donde esta – detuvo el camión y busco con la mirada

- despistado – murmure – esta detrás de nosotros

- porque no lo mencionaste antes - se puso de nuevo en marcha, pasaron unos minutos y nos estacionamos frente al edificio, Luffy se sorprendió, todas las entradas posibles estaban bloqueadas con mobiliario escolar, el piso parecía un cementerio, cadáveres por doquier, me resultaba difícil ver aquella escena y contener las ganas de vomitar, tanta sangre y viseras regadas por doquier como si de flores se tratara.

- oi Luffy, ayúdame con esto – ambos se situaron en el centro del camión jalando unas palancas, abriendo la salida de emergencia

- aquí esta nuestra ruta de escape – sonrío victorioso, se apresuro a subir dando un gran salto y ayudándose con sus manos para poder lograrlo – ¡Mihawk! ¡Perona! Lancen la escalera

- a quien les estará hablando, no puedo ver nada desde aquí –

- vamos Nami, debemos de tener un poco de confianza después de todo nos salvo la vida

- lose Luffy, esperemos a ver que nos dice, espero no estar haciendo mal en confiar en el – me abrace, impaciente a que el regresara

- no te preocupes si pasa algo yo te protegeré – El eludido asomo la cabeza por el hueco del techo

- todo esta listo podemos subir, pero tenemos que apresurarnos, el camión hizo mucho ruido y mas temprano que tarde esas cosas vendrán por nosotros – El tipo ayudo a Luffy a subir desde arriba jalándolo por donde ha podido agarrarlo, para mi mala suerte y baja estatura en comparación a esos dos, yo no pude hacer lo mismo, el sujeto ah tenido que bajar a ayudarme.

- Luffy en cuanto arrojen la escalera ve subiéndola – este obedeció de inmediato- ¿Estas lista?

- Nami - dije con el seño fruncido y los brazos cruzados

- ¿que dices?- "enserio no me puso atención"

- me llamo Nami –

- Eso ya lose – dijo muy tranquilo

- Que pero como es que lo sabes, jamás en mi vida te eh visto- un golpe en el techo del autobús me saco de mis asombro

- Ey Luffy, ¿son las escaleras? – Grito de lo más calmado

- si, un sujeto con barba la acaba de aventar

- hazme un favor y sube por ellas, espéranos arriba, subiré a Nami y después te alcanzamos

-apresúrense – añadió Luffy – Esas cosas se acercan rápido, valla que son veloces – me asome por el vidrio de una ventana aun no me creo la existencia de esas criaturas, también seguí con los ojos como Luffy subía seguro, hasta el segundo pis del edificio, un gran alivio se apodero de mi al ver que el ya se encontraba a salvo, le dedique un largo y tendido suspiro

- deja de perder el tiempo niña enamorada – dijo tajante – y vámonos rápido – el se puso en cuclillas

- no estoy enamorada de el... y creo que eso es una mala idea

- no me interesa lo que pienses, tu solo súbete – le hice caso, pase mis manos por su cuello y apoye mi peso en su espalda – sigo pensando que es mala idea – suspire en su oído izquierdo, el no hizo nada, bueno solo giro su cara al lado contrario de donde yo tenia la mía, paso su brazo por izquierdo por debajo de mi trasero y fue cuando se dio cuenta.

- traes falda cierto

- te dije que era una mala idea – mi corazón latió a mil por hora y un sonrojo se apodero de mi cara- el solo suspiro, en realidad parecía nervioso, quisiera saber que pasa por su mente, se levanto abruptamente con migo a cuestas, brinco sobre los asientos y respaldos directo a la salida de escape, subiendo ágilmente por el hueco en el techo, me soltó suavemente sobre el techo pero oh sorpresa, la escalera ya no estaba

- mierda... Mihawk... Perona – grito – tiran las malditas escaleras – nadie respondió

- oye chico, las criaturas... ya casi están aquí

POV ZORO *Zoro empieza con la narrativa*

- mierda – pase mi mano por mi cabello – impusimos una regla, si se acercan "esas cosas" no ayudaremos a nadie que este en problemas... puede ser un riesgo para los que estén a salvo arriba-

- porque harían algo tan cruel – se acomodó detrás de mí.

- hay que bajar al autobús de nuevo, cerrare la salida de emergencia y te cuento, como van las cosas – baje primero, caí en cuclillas, gire despacio y ella me callo encima

-cuidado – grito ella, cayendo sobre mi, perdí la conciencia unos segundos, abrí los ojos dirigiendo mi vista hacia las ventanas... hordas de criaturas rodean el camión, pasaban de largo unas cuentas lo empujaban o golpeaban... dirigí mi vista hacia ella, creo que también le afecto el golpe, estaba recostada sobre mi pecho, unos cuantos cabellos naranjas estaban sobre su rostro, sentí todo su cuerpo arriba del mió.

- oye Nami, abre los ojos – la moví un poco

- pero que me paso ¿?

- creo que te golpeaste la cabeza.. no te paso nada... estas bien – mi preocupación me delataba-

Se levanto sin decir nada y soltó un bufido... cuando se dio cuenta de las criaturas en las ventanas volvió a agacharse, cubriendo su cabeza como su fuera un gatito asustado

- te puedes dignar a decirme tu nombre

- ah eso, pensé que ya lo habías recordado, después de todos esos veranos- me levante del piso y cerré de un fuerte golpe la salida de escape, haciendo mucho ruido, las criaturas comenzaron a golpear el camión intentando entrar

- no pudiste haber echo mas ruido... aaahhh ahora te recuerdo, eres ese chico que siempre estaba trabando en el jardín, Roronoa – dijo enfadada... creo que esa es la única emoción que refleja - ¿y bien? – coloco sus manos en la cadera, con una mirada desafiante, no se si se dará cuenta que su cara siempre tiene esa misma expresión de enojo.

- toma asiento, te contare como empezó todo, bueno por lo menos lo que se – ella se sentó en el asiento frente a mi, con sus manos entrelazadas sobre su regazo

- era una mañana como cualquier otra, encendí el televisor en el noticiero y me prepare el desayuno, desayune y...

- no crees que estas siendo demasiado especifico – comento molesta

- quieres que te cuente o no ¿?... – le grite con rabia

- mierda continua – Grito aun más molesta

- bueno, me vestí con el uniforme de la universidad casual, pantalón gris, playera blanca y saco gris – me señale a mis mismo ya que seguía con la misma ropa y calzado – bueno eso no es de relevancia

- no me digas – la escuche comentar exagerando su tono sarcástico, la ignore y proseguí - al salir de casa mi vecindario se veía solo, eso es raro ya que cuando salgo el vecino de enfrente usualmente regalaba el jardín y la de alado toma café en su pórtico, llegue a la universidad, tranquilo y sin novedades, todo mi salón estaba presente, entro Mihawk con su cara de amargado, repito todo era normal... demasiado normal, por lo menos en la escuela

- ¿quien es Mihawk? Escuche que lo llamaste hace rato

- es el profesor de historia de la arquitectura, en fin me aburrí y Salí de su clase, ronde por la escuela como de costumbre, eran alrededor de las 9am, algo llamo mi atención en la entrada, los intendentes se estaba aglomerando ahí, me pareció interesante así que me recargue en la barandilla a observar, vi como peleaban con el sujeto, parecía un vagabundo, estaba obstinado en entrar ala escuela y los intendentes gritaban que se alejara hasta que uno se acerco a empujarlo, ahí fue cuando todo empezó a irse ala mierda, el que yo creía vagabundo, tomo por los brazos al intendente y prácticamente le arranco la mano de una mordida – las pupilas de ella se empezaron a dilatar y ahogo un grito, creo que ella es muy impresionable – el de intendencia callo al piso, retorciéndose de dolor, gritaba y pataleaba en el suelo, mientras su sangre se expandía por su pecho empapando su camisa y estaba formando un charco de sangre...

- ¿su pecho? No habías dicho que su mano

- tenia apoyada la mano mutilada en su pecho sujetándola con fuerza con la que no estaba mutilada... otras personas se acercaron a ver, entre alumnos y maestros, el vagabundo seguía en la puerta estirando sus horrendas manos tratado de alcanzar a alguien mas, supongo, cuando volví mi mirada el intendente estaba muerto, ya no se movía, me retire de ahí para avisarle al profesor, pero los gritos de la gente me hicieron voltear a ver de nuevo, el cadáver se había levantado y empezó a atacar a los que estaban cerca, los demás alcanzaron a correr, fue cuando todo se fue al carajo, no sabia que demonios estaba pasando, corrí instintivamente al salón, cuando llegue había gente llorando y gritando y mi "querido profesor" sentado leyendo el periódico, "que bueno que llegas Zoro" fue lo único que dijo el bastardo hijo de puta antes de ponerme a cargo de todo el salón, después de eso se largo – las paredes del autobús empezaron a ser golpeadas con brusquedad, ella salto asustada soltando un grito, reaccione de inmediato tapando su boca con mi mano derecha y con la izquierda la abrace, pasando mi mano por su suave y pequeña espalda, atrayéndola hacia mi – ssshhhh, hay que ser silenciosos, esas cosas se guían por el sonido – susurre en su oído, note como se arqueaba la espalda, creo que la estremecí.

- Ey tranquila, que no muerdo – sus grandes ojos marrones se clavaron en los míos, se veía tan vulnerable, baje despacio mi mano izquierda desde su espalda, trazando la curva de su columna, quise ir mas lejos pero la desgraciada me mordió - ¡CARAJO!

-no morderás, pero si que sabes hacer otras cosas – se levanto cruzando sus brazos frente a sus exuberantes pechos, haciendo que se abultaran mas – termina de contar tu historia- soltó con el seño fruncido caminando asía la parte delantera del autobús – Todo esto es espantoso- ahora fui yo el sorprendido me dejo con la palabra en la boca – antinatural y asqueroso, mas asco no podría tener, no soporto las vísceras y ese olor a putrefacción en el aire, además no se como estarán mi madre y mi hermana – soltó de pronto

- Bellemer es fuerte y no dejaría que algo les pase a las dos, concéntrate en estar bien tu – mas que como algo reconfortante sonó como una orden, ella suspiro, dándome la espalda, me levante y acerque a ella, antes de siquiera poder tocarla, se giro lanzándose en mis brazos... Llorando.

- se que hace mucho tiempo no nos vemos, que casi no se nada de ti... pero eres lo mas cercano a algo que tengo en este momento – dijo entre sollozos – por favor no me abandones... no me dejes sola, soy demasiado débil y no creo poder sobrevivir le temo a prácticamente todo lo que esta pasando afuera, la gente se a vuelto loca, esas criaturas arrasaron con todo y no puedo evitar pensar que somos los siguiente con lo que ... - la bese, no pude continuar escuchándola, no pude dejar que continuara lamentándose.

Continuara...


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