Escena Cinco.
Enero del 2020.
Cuando abro la puerta de mi casa,
luego de volver buscando un trabajo que no puedo encontrar,
el silencio me recibe
en vez de la dulce voz de mi abuela.
Creo que por más años que pasen,
jamás podré acostumbrarme.
Y me siento meláncolico
como una oleada
que se detiene
cuando veo el correo esparcido en el piso frente a mí.
Era el correo que no alcancé revisar cuando me fui.
¿Qué es esto?
Digo en voz alta,
viendo el tema de cada uno,
la mayoría dinero que aun debo,
pero uno llama especialmente mi atención:
<<Tengo el deber de comunicarle
que tiene que deshabitar la...>>
Ni siquiera alcanzo a terminar
de leer
cuando todo se vuelve oscuro
dentro de mí.
[...]
¿Cuál
es
mi
lugar
en
el
mundo
ahora
mismo?
[...]
El taxi me deja
en el mismo lugar que antes
en diciembre del año pasado,
cuando le dije mis sentimientos
a Hoseok.
La puerta sigue del mismo color,
pero el día es gris
y opaco
como el felpudo bajo mis pies.
Incapaz de tocar,
me sobresalto al ver como la puerta se abre frente a mí,
mostrándome a la mujer de mi padre
con su pequeño hijo corriendo detrás.
Taehyung, que alegría que hayas llegado.
Te estuvimos esperando.
Estábamos ansiosos, Seungwoo, tu padre y yo.
Pasa, por favor.
La miro como se mira a una desconocida
una muy amable
para mi desconcierto.
Asiento y paso,
tan tímido como si esa
nunca hubiera sido mi casa.
[...]
¿Cuántos
errores
deben
cometer
las
personas
para
encontrar
la
felicidad?
[...]
En el sillón de mi antigua casa,
me lo pregunto,
al ver a mi padre sonreír a su esposa,
sonreír a su hijo,
como jamás lo hizo conmigo,
hasta este momento.
¿Cómo estás, hijo?
Balbuceo algo que ni yo entiendo,
porque nunca
sabré
como
contestar a
esa
pregunta.
[...]
Subo las escaleras con mi equipaje
a mi antigua habitación,
donde están todos los recuerdos
del pequeño niño que fui,
lleno de juventud
y de amor.
Dime si necesitas ayuda con algo, hijo.
Dice mi padre,
a los pies de las escaleras
y yo asiento hacia él,
sonriendo sin ganas.
En sus brazos
carga el pequeño niño
que succiona su biberón.
Mi padre dice que se parece a mí
cuando tenía su edad.
Pero aunque es el niño más adorable que haya visto,
y sea mi hermano,
no quiero estar ahí,
pero no tengo a dónde más ir.
Mi madre se ha casado y
tal como mi padre,
tiene hijos.
Estoy estudiando en la universidad,
y aunque traté
realmente duro de sacar adelante
la casa de mis abuelos,
todo era muy pesado para mí.
Al final,
terminé mudándome de vuelta a la casa de mi padre,
con el profundo deseo,
de poder regresar a la vieja casa de mi abuela.
Es el único lugar,
al cual puedo decir hogar.
Aunque los únicos que me acompañaban
en ella son los fantasmas
acechándome en
las esquinas
de la habitación.
[...]
Cuando entro a mi antigua habitación,
veo que la han re-modelado para
mi hermano menor.
No hay póster de películas,
ni de músicos,
solo dibujos animados
y una cuna en la esquina de la pieza.
Pero hay una cama
que está perfectamente ordenada
y a los pies,
puedo ver que mi padre ha dejado la caja con mis cosas.
Esas cosas que nunca quise llevar conmigo
desde que me fui de su lado.
[...]
En la oscuridad
de aquella caja
están todos esos sentimientos
que creí apolillados,
en forma de una vieja cámara de vídeo,
decorada con estrellas
amarillas.
[...]
Taehyung, ¿Has hablado con Hoseok Hyung?
Me pregunta Jimin,
pillándome desprevenido
mientras tengo las mejillas llenas con mi hamburguesa.
No.
Respondo luego de tragar,
lamiéndome los dedos
que se me han manchado de Ketchup.
¿Por qué?
Me encojo de hombros
tratando de decirle que no quiero hablar del tema.
Pero como siempre,
Jimin ignora mi indiferencia.
Bueno...
Yoongi me pidió tu número la otra vez,
me dijo que Hoseok se lo había pedido.
Perdón por no decirte, ¿No te ha enviado ningún mensaje?
Puedo sentir mi hamburguesa revolverse en mi estómago,
y con gran esfuerzo,
suspiro y le respondo.
No creo que lo haga.
Arruiné nuestra relación para siempre.
Jimin alza una ceja, extrañado
y se inclina más hacia mí en la mesa para dos
que está en el patio de comida
del centro comercial.
¿Que hiciste?, ¿Te tiraste un pedo frente a él y no abriste la ventana?,
¿Rompiste algo preciado? Joder, estoy seguro que rompiste algo.
¿Fue su auto? Taehyung, ¡¿Rompiste su auto?!
Pongo los ojos en blanco
negando con la cabeza.
¡No, idiota!
Le dije que había estado enamorado de él en el pasado,
que por eso no había vuelto a llamarle.
Jimin silva para sí impresionado,
sorbiendo la cañita con su bebida.
Ya me he terminado toda la hamburguesa.
Serás idiota... pero tienes coraje, pensé que nunca lo harías.
Miro a la gente a nuestro alrededor,
tratando de no pensar con profundidad sobre ello
o me pondría más triste de lo que estoy insconcientemente.
Yo pensé lo mismo,
pero a estas alturas... me da igual.
Desde que murió mi abuela ya no tengo que engañar a nadie.
Jimin carraspea un poco incómodo,
y me mira por lo bajo.
Por eso terminaste con Yoojung, ¿No?
Y luego estuviste con esos chicos...
Asiento, recordando a esa linda chica
que me dio tanto amor incluso para regalar.
Era tan encantadora,
que en verdad llegué a amarla,
pero nunca de la forma en la que ella me amaba a mí.
No podía seguir mintiéndole,
ni mintiéndome a mi mismo.
Siempre me van a gustar los chicos, ahora lo sé.
Jimin me mira fijamente,
contemplándome de verdad
y sonríe cálidamente.
Si tu abuela te viera ahora... estaría orgullosa.
Mis mejillas enrojecen,
pero arrugo el entrecejo,
afectado por sus palabras.
¿Cómo ella podría...?
Claro que no. Ella odiaba el hecho de que yo...
Jimin resopla, cansado de escuchar
lo que no me canso de repetirme a mí mismo,
y me siento tan cansado,
como si tuviera mil años encima.
Porque no podías darle un nieto, pero te amaba mucho.
Ahora que está en el cielo, estoy seguro que solo quiere verte feliz.
Me muerdo el labio inferior,
conteniendo la bonita sensación que me embarga el pecho.
Eso que dijiste ahora hizo latir mi corazón de piedra,
¿Sabes? Yoongi tiene tanta suerte de tenerte.
Jimin enrojece también,
y golpea mi brazo amistosamente.
Deja tus cursilerías y si me amas tanto, ve a comprar una hamburguesa para mí.
Hago una mueca y me tiro en la mesa,
aparentando un anciano de setenta
que un joven en la flor de sus veinte.
No, que pereza.
jimin se ríe y me mira enarcando una ceja,
volviendo a sorber su bebida.
Y es por eso que Yoongi es mi novio.
Sonrío también,
apoyando mi mejilla en mis brazos cruzados.
¿Él iría por tu hamburguesa?
Jimin niega
y aclara, divertido.
Él llamaría hasta al cajero para que trajera mi hamburguesa.
Una carcajada burlona sale de mi garganta,
porque conociendo a Yoongi,
tenía mucha razón.
Definitivamente son el uno para el otro.
[...]
Estamos un rato más,
conversando de cosas triviales,
cuando de repente veo como Jimin mira detrás de mí
y su expresión cambia a una sobresaltada.
Escúchame, Taehyungie, no quiero asustarte pero...
Hoseok está detrás tuyo.
Dice haciendo que abra los ojos
totalmente acorbardado.
El estómago me da un vuelco
tan rápido
que me dan ganas de vomitar.
¿Qué dices?
Trago grueso y hago ademán de girarme,
pero Jimin me agarra del brazo
volviendo a que lo mire a él.
¡No te gires, joder!
Sí, está detrás tuyo, mirando hacia aquí...
y está caminando... y...
se acerca...
Al principio me quedo de piedra, petrificado
viendo como Jimin mira de soslayo detrás de mí.
Pero me deshago de su agarre en mi brazo
y me levanto con torpeza.
Mierda, no puedo, mierda.
¡Si te pregunta, di que me dio una jodida indigestión!
Jimin me mira incrédulo
y me habla entre dientes,
agarrándome de la sudadera.
No seas cobarde y quédate aquí.
¡Taehyung!
Trato de soltarme de él,
hasta que lo logro
y refunfuño muy cerca de su rostro.
Maldita sea, Jimin, ¡Tu solo envíame un mensaje cuando se vaya!
Y salgo corriendo,
sin mirar atrás,
hacia los baños del local.
[...]
Me miro en el espejo,
totalmente nervioso,
más nervioso que nunca
y estoy casi seguro que de verdad me dará una indigestión.
Hubieron como tres veces,
en las que Hoseok trato de hablar conmigo
luego de mi confesión en diciembre,
pero yo nunca quise escucharle.
¿Y para qué?
¿Para ser rechazado formalmente?
Estoy demasiado triste y cansado para soportarlo.
Así que me encierro en una de las cabinas
y saco mi celular del pantalón
enviándole un mensaje a Jimin sobre si Hoseok ya se fue,
pero al no recibir respuesta,
bajo la tapa del inodoro y me siento encima.
[...]
Pasan algunos minutos,
y empiezo aburrirme de esperar una respuesta por parte de Jimin,
por lo que hago ademán de pararme
e ir a ver si Hoseok se fue,
pero entonces es
cuando lo escucho.
Una puerta abrirse,
unos pasos,
una voz
y mi corazón a mil por minuto.
[...]
¿Taehyung?
Contengo la respiración,
abrazando mis rodillas
y haciéndome pequeño encima del inodoro.
Sé que estás ahí, ¿de verdad tienes indigestión?
La voz no me sale ni aunque quisiera,
todo el cuerpo me tiembla
y deseo gritar con tanta fuerza.
Decirle que estoy ahí
y que tengo miedo
de él
y de mí.
¿Te duele tanto el estómago que no vas a responderme?
Estoy tan estático,
apretando tanto los labios
y sin siquiera respirar.
Estoy siendo tan cobarde que me dan ganas de golpearme.
Escucho ruidos fuera de la cabina,
toques en las puertas
y pasos retumbantes.
Siento que se me va a salir el alma del cuerpo
y de repente todo es silencio,
incluso creo que pasan varios minutos
y cuando voy abrir la puerta para ver si se fue,
es cuando veo el rostro de Hoseok asomarse
en la rendija bajo la puerta
y me llevo un susto que me hace llevar una mano al pecho,
reteniendo mi corazón amenazando
y pegando un salto que acabo chocando contra la pared a mi espalda.
Hola, mentiroso.
Me saluda sin expresión,
pero con un brillo burlón en sus ojos.
Recobro la respiración, la voz,
y protesto enojado.
¡Hoseok!, ¡Joder, no hagas eso!
Me mira alzando una ceja
y chasquea la lengua
como si estuviera molesto.
Sé que le divierte toda la situación.
¿Y el honorifico? Que mocoso...
Lo miro furioso,
más para ocultar mi nerviosismo
y el susto
que por otra cosa.
¡Yah, eso no se hace!
Hoseok pone los ojos en blanco
y se levanta,
dejándome ver solo sus zapatillas y su sombra
bajo la puerta.
Deja de esconderte de mí
y sal de ahí de una vez.
Estoy tan avergonzado,
que termino mintiendo descaradamente.
¡No me estaba escondiendo de ti!
Serás tonto...
Digo con mi acento a campo,
tan enfurruñado que abrazo con más fuerzas
mis rodillas.
Claro que sí, lo haces siempre.
Fui a buscarte a tu casa en año nuevo
y tu padre me dijo que estabas en casa de Jimin.
Fui al departamento de Yoongi, porque ahí vive Jimin,
estaban todos los chicos,
menos tú.
¿Se puede saber dónde pasaste el año nuevo?
El tono de su voz es casi a regaño
y decepción,
lo que me hace sentir aun más cansado.
¿Eso importa?
Se queda un segundo callado,
le oigo suspirar
y luego suspiro yo.
No, en realidad...
pero me gustaría saberlo.
No me gustaría saber que la pasaste solo.
Me muerdo el labio inferior
y no sé que tiene Hoseok,
que siempre me hace decir la verdad.
Estaba en la cafetería a la que solíamos ir,
luego fui al puente al que íbamos con tu moto,
donde solíamos hacer rebotar piedras...
Es deprimente, lo sé, no lo digas.
Espeto, abochornado por mi ataque de sinceridad,
cuando escucho a Hoseok reírse bajito,
sin ningún tipo de malicia.
Yo la pasé fuera de tu casa,
luego fui a mi departamento solo,
festeje solo aunque mis hermana mayor me invito a su casa y Jimin a su fiesta,
solo con mi mascota.
Se llama mickey
y tiene este habito por orinar en las esquinas de los sillones...
En fin, lo pasé limpiando mi sofá.
Sonrío,
disfrutando de la sensación de que
ninguno de los dos hemos cambiado tanto.
Al menos tuviste a Mickey.
Le digo,
sonando más triste de lo que pensé
que estaría.
Sí, lo sé.
Pero me hubiera gustado que estuvieras ahí conmigo.
[...]
No sé que más decir,
no sé que más hacer,
me quedo sentado ahí
esperando a que se vaya.
Pero no lo hace
y luego escucho como toca la puerta
con sus nudillos,
delicadamente.
¿Me dejas entrar? Por favor.
Me pide amablemente,
estoy por decirle que consiga su propio cubículo,
pero me abstengo porque me siento tan triste,
y su tono de voz también lo es,
todo es tan triste que ya no hay vergüenzas,
solo el silencio.
Me quedaré aquí todo el día y la noche
hasta que abras.
Lo pienso
y termino por alargar el brazo
sacando el pestillo a la puerta.
Sin mirar,
sé que Hoseok
entra sin dudarlo
y cierra la puerta detrás de sí.
[...]
¿Por qué lo hiciste?
Me pregunta,
cruzado de brazos,
por más que lo miro
nunca me atrevo
a verle a los ojos.
¿Qué cosa?
Reitero sin entender.
Huir de mí.
Dice Hoseok,
haciendome sentir como si fuera un niño otra vez.
No estaba huyendo de ti, yo solo...
Me interrumpe antes
de que pueda seguir haciéndolo.
Sigues mintiendo.
Arrugo el entrecejo,
demasiado cansado para esquivar preguntas,
aunque no pueda afrontarlas aun.
¿Qué quieres, Hoseok Hyung?
Ladeo la cabeza
y por fin me atrevo a mirarle al rostro,
tiene el cabello pintado de pelirrojo,
la piel más pálida,
la forma hipnotizante de su boca
y se ve tan apuesto que mi corazón se detiene.
Tiene puesto un chaleco de cuero,
ese viejo que usaba cuando me llevaba en su moto,
un camiseta blanca
y unos pantalones rotos en las rodillas.
Me pregunto si aun tendrá ese tatuaje en su nuca...
Es como si nunca hubiera cambiado.
Y luce tan desconcertado como yo.
¿Qué quiero?
Yo pensé que tú querías que te respondiera, pensé que...
Lo interrumpo antes de que diga algo más,
niego con la cabeza y desvío la mirada.
Antes hubiera estado listo para escucharla,
pero no ahora.
No, no necesito saber, no necesito una respuesta.
Porque ya la sé desde hace mucho.
Confieso,
viendo como la mirada de Hoseok se endurece.
No puedes responder por mí, Taehyung.
Ni dar por hecho algo que diré.
Me vuelve a regañar
y sin poder evitarlo,
como un niño, agacho la cabeza.
Lo siento...
de todas formas no quiero escuchar una respuesta.
Estoy bien así.
Respondo, casi suplicante,
dejando de abrazar mis piernas y tratando de no chocar
con las de Hoseok.
Aunque me alegra tenerlo cerca,
me siento tan incómodo que quiero
sepultarme bajo tierra.
Yo no y necesito saber algunas cosas...
¿Desde cuándo te sentías así por mí?
Va directo al grano,
sin vacilaciones,
no como yo que me atraganto con mi saliva.
¿Para qué quieres saberlo? Ya pasó, no es como si ahora...
Insinuó, tratando de dejar el tema,
pero vuelvo a mirar el rostro afligido de Hoseok
y sé que no lo dejara tan fácil.
Porque no tenía idea y me gustaría...
me gustaría disculparme contigo.
Se nota que te hice daño y no fue mi intención.
Su boca hace una mueca conocida,
esa que siempre hacía
cuando estaba triste y peleaba con sus padres.
Y yo siempre estaba ahí,
consolándolo como ahora.
Sé que no fue tu intención,
como tu dijiste no tenías idea, no tienes que disculparte.
Hoseok aprieta los labios sin mirarme,
formando una línea delgada,
pensativo hasta que vuelve a mirarme.
En realidad... lo sospechaba.
Claro que sí tengo que disculparme contigo por eso.
Lo miro sorprendido, boquiabierto,
como un pez fuera del agua.
¿Lo sospechabas?
Desvía la mirada
y extiende sus piernas,
rozando las mías
apoyando la espalda y la cabeza en la puerta.
Fue cuando mostraste tu vídeo,
dijiste que era dedicado para el chico del chupetín...
Me hizo creer un momento que era para mí,
todas esas preciosas escenas conmigo en él,
aunque no estaba seguro...
Se detiene,
inhalando y exhalando,
veo como se relame los labios nervioso
y yo relamo los míos,
imaginándome cosas que no debería.
También... un día me pelee con Byul,
bebí mucho y de repente tuve un recuerdo
o una alucinación,
no tengo idea, pero se veía muy real...
Tú me habías... en realidad no sé si fue mi imaginación...
pero tú me habías besado.
Me estabas besando.
Hoseok vuelve la mirada hacia mí,
directo a mis ojos
y me mira suspicaz.
¿Era mi imaginación, Taehyung?, ¿O nos besamos alguna vez?
Me quedo sin aliento,
desvío la mirada y me levanto tan rápido
que Hoseok se pega aun más si cabe a la puerta,
sin dejarme ni un espacio para salir,
ni evitarle.
El cubículo es tan reducido
que solo tengo que dar un pequeño paso hacia delante
y chocar contra su pecho.
Por lo que me apego a la pared a mi lado.
Tengo que irme, perdón.
Digo con rapidez,
pero el cuerpo de Hoseok se tensa
y apoya la mano en la pared,
justo frente a mí,
sin dejarme escapatoria.
Te puedes ir cuando me respondas.
Dice con seriedad,
solo entonces puedo levantar la cabeza
y verle a solo unos centímetros de mi rostro.
La cara me arde,
siento que me sofoco,
pero aun así
arrugo el entrecejo
y lo miro enfoscado.
No puedes obligarme a que te responda nada.
Ladea la cabeza,
impaciente
y no deja de mirarme tan fijamente
que tengo que apoyar
la espalda en la pared del cubículo
para no sentir mis piernas temblar.
Taehyung, por favor, no seas así...
Enarco una ceja
y me cruzo de brazos,
casi abrazandome a mi mismo.
¿Así como?
Lo miro desafiante,
porque eso me ha dolido un poco.
¿Tal vez he sido el único que ha cambiado
y lo odia completamente?
Un amargado y mentiroso.
Dice resolviendo mis dudas,
sin titubear.
Me mira abatido, más que enojado,
así que dejo caer mi fortaleza.
No quieres saberlo, de verdad.
Insisto, tratando de que olvide el tema,
de que me olvide a mí,
de que olvide este momento
y se aleje de una vez por todas,
porque si sigue frente a mí,
jamás dejaré de ilusionarme.
Si que quiero, ¿Vas a responder o no?
Se inclina hacia mí
y ya no puedo hacer nada
por alejarlo.
Sí, Hyung, nos besamos.
[...]
Quiero ver una expresión
de asco en él,
de repugnancia,
de rechazo.
Pero no veo nada de eso,
solo sus ojos abriéndose,
sorprendido,
boqueando sin saber qué decir.
No sé si aferrarme a la idea
de que volver
a él
no sería auto-destruirme.
[...]
¿Cuándo?
Me pregunta,
luego de salir de su ensimismamiento.
Fue en una de tus peleas con Byul,
cuando ella se llevo sus cosas
y me llamaste a las una de la mañana
para que fuera a tu casa porque te sentías pésimo.
Fui, estabas borracho y estabas llorando...
Me detengo,
recordando ese día
y vuelvo a sentir mi rostro arder en llamas,
esperando un comentario despectivo
de parte de él que nunca llega.
¿Y luego?
Incita Hoseok, mirándome curioso,
agarrándome por sorpresa.
¿Luego qué?
Ladea la cabeza, hablando con tanta naturalidad,
que no puedo evitar morir un poco más,
tratando de ocultar mi rostro con mi mano en mi cuello.
¿Fui yo el que te besó?, ¿O me besaste tú?
Mi cara se descompone,
pierdo la calma
y todo en mí es calor.
¡Yah!, ¿Es necesario saber eso?
Me mira intimidante,
pero no da miedo en absoluto,
sino un estremecimiento que me hace temblar,
porque empieza acercarse
cada vez más,
acorralándome contra la pared
y poniendo ambas manos a cada lado de mi cabeza.
Responde o no te irás.
Agacho la cabeza,
porque puedo sentir su respiración en mi rostro
y lo deseo tanto...
[...]
¿Cómo
puedo
seguir
enamorado
de
él?
O
tal
vez
sea
su
recuerdo
que
no
me
deja
escapar.
[...]
Yo te besé.
Lo siento.
No debí hacerlo, de verdad perdón...
Le respondo acongojado,
aunque en realidad
no me arrepiento en absoluto
y puedo sentir la voz de Hoseok
retumbar contra mi mejilla.
¿Y yo te correspondí?
Taehyung, ¿Seguí besándote?
Me pregunta con mesura,
poniendo la palma de su mano,
suavemente en mi mejilla,
para que le mirase.
Le miro
y puedo sentirme derretir ante su toque.
Sí, pensabas que yo era Byul...
Consternado, se aleja de mí
pasándose las manos por el cabello,
como si quisiera golpear algo.
Mierda, soy la peor escoria del mundo, lo lamento de verdad...
Me mira realmente arrepentido,
como si hubiera sido él el culpable de hacerme daño
como si hubiera sido su error,
cuando yo lo causé todo..
Claro que no, tú no tienes la culpa de nada.
Estabas borracho.
Yo tengo que pedirte disculpas por... sobrepasarme contigo.
Lo último lo digo entre dientes,
pero de todas formas logra escucharme
y vuelve a poner ambas manos
apoyadas en la pared detrás de mí.
Nos besamos... ¿Hicimos algo más?
[...]
Aun recuerdo
como a través de aguas cristalinas
las caricias de los dedos de Hoseok
por toda la extensión de mi espalda,
sus labios recorriendo mi cuello
y todo mi pecho.
El sabor de sus lágrimas,
el de su sudor,
su hombría bajo una tela delgada de ropa
friccionando contra aquel
punto enloquecedor entre mis piernas,
sus jadeos
mezclándose con los míos,
boca contra boca,
todo ardiendo
para luego
volverse apagar.
[...]
Taehyung, ¿Hicimos algo más?
Balbuceo nervioso
y suspiro,
secándome las palmas sudorosas en mi sudadera.
N-no...
S-sólo... nos besamos...
en muchos... l-lugares.
Miro de reojo a Hoseok,
quien se tapa la boca con la mano
y mira un punto más allá de mí.
Por Dios, jodida mierda...
Maldice, alejándose de mi hasta chocar
con la pared contraria del cubículo.
¿Estás enojado conmigo?
Pregunto asustado,
esperando un grito por parte de él,
pero en cambio
vuelve a mirarme
con dulzura
mezclado con cierto disgusto.
Claro que no, estoy enojado conmigo mismo.
¿Cómo puedo olvidar semejante cosa?,
¡Hice cosas contigo de las que no recuerdo nada!
Termina refunfuñando,
para luego volver a la misma posición de antes,
dejarme acorralado contra la pared
y con su cara a centímetros de la mía.
¿Qué acaso Hoseok no sabe lo que es el espacio personal?
Aunque no me molesta en absoluto,
si puedo ver claramente
el lindo color de sus ojos.
Necesitas decirme con detalles que te hice, Taehyung.
Dice sacándome de mi ensimismamiento,
al quedarme mirando
el lindo contorno adorable de su nariz y sus labios.
Proceso lo que me ha dicho
y la sangre vuelve a subir hacia mi cabeza,
haciéndome sonrojar.
¡Claro que no te diré!
Es vergonzoso, no voy a decirte nada
aunque estemos toda una vida aquí en este baño.
Hace un puchero molesto
y mueve impaciente la cabeza de atrás hacia delante.
¡Pero tengo que saberlo!
¿Me gustó?, ¿Te gustó a ti?
Ruedo los ojos,
aun cuando me parece tierna su curiosidad.
¡Ah, no seas idiota!
Hace ademán de replicar,
pero me adelanto y trato de abrir la puerta
aunque su brazo
me impide el paso.
¡Que no te diré nada!, ¡Ahora déjame salir!
Trato de empujarlo,
pero es él quien me agarra de los hombros
y me inmoviliza contra la pared.
¡Que no vas a irte, Taehyung!
Estoy entrando en pánico,
porque siento su aliento en mi cuello cuando desvío el rostro.
Apoyo toda mi espalda contra la pared,
dejando de forcejear,
reteniendo el pecho de Hoseok con las palmas de mis manos.
Sus brazos están apoyados hasta los codos a ambos lados de mi cara.
Y lo peor es que me tiene a su completa disposición,
aunque él no lo sepa.
Aléjate o voy a golpearte.
Le amenazo,
tratando de que se aleje
pero en cambio suelta una risa
y niega con la cabeza divertido.
No vas a golpearme...
... o eso quiero creer.
¿Dónde está mi pequeño oso?
Dile que salga porque lo extraño.
Mi corazón empieza a bombear
con más rapidez,
y es aquel mote
el que me hace volver a mirarle
aunque su rostro esté a tan solo centímetros del mío
haciéndome retorcer en mis deseos más oscuros.
Cállate, no me digas así.
Por cosas como esas uno se enamora de ti.
Su sonrisa se borra
al ver la expresión en mi rostro.
Lo siento mucho...
Perdón por hacerte llorar.
Niego con la cabeza,
al ver como su semblante decae,
haciéndome el chico frío y desinteresado que no soy.
No me hiciste llorar...
Las cejas de Hoseok se vuelven a levantar,
mirándome con diversión.
Oh, ¿En serio?
Yo sí lloré cuando te fuiste sin decirme nada.
Agacho la cabeza,
un poco culpable por no haberme despedido
y nunca explicarle las razones de verdad.
Perdón por eso, se suponía que el vídeo sería una carta de despedida...
de mis sentimientos por ti.
Esta vez es Hoseok quien niega,
sin dejarme terminar.
Está bien, ya dejemos de pedirnos disculpas.
Deja de apresarme entre sus brazos
haciéndome extrañar la cercanía
y si tan solo estuviera un poco más loco
le rogaría que volviera acercase
cada vez más
y más...
Pero se aleja y, desilusionándome, abre la puerta.
Nos deja libre a ambos
y yo ya no quiero escapar.
¿Quieres que te compre una hamburguesa?
¿O aun tienes indigestión?
Meto mis manos temblorosas
en los bolsillos de mi sudadera
y lo miro de reojo,
sonriendo por primera vez ante su mirada cómplice,
esa que solo me dedicaba a mí.
Creo que esta vez invitaré yo.
No sé que ha cambiado,
pero quiero averiguarlo.
¿Seguro?
Cuando nos conocimos
también me invitaste una hamburguesa,
pero termine pagando la mitad
porque te quedaste sin ninguno.
Incluso si termino
ahogándome por él.
Tengo ahorros ahora,
puedes pedirte la cajita feliz completa si quieres.
Creo que puedo volver a empezar,
creo que puedo empezar a superar
todas esas cicatrices y temores.
Si él está conmigo una vez más.
Oh, mi Taehyungie está tan grande.
Hoseok aprieta mis mejillas,
como si yo fuera un bebé
lo que me toma por sorpresa
y termino dándole un manotazo avergonzando.
Él se ríe
y yo sigo amando su risa.
Yah, Hyung, cállate.
Río también
y me pregunto cuánto soportaré,
hasta dónde llegara mi límite
para seguir disfrutando
de su compañía.
[...]
¿Vale
la pena
hacerme
tantas
cicatrices
solo por
verlo
sonreír
y
enamorarme
cada vez más?
[...]
A veces no puedo creer
como tu mundo cambia
en un solo día
o cuanto le toma
cambiar todo
en tan solo semanas
o un mes.
A veces,
en tan solo un segundo.
Porque aquí estoy,
fuera de mi nueva universidad,
saliendo de clases
y encontrándome con Hoseok a los pies de las escaleras,
en el estacionamiento.
Está apoyado en el capó del auto,
tomando en un vaso de plástico
lo que supongo es café.
Me mira y hace un gesto para que sepa que está ahí,
esperándome.
Hemos estado así
desde hace dos meses,
cuando hablamos en los baños.
Y luego nos fuimos a pasear en su auto,
porque Jimin me había dejado.
Fue cuando me entere
que mi mejor amigo
lo había planeado todo.
[...]
¿A dónde iremos hoy, Chófer Jung?
¿A mi casa?
Sonríe anchamente cuando estoy frente a él
y salta del capó,
pasándome otro vaso que tenía detrás suyo.
Sin siquiera preguntar,
tomo un sorbo
y es leche de frutilla.
No puedo evitar re-lamerme los labios,
feliz de tomar un sorbo.
Es mi nuevo sabor favorito.
Es una sorpresa, pequeño oso.
Asiento conforme,
antes hubiera insistido demasiado,
pero es mucho mejor cuando no sé donde me está llevando.
Días atrás,
fuimos al resort de Disneyland en Seúl.
Fue fabuloso.
Gracias por venir a buscarme,
no tienes que hacerlo.
Le digo cuando ya estoy dentro del auto
y él también luego de cerrar la puerta del copiloto.
No hace falta, me gusta venir,
me hace recordar cuando iba a recogerte a la escuela.
Suspiro, nostálgico por esos tiempos.
Recuerdo que era la envidia de todos gracias a esa moto.
La moto era genial, es una lástima.
Hoseok arranca y ya estamos
saliendo del estacionamiento,
cuando se gira hacía mí
y me sonríe con aire de niño pequeño, estusiasmado.
Puedo comprar otra moto.
Comenta, a lo que yo niego con rapidez.
No, ni en tus sueños.
Sobre mi cadáver te comprarás otra moto.
Y lo único que hace es reírse,
terminando por desarmar mi rostro serio
y contagiarme también.
[...]
Es finales de septiembre
cuando Hoseok
empieza a trabajar más arduamente
en las canciones que está empezando a componer.
La empresa de entretenimiento para que trabaja,
no solo hace que componga canciones,
también graba las voces de fondo,
con su voz.
Nunca supe que cantase tan bien,
sólo sabía que le gustaba rapear,
porque siempre suele hacerlo cuando se baña.
Estoy hecho un ovillo en su sillón,
ese viejo sillón,
como años atrás.
No puedo creer que aun siga teniéndolo,
pero lo tiene.
Mientras acaricio el pelaje de su perro Mickey que
menea su cola, esperando a que pase mis dedos juguetones por su tripa.
Lame mi mano y gruñe extasiado cuando le hago cosquillas tras la oreja.
Hoseok está sentado en la alfombra
escribiendo en su laptop,
entre el sillón y el televisor que ninguno de los dos ve.
Taehyung, ¿Quieres quedarte a dormir esta noche?
Descargué muchas películas que me gustaría que vieras.
Me dice de repente,
levantando la mirada de la pantalla
y yo me detengo de hacerle cosquillas a Mickey.
Claro, me quedaré.
¡Y me pido la cama de arriba!
Digo emocionado,
volviendo a sentirme tan feliz,
como había dejado de estarlo.
¡Pero si no tengo camarote!
Replica Hoseok, riéndose junto a mí y abultando la boca.
Ah, pues no es mi problema.
¡Ya dije, la cama de arriba es mía!
Y para afirmar aun más,
Mickey ladra emocionado,
moviendo la cola de aquí para allá.
¡Yah, Mickey, controla tu entusiasmo como yo!
Dice Hoseok dirigiéndose a él,
pero no le hace caso,
solo empieza a saltar encima de mi pecho
y tratar de lamer mi rostro.
Mickey me ama más que tú,
mira todo el amor que me da,
es tan lindo, amo a este lindo cachorro tan precioso y...
Empiezo hacerle mimos a Mickey,
quien me hace cosquillas
y saca su lengua hacia mí,
rozando su nariz con la mía.
De reojo veo como Hoseok hace una mueca,
sus labios se abultan
y me mira disgustado.
¡Nadie te ama más que yo!
Lo dice sin pensar
porque tanto como yo,
su rostro está completamente aturdido.
No digo nada,
solo veo como Hoseok se calla
y vuelve a ver su computadora.
Empiezo a sentirme triste
y Mickey lo nota,
porque empieza a sollozar
queriendo que juegue más con él,
pero solo me quedo acariciando su cabeza.
No digas esas cosas, Hyung.
Podría mal interpretarlo,
sé que me quieres y todo,
pero no lo digas.
No sé que expresión estará haciendo,
porque solo puedo ver los ojitos brillosos de Mickey sobre mi pecho.
Es un cachorro tan pequeño
que cabe en todo mi estómago.
Taehyung...
¿Qué pasaría si te digo que estoy confundido?
Su voz suena tan profundamente imperturbable,
no como mi corazón.
Borro cualquier rastro de sonrisa,
y le miro solo para asegurarme de que habla en serio.
Sus ojos están brillosos,
inseguros
y tan asustados como yo.
Entonces no puedo quedarme a dormir, Hyung.
Desvío la mirada, haciendo que Mickey tape mi rostro con su abundante pelaje,
y cierro los ojos,
sintiendo el silencio en la piel.
¿Por qué no? No es como si fuéramos hacer algo, es decir...
La voz de Hoseok titubea,
lo que es suficiente para hacerme negar con la cabeza,
ya seguro de mi mismo.
Tan seguro de que no quiero arruinar
el nuevo lazo de amistad que hemos
vuelto a crear todos estos meses.
El problema es que estás demasiado consciente de mí, Hyung.
No quiero confundirte, no quiero que las cosas cambien ya...
Me gustas tal y como eres,
con novia y todo,
siempre te voy a querer.
Por eso no te confundas,
porque si lo haces,
vas a terminar rompiéndome el corazón.
[...]
¡Hola, disculpa!
¿Puedes ayudarme con esto?
Le escucho decir a un chico de mi universidad,
un chico que suele ir a mis clases,
pero no he tenido oportunidad de hablar con él.
Me sé su nombre solo porque ayuda
en las obras caritativas de la universidad.
Tiene el cabello corto azabache,
es más bajo que yo y delgado,
con una sonrisa de niño pequeño y una camisa a cuadros.
Hola Minjae, claro.
Me mira sorprendido porque se su nombre,
pero solo me agradece.
Le ayudo a poner un gran panfleto sobre salvar a las Ballenas
en la pared de la universidad.
Pasaba por ahí para irme a casa
cuando me he encontrado con él
encaramado a una silla demasiado alta,
con la otra punta que creía sujeta
cayéndose.
Hoseok está de viaje en China,
por su empresa
y yo extraño tanto que venga a buscarme
que siempre termino saliendo de los últimos
cuando las clases se acaban.
¿Cómo te llamas?
Sabes mi nombre pero yo no sé el tuyo, perdón.
Dice luego de que terminamos de poner
todo en orden y vemos el resultado uno al lado del otro.
No te preocupes, no me gusta sobresalir tanto.
Me llamo Kim Taehyung.
Se me queda mirándome fijamente
y luego me señala con el dedo,
como si se hubiera acordado de algo.
Pero sí sobresales, te he visto en las obras de teatro que hacen...
Está sorprendido y yo me río,
mirándole burlonamente.
¿Y aún así no sabes mi nombre?, ¿Tan mal actúo?
Me hago el ofendido
y él niega exaltado.
¡No, no!, ¡Es que soy muy olvidadizo!
Me río de su reacción
porque es tan adorable
que me dan ganas de apretar sus mejillas.
Oh, está bien. Te perdono.
Agarro mi bolso,
que he dejado aun lado cuando le he ayudado
y hago ademán de irme
cuando su voz me detiene.
Gracias por la ayuda, uh...
Tú quisieras, bueno... ¿Quieres ir a comer?
En agradecimiento, pareces agradable y...
Parece nervioso
y me parece un chico genial, por lo que le interrumpo
y asiento feliz.
Está bien, me encantaría.
Su sonrisa se ensancha y luego vuelve a la caja aun costado del panfleto.
¡Genial!
Espérame, tengo que terminar de poner estos dos panfletos más.
Vuelvo a poner el bolso en el piso
y me dirijo hacia él.
Te ayudaré, así terminas más rápido.
Definitivamente, un chico agradable.
[...]
¿Quién es Minjae?
Me pregunta Hoseok, asomándose detrás de mí,
leyendo mi celular
y llegando con dos cafés,
uno de capuchino y el otro de mocachino
sentado en una mesa de nuestra cafetería favorita.
Ya te dije quién es, un chico de mi universidad.
Me está invitando a una fiesta de disfraces, Hyung.
¿Quieres ir?
Le pregunto, al momento en el que se sienta delante de mí.
¿Una fiesta de pequeños osos? No, gracias, que aburrido.
Bromea, pasándome el café
y yo dejo a un lado mi celular
para tomar un sorbo.
Está bien, como quieras.
¿Pero puedes ir a dejarme?
¡Por favor, por favor hyung!
Le pido, juntando mis manos
y haciendo un puchero.
Hoseok trata de no sonreír,
porque puedo ver como sus hoyuelos empiezan a notarse.
Está bien, mocoso.
¡Pero no quiero nada de ebrios apestosos!
Acepta, rendido ante mi casi adorable puchero,
arrebatándome un pedazo de tarta que estaba comiéndome,
pero aún así lo dejo pasar.
¡Gracias, eres el mejor, Hyung!
[...]
Es de noche y es Halloween.
Me he vestido como un vampiro, con lentillas rojas,
sangre por todas partes
colmillos
y una capa.
Hoseok a mi lado viste de un humano vago,
porque ha tenido que trabajar
y lo único que quiere hacer es dormir.
Me acompaña a la casa,
que está rebosante de personas
y veo en la puerta esperándome ansioso
un Minjae vestido de calavera viviente.
¡Hola, Taehyung-ah!
Corre hacia mí,
nos saludamos con un saludo de puño
y pasa un brazo por mis hombros,
atrayéndome peligrosamente a su rostro,
pero no me importa demasiado.
Nos hemos vuelto realmente
cercanos el último tiempo.
Hola, Minjae, ¡Wow, no pensé que ibas a vestirte así!
Si Mickey te viera ahora, querría comerte.
Le digo sonriente y él me mira extrañado,
preguntándome quién es.
La mascota de Hoseok, es un perrito muy tierno y-
Le explico, interrumpiéndome
cuando me doy cuenta
que me he olvidado presentarle a Hoseok,
que sigue oculto detrás de mí.
Por lo que me giro, topándome con una sonrisa rígida
a la cual no presto mucha atención.
Oh, se me olvidaba.
Hoseok Hyung, él es Minjae.
Minjae, él es mi Hyung, Hoseok.
Los presento
viendo como ambos se inclinan en presentación.
Minjae sonríe mostrando sus dientes de bebé
lo que me parece tan adorable que sonrío junto con él.
¡Oh, eres su hermano!, ¡Un gusto!
Miro a Hoseok,
quien sigue con esa sonrisa rígida
mostrándome sus hoyuelos
que me dan ganas de picar con el dedo.
Hola y no, no soy su hermano.
Soy su amigo, uno de sus mejores amigos.
Recalca hacia él,
y no puedo evitar que sus palabras me lleguen como una patada en el rostro.
¡Genial!, ¿También vienes a la fiesta?
¿Por qué tenía que decir algo semejante?
Trato de actuar normal, por eso mismo me adhiero al brazo de Minjae
y hago ademán de irnos hacia la casa.
No, Hyung tiene que irse ya, es un viejo cascarrabias.
Hoseok arruga el entrecejo
y hace ese mohín molesto que tanto me gusta hacer que haga.
Me gusta sacarle de sus casillas
la mayoría del tiempo.
¿Desde cuándo, mocoso?, ¡No me eches!
Hago que Minjae retroceda conmigo,
ignorando el enojo de Hoseok.
¡Adiós, Hyung!, ¡Nos vemos mañana!
Y Minjae levanta la mano, despidiéndose de él.
¡Adiós, amigo de Taehyung!
Hoseok camina hacia mí y hace ademán de tomar mi brazo,
pero lo esquivo y camino con mayor rapidez.
¡Espera!, ¿Con quién vas a irte?
Me pregunta Hoseok,
con un brillo de preocupación en su rostro.
¡Minjae va a dejarme a casa!, ¡Adiós!
Me despedido,
girándome para casi trotar hacia la casa
y arrastrando a Minjae conmigo.
Cuando entro,
me pone feliz el ver a Jimin ahí
y corro hacia él
para presentarle a Minjae.
[...]
Oh, así que te gustan los chicos.
Dice Minjae en mi oído,
bailando bien apegado a mí
mientras siento sus manos en mis caderas.
¿De qué hablas, chico adorable?
Le pregunto un poco mareado,
he tomado tanto que las palabras
salen lentas de mi boca, casi incomprensibles.
Dijiste que te gustaba el tal Hoseok, tu amigo.
Me aclara, a lo que yo sigo moviendo la cabeza
de un lado a otro,
siguiendo el ritmo de la música.
¿Lo dije?, ¿Qué dije?
Pregunto extrañado,
todo lo que digo lo olvido,
o simplemente no me importa.
Sí, hace un momento,
dijiste <<Ojalá estuviera Hoseok aquí para poder besarlo como se besa esa pareja de ahí>>.
Supongo que es la magia de la bebida,
lo que me hace decir cosas que en realidad no las pienso.
Solo las digo, riéndome
como si fuera el mejor chiste del mundo.
Ups, pero eso no significa que me guste.
Minjae sonríe, con su rostro
tan cerca de mi mejilla
que me da cosquillas.
¿Entonces eres de los que besa a las personas aunque no te gusten?
Me encojo de hombros,
en realidad no le he escuchado
solo hago como que sí.
Sí, claro, ¿Por qué no?
Minjae tiene su rostro tan cerca del mío
que hasta puedo sentir su nariz rozar la mía.
Me siento tan mareado,
que no sé si el que se acerca soy yo
o él.
¿Entonces si te beso no te enojaras?
¿Quién me va a besar?
No entiendo lo que me dice,
solo escucho la música
que me hace sonreír.
¿Por qué iba a enojarme algo que hiciese ese chico tan adorable?
No, adelante, ¿Dónde vas a besar-?
Y ya sé la respuesta,
aunque no haya podido formularla completa,
porque me interrumpen los labios de Minjae
moviéndose ansiosos,
encima de los míos.
[...]
Por
un
momento
no
todo
es
él.
Pero aún así...
¿Cómo
se
sentiría
si
esta
boca
fuera
suya?
[...]
[no es el final, lmao, me salio largo]
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