✪𝘾𝙖𝙥𝙞𝙩𝙪𝙡𝙤 16✪


¿Qué tal gente? No publico nada desde el año pasado JAJA

Dedicación para tiii, gracias por leer y votar!!


*****

CONAN GRAY

★━━━━━━━━En el momento exacto en que siento como jalan de mí hacia la salida del escenario, a oscuras, caigo en cuenta de que algo había salido mal a último momento. Pero ni de esa forma logro salir del shock que me provocó ver a dos de las personas que creí que jamás volvería a ver; mi ex-crush y mi ex-mejor amiga. Aunque no sabría cómo llamarlas después de tanto tiempo.

Y estuve tan cerca de ellas...

En cuanto ví las caras preocupadas de Eddie y Collette hice una mueca y me encogí de hombros.

—¿Qué pasó allá afuera, muchacho? —preguntó Eddie.

—Eh... no lo sé.

—¡Conan! ¿Estás bien? —Olivia llegó hasta mí corriendo, preocupada. Le di una sonrisa apenada y asentí con la cabeza—. Qué bien, porque allá afuera los fans se volvieron locos creo.

—Gray—intervino Collette, mirándome fijamente y de brazos cruzados —, ¿no te percataste de que los fanáticos burlaron la seguridad y subieron al escenario para llegar hasta a ti?

Abrí mas mis ojos con aorpresa y me quedé callado unos segundos.

—No—negué confundido. Lo cierto era que por un momento me había olvidado de todo lo demás en cuanto mis ojos chocaron con los de Clea.

Porque era ella, ¿no?

No podría ser que fuera alguien más que se parecía mucho, ¿verdad?

Reconocería esa sonrisa, ese cabello, esa mirada y esas finas y delicadas facciones en cualquier parte.

—Lo lamento—dije simplemente.

—No importa. Lo bueno es que estás bien, ¿verdad? —dijo Liv con una sonrisa tranquilizadora. Sin embargo por la mirada que me dirigió supe que sabía que algo más había sucedido allá afuera.

Algo que probablemente terminaría por decirle. Sí algo he aprendido de Liv durante estos días en los que hemos estado juntos, es que posee unos dotes de persuasión increíble. No por nada llegué tarde a mi propio concierto. Claro que no estoy diciendo que fue su culpa, ya que también fue mi decisión saltarme los últimos ensayos e ir al cine y al centro comercial con ella.

Disfrazados de manera graciosa.

—Ve al hotel, Gray—Collette soltó un suspiro y posó su delicada mano en mi hombro, dándome una mirada calmada—. Arreglaremos este desastre y mañana hablaremos, ¿bien?

Asentí sin decir nada.

—Ella tiene razón. Ve a descansar. Probablemente mañana todo el mundo esté hablando de ti—dijo Eddie haciendo una mueca —. Y de lo que te pasó.

Rodé los ojos.

—Oigan, por favor—bufé cansado—, hoy fue un buen concierto. Es decir, ¡me presenté en el escenario del Central Park! Jamás creí que estaría aquí y por lo tanto nunca di algún show aquí. La gente también hablará de eso.

Olivia me apoyó.

—Él tiene razón —se encogió de hombros —. Todo salió demasiado bien. Y Conan se lució.

Le sonreí en agradecimiento.

—El chófer ya está esperando por usted, joven Gray —avisó uno de mis guardaespaldas llegando hasta mí.

—Gracias—solté un suspiro y me giré hacia Liv—. ¿Necesitas que te lleve al hotel? —pregunté con cierta timidez.

Olivia y yo nos hospedábamos en distintos hoteles. Aunque en la misma ciudad.

—Está bien, Conan. Te lo agradezco —sonrió.

[...]

CLEA
PARKER


Ashley y yo estábamos confundidas y sorprendidas. Ninguna de las dos podía creer lo que había pasado hace media hora atrás. ¡Fue una locura! Tampoco habíamos tenido tiempo de asimilarlo ya que las personas a nuestro alrededor habían comenzado a empujarnos inconscientemente con la intención de poder llegar hasta Conan. Sin embargo... él no había apartado la mirada de mí ni de Ashley.

Recordar su expresión me causaba cierta sensación de felicidad y confusión. ¿Y si nos había reconocido?

Y luego las luces se habían apagado de pronto. Conan había desaparecido y las personas de seguridad se encargaron de mantener el control. Ashley y yo tuvimos que salir rápidamente de allí porque nos estábamos sofocando.

—Increíble. ¡Simplemente increíble! —mi mejor amiga soltó un bufido y se quitó los tacones rojos con frustración —. No puedo creer que se me haya ocurrido venir con estos condenados zapatos. ¡Todo el concierto aguantando el dolor ahí, parada! ¡Sin poder sentarme!

El taxista nos lanzaba miradas curiosas por el espejo retrovisor de vez en cuando.

—Ash, te dije que no debías traerlos—rodé los ojos sin prestarle tanta atención. Mi mente aún seguía en el concierto, junto a Conan.

—¡Y una mierda! Tengo los jodidos talones hinchados—lloriqueó.

—Sí le sirve de algo, señorita —intervino el chófer en un tono de voz amable —, le quedan divinos.

—Ay, qué agradable sujeto. ¡Te lo agradezco! ¿Ves, Clea? Tú no me dijiste nada.

Solté una risita y negué con la cabeza.

—¿Pero sabes una cosa? —continuó, moviendo sus cejas de arriba a abajo.

—¿Qué?

—Conan se veía aún mejor—afirmó con una sonrisa—. Sigue muy guapo de hecho, ¿no lo crees? El cabello largo y rizado le sienta bien.

Era cierto. La última vez que había visto a mi ex-mejor amigo fue cuando su cabello le llegaba un poco más arriba de los hombros con ligeras hondas. Me dio nostalgia recordar eso. La mayoría de fotos que teníamos Conan y yo, enmarcadas, las había dejado en Texas, en mi antigua habitación, probablemente ahora estaban en una vieja caja llena de polvo. Porque lo único que había traído de él era la última foto que nos habíamos sacado en la fiesta de graduación en la secundaria. Y cuya foto vieja y un poquito arrugada, se encontraba al final de las hojas en mi carpeta con anotaciones de mis clases.

Tal vez era un poco raro y hasta sonaría normal para alguien de primaria o secundaria, pero se supone que yo ya era una "adulta". Y pese a todo, yo siempre traía esa foto porque de esa forma me sentía más cerca de mi pasado, de los buenos recuerdos. Los cuales en todos ellos estaban mi mejor amigo y confidente.

A veces creía que el tiempo había pasado muy rápido para nosotros.

Una vez llegamos al edificio de la universidad justo antes de la media noche (que era la hora en que las puertas cerraban), saludamos a la mujer detrás del mostrador y nos dirigimos al ascensor.

—¿Qué hora crees que sea?—preguntó mi mejor amiga mientras subíamos a nuestro piso.

—No lo sé. No tengo mi celular conmigo.

Ash dejó de revisar su bolso y me miró con confusión—Qué raro que no sea así. Siempre lo traes contigo.

—Lo dejé en el auto de Derek junto a mi bolso—solté sin más y me encogí de hombros.—. Por lo menos así no intentará llamarme. No tengo muchas ganas de hablar con él.

Las puertas del ascensor se abrieron y caminamos por el pasillo hasta llegar a nuestro pequeño especie de departamento-habitación. El espacio consistía en una pequeña sala de estar que conecta a la cocina, luego dos pequeñas habitaciones y el baño. Era lo básico, y de todas formas no importaba ya que nos la pasábamos más tiempo en clases que aquí.

Por otro lado, Derek no vivía en el edificio y por el contrario tenía su propio departamento el cual sus padres le ayudaban a pagar. Por eso mismo estaba segura de que no me lo encontraría por los pasillos a menos que él quisiera venir a buscarme. Pero vamos, Derek es un maldito orgulloso. Y era probable que se sintiera molesto conmigo.

Sin embargo lo único que me molestaba era que yo no sería capaz de pedirle de vuelta mi bolso y mis pertenencias.

—¿Qué fue lo que pasó entre ustedes esta vez?—preguntó Ashley cerrando la puerta detrás de sí cuando ambas estuvimos en el departamento. Caminé hasta mi habitación con ella siguiendome, y me arrojé hacia la cama muerta de cansancio. —. Es decir, apenas se habían reconciliado.

—No quiero hablar de eso ahora, Ash. Tal vez mañana—decidí tomar mi laptop para entrar a la app de whatsApp desde ahí.

Ashley tomó asiento en la silla del escritorio y se quedó allí en silencio.

—Pero mencionaste algo sobre haberle dicho que... Conan y tú fueron amigos—murmuró con cautela—. Y él no te creyó.

Solté un bufido lleno de frustración.

—Jamás debí haberle dicho eso...—fruncí el ceño al ver la notificación del correo—. Porque fue un impulso tonto.

—Bueno pero tú solo lo defendiste, ¿no?

Pulsé el botón correspondiente para ver de qué trataba el correo. Y entonces deseé no haberlo hecho; eran los requisitos que pedían para el último proyecto de mi carrera. El concurso que si lograba ganar me abriría muchas puertas. Ahora más que nunca debía esforzarme.

—Me quiero morir—lloriqueé del estrés al pensar en todo lo que de debía ocuparme ahora.

—¿Y ahora qué te sucede?

Miré a Ashley haciendo un puchero con los labios.

—Es el proyecto final—respondí todo con esas palabras. Mi amiga hizo una mueca.

—Hay rumores por parte de los estudiantes de Diseño. Dicen que vendrá una persona...

—Sí, lo sé—interrumpí y solté un suspiro—. Yo también escuché algo así. Te refieres a ésta persona especial que será parte de los jueces del concurso, ¿no? Dicen que no es un experto en esta carrera—rodé los ojos—. Así que no sé porque demonios será parte de esto.

Ashley lo pensó un momento y terminó por encogerse de hombros—Supongo que esta Universidad está llena de sorpresas. A los directivos les gusta experimentar parece.

Seguí leyendo en la laptop.

—Solo espero que ese juez que no tiene idea de lo que es el Diseño no me presente ningún problema.

—Son simples rumores, Clea.


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