✪𝘾𝙖𝙥𝙞𝙩𝙪𝙡𝙤 14✪

Un dato: el Conan "2" fue el de la primer temporada. Y ahora estamos con el Conan "3".

CLEA
PARKER


★━━━━━━━━Una de las cosas que más me recuerdan a mi adolescencia era el helado y los parques. De hecho, esas cosas tan simples eran lo único que seguían muy presentes en mi vida. Sí bien ya no tenía tanto tiempo para salir y todo eso, cada vez que tenía un pequeño tiempo libre solía ir por un helado y luego al parque.

A veces con Ashley.

Pocas veces con Derek.

Jamás con mis amigas de la universidad.

Y a veces sola.

¿Por qué? Pues de alguna forma me hacía sentir más cerca de casa. Y sí, tal vez podía sonar como una niña pequeña, pero lo cierto era que extrañaba aquellos tiempos en los que lo único que debía hacer era estudiar, ayudar a mamá con la casa, y después salir e ir directo a la casa de mi mejor amigo cada vez que estaba aburrida o libre. Y luego, ir por un helado los dos al parque más cercano.

Una pequeña curva se formó en mis labios al recordar eso.

Aquel chico de cabello largo hasta los hombros, con ligeras ondulaciones, de sonrisa perfecta y comentarios sarcasticos pero graciosos. ¿Qué estaría haciendo en estos momentos? Seguro estaría muy ocupado con su nueva vida.

"Voy por dos helados. Te gusta el de sandía, ¿no?"

—Aquí estoy—pegué un pequeño salto en mi asiento, mirando a Derek desde abajo un poco desorientada. Su voz se había confundido con la de Conan en mis pensamientos de pronto. —. ¿Estás bien?

Me quedé en silencio, parpadeando. Negué con la cabeza rápidamente, volviendo a la realidad.

¿Qué había sido eso?

—¡S-sí! Perdón —tomé el batido que Derek me ofreció luego de haberse sentado frente a mí. Él tomó el suyo y me observó con el ceño fruncido, confuso.

—¿En qué pensabas? Te veías distraída —dijo antes de tomar un sorbo de su bebida.

Por mi parte, moví la bombilla de un lado para otro, riendo un poco con nervios.

—Solo pensaba en la universidad —mentí, restándole importancia.

Derek soltó un bufido.

—Creí que habías terminado con tu proyecto.

Hice una mueca, frustrada. No miré a Derek en ningún momento.

—No es eso—negué—. Es solo que... los profesores están preparado algo. Es decir, oí que traerán a alguien que decidirá que proyecto será el ganador para poder materializarlo. Pero para eso debe de ser lo suficientemente increíble.

—¿Y eso te preocupa por qué...?

—Porque eso me ha tomado desprevenida—admití soltando un fuerte suspiro. No era mi intención hablar de esto, pero ahora no podía parar —. Ahora me siento insegura. No sé sí lo que hice fue lo suficientemente increíble para lograrlo.

Vi como Derek fruncía el ceño y ladeaba la cabeza, dejando de lado su batido.

—Creí que tu carrera solo se trataba de dibujar y decorar.

Evité rodar los ojos. No era un comentario que no me hayan hecho antes. Sin embargo me sentía un poco estresada respecto al tema, y el hecho de que dijera eso no ayudó. Sin embargo omití responder de forma brusca. Después de todo, Derek no estudiaba diseño de interiores.

¿Cómo él sabría que se trataba más de arquitectura qué decoración? ¿Cómo sabría él que mi verdadera frustración eran las medidas de cada parte de la casa que diseñaba, para poder hacerlo funcional y a la misma vez hermoso y original? ¿Cómo decirle que me estaba quedando sin ideas para poder crear toda una casa que sea lo suficientemente buena para impresionar a ese tal jurado del que tanto hablan mis compañeros?

Seguro sería todo un experto y crítico en el tema.

—No puede ser tan difícil —dijo Derek a modo de broma.

—En realidad es igual o más complejo que tu carrera —dije en un murmuro para después bajar la mirada y tomar un sorbo de mi batido. Hice una mueca.

—¿Pero sí no ganas con tu proyecto habrás perdido tres años de universidad? —preguntó Derek echándose en la silla, llevándose la pajilla a la boca.

Me quedé pensando.

—Pues no.

—¿Y entonces?

Lo miré molesta ante su actitud tan despreocupado.

—¡Derek! ¡Esto podría ser muy beneficioso para mí! —me incliné en la silla—. Imagínate si ganara y me permiten llevar a cabo mi proyecto. ¡Imagínate poder estar a cargo de toda la construcción! Ya no lo haría a través de una computadora. Podría estar al mando desde el comienzo hasta el fin, y darle vida a lo que tanto me costó crear—hice una mueca, pensando en mis palabras —. Bueno... darle vida no, pero ya entiendes.

El chico de ojos verdes me observó perplejo. Tal vez intentando recordar en qué momento me había vuelto una obsesiva con mi carrera. Pero no me importó. ¡Era mi sueño desde hace tres años! Luego de haberme cambiado de carrera casi cuatro veces debido a mi falta de decisión y pasión por el trabajo que quería, al fin había encontrado algo que realmente me gustaba.

¿Quién lo diría? La Clea de hace años, la cual sacaba calificaciones promedios y casi bajas, a la cuál solo le gustaba divertirse y no pensar en la vida adulta, ahora podría estar a punto de convertir su sueño en realidad y a su vez terminar la universidad.

—Está bien—mi novio soltó un suspiro y se acomodó en la silla—. Perdona si crees que no le tomo la suficiente importancia como tú.

—Derek—solté un bufido ante su actitud ofendida, y estaba por disculparme por haberlo hecho sentir mal o incómodo. Sin embargo, unas chicas, que habían entrado a la heladería entre chillidos emocionados, llamaron mi atención.

—¡No lo puedo creer! ¡Iremos a un concierto de Conan Gray!

—¡Gracias al cielo pudimos conseguir las entradas!

—¡Sí! ¡Y casi que no llegamos, eh!

—Se vendieron muy rápido, chicas.

Las miré con suma atención desde que pidieron sus helados hasta que tomaron asiento en unos lugares más lejos. Era imposible no escucharlas, ya que se notaba que estaban muy emocionadas.

—Una amiga mía me dijo que no pudo conseguir una entrada porque ya estaban agotadas. ¡Imagínate tú!

—Ay, amiga. Y eso que salieron a la venta a las seis de la mañana.

—Es cierto. Pero mi amiga quiso comprarla por internet a eso de las tres de la tarde. ¡Y ya no habían!

—Vaya—mi atención se dirigió a Derek, que también había estado escuchando a las chicas. Él tomó un sorbo de su batido y soltó con una sonrisa burlona—. El gay sí que las trae locas.

Lo miré con gran sorpresa, totalmente shockeada por sus palabras. ¿Desde cuándo Derek se dirigía así a las personas?

—Creí escuchar que se llama Conan Gray —intervine y tomé otro sorbo de mi batido apenas empezado, solo para comprobar que en verdad no me gustaba su sabor. ¿De qué sería?

—Da igual. Su música no es tan buena—dijo él restándole importancia. —. No sé tú, pero yo creo que sus canciones son muy depresivas. ¿Quién  le habrá hecho tanto daño? —y soltó una risa llena de burla.

Yo, moviendo la bombilla de un lado a otro, incómoda, solo pude agachar la cabeza sintiéndome cohibida de pronto.

—Yo creo que es muy talentoso—pude soltar en un murmuro.

—Clea—mi novio soltó un suspiro—, no digo que no tenga talento. Pero, ¿has visto como suele vestir a veces? Es un tipo raro. Es seguro que tira hacia el otro bando.

Fruncí el ceño de pronto, sintiendo como el enojo me invadía de pronto. ¿Cuál era su problema? ¿Acaso mi novio había resultado ser un maldito homofóbico que no se mordía la lengua a la hora de hablar de esa forma de las personas con otra orientación sexual? ¿Acaso le molestaba o afectaba en algo?

¿Y a ti?

Él estaba hablando de mí mejor amigo.

NADIE hablaría mal de mi mejor amigo frente a mí.

Por lo mismo que, notablemente molesta, clavé mi mirada en la de Derek y solté con una brusquedad impropia de mí:

—¿Cuál es tu maldito problema con Conan?

Mi novio me miró sorprendido ante mi enojo repentino y "sin causa".

—No tengo ningún problema con él. Solo digo lo que pienso—respondió con toda la tranquilidad del mundo.

—No deberías decirlo todo entonces. No de esa forma al menos.

Mi novio pareció incrédulo ante mis palabras, como sí fueran totalmente estúpidas. Y me lo hizo saber por medio de una pequeña carcajada burlona. Se cruzó de brazos y me miró con una ceja alzada.

—¿Acaso no conoces lo que es "libre expresión"? ¿Vas a prohibirme decir lo que pienso, mi amor?

—No, pero...

—Por favor, bebé—rodó los ojos —, ¿te das cuenta de que iniciarás una discusión  por algo completamente estúpido? No entiendo porque te has puesto tan tensa. ¿Acaso eres fan de él y yo no lo sabía?

—¡Conan es mi mejor amigo! —solté de pronto sin detenerme a pensarlo. Tampoco me di cuenta de que había alzado la voz más de lo normal y por ende algunas personas habían girado a vernos. Rápidamente me acomodé en mi asiento, totalmente abochornada.

Derek también lucía algo avergonzado de la atención. Sin embargo no dió por terminada la "charla".

—¿Es tu mejor amigo, dices? —repitió, burlón. —. ¿Y eso desde cuándo? Porque yo jamas lo he visto contigo.

—Bueno, en realidad hace unos años... —quise explicar, avergonzada.

Pero Derek me interrumpió. Era obvio que me estaba tomando el pelo y que no me creía para nada.

—Además, si es tu mejor amigo, ¿por qué no está aquí contigo?

Auch.

Y con esa simple frase me dejó callada. Volví a la realidad cruelmente, sintiéndome como aquella vez que me pareció ver a mi mejor amigo en aquella absurda fiesta; Decepcionada.

¿Por qué me dolía tanto? ¿Por qué no pude responder a eso con la verdad?

Porque solo quedarías como una chica a la que ilusionaron y dejaron el mismo día en que confesó sus sentimientos.

Pero eso no había sido culpa de Conan. Era inevitable. Yo no podía simplemente decirle que no se fuera y que abandonase su sueño y la oportunidad de cumplirlo, solo para estar conmigo.

¿Y la actitud distante que tomó contigo después? ¿Eso lo justificarás también?

Maldita sea. Mi parte rencorosa podía ser cruel a veces, pero no mentirosa. Tenía razón.

Pero...

—Clea, no quiero discutir contigo por un extraño que no tiene nada que ver en nuestras vidas—dijo Derek luciendo sincero. Extendió su mano por encima de la mesa para intentar llegar hasta la mía —. Bebé, sabes que te amo y...

Aparté su mano de la mía y me puse de pie.

—Tengo que irme, Derek. Lo siento—y me di media vuelta dispuesta a salir de aquel lugar sin mi novio.

—¡Clea! ¿Pero por qué te vas? —escuché como se puso de pie. —. ¿Todo esto por ese estúpido cantante?

Y entonces me detuve, siendo conciente de que en mis manos aún sostenía ese horrible batido con sabor a mango que siempre odié. Y me giré hacia Derek, caminé a paso firme y estampé el batido en su pecho. Él lo tomó rápidamente y de forma inconsciente, mirándome perplejo.

—Sí—respondí—. Porque nadie se mete con mi mejor amigo. Y para tu información, odio el mango y me encanta el helado de sandía. Eso incluso lo sabe hasta Conan, que jamás fue mi novio.

Y con eso, me fui de allí.

Sabía que mi bolso y mi celular estaba en el auto de Derek. Pero eso era lo que menos me importaba ahora.

Porque ahora sabía lo que quería. Y para obtenerlo debía darme prisa. Por eso mismo, comencé caminando rápido, luego troté y finalmente me vi a mí misma corriendo por la enorme ciudad de Nueva York entre las personas. Trataba de esquivarlas con éxito, mientras que otras se llevaban un leve empujón de mi parte.

—¡Lo siento! —me disculpé con un hombre al que le había empujado con el hombro. Eso había dolido.

Seguí corriendo hasta sentir que me quedaba sin aliento. Me detuve en una acera, a punto de cruzar una calle. Pero el semáforo en verde y la cantidad de autos que manejaban me lo impidió. No podía simplemente atravesar la calle y arriesgarme a que me atropellaran.

Esperé impaciente el cambio de semáforo. Y como si se hubiera tratado de una señal, en una de las enormes pantallas de la ciudad de Nueva York, apareció el rostro de Conan Gray. Era un anuncio sobre el concierto que daría ésta noche. Lo observé sin aliento, desesperada por llegar hasta el departamento.

Apenas ví el color rojo en el semáforo comencé a correr nuevamente.

Yo había hecho una promesa hace años.

—¡Mami, es Conan Gray! —dijo una niña señalando la televisión a través de una vidriera de una tienda. De hecho habían varios televisores y en todas las pantallas aparecía Conan, cantando una canción que no reconocí. No me detuve a mirar. Solo pasé de largo.

Tan cerca de llegar al departamento...

Yo le prometí a Conan estar en uno de sus conciertos y apoyarlo.

Sin importar qué, yo estaría para él.

—¡Señorita Parker! —exclamó asustada la mujer detrás del mostrador cuando entré corriendo al edificio en el que vivíamos.

—¡Lo lamento, Sra. Estela! —me disculpé sin dejar de correr.

Los ascensores estaban ocupados, así que no me quedó de otra que subir las escaleras. Rogando porque las entradas para el concierto no estuvieran agotadas. Sino, sería el fin definitivamente. Y no tendría otra oportunidad en mucho tiempo para poder verlo.

—¡Clea! —gritó mi mejor amiga cuando azoté la puerta del departamento, deteniéndome al fin. Tomé una bocanada de aire y coloqué mis manos en mis rodillas para intentar recuperarme. —. ¡Por Dios, niña! ¿Qué te ha pasado? ¿De donde vienes así?

—No...—respiré—... importa.

—¿Cómo que no...? ¡Oye! ¿A dónde vas? —cerró la puerta y me siguió hasta la habitación totalmente confusa por mi actitud. Me vio tomar la laptop con desesperación y encenderla impaciente —. ¿Clea?

—Dame un momento—cuando se encendió, entré a internet y escribí la página que estaba buscando.

—¿Qué es lo que quieres? —se sentó a mi lado y se acomodó los lentes. Se sorprendió —. ¿Entradas online? ¿Qué...?

Busqué las entradas para el concierto de Conan Gray, sintiendo mis dedos temblar y mi corazón latir con fuerza contra mi pecho mientras esperaba a que la página cargara.

—Clea...—Ashley soltó un suspiro. Cómo si ya esperara lo que ocurriría a continuación.

Tragué saliva con fuerza.

La página cargó.

Y toda mi emoción y esperanza se esfumaron en el momento en que en la pantalla figuró en letras grandes y rojas la palabra "Entradas agotadas".

No. No. No. No.

¿Qué?

—Amiga, lo siento—Ashley posó su mano en mi hombro.

Me ví incapaz de apartar la mirada de la pantalla. No podía creerlo, no quería aceptarlo.

Conan...

Solo quería estar ahí para ti...

Mis ojos se llenaron de lágrimas y dejé la laptop a mi lado, en la cama. Ignoré el ardor en mi garganta que suplicaba por agua, incluso el dolor en mis piernas. Lo único en lo que pude pensar fue en lo estúpida que fui al no haberme dado cuenta antes.

—Tal vez...—solté un sollozo y bajé la mirada —... debí haber corrido más rápido.

—Clea, ¿qué pasó con Derek? —preguntó mi mejor amiga en un tono de voz suave, tomando mi mano.

—Discutí con él porque habló mal de Conan, Ashley—sorbí mi nariz—. Yo le dije que él es... fue... mi mejor amigo. Y lo dejé sólo en la heladería.

—¿Y por eso corriste?

Negué con la cabeza y me limpié una lágrima de la mejilla, tomando aire.

—Yo...—mojé mis labios resecos y sonreí sin ganas—. Creí que... le había hecho una promesa a Conan, ¿sabes? Cuando éramos adolescentes. Siempre prometí apoyarlo... le dije que estaría para él en sus conciertos sin importar lo que sucediera entre nosotros. Le dije que... —sollocé.

—Ay, amiga—Ashley me abrazó —. Por eso corriste hasta aquí, ¿verdad? Para conseguir una entrada.

Asentí.

—Pero fue en vano. ¡Incluso esas chicas dijeron que ya no habían!

Un silencio llenó la habitación, dónde lo único que se escuchó fueron mis sollozos. La tristeza me había invadido por completo y sabía que me arrepentiría por mucho tiempo de no haber dejado mi orgullo de lado y no haber aprovechado la oportunidad para ver a mi mejor amigo.

Mi única oportunidad. Porque después de este concierto, Conan no vendría a Nueva York en mucho tiempo probablemente. Y entonces yo no lo vería.

—¿Por qué querías ver a Conan?

—Ya te lo dije Ashley —sorbí mi nariz y rodé los ojos.

—¿Le dirías algo sí lo tuvieras enfrente? ¿Te harías reconocer por tu mejor amigo?

Me quedé pensando un momento. Esa pregunta me había tomado desprevenida completamente. Es decir, ¿lo haría? ¿Conan me reconocería? Un momento, ¿cuánta sería la probabilidad de que eso sucediera? Casi nula. Sin embargo, y pese a todas mis dudas, respondí.

—Tal vez.

—Qué bien—Ashley se levantó de la cama y me dió la espalda mientras caminaba hasta su mesita de noche. —. Entonces prepara tu discurso porque... ¡IREMOS A UN CONCIERTO DE CONNIE GRAY! —y me mostró dos entradas que parecieron brillar en sus manos. Intactas. Nuevas.

Abrí la boca en una perfecta "O". La cerré. La volví a abrir. La cerré de nuevo. Señalé las entradas con un dedo acusador, que se dirigieron hasta Ashley.

—¡TÚ!

—¡YO! ¡SÍ!

—¡¿Por qué no me dijiste antes?! —me levanté de un salto.

—Creí que no aceptarías. En realidad estaba pensando en un plan para que aceptaras ir pero veo que no hace fal...

—¡Maldita perra desgraciada! —me tiré encima de ella y la abracé fuertemente —. ¡Gracias! ¡Gracias! ¡Eres la mejor! ¡Ahora entiendo porque estabas despierta tan temprano hoy!

Ashley soltó una carcajada y me devolvió el abrazo.

—Me debes una grande, eh. Mira que hacerme madrugar así —se hizo la ofendida. Las dos nos miramos y soltamos un gritito para empezar a saltar por toda la habitación, emocionadas.

—¡No puedo creerlo! ¡Ni siquiera lo sospeché! —dije riendo.

—¿Cómo iba a desaprovechar la oportunidad de cobrarle una pizza al tonto que me hizo salir con Luke en la secundaria?

Reí ante eso. Sabía esa historia. Cuando Conan y Ashley se las ingeniaron para apartar a Luke del camino de Conan, y que de esa forma yo pudiera aceptarlo como pareja de baile.

Idiota adorable. Lo que él no sabía era que yo lo habría aceptado de todas formas.━━━━━━━━━★

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