🥀 Capítulo 3🥀

★━━━━━━━━Derek no soltó mi mano en ningún momento hasta estar lo suficientemente lejos de su grupo de amigos. Sin embargo aún podía sentir sus pesadas miradas, sedientos por saber el chisme. Era muy probable que en este momento yo fuera la "mala novia y tóxica" para ellos. ¿Pero me importaba? Claro que no. Ni un poco. Aunque eso no debía saberlo Derek.

—¿Qué? —solté un poco molesta ante la mirada de desaprobación de Derek.

—¿Qué es lo que pasa contigo? —preguntó con brusquedad—. Has actuado de forma rara últimamente.

Elevé una ceja.

—¿Rara? —repetí, incrédula.

—Sí, Clea. Rara. Y hasta distante conmigo. Dime, ¿en serio estás tan ocupada con la universidad o simplemente te cansaste de mí? Porque sería algo tonto si fuera eso. Ya que nunca estamos juntos.

Rodé los ojos, cansada de discutir el mismo tema.

—Derek, ya hemos hablado de eso—dije con frustración —. Esto no se trata de ti.

—Obvio no—evité rodar los ojos de nuevo ante su reclamo —. Ni siquiera me dices "amor" o "cariño". Ahora solo soy Derek para ti.

—Hace un momento te lo dije y lo primero que hiciste fue reclamarme algo tonto—defendí—. Escucha, no quiero pelear contigo, Derek. No de nuevo. No por lo mismo—lo miré suplicante.

Él se cruzó de brazos y desvío la mirada, entre molesto y pensativo. Sus cabellos que cubrían parte de su frente se movían levemente debido a una suave brisa, haciéndole ver atractivo. De esta forma se podía apreciar perfectamente sus facciones masculinas; mandíbula marcada, nariz respingada, sus pómulo, sus pestañas largas y espesas que cubrían unos relucientes ojos verdes.

—Está bien —soltó un suspiro y me miró suavizando su expresión —. Tampoco quiero pelear contigo, linda. Te he extrañado, ¿bien?

No lo parecía momentos atrás. Cuando estabas con Emily.

Me tragué las ganas de reclamarle eso. No arruinaría el momento por culpa de tontos y para nada importantes celos. Después de todo, ahora estaríamos bien.

—Ven aquí —me atrajo entre sus brazos, rodeando mi cintura a la vez que yo rodeaba su cuello, escondiendo mi rostro en él.

Su perfume varonil y fuerte siempre fue algo que me atrapó de él. Era como si tuviera la posibilidad de nublar mi mente y hacer que me olvidara de todo. Y más aún cuando me miraba y sonreía.

Demonios. Él me tenía malditamente mal.

—¿Sabes? —murmuró en mi oído con su voz ronca sin soltarme —. Podría perdonarte por no dedicarme tiempo con una condición.

—¿Qué cosa? —pregunté con una sonrisa tonta. Derek me alejó suavemente de él y tomó mi barbilla dulcemente para que lo mirase.

—Qué salgas conmigo esta noche—respondió con su vista posada en mis labios—. Hay un lugar algo lejos de aquí, y quiero llevarte ahí. Te encantará, lo prometo.

—¿Lejos?—cuestioné con curiosidad.

—Sí. ¿O me dirás qué debes estudiar? —soltó una risa—. Es sábado, cariño, hay que disfrutarlo. Y, ¿sabes qué? Tengo muchos conceptos de diversión.

No pasé por alto el tono con el que había dicho aquello. Lo cual me daba una idea de lo que quería conseguir.

—Me parece bien—sonreí.

Derek posó sus labios sobre los míos, pero antes de que se inclinara hacia mí alcancé a notar una mirada llena de envidia y odio que nos observaba a unos cuantos metros.

La mirada de Emily.

◃───────────▹

Saludé a la mujer que estaba detrás del mostrador, encargada de supervisar quién entraba al edificio que era propiedad de la universidad, exclusivamente para becados. Ella me devolvió el saludo y entonces entré, caminando hasta el ascensor que me llevaría hasta mi habitación con Ashley. Sin embargo, cuando las puertas estaban a punto de cerrarse, dos chicas me hicieron señas para que lo detuviera y así lo hice.

—Te lo agradecemos —dijo una de cabello negro y largo, con voz agitada pero amable.

—No hay de qué —sonreí con amabilidad.

Luego de eso ellas se pusieron a hablar entre ellas de temas triviales que no me importaban. Las conocía, iban a mi clase. Pero jamás había mantenido una conversación con ninguna de las dos. Por lo tanto no éramos cercanas.

Cuando estaba pensando en lo que me pondría esta noche para mi cita con Derek, un comentario de una de las chicas me llamó la atención.

—Dicen que vendrá a Nueva York a dar un concierto —dijo con emoción una chica de cabello castaño y ondulado —. Apenas salgan las entradas compraré una. ¡No perderé la oportunidad de escucharlo cantar Heather!

Mi respiración se congeló.

—Oh, Darla—rió la otra chica—. Tú lo conociste por Heather, pero te recomiendo escuchar sus otras canciones que también son geniales.

—¿Cómo cuál?

—¡Las de su último álbum, boba! ¿Irás a un concierto de Conan Gray solo por Heather?

—Sí, ¿por qué?

Ay, ésta chica.

¿Acaso no ha escuchado la canción de la cafetería? Si tan solo supiera como se llama.

Un momento, ¿CONAN VENDRÍA A NEW YORK? 

¿Ése Conan?

Nuestro Conan. Diría Ashley.

—Hace tiempo dejó de ser nuestro —murmuré inevitablemente, llamando la atención de las chicas.

—¿Disculpa? —preguntó la chica de cabello castaño.

Las puertas del ascensor se abrieron.

—Nada. Solo decía que no se arrepentirán de ir al concierto de Conan Gray —salí del ascensor y las miré sobre el hombro—. Dicen qué es bueno en lo que hace.

Excepto cuidando a su mejor amiga. Cómo prometió.

Basta. Debía sacar esos pensamientos de mi cabeza. Conan no se lo merecía. Él solo siguió su camino y yo el mío.

Cómo sabíamos que pasaría.━━━━━━━━━★

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