✪𝘾𝙖𝙥𝙞𝙩𝙪𝙡𝙤 20✪
️⚠️Nota importante abajo! Favor de leer todo please.
Dedicación para tii
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CONAN
GRAY
★━━━━━━━¿Dónde demonios está?
Me pregunté mentalmente, con la respiración agitada. Busqué con mi mirada una cabellera castaña y corta hasta los hombros, sin éxito. Simplemente había desaparecido de los pasillos. Y pese a que tenía muchas preguntas en mi cabeza y mi desánimo cayó un poco no pude evitar preguntarme con una incredulidad casi graciosa:
¿Desde cuándo le gusta correr?
Solté un suspiro de resignación y me di media vuelta dispuesto a irme. Di unos cuantos pasos por el pasillo aprovechando que nadie rondaba por ahí.
Y entonces la vi.
Fruncí mis cejas con curiosidad y avancé hacia un pequeño cuadrado colorido que era ajeno al suelo. Me agaché y lo tomé en manos; una foto.
No pude ocultar mi asombro ante lo que tenía en mis manos. Y es que no se trataba de cualquier foto; sino una dónde yacían dos adolescentes. Una chica de cabello castaño claro y largo, de sonrisa divertida y ojos muy expresivos. Y abajo de ella, sujetándola, un chico de cabello corto y ligeramente ondulado. También sonreía y se le veía bastante feliz. Risueño.
Éramos Clea y yo.
Tragué saliva y una sensación nostálgica me invadió. Y pensé en que sin duda alguna aquella foto le pertenecía a Clea, y que de seguro se le habría caído en cuanto huía de mí.
—¡Muchacho!—exclamó una voz masculina detrás de mí—. ¡Nos has asustado! ¿Por qué has salido corriendo así?
Rápidamente guardé la foto en el bolsillo de mi pantalón y me giré, encontrándome con unos cuántos pares de ojos mirándome con desconcierto y asombro. Entre ellos; Eddie y Colette.
Carraspeé mi garganta, incómodo. No sabía que decir.
—Lo lamento—dije simplemente—. Creí haber reconocido a alguien.
—¿Esa chica era amiga tuya? —preguntó uno de los profesores, sorprendido.
—No, no—negué rápidamente. No quería tener que dar explicaciones a nadie.—. Solo... olvídenlo. ¿Seguimos con el recorrido?
Los profesores y director se miraron confusos, pero terminaron por aceptar. Sin embargo, cuando volvieron a retomar la antigua conversación sobre la universidad, sentí el peso de la mirada de alguien. Giré mi rostro hacia la derecha y ví a mi manager, Colette, dándome una mirada curiosa; como si sospechara algo. Le sonreí tímidamente y volví la vista hacia al frente, escuchando atentamente lo que me decían o señalaban.
Pero en mi mente no podía parar de repetir la escena en que había vuelto a ver a mi ex-mejor amiga. Y ahora podía confirmar completamente que ella sí había sido real aquella noche del concierto, y que probablemente vive aquí, en Nueva York. Y que, definitivamente, estudia en esta universidad.
Ahora la pregunta era, ¿por qué había salido corriendo así de repente? ¿En serio estaba evitándome? Y si era así, ¿por qué?
Idiota. Lo hace porque no quiere verte. Dijo una parte de mi cabeza. Y dolió.
Pero supongo que tenía razón, ¿no? Después de todo, nosotros ya no éramos mejores amigos y mucho menos aquellos adolescentes que alguna vez sintieron algo más que amistad. Clea tenía un camino, y yo otro.
¿Pero por qué aún quería escuchar su voz nuevamente?
¿Será porque, algo dentro de mí, se negaba a ver la realidad en que ahora vivíamos?
Solté un suspiro disimuladamente. Aún no podía terminar de creerme que había visto a Clea Parker luego de tres años sin hablarnos. Y que cuando al fin sucedía, ella salía corriendo porque de seguro estaba molesta conmigo. Y no era para menos. Había sido un imbécil con ella luego de que me fui de California.
—¿Entonces qué piensas, Conan?—me preguntó Colette de pronto.
Parpadeé como estúpido cuando salí de mis pensamientos. Y me encontré con las miradas expectantes de los demás presentes allí. Fue cuando me di cuenta de que nos encontrábamos en lo que parecía ser la oficina del director. Y que ahora todos esperaban una respuesta de algo que ni siquiera había escuchado.
—Yo...—tragué saliva sin saber qué decir.
Eddie pareció darse cuenta de mi falta de información. Y acudió a ayudarme.
—¿Crees que puedas tomar la responsabilidad de ser un ayudante y juez para los estudiantes de Diseño de Interiores?
Claro. Debía tomar una decisión ahora mismo.
Me detuve a pensarlo un momento, indeciso.
Si no aceptaba la propuesta, no tendría porqué aparecerme de nuevo por aquí y entonces ya no incomodaría a Clea. Porque eso era lo que ella quería, ¿verdad? Además no estaba bien que yo interfiriera en su vida nuevamente después de que ella pareciera haberme olvidado. Y tal vez, solo tal vez, mi existencia le parecía mínima.
¿Pero por qué había salido corriendo si yo no le importaba entonces?
Sea como sea, entendí que solamente haría las cosas más incómodas entre nosotros dos. Porque si me quedaba significaba que debía verla todos los días ya que ella era estudiante aquí. Y justamente una de Diseño de Interiores. Lo cual indicaba que la vería muy a menudo y que de seguro tendríamos que intercambiar palabras.
Lo pensé bien.
Mi cabeza dijo una cosa.
Pero mi boca pareció cobrar vida propia.
Y las siguientes palabras salieron por sí solas;
—Acepto la propuesta.
***
CLEA
PARKER
—No escucho problemas, no doy terapias, no me interesa sí viste a tu crush besándose con otra y ahora te ocultas aquí a llorar, y tampoco tengo interés alguno en saber sí vienes a encontrarte con alguien aquí a hacer Dios sabe qué. Pero... sí traes comida, puedes quedarte el tiempo que gustes siempre y cuando me compartas.
Fueron las palabras del viejo conserje apenas me di vuelta y encendí la luz del pequeño y claustrofóbico cuarto. El lugar estaba lleno de escobas, cubetas, productos de limpieza y demás cosas que servían para limpiar.
Además había un terrible olor a humedad.
—¿Eh? ¡No! Y-Yo...—me puse nerviosa sin saber qué decir o como actuar. Y es que había invadido el espacio del conserje de forma repentina y ahora no era capaz de disculparme. Sentí vergüenza y mis mejillas coloradas por la escena que provoqué.
El viejo hombre de gorra azul y traje entero de igual color, se recargó en su escoba mientras comía un sándwich. Arrugué la nariz disimulando una mueca de asco. ¿Cómo podía comer en un lugar tan feo como ese?
Pronunció las siguientes palabras con una voz pastosa, también como si estuviera más que acostumbrado a eso.
—No tienes idea de la cantidad de estudiantes que se encierran aquí a llorar por sus tediosas carreras.
Tragué saliva y forcé una sonrisa antes de salir de ese lugar. Miré a ambos costados y me escabullí rápidamente por los pasillos con la carpeta contra mi pecho, temiendo encontrarme con alguna preceptora que me pillara fuera de mi clase. O peor aún, encontrarme con cierto chico de rizos.
No fui a clases. Opté por irme hacia el pequeño departamento para becados y me encerré allí.
Tiré mis pertenencias a mi cama y saqué mi viejo celular (ya que Derek tenía mi bolso aún). Marqué el número de Ashley y esperé de forma impaciente a qué atendiera.
Necesitaba saber sí era Conan la persona de la que ella me contaba. Quería saber sí ella se había acercado a él y habían hablado. O sí él la había visto. ¡Lo que sea! Estaba ansiosa. No podía terminar de creerme el hecho de que mi ex-mejor amigo y "casi algo" estaba aquí en mi universidad.
¿Lo peor? Tendría que verlo de nuevo. En algún momento.
Bueno, al menos creí que era lo peor. Pero en el fondo, aquella parte que había enterrado de la vieja Clea, estaba emocionada. Muy emocionada de ver a Conan.
Pero la actual yo, tenía miedo. ¿Pero a qué le temía? ¿Qué los recuerdos de mi mejor amigo de la infancia dolieran nuevamente? ¿Qué el chico de la que alguna vez me enamoré haya cambiado tanto y que ya no quedara nada del antiguo Conan? ¿A qué le temía?
Cómo era de esperarse, el celular de Ashley estaba apagado. Por lo mismo que, frustrada, arrojé el celular a la cama y me encaminé hasta la cocina por un vaso con agua y pensar en todo lo que había pasado. No obstante, cuando iba en el trayecto, me interrumpió el sonido de la puerta siendo tocada.
Fruncí el ceño. ¿Quién podía ser ahora? Todos estaban en clases. Y era imposible que fuera alguna preceptora o director. A menos que me haya metido en problemas...
Oh. Dios. ¡¿Estoy en problemas?!
A pasos cautelosos caminé hasta la puerta y tomé aire antes de abrir.
—Hola, Clea—sonrió con pena.
Abrí mi boca en una enorme "O". Mis ojos se desviaron de su rostro a sus manos; tenía mi bolso.
Era la persona que menos me esperé encontrar.
—¡¿Derek?!
•••
¡Hola! Lamento la demora y lo corto del capítulo. Les juro que quiero dedicarme a avanzar con la historia lo más rápido que pueda y también hacer los capítulos mucho más largos 😊.
Paso a decirles algo. No es un favor y mucho menos una obligación pero sin duda me harían muy muy feliz🥺.
Verán, cuando empecé a escribir aquí en wattpad inicié, como todos creo, escribiendo fanfics. Llevo en la plataforma desde los trece años y a lo largo del tiempo supe que definitivamente esto es lo que quiero hacer.
Escribir para ustedes. Para todos.
Sin embargo, no toda mi vida me voy a dedicar a escribir fanfics. Porque en realidad mi meta es ser una escritora un tanto reconocida.
Sé que ustedes están aquí por el fanfic, y que probablemente sea lo único que les interese de mí (no lo digo de mala onda je). Pero me gustaría mucho sí alguna de ustedes le da una oportunidad a mi primera novela. La cual escribí con la meta de que sea apoyada. Eso en serio me haría mucho ilusión 🥺.
La novela se titula "Heather" (y sí, la prota tiene el nombre de una de mis canciones favoritas de Conan, jeje).
Les dejo un pequeño resumen de lo que trata:
La trama tiene como principal género el misterio, pero sus subgéneros son romance y ficción.
El hermano de la prota es asesinado y nadie parece saber quién lo hizo o el porqué.
O al menos eso creía Heather.
Porque con el pasar del tiempo, y con la llegada de un chico que su padre contrató para protegerla, empiezan a suceder cosas sospechosas que le hacen creer a Heather que el mismo asesino cada vez está más cerca de ella.
O que siempre lo estuvo.
Heather se decide a encontrar al asesino con la ayuda de su mejor amigo.
Y luego comienza a enterarse cosas perturbadoras...
¿Realmente su padre contrató un guardaespaldas para protegerla del asesino?
¿Su guardaespaldas realemente estaba allí para protegerla, o en realidad alguien ajeno a la familia Evans lo había enviado a la mansión por algún otro motivo?
¿Su madre se había vuelto alcohólica por el dolor de la pérdida de su hijo, o por qué habían secretos sobre su muerte que no era capaz de poder decir?
¿El asesino asesinó al hijo mayor de la familia Evans por algún conflicto con él, su padre o alguien más? ¿O tenía motivos más oscuros y macabros?
Pd: les juro que tengo planeado muchísimos giros inesperados. No solamente para descubrir al asesino, sino para sacar a la luz los más oscuros secretos de cada personaje.
Realmente espero que puedan darle una oportunidad.
Cómo dije no es obligatorio, pero les paso el dato por si... bueno, eso. Les interesa.
Gracias por su tiempo y espero que les haya gustado el capítulo ♥️.
—Insomnio
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