Capítulo 8

-Vamos por favor, ayer tuve que ir sola porque te fuiste con los chicos a jugar al baloncesto. Además, necesitas ropa.-me dijo Lox de brazos cruzados.

Suspiré pesadamente. Lleva unos veinte minutos intentado convencerme con el mismo argumento para que la ayude al centro comercial.

-¿No pararas hasta que te diga que si verdad?-alcé una ceja. Bueno algo así, no sé como se sube una ceja, pero la intención es la que cuenta. Ella negó con la cabeza efusivamente. -Genial, vamos.

(.../...)

-No pienso comprarme una tanga roja- dije con los ojos más abiertos de lo normal.-Y menos de encage.

-Pero si es preciosa.-dijo mirando la tanga que tenía en sus manos- Además con esto le volveras loco a Aaron.-movió las cejas pícaramente.

Gruñí y la arrebaté la tanga que tenía en sus manos y dejé junto a los demás.

-Aaron y yo solo somos amigos.-dije mientras caminaba por la tienda.

-Si ajá- dijo sarcásticamente colocándose a mi lado.- ¿Y qué me dices de Nashty?-volvió a mover sus cejas y me dió un pequeño codazo en las costillas.

-Es un capullo- comenté con una sonrisa.

-Pero ese capullo te gusta- afirmó y yo rodé los ojos.

-¿Vamos a otro sitio?

-¿Entonces no compraras la tanga esa que te dije? El rojo te favorece mucho- reí y salí de la tienda seguida por la rizos.

-Mira, vamos a esa tienda- me cogió del brazo y me llevó a arrastras, literalmente, hasta la tienda de Forever 21.

Mahogany se fue corriendo por la tienda con una enorme sonrisa, como si fuera una niña en Disneyland. Reí y comencé a mirar algunas camisetas.

-Mira te traje alguna que otra cosa para que pruebes- dejé de mirar las ropas y me giré para encontrarme con una montaña enorme de ropa y creo que debajo de todo eso se encontraba Mahogany, pero no estoy cien por cien segura de eso. Tenía tanta ropa que ni dejaba ver su voluminoso cabello.

-¿Estás de broma no? Para cuando pruebe toda esta ropa cerraran las tiendas.

-No seas exagerada, vamos -bufé y la seguí hasta los provadores.

Comencé probándome una falda rosa llena de lentejuelas. Definitivamente parezco una bola de discoteca. Descartado. Me probé un vestido negro de tirantes demasiado corto y demasiado pegado. Descartado.
Me pusé un vestido floral ampón bastante bonito he de admitir, me llegaba hasta la mitad de los muslos más o menos. Abrí las cortinas y Lox alzó la mirada de su móvil. Sonrió y me dió varios repasos de pies a la cabeza.

-¿Y?-pregunté esperando su respuesta.

-Me has dejado la autoestima por los suelos perra- alzó las cejas y reímos.

-¿Entonces te gusta?-me giré para mirarme en el espejo.

-Te queda genial. Yo me lo pondría para una cita con Nash. Sus ojos azúles y los tonos florales hacen una combinación perfecta.- asintió y yo rodé los ojos y volví a cerrar las cortinas y seguí probandome las prendas que me trajo Lox.

(.../...)

-Por favor te lo pido, por lo que más quieras, ¡vámonos de una maldita vez!- me quejé sintiendo los pies cada vez más pesados.

-Pero todavía nos quedan varias tiendas...

-Pues venimos otro día.

-¿En serio?-sonrió.

-No, claro que no.- hizo una mueca- Ya he comprado ropa para los próximos 3 años.-dije mirando las 8 bolsas que traía yo, más los 6 que llevaba Lox que 2 de ellas eran mías.

-Bueno... ya hablaremos de eso. Pero si ya vamonos, yo también estoy cansada.

(.../...)

-¿Se puede saber dónde estuvieron?-preguntó Cam cuando abrí la puerta de mi habitación.

-En el centro comercial. Acabamos de llegar.

-Pues la próxima vez nos avisan.-dijo Aaron.

-Hemos estado preocupados por vosotros- dijo Matt.

Lox y yo intercambiamos unas miradas.

-No somos unas niñas, sabemos cuidarnos solas perfectamente- dijimos las dos a la vez.

-Si, si. Pero la próxima vez avisenos.-replicó Gilinsky tirandose en MI cama.

-No te preocupes, no habrá una próxima vez en muuucho tiempo.-le aseguré.

-¿Y qué compraron?-preguntó Nash curioso para después comenzar a rebuscar en las bolsas junto a su hermano.

-Me gusta esta cazadora...-comentó Hayes sacando una cazadora vaquera de mi bolsa- ¿Crees que podamos compartir ropa?-preguntó volteando para verme con una sonrisa de niño bueno.

Le miré con una ceja alzada pero después terminé aceptando y él soltó un gritito de felicidad mientras daba pequeños brincos.

-¿Y esto?-preguntó Nash burlón y con ¡¿una tanga roja de encaje en sus manos?!

Abrí los ojos como platos y literalmente salté encima del ojiazúl para después arrebatarle la maldita tanga de sus manos. Apuesto lo que sea que estoy más roja que esa tanga.

-¡¡LOX!!-Grité y los chicos rieron- ¡Te dije que no lo compraras!-le regañé.

-Ups...-sonrió inocente.

-Pues yo creo que el rojo te favorece-cometó Taylor coqueto y le miré con los ojos entrecerrados.

-¿A que si?-preguntó Mahogany emocionada- Yo le dije lo mismo.

Rodé los ojos.

-Bien chicos, ya llegamos y estamos bien, ya podéis iros -dije mientras les empujaba a cada uno de ellos fuera de nuestra habitación.

-¿Pero entonces no vas a modelar?-preguntó Nash alzando las cejas y apoyándose en el umbral de la puerta

-Si, claro. Siéntate en el pasillo que ahora salgo- le dije con sarcasmo para después darle un pequeño empujón y cerrarle la puerta en las narices y escuché como soltaba una carcajada.

Idiota.

Me giré y la miré de brazos cruzadas y una ceja alzada.

-Ay, lo siento Leire. Pero es que lo necesitas de verdad. Para alguna ocasión especial, ya sabes- dijo con una cara pervertida.

-No habrá "ocasiones especiales" Maho- le dije haciendo comillas en el aire.

-Ya, claro. Ya hablaremos dentro de poco- sonrió.

(.../...)

-¡Chicas levántense!

-¡El bus nos está esperando!

Gritaban los monos golpeando la puerta como si no hubiera una mañana. Lox y yo gruñimos y miramos el móvil para después gritar a la vez.

-¡Pero si son las 5.30 de la madrugada!

-¡El bus sale en 10 minutos!

-¡¿Qué?!-grité levantándome de un brinco.

Saqué la maleta por debajo de la cama y me felicité mentalmente por haberlo dejado preparado ayer a la noche.
Me fui al baño a hacer mis necesidades y a limpiarme la cara.
Cuando salí me di cuenta de que Lox ya se había vuelto a dormir, que suerte tiene la tía, ella no viaja con nosotros en el bus.

Cogí mi maleta y entré al ascensor, al cabo de unos segundos llegué abajo, dejé mi maleta en el bus y me eché en el sofá y cerré los ojos con la intención de dormir, pero después de un par de segundos los abrí de golpe.

¡No he desayunado! ¡Tengo hambre!

Corrí hasta la mini cocins y emepecé a abrir todos los armarios. Malditos zampones, ¡no han dejado nada! ¡Han comido todo! ¡Y tengo hambre!

Pues si no hay más remedio...

(.../...)

-¡Oiga! ¡Niña, todavía no ha empezado el horario del desayuno!-gritó el segurata del hotel que me perseguía.

-¡No soy una niña!-grité molesta sin dejar de correr y con una bolsa llena de comida- ¡Y mi estómago no entiende de horarios! ¡Lo siento!

Hice un último esfuerzo y logré llegar al bus sana, salva y con mi desayuno.
Cerré la puerta y cuando le volteé me encontré con TODOS los chicos mirándome embobados.

-No, no. No piendo daros el desayuno- entrecerré los ojos y escondí la bolsa de comida tras de espalda, pero ninguno se inmuto.-¡Hey! ¿¡Qué miran!?- Nada. No contestaron nada. Me aclaré la garganta. Gruñí. Silvé... y nada, seguían igual que antes. ¿Qué mierdas les pasa a estos? Tosí lo máa fuerte que pude y ¡Aleluya! Parpadearon varias veces y me miraron con las caras más pervertidas que jamás había visto, tanto que me asusté un poco. Solo un poco. -¿Qué?-fruncí el ceño.

-Estás buena de lo que creía- comentó Taylor en un tono "seductor" mientras me daba un repaso con su mirada pervertida.

-Ya te digo...-le siguió Carter fuera de sí.-Tiene un culazo.

Mi cara de confusión no podría ser mayor. ¿Qué se meten estos?

-Coincido con vosotros chicos- asintió el ojiazúl dandoles la razón- Pero opino lo mismo que Mahogany, el rojo de favorece- dijo con un toque de burla y picardía a la vez.

-¡¿Pero de qué mierda hablan?!-grité fuera de control, pero en serio, no me estaba enterando de la fiesta.

Todos permanecieron en silencio durante unos largos segundos hasta que el dinosaurio se dignó a hablar.

-Estás en bragas- comentó señalando mis bragas con su dedo índice.

Abrí los ojos como platos y juro que mi cara estaba más roja que un puto tomate. Los chicos soltaron una carcajada al ver mi cara de apuro.
Miré mis piernas y efectivamente, estaba en bragas. Menos mal que no eran de corazoncitos o... ¡MIERDA! Por delante eran rosas claritas, pero por detrás... ¡Tienen un corazón GIGANTE! Rápidamente me cubrí la parte de delante con la bolsa de comida, oh no, ahora que lo recuerdo... normal que el segurata me llamara niña ¡¿quién cojones tiene bragas con un corazón gigante en parte de atrás aparte de niñas de 5 años?! ¡Exacto! ¡Nadie! Que vergüenza, he ido desfilando por el hotel en bragas, menos mal que llevo la parte de arriba de la pijama...

-¡Dejen de mirarme salidos!-grité-¡Daros la vuelta! ¡Ahora!- volví a gritar al ver sus caras de ni de que coña.

A regañadientes se dieron la vuelta y aprochevé para sacar unos pantalones de chandal de la maleta y ponermelas.

- Ya pueden darse la vuelta- les indiqué cuando ya estaba lista.

Los chicos me miraron un poco decepcionados al confirmar que ya no estaba en bragas.

Lo dicho, salidos.

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