Capítulo 50

Capitulo 18+ <3 

Lance...

Parpadeo lento con la vista puesta al techo mientras los recuerdos de anoche invaden mi mente. Desde que desperté en lo único que he hecho es pensar en Melanie y en todo lo que me hizo vivir anoche. Jamás imaginé que todo seria diferente. Los besos, las caricias, las miradas, las sonrisas, el juego de palabras, nuestra charla después del acto. Todo fue tan diferente, tan inocente y tan dulce, nunca había experimentando algo así en toda mi vida, nunca me había sentido tan lleno de vida luego de tener relaciones con una mujer. Desde un primer momento lo sentí pero no sabia que era hasta que ella me lo aclaró y lo que me dijo me dejó tan asombrado que de solo recordarlo se me hace un hueco en el estomago.

Ella me quiere y me lo dijo viéndome a los ojos, me lo dijo con tanta firmeza que el momento que me respondió mi corazón salto de una manera que por un momento creí que se me iba a escapar por la boca. La verdad no sé por que me sorprende tanto y sé que he oído esto como en tres ocasiones en la vida pero supongo que se debe a esto que siento por ella que lo hace todo distinto, muy distinto.

La luz entra por mi ventana y me doy cuenta que he estado mucho tiempo despierto, contemplo aquella molesta claridad unos instantes hasta que siento que me pesan los ojos y los cierro. Segundos mas tarde se escucha el ruido de las sirenas de las ambulancias, los claxon de los carros, el canto de las aves y los perro de la calle, todos esos sonidos son una puta molestia y hoy me parecen como una de mis canciones favoritas de opera.

Giro mi cabeza y espío a la infiltrada con los ojos entrecerrados para que no se cuenta que estoy despierto. Me muevo para tener una mejor vista de ella y lo hago de manera sigilosa y con los ojos apretados para que no me pille. Con media cara clavada en la almohada mis labios curvan una sonrisa perezosa mientras detallo como se lleva las manos a la cara y cubre sus ojos como si no se lo pudiera creer a tiempo que suelta una risita.

Rodeo los ojos.

Niñata.

Mi niñata.

Abro un poco mas cuanto la veo sentarse y me da una bonita vista de su espalda, su cabello dorado cae como cascada tocando el borde de sus glúteos, quería estirar el brazo y apartarlo de allí y como si me hubiese leído el pensamiento lo aparta y lo coloca encima de su hombro.

Agradezco internamente y me quedo allí, contemplándola hasta que ella decide darse vuelta como si quisiera que los rayos del sol que proyecta por la ventana calentara su cuerpo. Muerdo mi labio inferior y la retrato de mi cabeza rodeada de putas mariposas azules pero antes de hacerlo necesito hundirme en ella. 

Tengo una puta erección.  

Erección.

Mierda hace mucho que mi amigo no se ponía duro y estoy inmensamente feliz, por un tiempo creí que estaba enfermo del pene. Volvió y me alegra porque no quería decepcionar a la infiltrada como he hecho con las demás.

—¿Eres un vampiro o que mierdas? — mi voz ronca la hace saltar en el sitio y girarse hacia mi—O te regeneras como los paneles solares—la chincho.

—¿Estabas despierto?

—Lo suficiente como para comprobar que tienes unas tetas increíbles—suelto con la intención de hacerla sonrojar y lo logro en cuestión de segundos—. Y tu culo también, aunque no tengas mucho.

—Imbécil— carcajeo campante con una mano en mi estómago — ¿Qué haces? — pregunto cuando intenta cubrirse con la cobija—. ¿Por qué te cubres?— frunzo las cejas y evito que lo haga.

—¡Lance! —me quedo idiotizado como sus lindos senos rebotan y las imágenes en mi cabeza llegan como anoche los tuve en mi boca.

Quiero otra vez.

—¿Cual es la prudencia? — ella insiste en cubrirse—.Anoche te follé.

—¡Lance!—dice escandaliza más roja que un tomate y logro ganarle, en un segundo estoy sobre su precioso cuerpo.

—Eres hermosa infiltrada, jodidamente hermosa — digo mirando directo a esos ojos que parecen de caricatura y sus labios rosados que me gritan que los bese.

—¿A cuántas les has dicho eso?

—A muchas—admito con descaro y entre cierro los ojos con cinismo—.Solo que a ti te lo digo de verdad y sin ninguna doble intención. Eres hermosa, completita hasta el núcleo— repito sus propias palabras y ella se ríe cómplice.

—Tu también eres...—enarco las cejas esperando lo que ya sé pero en ella se escucha mejor. Y me encanta—.Guapo y sexy. Tienes una sonrisa preciosa y unos verdes muy bonitos.

—Ahora me vas a tener como un pendejo mirándome todo el día en el espejo — protesto en forma de broma y sonríe con los labios sellados—.Es lindo cuando viene de ti—admito perdido en sus ojos.

—También es lindo cuando sale de ti— acaricia mi rostro y lo acuna entre sus manos y no me resisto a la tentación. Doblo mis codos y me inclino para capturar sus labios abiertos.

Despertando con una mujer al siguiente día, sin decirle que no comparto mi número, sin advertirle que el encuentro es solo sexual y cero sentimientos para evitar malos entendidos. Sin dejar mi típica frase; yo te llamo cuando en realidad jamás lo hacía.

Mierda.

Definitivamente soy otro.

La beso todo su cuello y busco su boca subiendo por su mentón hasta llegar a ella. Sonrío y ella lo hace de forma traviesa cuando paso mi lengua a su boca y me atrapa con la suya.

Picarona.

Bajo de nuevo a su cuello dónde anoche dejé mis marcas y caigo en el valle de sus voluminosos senos. Sin prisa y con el deseo carcomiéndose lo llevo dentro de mi boca y juego con su pezón con mi lengua. Ella gime y me quedo más tiempo, pasando de una en una mientas se retuerce debajo de mi.

—Lance.

Dejo besos en su abdomen, sus muslos internos, las pecas de sus hombros y me escondo en su cuello. Va a necesitar una bufanda por unos cuantos días. Regreso a su lindos labios, ella me responde y gime dentro de mi boca cuando hundo mis dedos lentamente en su intimidad. Los muevo haciendo círculos hasta humedecer mis dedos.

Esta lista para mí.

Toda para mí.

Sonrío con el corazón vuelto loco y la torturo un poco más. Antes de hundirme tomo el condón de la mesa. Adoro ver sus ojos azules admirarme mientras me pongo el plástico por mi miembro. Viviría sin camisa para solo verla como me come con la mirada.

Separo sus piernas cuando estoy listo, me acoplo sobre su agitado y precioso cuerpo colocando ambas rodillas cerca de sus caderas. Ella levanta la mirada cuando agarro sus muñecas y las coloco cerca de su cara pero no dice nada y me mira con una profunda intensidad que me sacude el cuerpo.

Mierda.

Me introduzco dentro de ella lento para no lastimarla. Se queja ante la invasión y la miro asustado, ella abre los ojos en el acto.

O tal vez fue un gemido.

No lo sé.

Anoche me asusté cuando la penetré la primera vez y sé que dolió.

—¿Duele? —niega cuando conecta con mi mirada—.¿Segura?

Asiste numerosas veces y sonrío seguro con su confesión.

Le doy un beso y vuelvo a introducirme en ella confiado, tranquilo y con el deseo ardiente de hacerlo a mi ritmo. Amé sentirla caliente y húmeda para mi, me encantó escucharla gemir, pero no tanto cuando pronunció mi nombre. He escuchado a muchas mujeres hacerlo y ninguna me hizo estremecer como la infiltrada.

La penetro hasta el fondo y empiezo a moverme lento y luego aumento el ritmo. Rápido y voraz como a mi me encanta. Muevo mis caderas en círculos para darle diferentes sensaciones y que lo disfrute tanto como yo.

—Dios, lance—se aferra fuerte de mis hombros y me clava las uñas. Casi me detengo creyendo que es una queja pero cuando me gime más fuerte me doy cuenta que está bien. Ella está bien —.¡Lance!

—¿Te gusta?—susurro en su oído.

No puedo evitar preguntar, quiero saber, ¡Mierda! No es cualquier mujer, es mi mujer, es mi infiltrada y quiero que la esté pasando bien.

—¡Si! —responde entrecortada, sonrío— .Uff muy bien.

Santa mierda.

Quiero que me monte.

Necesito verla.

Aunque me temo que ella sepa cómo hacerlo. Anoche me confesó que nunca había estado con nadie y es lógico que no sepa nada de posiciones.

Tendré que dejarlo para luego y morderme las ganas mientras ella va a aprendiendo y llenándose de experiencia.

Cómo dice mi abu lo bueno siempre se hace esperar y sé que con el tiempo disfrutaré verla de esa manera y de tantas más.

El joven que reparte la comida me entrega la bolsa de comida que pedí por Internet y frunzo las cejas.

¿A quién busca?

—¿Qué te pasa?

—Me gustaría hablar con la muchacha que vive aquí—señala y lo miro de arriba abajo y ladeo la cabeza.

¿Él quiere hablar con mi infiltrada?

—¿Melanie?

—Si a ella—sonríe entusiasta y no me hace ninguna gracia. Estúpido repartidor. Jamás me cayó bien y menos en la forma que la miraba. Me molesta y no tiene idea cuanto—.Por favor.

—¿Y cómo para qué? —lo interrogo.

—Es que la quiero invitar a salir—levanto las cejas.

Bastardo.

—¿Tu estás invitando salir a mi chica?— la cara del repartidor palidece y sus ojos se expanden cuando se encuentra con mi mirada asesina.

—No-no sabía que era tu chica — aclara—.Pensé que eran hermanos. Sinceramente no lo sabía, discúlpeme.

—¿Hermanos? — me acerco de manera intimidante sonriendo con ironía—.¿En serio te parece que somos hermanos?

—Solo era una confusión, ¡Adiós! — agarra su mochila y sale corriendo.

La infiltrada come mientras me comenta algo de un cantante creo que es eso o era de las mariposas, ¿Era patinaje? Mierda no lo sé estoy tan perdido en sus facciones que apenas puedo prestar atención de lo que me está diciendo. Me siento tan hipnotizado por esta mujer que me cautiva y al mismo tiempo me da miedo.  La detallo de mil maneras y no puedo creer que ella la que menos esperé me haya conquistado sin saberlo.

Las cosas de la vida.

—¿Qué vas hacer está tarde?—tengo ganas de salir con ella a cualquier parte.

—Pienso ir a la academia—asisto con una sonrisa—.Luego ir a visitar a Liam.

Y se me borra la sonrisa.

Chicle de mierda.

Hasta cuando tendré que aguantar su estúpido nombre.

Imbécil.

Lo odio.

Quisiera que se largara.

—¡Lance!

—¿Ah?—digo sobresaltado.

—¿Tienes cólicos o qué?

—Cólicos llamado Liam—siseo.

—Solo pasaré a visitarlo Lance — hago una mueca de disgusto— .Es mi amigo.

—Es que no...—me freno y suelto aire por la boca. Quiero decirle que no vaya pero no soy quien para hacerlo. Me carcome las entrañas que se encuentre con él—.Nada infiltrada. Puedes ir con él.

—¿Disculpa?

—¿Qué?

—¿Me estás dando permiso?

—Eh...¿No? —sacudo la cabeza.— Solo quiero decir que no te voy a reprimir de nada.

—Pues pareció.

—Disculpa—le digo y beso la punta de sus nudillos —No me di cuenta.

—Bueno después que visite a Liam podemos salir a dónde quieras — sonrío confirme —.¿Qué te parece ir a comer helado?

—Y luego podemos pasar por un bar— sugiero y ella asiste de acuerdo.

—Me encanta la idea — festejo internamente  y no me resisto a darle un beso—.¡Lance!

—¿Que?

—Me besaste.

—¿Y qué?

—Recuerda que somos amigos —levanto una ceja con ironía.

—Lo que hicimos anoche y está mañana no son compartimientos de amigos—Señalo.

—Amigos con derechos lo sé pero no puedes estar besándome todo el tiempo — dice tan roja como el suéter que lleva puesto.

—¿Por qué, no?

—Solo somos amigos—vuelva a recalcar y el termino empieza a molestarme—.Existe cierto límite.

Ladeo un poco la cabeza y arrugo las cejas.

—Anoche no hubo límites y está mañana menos — señalo y empieza a esperarse —. Tampoco me lo pusiste cuando estaba dentro de...—tapa mi boca con sus manos y me río a todo dar.

 Suspiro profundo y de un tirón la siento sobre mi regazo.

—Lance mira — remoja sus labios y coloca sus codos sobre mis hombros —. Podemos seguir siendo amigos con derechos pero con un límite. Habrá besos, abrazos...

—Sexo — recalco para que no lo olvide.

Rueda los ojos.

—También eso—gruño perverso y meto mi mano debajo de su suéter, me pega para que la saqué pero me aferro—.Solo que no todo el tiempo, ¿Si me comprendes lo que quiero decir?

—Si, lo hago. Lo que no entiendo es porque ahora le estás poniendo límites a algo que no tiene.

Suspira y baja la cabeza.

—¿Qué pasa infiltrada?

—Es que— levanto su mentón entre mis dedos, le cuenta soltar. Acaricia su mejilla para darle confianza. Aspira y bota aire—. Tengo miedo ¿si? Tengo miedo de que me pase algo parecido a lo que le sucedió a aquella chica que mi padre engañó.

Me quedo sin hablar por varios segundos y reacciono sacudiendo la cabeza.

—No hay nada que temer—le digo con convicción mirándola directo a los ojos—.Tu no vas a pagar los platos rotos de tu papá.

—Esta escrito.

Suelto una risita irónica.

—Son tonterías.

—¿Y si vuelves a tus andanzas?—me mira dudosa.

—No pasará.

—Lance el futuro es incierto y...

—Los mujeriegos no cambian— continuo la frase.

Suspiro profundo.

Entiendo su punto y me jode porque no es la primera quien me lo dice. Tae-oh también lo hizo y ahora me preocupa. 

¿Y si de verdad pasa?

¿Y si regreso a mi vida de antes?

¡Maldición!

¿Cómo puedo asegurar algo que esta prácticamente escrito?

He sido mujeriego gran parte de mi vida y aunque no siento ese deseo de estar con una mujer diferente cada noche no sé cuánto tiempo me dure este rechazo hacia ellas.

Taeh-oh dijo que a los dos meses vuelven a ser los de antes y no llevo mucho tiempo desde que empecé todo con la Infiltrada.

Expulso el aire retenido y vuelvo en si, levanto la vista hacia sus ojos de caricatura.

—Quizás sea el primero mujeriego que cambie — acaricio su cabello y mis palabras no le dan confianza. Bien, no me queda de otra que hacer los límites. Sé porque lo hace, quiere evitar sufrir— .Acepto los límites aunque no me esté muy de acuerdo con ellos.

—Comprende, ¿si?

—Yo también me estoy arriesgando — le recuerdo —.Y no tengo nada de miedo.

—Si pero...— la callo poniendo un dedo en sus lindos labios.

—Vamos a comer helado.

Escucho la puerta abrirse y como un rayo hago una bola a las sábanas ensangrentadas. Esta mañana no las vi pero cuando ingresé a mi habitación casi me da un infarto. Al principio no sabía de dónde había salido porque no recordaba haberme lastimado hasta que lo asocié.

Quedé preocupado. Esa sangre vino de la infiltrada y la verdad espero que no sea nada malo.

—Ya me voy — anuncia asomando medio cuerpo detrás de la puerta—. ¿Qué vas hacer tu?

Aclaro mi garganta y limpio el sudor de mi frente.

—Limpiaré un poco y luego iré al gimnasio — asiste —. Tal vez mi tío pase por aquí a regañarnos.

—¿Regañarnos?

—Ayer nos escapamos de la fiesta.

—¿Y qué le vamos a decir?

Sonrío malicioso.

—La verdad.

—¡¿Que?!  — se le tiñen las mejillas de rojo —No puedes hacer eso. ¿Quieres que me eche de aquí? — antes de saltar a ella y sorprenderme con la ropa que trae puesta, me cercioro que no se vea la mancha. N

o quiero que se asuste.

—Si te echan me voy contigo — le digo y le doy un beso casto en los labios.

—Y a dónde nos iremos ¿eh? — repaso su cuerpo de arriba abajo y me quedo embobado mirando sus piernas. La infiltrada tenía un vestido negro pegado al cuerpo y encima mi chaqueta verde militar que le preste hace tiempo. Su cabello está recogido en un moño alto con una mariposa guindada como adorno.

Algunos rizos rebeldes se le escapan del peinado.

—¿Que? — dice al ver que no digo nada más que mirar y mirar lo linda que se vestido de esa manera pero también extrañado, no me acostumbro aún. — ¿Por que me miras así?

—Así, ¿como?

—Como idiota — se me escapa una sonrisa.

—Es que te ves— hago otro repaso — espléndida.

—¿En serio? — asisto dándole otra repaso —.Tuve dudas si ponerme esto o no. Ya sabes por los comentarios en la calle pero me dije a mi misma. Mi misma la vida es una sola y no sabes cuándo es tu último día en la tierra entonces me decidí a usar todos esos vestidos que tengo en el armario.

—¿Antes usabas vestidos?

—Muchísimos — responde —.En la secundaria los usaba todo el tiempo.

—¿Y no te decían nada?

—Es que antes no tenia nada y era feliz — sonrío de lado— Luego que me desarrollé y me salieron estas cosas que solo me causan dolor—bajo la vista a su sexy escote —.Comencé a recibir comentarios cochinos y gracias a ellas es que estuve en una lista de apuestas—subo la vista y me siento avergonzado.

—Lo siento.

—No es tu culpa —coloca una mano en mi mejilla y acaricia mi cabello —.Sé que siempre estuviste advirtiendo a todas y sé que no fuiste participe.

—Nunca.

—Entonces no hay de que disculparse cabezón.

—¿Ya te vas? — le pregunto y asiste. 

Respiro hondo.

—Bien, entonces nos vemos luego.

—Si — musita.

—¿Eso que fue? — toco mi mejilla, ella como siempre dejándome sensaciones.

—Un beso de despedida.

Enarco una ceja.

—¿En la mejilla?

—Bueno y dónde se supone que... — no la dejo terminar cuando pego su boca a la mía. Saboreo sus deliciosos labios como si no hubiese un mañana y pego su pelvis con la mía como tanto me gusta. Abro su boca con mi lengua y me pongo duro cuando la suya coincide con la mía. Muerdo, lamo y juego con su labio y hago lo que quiero mientras ella me lo permita.

—¿Quieres poner límites?— digo al apartarme y dejarla con la boca hinchada y entre abierta.

—Eh... — aclara su garganta y se lame los labios.

Mierda.

—Si — sonrío de medio al ver que no puede articular palabra—.Obvio que si.

—De acuerdo — asisto y le hago una señal de despido con mi mano mientras contengo mi sonrisa.

Así van a hacer los besos.

Limitados.

Pero que te dejen sin aliento hasta que no tengas dudas.

—Bien — se cuelga la correa del bolso en el hombro —. Adiós.

—Ponte bufanda — se lleva las manos al cuello.

—Aparecieron de la nada, ¿Qué son? — carcajeo incrédulo.

—¿En serio no lo sabes?

—Si lo supiera no te estaría preguntando — se molesta —. Parece alergia pero parece más como si me hubiese chupado un vampiro.

—Ese vampiro fui yo — presumo y sus ojos azules se agradan, no puedo evitar reír.

—Lance era besarme.

—Aja—me balanceo con los pies orgulloso.

—No absorberme — se señala con las dos manos —.¿Acaso no sabes lo peligroso que es esto? Puedes formarme un coágulo de sangre y hay si que  visito a San Pedro. No me salva pero nadie.

Mierda eso no lo sabia.

Tendré más cuidado para la próxima.

Es que bueno no es mi culpa.

El cuello de la infiltrada es delicioso y huele muy bien, cualquiera en mi lugar haría lo mismo.

—Tendré más cuidado.

—¿Tienes una bufanda que me prestes?

—Si me das un beso te presto tres —oferto, rueda los ojos —.En la mejilla.

Entre cierra los ojos escépticos.

—No haré trampa te lo juro.

—Me voy a poner un suéter — la detengo por el brazo antes que huya y la llevo hasta mi armario empotrado tomado de la mano. Lo abro para ella y le enseño mi colección de bufandas —.Escoge la que quieras.

—¿De veras? — asisto cruzando los brazos detrás de mi espalda.

—De acuerdo — mientras ella piensa cuál escoger la examino de perfil. Desde sus piernas hasta su precioso rostro.

—Esta.

Despabilo y sonrío con dulzura cuando me mira.

—¿Segura? — tengo diez bufandas que uso para invierno y no me había percatado de cual había escogido hasta que la vi —.No está no— se la arranco de las manos con el corazón a mil y la guindo nuevamente. Escojo una cualquiera para ella lo más rápido.

—Pero me dijiste que eligiera la que sea y esa fue la que me gustó.

—Esta es mucho más bonita — la enrollo en su cuello y compruebo. Le queda muy bien — Todo te queda muy bien infiltrada.

—Lance — me estudia de arriba abajo mi actitud extraña —.¿que te pasa?

—Tienes que irte — le recuerdo — te espera el chicle. Anda no lo hagas esperar más.

—¿Por que no quieres que escoja esa?

—No puedes.

—¿Por qué?

—No empieces, ¿si? — pido serio y cierro las puertas.

—A mi me gustaba más la otra, déjame usarla— no le concedo su petición—.¿Que tiene de especial?

—Debes irte.

—¿Por qué no dejas escoger esa?

—Esa te va mejor.

—Es linda pero no me gusta.

—Combina con tus ojos

—Tengo los azules no negros — respiro hondo, olvidaba es una necia y curiosa —.Anda cabezón, ¿por qué no me dejas usarla?

—Porque no.

—Lance.

—¡He dicho que no!—alzo mi voz aunque no demasiado—.Debes irte.

—Dime.

—No.

—¿Que no éramos amigos?

—Hay límites—remarco —.¿Recuerdas?

Su boca se cierra y se abre.

—Pe-pero eso aplica para lo besos y...

—Aplica todo — la corto —. Así que no preguntes porque no te lo voy a decir.

—Eres...—arruga la cara impotente—¡Como sea! No me digas nada—me saca la lengua y sale de la habitación azotando la puerta.

Respiro aliviado y miro de nuevo al closet. Ladeo la cabeza esperando que escuchar la puerta principal.

Abro las puertas de mi closet y tomo la bufanda en mis manos. Pasó mis dedos sobre la tela con delicadeza y la llevo hasta mi nariz.

Lo único que me quedó de mi madre fueron sus recuerdos y está bufanda que nadie más sabe que la tengo. Ella mantiene su olor y tal vez suene loco pero no la he usado para no olvidar como olía. Recuerdo que le encantaba usar mucho perfume y su fragancia favorita era la marca de Carolina Herrera.

Sé que esto no hará que ella regrese o me llame como una vez me dijo pero por lo menos me recuerda que tuve una madre.

Y no quiero que pierda su esencia porque si no encuentro a mi madre esto es lo único que me quedará de ella.

Paso al gimnasio y después de hacer calentamiento me dirijo a la máquina de fortalecer los brazos.

No dejo de pensar en la infiltrada y mi comportamiento de esta mañana. Sé que no debí actuar así pero me puse muy nervioso.

Lo más extraño es que ella haya escogido justo ese dónde habían nueve más y bien bonitas.

Le escribo para saber cómo estamos. No quiero que estemos mal. Además hoy saldremos y quiero tener un día bonito con ella.

—: Hey? Que haces? Te viste con el chicle?

Infiltrada:  🖕🏻🖕🏻🖕🏻🖕🏻

—: Eres muy chismosa, admítelo, no puedes estar un segundo sin preguntar algo.

Infiltrada: 😒

Rio.

—: Vas a contestarme con emoji?

Infiltrada: 👍🏻

Carcajeo y se me ocurre enviarle una foto mía para ver su reacción así que me dirijo al baño. Me quito la camisa, me pongo frente al espejo y capturo varias dónde muerdo mis labios y miro mi reflejo de manera seductora. Hago un vídeo corto dónde le guiño el coqueto y lanzo un beso.

—: Responde a esto.

Infiltrada: 🙄🙄🙄🙄

Carcajeo y le mando más.

Infiltrada: 🙂

Infiltrada: 😊

Infiltrada:😌

Hago una negación y me siento en el lavamanos a esperar que siga contestando.

Infiltrada: 😏

Infiltrada: 🤤

Infiltrada: 🔥🔥🔥🔥

—: Es una buena señal?  Te sigo enviando más así? Te gustan?

Infiltrada: 👍🏻👍🏻

Suelto una risotada.

—: Te veo luego nena 😘🌝

Regreso del baño con una sonrisa grande en los labios y retomo el ejercicio satisfecho.

—Hola — elevo la vista y me consigo con unos ojos color avellana y una sonrisa radiante.

—Hola — logro hablar en medio de las repeticiones —. ¿Necesitas la máquina? Me falta poco para terminar. Espera —hago las tres repeticiones que me falta y culmino.

—En realidad — observo a la chica mientras me limpio el sudor de la frente y el cabello. Es guapa aunque no tanto como mi infiltrada —.No vine por la máquina.

Frunzo las cejas.

—Vine por ti.

—¿Ah?

—¿Te gustaría tomarte una cerveza conmigo? — pregunto directa con una sonrisa característica — Está noche. Hay un bar muy bueno cerca de aquí. Podemos divertirnos un rato. ¿Que te parece? —me guiña el ojo y suelto una risita carente de gracia.

—Muy tentadora tu invitación pero paso—digo de forma amigable.

—Espera —me toma del brazo y me retiene—. ¿Me estás rechazando?

Aparto mi brazo de su mano áspera y la escaneo de arriba abajo con disgusto.

—No directamente pero si.

—¿En verdad no quieres? —me mira como si no se lo pudiera creer —.¿Acaso no te parezco atractiva?

—Mucho —sonríe gustosa —.Solo que no estoy disponible. 

—¿No estas?—enarca una ceja pretenciosa —.Quizás pueda lograr que lo estés—dejo escapar una risita y la miro con pena.

—Hasta luego.

Paso por su lado y me encuentro con Tae-oh cuando levanto la vista.Me doy un gran susto con él, no esperé que su cara asiática se apareciera por aquí.

—¿Qué tal corea?

—Es tae-oh.

—Corea— mira por encima de mi hombro—.¿De cacería?

—¿Lo estas tu? — me mira serio—.No, no ando en nada.

Entre cierra los ojos y justo la chica me pasa por el lado y me da un empujón con su hombro a tiempo que me suelta un; Tu te lo pierdes imbécil. Tae-oh se le queda viendo hasta que se pierde entre las maquinas y vuelve hacia mi con una mirada distinta.

—Parece que es cierto.

—Lo es.

—Vamos a ver cuanto te dura el efecto—me palmea el hombro y la aparto de mi de un manazo.

—Quiero a Melanie.

—Suenas confiado. Típico — dice —.Pero bueno quizás me sorprendas. Te veo en dos meses o tal vez menos.

—Hijo de...—levanta la mano y me muerdo la lengua.

—Una cosa —da un paso adelante, tengo que subir la cabeza porque el desgraciado es unos centímetros mas alto que yo —. Si empiezas a interesarte por otras mujeres te recomiendo que la dejes antes que le rompas el corazón.  

—Para mi solo existe...

—Melanie —cierro los puños —.No tengo ojos para otra mujer. Es ella. Te lo dije he escuchado esa frase de algunos de mis amigos que son como tu. Como te dije no niego que quieras a Melanie porque se te nota pero así como el amor viene también se va y no quiero que la lastimes—no tiene caso que lo diga, conoce todo y no me queda otra cosa que acatar sus consejos y estar alerta a mi mismo.

—No pareces tan idiota como creí —suelta una risita de costado —.Solo quiero saber si gustas de melanie.

—No te lo voy a negar — hijo de puta —.Cuando me la encontré en el baño quedé impactado pero luego de conocerla mejor me di cuenta que ella ya tenia ojos por desgracia para ti y aunque ya no la quiera como pareja la quiero como amiga.

—Entiendo.

—Recuerda lo que te dije —solo lo miro —.Te veo luego.

Hice las paces con Melanie y ahora los dos estamos en la heladería comiendo dos conos enormes; el mio de brownie y el de ella de fresa. Nos tratamos como si no hubiese ocurrido nada en la mañana y eso me llena de tranquilidad, me da paz estar bien con ella. Mientras me cuenta acerca de como hizo un castillo de arena con su papa mi mirada se pierde y recuerdo las palabras de Tae-oh.

No quise preguntarle si sus amigos le ha dicho de las sensaciones porque seguramente se lo han dicho y ni al caso. Solo tengo que estar atento ante cual señal de cambio. 

¿En verdad es posible?

¿Será posible que esto que siento por ella desparezca en dos meses?

Siento algo frío y escucho una risa contagiosa de fondo, me llevo la mano hasta la nariz al sentir la humedad. Veo mis dedos manchados de rosa y miro hacia mi izquierda.

—Eres rodolfo el reno—tomo una servilleta y me limpio. Ella me mira esperando una reacción y no me quedo con los brazos cruzados, le mancho también la nariz y los labios.

—Yo te limpio — digo entre risas viendo que quede peor que yo y le limpio los labios con una servilleta con el deseo interno de hacerlo con la boca.

—¿Una foto?

—Nah—digo con fastidio.

—No seas aburrido— saca el teléfono y lo coloca en frente de los dos con la cámara interna apuntando —.Lanceeeee —ruega y me niego rotundamente.

—No me gustan las fotos.

Se ríe con ironía.

—Mira lo linda que se ve —insiste —.Por favor cabezón.

—Es ridículo —me siento incomodo y extraño —.No hago ese tipo de  fotos.

—Bueno esta es tu primera vez.

Ruedo los ojos con aburrimiento y después de rogarme mil veces termino aceptando.

Las primeras fotos aparezco con cara de fatiga en cambio ella en todas sonreía y hacia muecas raras que la hacían ver como una niña, como si no le importara que la vieran. 

Luego de jugar coloca un filtro de ojos y boca enorme que me hizo reír sin duda.

—Oye lance que ojos tan grandes tienes —hasta la voz nos cambió, era aguda y fina.

—Es para verte mejor — le sigo y suelta la carcajada mientras nos graba en tiktok—.No lo publiques.

—Esto es para mi, no te preocupes.

—Oye infiltrada que boca tan grande tienes —sigo el juego confiado y ella aplaude emocionada.

—Es para comerte mejor—soltamos las fuertes carcajadas provocando la atención de los demás. Seguimos bromeando hasta que se nos terminó el helado.

—¿Central park? —propongo y ella asiste con todo el entusiasmo.

Si mi cariño por melanie solo dura dos meses, quiero disfrutarlo al máximo y no me importa las limitaciones, haré esos días felices para ella antes que mis sentimientos cambien. 

La lluvia impidió que recorriéramos el parque y la salida al bar pero eso no impidió comprar las cervezas.

La infiltrada se negó a sentarse en el mueble largo de la sala y prefirió elegir los más pequeños e incómodos. Entiendo la razón y tengo pensado decirle a mi tío— con quién no he tenido contacto desde anoche —De ir por unos nuevos y cuánto antes.

Quiero compartir momentos así con ella y que pueda sentarse sin sentirse cómoda o asqueada.

—¿Me vas decir que lo de la bufanda?

Le doy un sorbo a mi cerveza con dificultad.

Sabia que tarde o temprano ella me interrogaría.

—¿O me vas a dejar con la intriga?

Suspiro y le doy otro sorbo mas largo.

—Es de mi mamá —comienzo y siento una presión en el pecho que me corta el aire de forma inmediata — Y... —pauso para tragar el nudo en mi garganta—. Todavía conserva su fragancia.

—¿Ella murió? —me mira con arrepentimiento —.Lance discúlpame por favor. Yo y mi mala maña. No quería ponerte en está — se reprende así misma y me pongo de pie para que no lo siga haciendo.

—No murió—aclaro y hago que se siente en mis piernas al ocupar su puesto.

—¿No?—niego—. ¿Y que paso? ¿Esta enferma?

Suspiro.

—No —me doy otro sorbo para darme valor—.Me abandonó cuando era un niño.

Cubre su boca con ambas manos y se lanza a mi pecho. Su abrazo es el detonante y entre ellos rompo a llorar. Le cuento entre hipidos como mi mamá se fue sin decir nada y como mi papá quedó destrozado con su partida. Melanie me escucha con atención mientras las lagrimas caen por mis mejillas y confieso como fue mi infancia y mi adolescencia, como a pesar que mi padre se esforzaba por hacer todo bien y que nada me faltara, sufrí las burlas y la lastima de los niños por no tener a mi madre acompañándome en los eventos o reuniones, le dije que no me gustaba celebrar mi cumpleaños porque se fue justo ese día y las navidades para mi no significan nada por la misma razón. 

Descargo lo que llevo año retenido y que no lo había hablado con nadie mas y siento que cada palabra me quita esa presión el pecho. Le hablo de los álbumes, el cuaderno y los dibujos en mi block ya un poco mas calmado. Ella me lleva a su habitación después de pasar por la mía por mis cosas  y me acomodo entre sus numerosos almohadones y me presta su feo muñeco Mike Wazowki como consuelo mientras le explico los trazos.

—Este es el museo de historia natural y mi animal preferido era el Tiranosaurio Rex, me quedaba horas viéndolo —señalo la silueta mía y la de mi madre —.Cuando se fue hice el mismo de mi pero sin ella, los hice cuando me preguntaba por que de su abandono.

—Es el mismo con todos—asisto cuando pasa las hojas, asisto—.Este es lago Lake de central park.

—Adoraba ir allí con ella —sonrío nostálgico.

—Tus dibujos son bellísimos  — pasa la mano por la hoja —Tienes un talento nato, no comprendo porque te has metido en la fotografía si fácilmente pudiste entrar en una de ar.. —se corta así misma al ver el dibujo que hice de sus ojos. Espero que reaccione porque no puedo tapar el sol con dedo con algo tan evidente—. ¿Esos son mis ojos?—me muestra el block, sonrío apenado y me seco las lagrimas con el dorso de mi mano.

—Si.

Abre la boca asombrada y admirada.

—Así que me dibujaste, ¿eh?

—Ni te creas —la corto —.Lo hice borracho.

—Pero igual me dibujaste—canturrea—.Es increíble lance, eres un artista.

Suspiro y tomo su mano entre la mía.

—Gracias por escuchar infiltrada —ella deja de ver el dibujo para mirarme. Tenia atascado todo eso en mi corazón y no me había desahogado con nadie.

—Para eso son los amigos—acaricia mi cabello, me encanta, quiero que lo haga siempre —Para escucharse—iba a hacerla sonrojar pero prefiero dejarlo para después aun me queda por sacar dentro mi —.Lance recuerdo que una vez te pusiste tenso cuando tararee una canción de un cantante. You will be my heart  tiene algo que ver...

—Si infiltrada — sonrío conmovido y le doy otro sorbo a mi cerveza—Mi mama me la cantaba antes de dormir o cuando me veía triste. Ella me decía que cada vez que la escuchara recordara que siempre me iba a querer—suelto un bufido irónico —. Al parecer ella lo olvidó.

—Lance—levanto la vista—. Si tu mamá los dejó tuvo que ser una razón muy grande, ¿no te has puesto a preguntar eso?

—¿Cuál razón? —pregunto —. Todo esta bien entre nosotros. Éramos una familia casi perfecta.

—Mmm no lo se lance — la miro atentamente —.Una madre no abandona a su hijo por nada, sé que existen mamás que son capaces de hacer eso, pero si la tuya te dedicaba una canción tan hermosa y significativa como esa a mi me da la sensación que ella se fue por algo grave.

Suspiro pensativo.

—¿Qué crees que haya pasado? 

—Tal vez no todo era perfecto como parecía.


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Graciaaaaaas por leer corazones...

Nos vemos pronto <3


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