Capítulo 43
Hola🤩🥰🤩 sigo viva y recuperada. Recuerden dejar votos y comentarios eso me da mucho ánimo💜
Disfruten.
Melanie...
Hemos rodado y no sé cuanto tiempo llevamos de haber dejado la cuidad. Me intriga el lugar "tranquilo" que me va llevar para responder mis preguntas. Intenté varias veces pedir que me dijera a donde nos dirigimos y él solo se dedica a ignorarme o exclamar con gruñidos.
—¿A dónde vamos lance?
Estoy muerta de nervios y siento que vamos a chocar en cualquier momento. Esta manejando como un loco y no sé si lo esta haciendo para molestarme, porque no entiendo la razón de que anda como un desalmado, nadie nos esta esperando.
—Ten cuidado, ¡por dios!—me agarro de la cabeza al ver que adelanta un camión enorme sin precaución alguna y veo una ápice de sonrisa formándose en sus labios.
Lo estudio de arriba abajo.
¿Estaba jugando?
¡Hijo de su mamá!
—¡Lo estabas haciendo intencional!—le pego por el brazo enfurecida. Se ríe malicioso y mi molestia incrementa—.No es gracioso Lance, ¡pudiste ocasionar un accidente! ¿Estas loco?
—Hace poco pensé que lo estaba—disminuye la velocidad del coche y la tensión de mi cuerpo se calma, miro para el frente un momento y vuelvo a clavar mis pupilas en él—.Hasta que descubrí algo que me dejó peor en el buen sentido.
—¿Qué?—se me escapa la pregunta.
—Responderemos todas esas preguntas una vez que lleguemos.
—¿Y cuánto falta para eso?
—¿Tan interesada estas, infiltrada?— enarca una ceja.
Trato de aclarar pero no me salen las palabras. Mi cerebro había quedado en blanco y no logré reaccionar a tiempo lo que le proporciona una sonrisa socarrona.
—¡Pues no!—respondo tardío, se que no sirve de nada pero no le daré el gusto solo porque mi cerebro no quiso funcionar en ese momento —.Solo pregunté porque estoy cansada.
—Ya.
—Es verdad.
—Ya.
—¡Me vale que me creas!
—Niñata.
—idiota.
—Tonta.
—Insoportable.
—Fea.
—Las nalgas tuyas.
—Bueno no puede decir nada de las tuyas.
Parpadeo.
—¿Por qué?
—No tienes— suelta malicioso y se ríe profundamente. Le dejo la marca de Harry potter con el manotón que le doy por la frente.
—Imbécil.
—Picada.
—Debe ser que tu tienes tremendas nalgas.
Si las tiene y bien redondas el desgraciado, por esas cosas me quedé con media ceja.
—Mas que tu si —alude egocéntrico y le doy la espalda para cortar la discusión con él.
—¡Mierda! —exclama cuando el carro sisea de repente, mi corazón casi se sale del pecho y estoy agarrada del tablero del coche.
—¿Que pasó?—pregunto aturdida por el movimiento repentino —.¿Viste un perro o que?
Silencio.
—¿Había un bache?
—Ponte la chaqueta —manda.
—¿Ah?
—Que te pongas la chaqueta —repite, bajo la vista hacia mi regazo y frunzo las cejas —. ¿Qué esperas?
—Hace calor, no me la voy a poner — decreto y le vuelvo a dar la espalda.
Cinco minutos mas tarde tengo la chaqueta puesta porque Lance prendió el aire acondicionado y lo colocó modo congelador y luché para resistir el frio pero llegó un momento en el que mis dientes comenzaron a castañear y con frustración me lancé la chaqueta.
Por un largo rato estuvimos callados hasta que él luego de rodar no se por cuanto tiempo rodando anuncia que hemos llegado. No me muevo de mi sitio y solo alzo la vista para apreciar el lugar que ha traído.
¿Cabañas?
Me incorporo en el asiento mientras veo pasar por delante de mis ojos las estructuras y no puedo reprimir las ganas de preguntar que este lugar.
—¿Qué es este lugar?
—Una posada —contesta en tono odioso.
—¿Q-que hacemos en este lugar?—pregunto confundida.
—Querías un lugar tranquilo para hacer tus preguntas ¿no?
—No, no, no — lo freno—. El del sitio tranquilo fue tu idea, no mía..
—Ah, y por eso te negaste en venir—insinúa y se baja del coche.
¡Hijo de lucifer!
—Jamás quise venir, ¿oíste?—aclaro en voz alta caminando detrás de él.
—Ya.
—Tu-tu arrancaste sin darme tiempo...
—Paramos exactamente en diez semáforos en rojos y tuviste esa misma cantidad de oportunidades para bajarte del coche, coger un taxi e irte casa sin problemas—me interrumpe—.Pero no lo hiciste, lo que significa que si quieres estar aquí —culmina mirándome por encima de su hombro sonriéndome astutamente.
Le enseño los dedos del medio de mis dos manos y le pateo el culo impotente.
—¡Cállate!—no deja de mofarse de mi —¿Por que vinimos a este lugar? —pregunto sobre sus carcajadas —¿Por qué no en el apartamento? ¿No es lo mismo? —Lance deja de reír pero no se detiene, tampoco desacelera el paso, lo aumenta y se aleja de mi hasta que lo pierdo de vista—.¡Lance!
Levanto las manos en rendición y trato de alcanzarlo pero las sandalias que llevo puestas hace que el trabajo sea menos fácil.
Una vez adentro me doy cuenta que la cabaña mas grande de todas es la recepción, la gente me mira raro porque entro corriendo y diciendo el nombre de lance como una loca de carretera. Sonrío a todos los presentes quienes siguen clavando sus miradas curiosas sobre mi y yo aplico demencia y ceguera pasando entre ellos como si no hubiese llamado la atención.
—Como siempre llamando la atención —miro para todos lados buscando su fea voz —.Aquí infiltrada—me llevo las manos al pecho y me giro sobre mi eje sobresaltada al sentir su voz murmurar cerca de mi oído.
—Lance...
—Ya pagué—bajo la vista cuando siento sus dedos a alrededor de mi muñeca — nuestra cabaña es la numero ocho.
—¿Que?— chispas salen por todo mi cuerpo — .¿Como que nuestra cabaña?
Acerca su rostro al mio hasta rozar mi nariz.
—Solo hablaremos infiltrada — trato de mantenerle la vista y no enfocarme en lo cerca que esta su labios de los míos,de fingir que no estoy nerviosa por tenerlo tan milímetros de mi — aclarar las preguntas que tenemos — dice serio y después sonríe de forma característica —.Al menos que quieras que ocurra otra cosa.
Abro la boca indignada y cacheteo con fuerza.
—¡Imbécil! —salgo corriendo de la cabaña sintiendo una aguda presión en mi pecho.
—Infiltrada.
—¡Déjame en paz! — acelero el ritmo de mis pasos—. Estúpido.
—Infiltrada.
Llego hasta la carretera y camino en dirección hacia la ciudad.
—¿Piensas ir caminando?—lo ignoro y sigo caminando, levanto la mano cuando un coche pasa por mi lado—. Llegaras sin pies.
—Me da igual.
—¿En serio te da igual?
—No me hables y déjame en paz.
—¿Te da igual quedarte fuera de la competencia? — mis pasos se van deteniendo—Primero Liam y ahora tu—cierro los puños y miro mis pies. Miro de refilón cuando lance llega a mi lado—.Infiltrada.
—Escucha lance—lo encaro y detallo como sus orbes vibran con mi escasa cercanía—.Si me vuelves a faltar el respeto no respondo ¿eh? Conmigo te equivocas si piensas que me vas tratar igual — va hablar y no le dejo —.En primer lugar tu me trajiste aquí y la verdad todavía no lo comprendo. ¿Por qué este lugar? ¿Y tan alejado de todos?
Lance asiste y da un paso hacia mi provocando que se me pongan los vellos de la nuca de punta. Estoy alterada pero su presencia no dejan de hacer sentir. Parecen infinitas y cada minuto mas fuerte.
—Es un lugar especial— contesta luego de solo mirarnos a los ojos y guardar silencio — y no quiero que te vean — todas sus palabras crean un incógnita en mi que lucho por disimular— por eso lo escogí y... — aparta su vista y se moja los labios, espero expectante y siento un regocijo en el estomago cuando clava sus brillantes ojos verdes en los míos.
Respira, respira.
Si el supiera lo que me causa su mirada, no me miraría en la forma que lo hace. Dios mio es tan...no sé poderosa, me hace sentir de mil maneras.
—Lamento haber sido pasado y... —suelta despacio y lentamente bajo la cabeza. Su mano grande, cálida y suave acaricia la mía con delicadeza. Chispas emergen por todo mi cuerpo ante su contacto —Un grosero —retiro mi mano disimuladamente y levanto la vista —Discúlpame ¿si? —sus ojos me miran suplicantes y asisto levemente—.¿Regresamos?
—Lance...
—Te explico en la cabaña, aquí no, no es seguro.
—Bien —accedo luego de meditar que es muy tarde y tiene razón —.Que sea rápido, ¿eh?
—Liam puede esparar—murmura molesto —. Si es lo que te preocupa.
Hago omiso a su comentario y camino de regreso a la posada.
Tengo una sensación de desasosiego recorriendo cada partícula de mi sistema, me siento nerviosa, intrigada y asustada. Todavía las preguntas rondan por mi mente, la actitud de lance me tiene desconcertada y confundida.
¿Por que escogió este sitio?
La incertidumbre me tiene tan mal que casi me caigo subiendo las escaleras y entrando a la cabaña. Lance no pierde la oportunidad de reírse y recriminar mi torpeza. Hago omiso a sus burlas, no me afectan con esta tensión y nervios que me están carcomiendo.
—Se parece a las cabañas del campamento —comento en voz alta —.Claro si tanto lujo y mas limpia.
Lance asiste mirando la estancia y comenta que nunca había a los campamentos de la escuela, lo cual me sorprende mucho y me llena de curiosidad, demasiada curiosidad.
A mi me encantaban, lo único que no me gustaba era cuando contaban historias de terror. Por mi problema. Porque cuando todo quedaba en silencio y en escasa oscuridad. Mi mente hace de las suyas y varias veces sufrí mis crisis callada para evitar ser la comidilla del campamento.
Los adolecentes son muy crueles y no todos comprenden.
Entonces para no sufrir me perdía de las reuniones de la fogatas y me iba a cualquier lado o me queda en mi cabaña.
—Nunca me llamó la atención— dice a mis espaldas mientras camino alrededor de la cabaña. Dejo caer la chaqueta al sentir que me sofocaba—. ¿Puedes ponerte la chaqueta?
—¿Otra vez?—gruño, mientras chequeo la salita de estar y la cocina.
—Solo hazlo.
Me la quito entera y me recojo el cabello.
—No— detallo la enorme cama y las lámparas antiguas que reposan en las mesitas de noche —. Hace mucho calor.
—Voy a prender el aire— dice como si tuviera alguna dolencia.
—Si lo vas a prender hazlo moderado y no que se me congelen las nalgas.
Vuelvo a ponerme la chaqueta. El frio no era tan voraz pero era imposible resistir con la ropa que llevo puesta. Estoy tendida en la cama. Es muy suave por cierto ¡y tiene sabanas! Hace mucho que nos disfruto una cama con esta suavidad de no ser por mi mente de dori.
Lance ocupa el sillón de la salita que queda diagonal a la cama y con las manos sobre mi estomago espero que comience.
Pasan los minutos y todo sigue en silencio. Siento su mirada pero me atrevo a mirarlo.
¿Cuándo va a empezar?
Dejo pasar mas tiempo hasta que no lo soporto mas, hemos estados aquí no se cuanto tiempo y no voy a esperar que el niño le salga del forro para hablar.
—¿Vas a empezar o no?—me exaspero, mi cabello cae por toda mi cara y me lo quito con el brazo. Lance detalla cada movimiento que hago y después baja sus pupilas hacia cierta zona de mi cuerpo.
Cubro mis pechos. Lance parpadea y cierra la boca.
Hago una negación ante su descaro. Ni siquiera disimula.
Lance vuelve su mirada y ahora es mi cara y mi cabello quien atrae su atención. Suelta una risita repentina y niega cabiz bajo.
—¿Cuál es la risa?
Suspira.
—Esto que está pasando me da risa.
—¿Que?—sus hombros se agitan al reír.
—Todavía no puedo creerlo —murmura para si y reprimo un gritito cuando se coloca de pie y camina en mi dirección con decisión.
No me da tiempo de pensar cuando lo veo es pasando por encima de mi cuerpo y ocupando el puesto de al lado.
—¿Q-qué haces?
—Tambien tengo derecho de usar la cama—no digo nada y tampoco lo miro, me quedo quieta, fingiendo que no me altera en nada y que imagino cosas... cositas calientes.
—Como sea.
—¿Vas a empezar a hablar o no? — resisto a mirarlo y hablo.
—Tu querías hacerlo. Así que empieza tú —aclara fuerte la garganta y murmura algo que no desifro. Abro mis ojos al captar luego de un año —.Quiero decir que empiezas tu hablando—reparo rápido antes que su mente cochina se active.
—Eres mujer,¿no? —dice después de un rato, voy a responder su irónica pregunta y me silencia —.Entonces las damas primero, infiltrada.
¡Hijo de lucifer!
Quiero sacarle el aire pero mejor no me muevo. Quiero preservar la mente sana que todavía me queda.
—Bien — accedo a regañadientes, y suspiro — Me seguiste — siento que se tensa — y no lo niegues porque tú no sabías dónde estaba. No había manera que lo supieras, ¿Por qué lo hiciste?
El pecho comienza a dolerme y desgraciadamente me toca darme la vuelta y quedar boca arriba.
—¿Que razón tenías para hacerlo? — pregunto con la vista dirigida al techo y espero que conteste.
Pasan varios minutos y la cabaña sigue en silencio.
—Lance no voy a estar toda la noche esperando...
—Porque odio profundamente que salgas con alguien —responde al fin y su confesión me sorprende que no pude resistir a mirarlo —. Empezando por el hijo de puta de Liam. Maldito chicle de mierda que solo está detrás de tu culo.
—¡¿Que?!— exclamo con una sonrisa en medio la perplejidad.
—Y la razón te la daré después — advierte, estoy en shock, no puedo dejar de mirarlo con asombro — Pero, ¡si! Te segui.
—¿Y-y qué ibas a hacer? — inquiero confundida. Lance deja escapar una casta risita y levanta la mirada hacia mi.
—Raptarte —confiesa, y no noto ningún apice burlón en su voz. Mi corazón se detiene dos latidos, ¡oh por dios! No, no,no, no—.Llevarte conmigo, que estés solo conmigo y bailes solo para mí. Además de otras cosas que quiero que hagas.
¿Queee?
—¿Q-qué te tomaste? —reacciono asustada—.¿Fumaste algo antes de venir? ¿Qué infusión bebiste? Fue la pastilla del estómago, ¿verdad? Te ha fundido el cerebro.
Abandono la cama de un tiro y me arranco la chaqueta. Abanico mis manos para refrescar mi cuerpo. Que de un momento a otro aumentó.
Me dirijo a la salita y me recuesto en el sofá. Escucho sus pasos que se acercan y me pongo en alerta. Cuando lance aparece en mi campo visual ahogo una exclamación y aparto la mirada.
¡¿Por qué se quitó la camisa?!
—No me fume nada — aclara — tampoco hay efectos de nada — trago despacio. Estoy perdiendo la batalla. No mires, no mires, se fuerte —.Solo hay uno y ese eres tú.
Parpadeo.
—¿Yo? — asiste determinado—. Por favor ponte la camisa.
—Hace calor.
—Te puedes resfriar — carcajea y enarca una ceja.
—¿De verás?
—Como sea.
Vuelve a reírse.
—Es mi turno — menciona y toma asiento en el sofa. Tuve que recoger los pies antes de que fueran pisado por su gran trasero.
—Aun no me has dicho nada
—Al final.
—No, lance — me impongo — Quiero saber por qué me dijiste eso.
—Asi que te importo.
—Lance.
—Dejaste al chicle de Liam para estar conmigo — sigue — . ¿Por qué?
—¿Puedes responder?
—Hazlo tú.
Respiro hondo y lo encaro, mi atención se desvía hacia sus brazos. Lineas cómo ramas adornan su piel desde el hombro hasta su muñeca.
—¿Y qué querías que hiciera? — pregunto desviándo la vista de sus ojos cuando coincido con ellos.
—No lo sé, dime tu—vacila.
—¿Dejarte solo? — no responde — Liam tiene a sus papás, ¿y tu? Está tu tío pero, ¿En qué momento te socorre si algo te ocurriera? Por eso me quedé.
—Te importo.
—¡Eres un ser humano pues claro que mi importas! —exploto—El hecho que me caigas pésimo no significa que te deje tirado cuando hay una emergencia. Creeme que no soy así — cruzo los brazos —.Puedo odiarte mucho pero jamás le causaría daño a nadie.
—¿Soy más importante que Liam?
—¡Ay no empieces! —bufo—.No sé que tienes en contra de Liam. Él no te ha hecho nada y tampoco Tae-oh.
—No soporto a ninguno.
—¿Y por qué razon? —exijo saber —.Esa es mi pregunta, ¿por qué odias a mis amistades?
—Son desagradables.
—Por supuesto que no.
—Principessa —imita el acento y la voz del italiano —Eres hermosa, vamos a repetir lo que hicimos en Roma, me encantas — resopla—.Patético.
—Tu eres el patético—niego.
—¿Seguimos?
Subo y bajo los hombros.
—¿Que hicieron en Italia?
—Nada.
—Él mencionó sobre lo bien que la pasaron— vuelve a ir imitar su voz, estoy a esto de zaparle un puñetazo.
—¿Te importa?
—Al final te lo diré, ahora responde —asegura.
—Nada pasó.
—¿Y con Liam?
Recuerdo el beso que me robó.
—Solo nos besamos — se me escapo de los labios y maldigo por mis adentros.
—Se...— se corta así mismo, por el ras de mi ojo veo como se remueve en el sofá— hijo de puta —vocifera en voz baja— .Tu sigue.
Iba a terminar el juego porque de verdad me quiero ir. Ahora que sacó el tema de Italia quiero que me explique por qué me llamó y me dijo todas esas cosas.
—¿Por qué me llamaste cuando estuve en Italia?
—¿Que?—me mira.
—Tu llamaste a mi teléfono.
Se ríe incrédulo.
—Jamás.
—Y me dejaste un mensaje donde me escribiste que me extrañas—me mira como si estuviera delirando.
—Eso nunca pasó.
—Entrégame mi teléfono y te doy pruebas de que lo hiciste—su rostro se torna pálido —.¿Cómo conseguiste mi número? ¿Eh? Hasta donde sé no te lo di.
Lance se tensa y se queda viendo un punto ciego, su mirada se pierde y se mantiene así hasta que el escándalo de afuera lo saca de su mundo.
Accede a darme el teléfono y no pierdo tiempo para revisar las llamas recibidas para esa fecha.
—Esta es una — acerco el teléfono y no se atreve a mirarlo—.Aquí está la otra llamada y el mensaje al final —estás últimas palabras lo obligan a mirar. Mi corazón se acelera cuando sus ojos verdes leen aquel mensaje que me dejó y se alinean con los míos cuando termina.
Sus mejillas enrojecen hasta tomar un color rojo intenso. Siento que las mías también porque aunque sé que estaba pasadito de tragos en ese tiempo que estuve fuera también lo extrañaba.
—Es tu número — casi no me sale la voz y noto como el traga con lentitud—.Es ese, ¿no?
Aclara la garganta y espero que confirme pero no lo hace, su mutismo me lo afirma.
—¿Por qué me dijiste todo eso? — busco su mirada cuando la quita—.Alguien me dijo que los niños y los borrachos dicen la verdad. Y jamás he creído en eso. Dime qué fue una broma. Un jueguito tuyo para fastidiarme la existencia.
Lance se levanta del sofá y camina hacia la ventana. Me iba a quedar en el sitio pero decido que no. Esto se están volviendo más y más tenso y él no aclara nada de lo que yo le pregunto. Solo me deja mas confundida.
—No lo recuerdo — dice cuando me siente—. Te juro que no me acuerdo haberte hecho esa llamada pero...
Mi corazón se hunde.
—Pero, ¿qué?
—Si te extrañé —jadeo sorprendida ante su revelación y me siento atrapada cuando se gira frente a mi— ¿Contenta? —no puedo contestar—.Ahora me toca.
Pasa por lado rozándome el hombro y no me muevo de mi eje.
Estoy en shock.
Él si me extrañó.
¿Y todas las demás cosas que me dijo?
¿También serán ciertas?
—¿Infiltrada?
—Te... escucho —tengo todo a mil, no se si me va a dar un infarto en este momento, pero creo que estoy por parecer uno.
—¿Por qué me besaste en la fiesta de Alexa?
Salto sobre mi sitio y siento un frío en el estómago.
Hijo de lucifeeeer.
¡Si vio el video!
Sabía que lo había hecho, era imposible que no. Porque anda en las redes y cualquiera lo puedo ver.
—Sabías del vídeo, ¿verdad?—pregunto al ver que no respondo —.Me besaste cuando no está en mis cabales.
—¿Qué yo te besé? — reacciono dando la vuelta sobre mis pies, apuntando mi pecho.
—Si.
Suelto una risa carente de gracia.
—¿Quién te asegura que fui yo y no tu?
—Porque no me acuerdo de nada.
Coloco ambas manos al lado de mis caderas.
—Tampoco lo recuerdo — no duda de mi palabra y nos quedamos callados viéndonos.
—Júralo.
—Te lo juro—lance asiste —. ¿Por qué crees que se acabó mi amistad con Geo? Ella nunca me creyó que fue por el efecto del alcohol que me besé contigo.
—Si te creo infiltrada—me sorprende a la vez que siento un alivio en mi pecho —.Ella y yo también discutimos ese día.
Levanto las cejas.
—Se comportó como una niña. La verdad que creí que Georgina era diferente — asisto con dolor, me limpio una lágrima que no pude retener. Lance se percata y camina hacia mi.
Todo dentro de mi tiembla cuando me da un abrazo de la nada y siento como su cuerpo se tensa al responder aquel abrazo.
¿Por qué respondo?
Lo quieres, por eso reaccionas así.
—Entonces...— raspa su garganta y nos apartamos al tiempo—. ¿Tu...no te acuerdas nada de nada de esa noche?
—No, nada, en blanco.
—¿Es tu primer beso? —lo miro sería, se ríe maléfico —.Bueno, solo pregunto, cómo tú eres así. Dudo que alguien te haya besado antes.
—Si hubo alguien —su borra sonrisa e incrementa la mía—.Alguien espléndido y encantador que no creo que encuentre uno igual a él.
—Seguro lo estás inventando.
—¿Y por qué inventaría?
—Para no aceptar que soy tu primer beso —dejo escapar una profunda carcajada y le doy la espalda para abrir la ventana, el aire de la noche o mejor dicho de la madrugada recorre mi piel. Asomo mi cuerpo y doy un vistazo a las cabañas que están al frente de la nuestra.
Admiro el paisaje que está detrás de las cabañas. Árboles inmensos se elevan detrás de esta y la luna brilla entre ellos. Cierro las ventanas y me pongo de frente hacia lance quién sube la vista rápidamente.
—No eres el primero—me dirijo a la cama y me siento a quitarme las sandalias. Estoy cansada y tengo demasiado sueño —. ¿Terminamos? Quiero volver.
—No.
—No estamos llegando a nada con esto.
—Se están aclarando muchas cosas — contradice y se sienta a mi lado. Me alejo arrastrándome hacía el respaldo—Sigamos.
—Lance...
—Te gusto.
—Basta no quiero seguir— me niego, sabía que esto tarde o temprano llegaría —.Es ridículo—dejo la cama para buscar la chaqueta, lance me sigue y no me deja llegar a ella, me retiene por el codo.
—Podemos terminar si lo tomamos como dos personas maduras —murmura cerca de mi oído—.Y no actuando como estúpidos adolescentes.
—Te responderé esa pregunta después — tomo su mismo juego y le hace gracias.
—Astuta—sonrío campante y lo miro por encima del hombre. Lance me guiña el ojo y mi cuerpo se estremece totalmente, aún así lo confronto aunque eso signifique quedarme sin aliento.
—Si-sin rodeos sigamos—me convenzo rápido y lo invito a sentarnos en el sofá, él no pone objeción.
—¿Qué hacías fuera de la discoteca sola? — pregunto y ruedo los ojos al recordar —. ¿Qué?
—Si te burlas te dejó sin herederos — le advierto—. No estoy para chistes.
—¿Qué pasó? —presiona.
Suspiro y me siento como un indio frente a él, sus ojos se desvían a mis pies, a los cuales sonríe genuino.
—Ellos...— atraigo su atención — Ellos me dejaron sola — su sonrisa se esfuma y se transforma en una mirada fría.
—¿Carlos?
—Todos —recalco.
—¿Jade, también? —hago una mueca y dejo caer mi cabeza. Suelta un bufido cuando asisto y hago una mueca triste.
Jamás creí que jade me hiciera esto, estás son las horas y no he recibido una llamada, ni de los italianos, en especial ella.
—Ahora es mi turno — prosigo subiendo la cabeza y noto que se ha acercado, tal vez son ideas mías o el cansancio me está haciendo ver cosas—. Y después de esta aclaremos las que quedaron inconclusas.
—Si —detallo la manzana de Adán subir y bajar.
—¿Por qué me besaste?
—Ya-ya te dije estaba borracho.
—Esa noche no lo estabas —remarco—.Reclamaste mi llegada tarde y después de la nada me besaste, ¿Por qué lo hiciste?
—Te gusto —evade.
—Lance no empieces.
—Responde.
—No, tu respóndeme—exijo y me pongo de rodillas sobre el mueble —.No quiero que lo dejes para luego, ¡Quiero que me aclares todo ya!—lance imita en la posición que estoy y me agarra de la cintura, me arrastra hasta él.
—Porque es la primera vez que alguien me gusta—empieza a decir y su revelación me deja perpleja—Nadie en mi miserable vida me había hecho sentir lo que tu me haces sentir—mis ojos se abren en shock y me quedo sin respiración cuando sostiene mi mentón con su otra mano—.Tantas mujeres que han pasado por mi vida y ninguna de ellas me dejó huellas como las que me dejaste tu. Ninguna me había acelerado el corazón como lo haces tu cada vez que me miras con esos grandes ojos y caricaturezcos. Ninguna me había causado tanta amargura y dolor al verla con un hijo de puta como lo haces tu cuando te veo con ellos en especial con el chicle de mierda de Liam. Todo cambió desde que llegaste y por un tiempo creí que me estaba volviendo loco y que tú eras extraña por todo lo que estaba experimentando en ti. Hasta que mi abu me lo aclaró todo. Ella explicó todo y comprendí — acorta la distancia entre los dos dejando una delgada línea entre mi boca y la suya — Alguien me dijo que enamorarse es lo peor que te puede pasar en la vida y por años he mantenido reprimido ese sentimiento que yo no tenía ni puta idea como era. Esa persona nunca me explico lo que se sentía cuando te estás enamorando de alguien, lo único que escuchaba era que no lo hiciera.
Estoy temblando y él también, aunque se ve muy determinado a seguir.
Lo recuerdo de su llamada llegan a mi mente. Él está diciendo casi lo mismo cuando me llamó. Cuando me dijo el efecto que le causaba.
Liam tenía razón.
Dios mío.
¡Lance si gusta de mi!
—Esa persona aún me aconseja que me aleje antes de salir herido pero, ¿acaso no sabe que alejarse también duele? — roza mis labios con los suyos —Me alejé, no sé si lo notaste, supongo que no lo hiciste por lo distraída que eres — sonríe casi sobre mi boca — Lo hice para no sufrir como lo hizo esa persona — vuelve a tomar una respiración—.No creo que pueda resistirlo más. Cada día que pasa siento que no puedo estar lejos de ti, ni un segundo más, muero por volver a besarte como aquella vez y que me hagas sentir en el puto paraíso.
—¿Seguro que no te drogaste o algo? — se ríe cuando mido la temperatura de su cuello y de su frente.
—Jamas me han gustado esas mierdas pero tu eres mi droga favorita — ataja mi muñeca y lleva mis brazos detrás de su espalda — ahora quiero saber si aquello escuché es verdad — levanta mi mentón —.Quiero saber si la chica más despistada y olvidadiza del globo terráqueo gusta de mi.
Amplió mis ojos y antes de dar una respuesta lo señalo.
—No voy a reír—se anticipa—. Y tampoco me voy vanagloriar de esto. Quiero, no, quiero no, me urge saber si es cierto lo que dijiste aquella vez.
Agacho la cabeza incapaz de sostener su mirada desesperada. Lance sostiene mi mentón con sus dedos y me obliga mirarlo fijamente.
—Eso es un, ¿si? — no puedo negar, no puedo mentir, aunque lo haga se daría cuenta porque me acerque a su rostro llevada por el corazón, por el deseo de besarlo —. ¿Si?
—Lance escucha.
—Quiero estar en paz contigo — me corta —.Estoy harto de discutir todo el tiempo.
—Es que...
—Quiero llevarme bien contigo en todos los sentidos —acaricia mis mejillas —. Tu ¿no?
Asisto númeras veces.
Encarca una ceja jueguetona y acaricia mi labio con su dedo inferior.
—Entonces ¿te gusto? —pregunta insistente y niego rodando los ojos, él sonríe de costado y sin más miramientos le doy respuesta no con palabras sino con un beso.
---------
Holaaaaa yo por aquí🥰🥰🥰
Chamas perdón la demora, estuve enferma, el internet fue un desastre y bueno ya tengo el teléfono.
Espero que les haya gustado 🤩🥰
Un abrazo grande.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top