Capítulo 42
Melanie...
Los primos de Camilla la cuñada de Liam me abrazaron cuando me abalanzo hacia ellos. ¡No puedo creerlo! no esperaba esta inesperada pero muy agradable sorpresa. Estoy a punto de llorar pero me contengo de hacerlo y lo oculto tras una sonrisa.
—Que linda sorpresa —les digo ambas dando saltitos de felicidad, los veo y no lo creo.—¿Son reales ustedes?
Ambos se ríe y dejan que los inspeccione.
—Estas preciosa —me dice Ignacio inspeccionándome de arriba abajo, sonrío sonrojada esquivando sus cara coqueta.
—¡Como supieron que vivo aquí?
Ambos se miran y suspiran.
—El atolondrado de Liam nos dio la dirección mas no el apartamento asi que tuvimos que tocar cada puerta para saber cual era —me cubro la boca con ambas manos y me hago una idea de lo que tuvieron que hacer para llegar aquí.
—Pero lo mas importante que pudimos encontrarte —Carlos me rodea por completo y me aplasta contra su pecho— no tienes idea lo mucho que te extrañe.
—Extrañamos —corrige Ignacio.
—Pero yo mas que él —recalca.
—Mentiras —Ignacio me saca de los brazos de Carlos para estrujarme en ellos —Yo la llore por días.
—Eso no es nada— estoy de nuevo en los brazos de Carlos, me estoy riendo en silencio —.Yo pasé semanas, me quedé seco de tanto llorar.
Niego con este par y me aparto.
Suspiro.
—¿Tienes algo que hacer? —preguntan a la vez —¿Estas ocupada?
—Estaba...— me corto asi misma, iba a decir que estaba atendiendo al marsupial pero como me dijo que se siente mejor me puedo ir con estos dos simpáticos italianos —.De hecho ya terminé. ¿A donde quieren ir?
—A donde tu quieras—sonrio a carlos que toma mi mano y planta un beso en el dorso de mi mano. — Siempre y cuando sea contigo, principessa.
¿Alguien mas sintió que se desintegra por dentro?
¿Dónde Carlos tan coqueto?
—Perfecto —digo entusiasmada — me cambio y nos vamos.
—No—interviene carlos, que mira a su primo de costado —. Así luces...esplendida, ¿cierto Ignacio?
—Si, muy hermosa Melanie.
AHHHHHHHHH.
¿Cómo me dicen eso si parezco un zombie?
—Bu-bueno — carcajeo apenada— entonces iré por mi cartera y mi cámara ¿esta bien? espérenme aquí — y modestamente les cierro la puerta para salir corriendo a mi habitación como un tren bala.
No me creo que ellos estén aquí.
¡Que emoción!
Ingreso empujando la puerta con el pie y busco entre el medio de mi desorden mi cámara. Cuando la consigo la cuelgo en mi cuello y ahora me falta encontrar mis benditas llaves del coche.
¿Dónde las dejé?
—¿Te vas a ir con ellos?—pregunta lance cuando me lo consigo de frente, casi me estrello con su cuerpo.
Retrocedo un paso.
—Si —miro por encima de su hombro, cerró la puerta.
—¿Y me vas a dejar aquí tirado?— vuelvo la vista hacia sus ojos y ladeo la cabeza, esto es un reclamo —.Por ellos.
¿Que?
—No te estoy dejando tirado —le digo extrañada rodeando de su anatomía para continuar con mi búsqueda — estas en casa —menciono dándole la espalda mientras reviso las gavetas de la mesa de noche.
—¿Y que me dices de jade?—chisto los dientes, abro la otra gaveta.
¿Dios mío donde la puse?
Seguro debe estar en el closet.
—Infiltrada te estoy hablando —hago ademanes con la manos para que me deje en paz y escucho como gruñe.
—Aquí esta —sonrío feliz, cierro las puertas del closet y doy vuelta en trompo. Suelto un grito cuando lance aparece detrás de mi y me rodea con sus brazos apoyándolos a cada lado de mi cara.
—¿Piensas irte con ellos y dejarme solo con la loca de tu amiga?—pregunta incrédulo cerca de mi cara.
—Si — abre grande los ojos —.Son mis amigos y tengo que atenderlos.
—Son mis amigos y tengo que atenderlos —me remeda y me aguanto las ganas de propinarle una cachetada —.Tu no te irás con ese par de maricones, te quedarás aquí conmigo hasta que Jade se vaya, no pienso quedarme solo con esa satánica.
—¿Tienes miedo? — pregunto esculpiendo una sonrisa y no contesta, evita mirarme y no puedo evitar reír. Lance aguanta mis burlas hasta que decide callarme tapando mi boca con las manos.
—¿Escucha infiltrada! — brama —.A mi no me vas a dejar solo con tu amiga ¿me escuchaste? vas a tener que decirle a ese par de italianos que se vayan y que vengan otro día porque estas muy ocupada.
Quito sus manos de mi boca y lo encaro.
—Tu no me mandas — le digo enfurruñada y retrocede —.Y no dejaré a los italianos porque a ti te da miedo quedarte con jade. ¡Es mas! podemos solucionarlo ya mismo. Le escribo a jade que no venga y se acabó el dilema.
—No —me quita el teléfono.
Mi cabeza hace circuito.
—Mi celular.
—No le dirás a jade nada—impone y se guarda en el teléfono dentro de su mono de cuadros, justo en su zona varonil —.Si lo quieres vas a tener que sacarlo de allí para que hables con ella.
Uff, que ofertón.
Asquerosa.
Como si no quisieras meter mano.
—Puedo decirle ahorita que venga —sonrío astuta y le paso por el lado pero me detiene rodeando mi cintura y me pega a su cuerpo, quedando cara a cara.
Respiro profundo.
—No saldrás de aquí infiltrada.
—Tu no me mandas—gruño, suelto un grito cuando me lleva hacia atrás y me estrella contra la pared. Le pego una cachetada y me agarra de los dos brazos. Poniéndolos encima de mi cabeza —.¿Ahora, qué? ¿Qué pasa?
—Te dejaré que pasen —suelta y mis ojos vibran sorprendidos—.Solo por esta vez, ¿bien?
—Le puedo decir a jade que...—niega y pega su pelvis a la mía, trago despacio.
¿Va suceder otra vez?
Hace días lance me besó y hasta el día de hoy no sé por qué lo hizo. Al principio creí que estaba tomado pero luego de que su tío se lo llevara no sentí ni una gota de alcohol en mi boca lo cual me dejó desconcertada y con miles de dudas acribillando mi mente.
—¿Puedes soltarme?—no responde a mi exigencia. Sea la razón que me haya besado aquella no dejare que lo haga de nuevo así me muera por hacerlo —.Lance me tengo que ir, ¡ya suéltame!
—Invítalos a pasar.
—Olvídalo — resopla por la nariz y sale de la habitación como una flecha, dejándome desconcertada.
¿Qué va hacer?
Cuelgo mi bolso en mi hombro derecho y salgo detrás de él.
—Son bienvenidos —me freno en seco.
¿Qué esta haciendo?
Esperen...
¿¿Los está dejando pasar??
—Muchas gracias —le dice Ignacio muy feliz palmeando la espalda de Lance, Carlos se me acerca y me abraza de costado, felicitándome.
—No sabia que te habías casado —parpadeo sorprendida y lo miro enseguida, su brazo se retira de mi cintura—.¿Es celoso?
—No estamos casados —aclaro de inmediato.
—¿Y por que vives con él? —hago una mueca con mis labios y le cuento lo mas breve la razón porque caí aquí —. Vale, entiendo — sonríe de costado.
Jade llega y los ojos casi se le salen cuando ve a los italianos sentados en el mugroso sofá verde en donde Lance le gusta hacer el irrespeto. Casi me deja sin brazo cuando me arrastra fuera de la sala para hablar en privado.
—Dios no imaginé que fueran tan bellos —la miro extraño, y me cuesta que sea Jade con quien estoy hablando. Ella se da cuenta de mi actitud y rueda los ojos con fastidio —Mira Alicia que me gusten satán no significa que no me gusten chicos así ¿o que creías? ¿Qué me gustaban así llenos de tatuajes?
Suelto una risita.
—Bueno es que yo creía.
—Cállate y preséntame al mas alto.
—Ignacio.
—Hazlo ya— asisto y su mano toma la mía — o no te cocinaré.
Ignacio besa el dorso de su mano cuando los presento. Jades sonríe dulce como nunca la había visto y presenta su nombre después que este dijera el suyo.
Los dejo para reunirme con Carlos quien mantiene una vivaz conversación con lance. Cuando me siente llegar me sonríe y me abre espacio para que me siente a su lado.
Asisto sin perderlo de vista. Es tan lindo y no asimilo que este aquí.
—Ustedes — me siento en el espacio que deja para mi y miro hacia donde provenía la voz de Jade — necesito que vayan al supermercado y compren algo para beber.
Miro al italiano y le hago una invitación con la cabeza. El comprende mi gesto y nos ponemos de pie enseguida.
Estamos esperando que llegue el ascensor cuando lance aparece de improvisto asustando a los dos.
—Jade me dijo que los acompañara — explica y entre cierro los ojos incrédula —. ¿iremos en tu coche?—parpadeo desconcertada, ¿y ese tonito amigable?
—Eh...si — lo escaneo de arriba abajo.
—Pido ir adelante —dice actuando como un niño.
—Como quieras amigo—dice carlos sin importancia, tengo mis ojos clavados en Lance quien se hace el tonto.
¿Qué trama?
Los tres ingresamos al ascensor. Quedo en el medio entonces lance me empuja con su cadera y es él que queda entre Carlos y yo. Lo miro de devuelta. Él me da la espalda y empieza a sacarle conversa.
Lo acoso con la mirada para que me mire de vuelta y no lo hace. Sigue hablando como si no tuviera en cuenta que esta actuando raro.
Los tres salimos y subimos a mi coche a la vez. Observo a carlos por el espejo retrovisor y aprovecho que esta hablando por teléfono para encarar al marsupial.
—¿Qué te pasa?
—¿Qué me pasa, de que? — echo otro vistazo hacia atrás y este sigue muy entretenido.
Agarro el cuello de su camisa y lo acerco a mi cara.
—Actúas como un loco y me vas diciendo ya que es lo que pico. Estas raro. Tu no eres así.
—Solo estoy siendo amable —suelto una risita irónica.
—¿Tu amable con mis amigos?—cuestiono dudosa.— Tu los odias por naturaleza.
—Estos me han caído bien—confiesa y no le creo nada, esa cara de malicia no afirma nada a sus palabras.
Suelto el cuello de su camisa y me vuelvo hacia mi asiento. Carlos aparece en medio de los dos puestos después de hablar por teléfono y comienza a resaltar lo que hicimos en roma.
Adoro revivir esos días porque fueron tan relajantes. Toda esa carga emocional que yo sentía desapareció por completo al instante que llegué allá. Hasta de lo que dije de lance
—acerca que me gustaba — también.
Me gustaría volver y sacar el estrés que cargo ahora con la universidad y la academia. Agregando que liam se lesionó el pie por andar inventando. Estoy en una disyuntiva si continuar con esto del patinaje o dejarlo. Porque me esta consumiendo mucho. Apenas me da para estudiar — que no me va mal — gracias a dios pero me siento agotada.
Liam me aconseja que me decida por una sola cosa. Le comenté hace días que había escogido la carrera para no quedarme sin que hacer. Le dije que si me gustaba mas no era lo que mas quería en la vida. Él me dijo que si el patinaje era lo que mas amaba en la vida escogiera este y dejara la carrera.
Pero no sé...
Es muy pronto para tomar una decisión tan grande como para dejar la carrera y enfocarme solo en el patinaje, apenas estoy empezando, y no he demostrado nada de mis habilidades. Aun no sé si sigo teniendo aquella chispa que tenia cuando era solo una niña. Lo que he pensado es meditarlo después que termine el cuatrimestre. Hablarlo con mis padres. Porque esto requiere mucho.
Ingresamos a la licorería y fuimos directo a las neveras. Lance toma tres sixpack de cervezas y carlos otras dos. El marsupial le agradece y juntos se dirigen a la caja muy armonioso con el italiano mientras yo me quedo procesando su actitud en mi sitio.
La cajera una chica preciosa de grande ojos grises y cabello oscuro le hacia ojitos a Lance y este por supuesto le responde con sonrisitas y cumplidos que la hacían reír como pendeja. Los miro en especial a él y replanteo lo que Liam me repite cada vez que puede.
¿De verdad este animal en celo siente algún cariño por mi?
Solo mírenlo, buscando otra presa, junto delante de mis ojos sin pena alguna. Si este tatuado tuviera algún sentimiento de cariño hacia mi no le pide el numero de teléfono y menos concretar una cita.
Se supone que no le "interesa" nadie mas.
Esa noche estaba loco.
—¿Podemos irnos?— interrumpo a los tortolos, que ya se besaban.
—¿Tu pagas, amigo?— lance deja de mirar a la pelo negro y asiste para atender a carlos rápidamente y volver a ella—.Vente principessa —Carlos me agarra de la muñeca y me lleva a fuera hacia el estacionamiento.
Lucho por no mirar hacia atras para no morirme del coraje y finjo normalidad junto a italiano quien es ajeno a todo lo que esta ocurriendo dentro de mi.
Respiro hondo para evitar que me afecte.
Carlos pasa su brazo por encima de mis hombros y caminamos justo hacia mi viejo victor. Empezamos hablar de su abuela Aurora y la pequeña Mya. Que según su abuela ha hablado de mi y ha preguntado cuando regreso y había comentado sobre invitarme para vacaciones.
El italiano se reía de mis caras puesto que el tiempo que estuve allá la adorada anciana no me trató ni una sola vez bien.
—Después de lo que le hiciste a la pasta dijo que no se iba a meter mas contigo — cuenta y es difícil de creer que sea cierto —. ¿Qué dices?
Lance aparece y nos separa pasando por el medio de ambos con brusquedad, no pide disculpas y se queda en la mitad, interrumpiéndome toda vista del italiano.
Que grosero.
—Si aceptas te visitaremos mas lugares de Italia — lance nos mira — y como se que te gustan el mar, te llevaré a las mejores playas.
—Gracias.
—Y no te preocupes de la estadía ¿eh? —hace une mueca, su ingles no fue el mejor pero se le entendió—. ¿Lo dije bien?
—Si— digo molesta, tenemos que asomar la cabeza.
—Te puedes quedar en mi casa —alguien tose repentinamente—.Y repetir todo lo que hicimos allá.
—Me encantaría—lance profundiza la tos.
—¡Estas enfermo? —alzo la vista hacia él.
—No —dice en un tono seco y tajante —.No es nada.
Ingresamos al coche y repentinamente lance le pide a carlos que si puede ir por unas papas a la licorería. Carlos baja enseguida y apenas me da tiempo de reaccionar.
¿Por qué hizo eso?
Lo miro en reclamo. Sus orbes verdes no determinan si no hasta que hago un movimiento con los brazos.
—Cuando la comida acabe quiero a este par de maricones fuera de mi casa y no los quiero ver mas nunca, ¿me escuchaste?
¿Para eso lo mando lejos?
¿Para decirme algo que ya se?
Es patético.
Hago omiso y le doy la espalda. Me abstengo de decirle algo de su extraña actitud. Sabia que algo no andaba bien y no me equivoqué. Solo esta fingiendo.
Pasan los segundos y carlos no sale. Voy a chequear la hora en mi teléfono, frunzo las cejas extrañada. Estoy segura que lo tenia en mi bolso.
A lo mejor lo dejé en el cuarto.
Carlos llega al fin y la actitud buena de lance aparece casi de inmediato. Estuve a punto desenmascararlo pero eso es darle importancia a él así que lo dejo pasar.
Lance se empeña en ir en medio del italiano y yo.
¿Qué onda en quedar en el medio?
¿Tiene problemas?
La casa huele delicioso y el aroma me lleva automáticamente a donde esta la cocina. Que digo jade. Abrazo a Ignacio y ella apenas me deja tocarla.
—Pinta delicioso. — digo observando las ollas después de ser rechazada por la rockera.
—Es risotto —aclara Ignacio—.Y esta listo. Los estábamos esperando para servir.
La mesa es de cuatro puestos y el raro de Lance ocupo una silla. Carlos queda por fuera y noto como no disimula su satisfacción.
Para no dejarlo solo como me toco a mi aquella vez. Abandono la mesa junto con mi plato hasta la barra donde mi amigo esta comiendo.
Él me regala una sonrisa dulce cuando ve que me acerco. Sin preguntar me ayuda con el plato y también me ayuda a sentarme.
—Provecho—le digo y empezamos a comer.
En la mesa tienen una conversación y nosotros tenemos otra. Estoy riendo como nunca. Tengo que cubrirme la boca para no verme como una cochina y se me vea la comida.
Noto como carlos se me queda viendo sin pestañar, sus ojos se mueven en todas las direcciones de mi cara. Hay una sonrisa de costado. No se que es lo que tanto me mira pero me esta poniendo nerviosa.
—Eres muy hermosa principessa —interrumpe mi conversación, siento que me miran.
—Oh— aclaro la garganta, y tomo un sorbo de agua. Cerveza no pienso tomar, ella me cambia—.Gracias.
—Lo digo en serio—acerca su rostro al mío y coloca una mano en mi mejilla — eres divertida y me caes increíblemente bien — sonrío agradecida—.Me encantas muchísimo y...
—¡Lance! — exclama jade— ¡Respira idiota!— ambos miramos en dirección en la mesa y abro los ojos en grande.
Se esta ahogando.
Me acerco corriendo asustada. Jade esta detrás y le aplica la maniobra de heimlich. El marsupial escupe lo que tiene atascado en la garganta luego de varios intentos y tose doblado sobre su estomago.
Lo sentamos en el sofá feo de la sala, busco un vaso de agua y se lo llevo tan rápido como puedo. Él tiene la cabeza recostada en el orillo del respaldo su cara esta roja y su respiración es entre cortada. Tengo el corazón diminuto. Aunque fueron unos fragmentos de segundos. Se sitió como si hubiese pasado horas. Lance parecía un muñeco mientras jade le ayudaba a sacar del ahogo.
Quedo sola con él en la sala cuando los chicos se ofrecen recoger y limpiar. Del susto se me quito toda el hambre que tenia. Sigo asustada y lo unico que quiero es que deje de toser. Me angustia.
—Toma—despega la cabeza del respaldo del sofá y alza la vista hacia mi. Observa el vaso que tiende mi mano y se endereza para recibirlo.
Lance se bebe el agua hasta desocupar todo el vaso. Lo deja en la mesita de estar y se vuelve a reclinar en el respaldo. Llevo el vaso hasta la cocina y me regreso a donde esta él.
—¿Te sientes bien? —asiste sin mirarme—.¿Quieres...mas agua?
—No—su voz sale ronca—. ¿Me acompañas?— pregunta de repente.
—¿Qué?
Le da palmaditas al sofá y arrugo el rostro con terror.
—¿Para qué quieres que me siente a tu lado?—pregunto intrigada.
—Eres la única en este lugar que se lo puedo pedir.
—Está jade— señalo.
—Ella no es tu—vuelve a palmear el suelo del sofá feo—.Y ella me da miedo.
—Tu me estas dando miedo con lo que estas diciendo—manifiesto y se ríe mostrando su perfecta dentadura—.¿Será que el ahogo te afectó las neuronas?
—Créeme hay alguien que me tiene afectado mas que las neuronas.
— ¿Ah, si? —asiste—. ¿y quien es?
La chica ojos grises de la licorería por supuesto.
—Anda siéntate— me deja con la intriga.
—Si no me dices quien te tiene todo bipolar no lo haré—le doy un vistazo a la tela del sofá—. y ni loca pongo mis aposentos allí.
—¿Qué tienes contra el sofá?
Suelto una risita irónica.
—¿Hace falta responder?—miro hacia mi lado izquierdo al oír un ruido proveniente de la cocina y le sonrío a carlos quien hace contacto visual conmigo.
—Entonces acompáñame a la habitación.
—¿Que?—me vuelvo hacia lance quien ya estaba de pie. Bajo la vista hacia mi mano derecha cuando siento el peso de la suya.
—Luego te vas con tu noviecito—susurra en mi oído.
Antes que aclare que carlos no es mi novio me lleva de la mano a su habitación. Siento que todos clavaron sus miradas en mi cuello en el momento que le pasamos por el lado. Quiero dar marcha atrás pero ya es demasiado tarde para intentarlo.
—¿Para qué me quieres aquí?
Juro que no entiendo nada, no entiendo su actitud repentina y no entiendo por que me trajo a su habitación prohibida.
—¿No te molesta tanta gente? —pregunta y se tumba en la cama. — Un poco de paz no esta nada mal, ¿no?
—Lance ya responde que querias decirme.
—¿Estas afanada? — chisto los dientes fastidiada y giro sobre mi eje — infiltrada — le hago un ademan con la mano en señal que me deja y salgo de su habitación.
Definitivamente esta loco. Le rissotto le afectó el sentido comun.
—Principessa hemos terminado—sonrío a carlos y jade aparece a su lado.
—¿Que tal esta el antipatico?
Raro y fuera de si.
—Supongo que bien.
—Estaba planeando con estos muchachones que deberíamos ir a una discoteca, ¿que dices alicia? ¿Te nos unes?
—Todavia es temprano—ella rueda los ojos.
—En la noche noña—aclara con toda su odiosidad .
Hago una negación y termino aceptando.
Llevo a los chicos hasta el hotel donde se estan quedando y luego a jade a su residencia. En el camino me cuenta lo bien que le habia caido Ignacio y todas las cosas marvillosas que descubrió en él. Pierdo el hilo de la conversación cuando recuerdo la actitud bipolar de Lance.
¿Que le pasó hoy?
Todo ese cambio repentino de parecer.
¿Que era lo queria decirme?
Definitivamente esta loco.
—Es muy divertido—la voz de jade me regresa a tierra y trato de volver a integrarme en la conversación, sin tener idea que es lo que ha dicho—.¿crees que le guste?
—Eres hermosa jade.
—Si pero...— juega con sus dedos—me refiero a mi forma de ser. Es que senti que se asustó cuando le dije que me gustan las arañas y tengo una de mascota. ¿Soy muy aterradora?
—Eh...
—Dime la verdad alicia —me toma el cuello de la camisa y la miro asustada —.¿Doy mucho miedo?
—¿Que?
—¿Eres sorda?— se obstina
— Te estoy preguntando si mi aspecto da miedo.
La escaneo de arriba abajo y niego con sinceridad. Jade nunca me dio miedo, lo que si son sus gustos raros y su gusto por espantar a los niños.
—Necesito una respuesta mas honesta.
—¿Y que mas honesta que la mia? —la miro ofendida.
—Es que somos amigas y tu ya sientes cariño hacia mi y no me vas a decir toda la verdad para no herirme.
—Y por esa misma razón te estoy siendo sincera, tu no me das miedo, son tus gustos.
Me mira angustiada.
—¿Son muy turbios?
—Lo de la araña si—deja caer la cabeza.
—Quiero agradarle al italiano—me llevo una mano el pecho — no quiero darle miedo. Es tan lindo. Ningún idiota me había llamado la atención. Es inteligente y sobre todo maduro. ¿Sabes lo que cuesta conseguir un chico que tenga cinco dedos de frente? ¿Que hago? No quiero fingir algo que no soy porque es estupido. Solo entraria en un bluce de mentitas y no quiero eso.
—Entonces hazlo— la animo.
—Es que va a salir corriendo— expresa mortificada.
—Eres hermosa jade y tambien buena amiga. A pesar de tu sarcasmo y burlas sabes escuchar. Eres madura y muy inteligente— sonrie timida — ignacio apreciará eso y no el gusto por las arañas o objetos demoniacos.
Suspira.
—Eso espero —se sonroja— es muy guapo. — asisto.
—Si hubieses visto los policía de alla te mueres —muerde su labio— casi hago que me arresten.
—¿Y quien no?— soltamos una risitas —Gracias alicia
—me palmea la cabeza como un gato y se sale por la ventana en vez de abrir la puerta — hoy ire lo mas sexy.
—¿Tu sexy?
—Haré dudar de tu heterosexualidad.
—Vamos a ver.
—Tu tambien deberías ir asi
— señala — y no con esos trapos que apenas te ves en ellos. Usará el vestido que compraste? ¿El negro?
—Ya lo tengo para una ocasión — la boda de mi. viejo sabroso — no te preocupes que no iré con esos trapos.
—Mas te vale risitos de oro.
Las horas pasan rapido y ya me encuentro lista para irme. Le doy un repaso a mi cuerpo y ladeo la cabeza. Antes de volver a la residencia pase por una tienda y compré algo para esta noche. No queria usar vestido asi que opte por una blusa blanca de tiras que solo me cubria adelante y la espalda era descubierta, tenia una cadenitas de oro que se cruzaban en zic zac muy, muy lida. Un pantalón de cuerina de talla alto en la cintura y corto en la zona de las bota. Este me levanta la pompa que no tengo. Unas sandalias de plataforma color negro, no muy altas y que sean fáciles para caminar y bailar.
Esta noche quiero mover el esqueleto.
El desastre de mi cabello lo mandé a estirar. Este me quedo hasta el raz de mis pompas y me cubria la escote de mi espalda. Si no quiero que nadie la vea con solo soltar mi cabello basta.
Use maquillaje para tapar mis bolsas negras y cara de muerta, de agotada. Resalté mis ojos, maquillé mi ceja pelona y pinte mis labios de un rosa suave.
Lastima que no pueda cubrir los granos de mis brazos. Espero que a nadie se le ocurra tocarlos.
Tengo una cartera pequeña donde llevo todo. Allí guardo el gas pimienta, las llaves, un zapatillas por si no aguanto los pies y...
¿Dónde esta mi celular?
Busco en todos lados hasta que recuerdo en que lugar está.
¿Por que diosito?
¿Por que me la pones tan difícil?
Dejo la habitación y caminando con decisión me dirijo a la del marsupial, sin rodeos toco la puerta una vez.
Nada.
Dos veces.
Silencio total.
Me afinco con la intención obstinarlo y lo consigo en segundos. El marsupial suelta un gruñido que se escucha hasta aquí y abre la puerta con fiereza. Antes que explote de la histeria, extiendo el brazo hacia él y le exijo que me entregue mi teléfono.
—Por favor entrégamelo —repito en voz alta al ver que no reacciona, parece que se hubiese quedado paralizado y lo unico que mueve son sus ojos, los cuales me están escaneando de pies a cabeza —.¿Lance?
Chasqueo los dedos frente a su cara embobada y la boca entre abierta para que pise tierra. Funciona. Lance parpadea al salir de su universo y sube la mirada hasta mis ojos.
—¿Qué?
—Necesito mi teléfono —repito con afán y vuelve a desconectarse del planeta. Me exaspero y no espero que me responda. Yo misma ingreso a su guarida prohibida y empiezo a buscar donde sea que lo haya puesto.
—¿Vas a salir?
Se me hace extraño que no este como un loco desquiciado gritando que no toque nada.
—Si.
—¿Con él?
—¿Quien?
—Con carlos— asisto.
—También con jade e Ignacio — agrego —¿Me puedes decir donde esta? —pregunto cansada dándome cuenta que no esta en ningún lado de sus cosas. Lance me da una inspección de arriba abajo antes de cuestionar mi vestimenta —.¿Qué tiene que salga así? —me miro, no veo nada extraño, no estoy insinuando, solo la espalda y eso se soluciona con una chaqueta la cual llevo en mi otra mano.
—Nada —dice y lo hace otra vez, vuelve a registrarme.
—Necesito mi teléfono.
—No lo tengo.
—Si lo tienes lo guardaste dentro de tus pantalones.
Ladea la cabeza.
—No recuerdo haberlo guardado allí.
—Si lo hiciste y lo quiero de vuelta— me esta poniendo nerviosa, no deja de mirarme de pies a cabeza.— Tengo que irme, por favor Lance, regrésamelo.
—¿A cambio de qué te debo entregar el teléfono?
—Viste que si lo tienes—capto rápido —.Ya dámelo.
—Tu novio puede esperar.
—No es mi novio, es solo un amigo—se ríe sarcástico y frunzo las cejas ante su actitud, y también la mía. ¿Por qué la necesidad de explicarle? no somos nada —Por favor mi teléfono.
—Responde infiltrada—insiste, y despliego los hombros cansada.
¿Va a seguir?
—Nada, no quiero nada, quédatelo no tengo tiempo para jueguitos —determino sin importancia. Total, no tengo nada interesante o loco allí que me compromete —.Métetelo donde no te dé el sol —Lo empujo por el pecho cuando salgo y me dirijo a la salida.
Estúpido bipolar.
Definitivamente la pastilla del estomago le afectó la cabeza.
Jade corre hasta el coche como puede y me quedo con la boca abierta al verla con un sexy vestido blanco.
¿Blanco?
¡¿Blanco?!
Mi boca no se cierra, ella se ríe, ella sabe por que tengo la quijada a punto de salirse de su puesto. ¿Blanco? desde que la conozco nunca le había visto nada claro, todo totalmente oscuro y se me extraño verla así.
—Casi no te reconozco Alicia —halaga — te ves caliente.
—¿Solo yo? — se ríe—.Tu te ves increíble con ese vestido—su cabello es liso y se hizo unas hondas que le quedan increíbles. El vestido es strapless, sencillo y muy hermoso, tiene incrustaciones brillantes que lo hacen lucir elegante y sexy.
—¿No me veo como una perra?
Niego al instante.
—Estas preciosa—me mira aliviada.
—Quiero impresionar a Ignacio pero no me quiero ver como una puta.
—Para nada — le digo con firmeza —.Pareces una modelo.
—Gracias Alicia —me pega en el hombro como muestra de cariño.
—Ruda —añado y soltamos una risotada.
Ignacio y carlos nos elogiaron cuando los fuimos a buscar. Ellos también lucían llamativos e increíbles. Iban casi igual los dos. Camisa de vestir de tres cuartos y pantalón oscuro. La de Ignacio es verde militar y la de carlos mas oscura que esa.
Hermosos.
Por suerte he traído una chaqueta — la de lance— quien me la prestó y no se la devolví nunca. Juro que no me acordaba de ella solo cuando la vi en el closet. Tengo la espalda descubierta y por allí cuela el frio del aire acondicionado.
—Estamos llamando la atención —susurra jade en mi oído, echo un vistazo alrededor y lo veo.
Asisto.
—Tu estas atrayendo las miradas—la vacilo.
—¿Yo sola?—reímos las dos y entonces recuerdo a Alexa, que habrá sido de ella, más nunca tuve contacto. Me caía muy bien a pesar de sus locas ideas.
Ignacio logra ocupar una mesa de cuatro puestos. Pusimos las bebidas sobre la mesa. Todos me miran cuando en vez de pedir alcohol, pedí agua, fueron eternos los segundos pero nadie dijo nada y mantenemos una casta conversación hasta que decidimos bailar.
Muevo mis pies y mis manos al ritmo de About damn time de Lizzo con jade haciendo lo mismo a mi lado, lo cual me sorprende, ella me hace una seña con su dedo sobre el cuello en señal de amenaza y lo único que hago es reír.
Los italianos tratan de seguirnos los pasos. Hicimos un cuadro que todos miraban y se querían integrar pero la mirada fría y asesina de jade no daba cabida para nadie. Pasamos de lizzo a Doja Cat con Say so.
Casi pego un grito de la emoción.
Adoro la música disco.
Si colocan Celebration, me muero.
Paramos para descansar. Colocaron música que no era bailable y no estaba mal, pero no era para sacudir el esqueleto hasta desarmarse. Los tres piden mas cerveza y yo agua. Me criticaron siendo la rompe grupo pero alguien tiene que llegar sobrio a casa ¿no? y si nos emborrachamos todos quien sabe donde iremos a parar.
Jade me da la razón y me da la responsabilidad de su trasero. Le lanzo una mirada de pocos amigos y se ríe maliciosa, luego me da un abrazo que me sorprende y me lleva de la mano hasta la zona donde poco a poco las demás personas van llenando.
Carlos y Ignacio aparecen muy animados tratando de seguirnos el paso. Habían jovencitas que no les apartaban la mirada. De repente esas mismas niñas la cual calculo que tenia unos dieciochos años se unieron a nuestro circulo queriendo llamar la atención de los chicos en especial de mi acompañante y lo logran, en un parpadeo no tengo mi pareja.
Jade también desaparece con Ignacio y me quedo sola.
¡No puedo creerlo!
Decepcionada y con un sabor a amargo en mi boca me vuelvo a la mesa a esperar que aparezcan. Hago una negación. Han pasado varios minutos y ninguno de los tres se digna a regresar. No tengo como reclamarles si mi teléfono lo tiene el odioso del marsupial.
—Que se vengan como pueda — digo y me dirijo a la salida, me acomodo bien la chaqueta de Lance y salgo del local, enojada.
Espanto un feo gato que toma el capó de mi coche como hotel y este me gruñe molesto, lo empujo con el pie para que se vaya y entonces se devuelve con la intención de atacarme.
Suelto un grito ahogado y me choco con alguien al intentar correr, todo mi cabello cubre mi cara y no puedo ver a quien casi le dejo sin aire.
—Infiltrada.
Aparto el cabello de mi cara rápidamente.
—¿Lance?
El gato chilla feo detrás de mi y recuerdo por qué es que iba a salir huyendo.
—¿Qué haces?— pregunta cuando me escondo detrás de suyo y le pido que me salve.
—Ese gato—señalo con la mano temblorosa—.Quiere matarme.
—¿Que?
—Esta endemoniado —lance se ríe y niega.
—Los gatos son una ternura —dice confiado mirándome por encima de su hombro —.Si no los molestas no te hará nada.
—Es callejero, ellos no conocen el amor, como el tuyo que lo criaste con cariño.
—Solo mira—tomo distancia precavida, Lance se inclina sobre sus rodillas y llama al peludo feo de ojos amarillos —Ven niño, ven —el gato se acerca pacifico hacia la mano estirada del marsupial y luego revela su verdadera cara, saca los colmillos y le gruñe al "encantador de gatos"
—¡Te lo dije! ¡esta endemoniado!
—Mierda.
Caminamos hacia atrás.
—¿Qué hacemos?
—¿Confías en mi?
—No— lance me mira serio.
—¿Que?—subo y bajo los hombros—.¿Además que haces tu aquí?
—Pasé por casualidad —entrecierro los ojos incrédula.
—Justo por aquí.
—Si— titubea.
—Me seguiste ¿eh?
—No es momento para discutir estamos huyendo de un felino endemoniado—entre cierro los ojos y lo dejo pasar, no lo presiono y le pregunto cual es el plan de huir del gato malandro—.Correr hacia mi coche.
—¿Ese es tu plan?— el gato vuelve a gruñir y empeoro todo cuando le lanzo una lata que consigo en el camino.
—Si y correr ya, lo distraeré.
¿Qué?
—Anda infiltrada.
—Pe-pero tu lance...
—Estaré bien —es mala idea, siento que esto va a salir muy mal—.Ve el coche ya esta abierto.
Niego.
—¡Hazlo!
—Ten cuidado — digo antes de salir como una flecha y correr hacia su coche.
Oh cielos ¿Dónde esta?
Lo reconozco enseguida y me lanzo hacia él, ingreso y vuelo hacia el asiento del chofer para dejar la puerta abierta, lista para el marsupial.
Meneo las manos con desesperación al verlo correr mientras el gato lo persigue. Tapo mi rostro presa de la angustia y cuando escucho que la puerta se cierra con fuerza, aparto las manos de mi cara y me lanzo sobre su cuerpo.
—Creí que no ibas a librarte, ese loco animal casi te agarra los talones ¿viste que no son tan cariñosos? —tengo el corazón en la boca y late a mil —Ah pero tu te creías el encantador de gatos— respiro hondo —.Que susto dios mío, creí que no íbamos a salir de esta, ¿Lo viste, no? Ese gato se le metió el chucky.
Suspiro de alivio en su pecho escuchando los latidos acelerados de su corazon y abro los ojos de golpe al sentir un peso sobre mi espalda entonces caigo en cuenta. Reacciono alejándome de su cálido y suave pecho y fijo la mirada en...el feo gato que sigue allí rodeándonos.
Lance se me queda viendo y yo fingiendo demencia, ceguera y todo para hacerme que no me doy cuenta que tiene su atención clavada en mi. Todo queda en silencio y no tengo opción mas que quedarme y soportar esta incomodidad. Si me bajo el gato puede atacarme fácilmente.
¿Por qué no deja de mirarme?
Quiero decir algo pero no puedo, mi mente esta en blanco.
—Estabas preocupada por mi—habla al fin cortando el silencio que parecía no acabar, levanto la vista un poco hacia él cuando me doy cuenta que espera que responda.
Quiero decirle que no, que me daba igual si le comía las patas pero sé que si me niego él no me creería porque no fue una pregunta, fue una afirmación y ni modo de mentir.
—Bue-bueno un gato quería atacarte y...— estoy balbuceando, parezco tonta, es que me tiene nerviosa y mas ahora que se acercó.
—Y no querías que me hiciera daño.
—No, no quería que el gato se le dañaran los dietes cuando los clavara en tu pierna — corrijo, Lance se ríe en susurro.
—Te importo—trago despacio.
—No.
—Si te importo — vuelvo a negar—.Lo haces.
No, no, no.
—¿Por qué no me dejaste allí? —cuestiona —. A mi que tanto me odias y que no tenemos ninguno vinculo. Solo el de compartir piso. ¿Por qué dejaste tirado al nerdo de liam y te fuiste con él a cuidarlo y te quedaste conmigo?
Sabia que algo malo iba a pasar y no pensé que era esto.
Como que prefiero lanzarme al gato.
—¿Hay una razón? — pregunta —.Hasta donde se no hay ninguna — dice y murmura algo entre dientes que no logro captar.
Solo escuché abu.Lo demás fue indescifrable.
—Bueno si — me giro sobre mi eje y lo encaro—. Me importas — sonríe campante, no debí decirle, esto solo le subirá mas el ego.
Pero no cante victoria tan rápido porque yo también quiero saber que hace aquí y como supo en que lugar estaba.
—Ahora tu me vas a responder a mi — su sonrisa desaparece—Me seguiste— va a contestar y lo corto —.Es
imposible que supieras donde me encontraba y la única manera es siguiendome,¿que hacias aqui?
—¿Que hacías tu sola en la calle donde estaba tus amigotes?
—No evadas mi pregunta y responde.
—Tu contesta la mía.
—Lo haré cuando me digas por qué me seguiste.
Lance asiste y prende el motor del carro.
—Si vamos hacernos preguntas que sea en lugar tranquilo y sin gatos chiflados.
—¿Que?
—Iremos a un lugar.
—¿A-a donde?
—Ya verás.
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Hola, holaaa reinas ¿como estan?
Espero que bien❤
¡Lance y melanie van a hablar a un lugar!😏😏
¿Que se imaginan?
Teorias aqui😗
Gracias por leer, las amo!!
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