Capítulo 39
Melanie..
¡Liam acepto ser mi pareja de baile! No sé que bicho le picó pero hace nada me escribió y me dijo que aceptaba hacer el ridículo.
¡Estoy tan feliz!
Bueno una parte.
Porque por otra estoy preocupada.
¿Sabrá él que el patinaje artístico no es solo patinar?
¡Demonios!
Tranquila Melanie, él tiene que saber de qué se trata esto. Si no no aceptaría ¿verdad?
Además ahora que lo recuerdo y si mi memoria de pez no me falla. Él antes había estado en una academia de gimnasia rítmica. Lo que cuál incluye piruetas y todo eso.
Tengo que hablar urgente con él. Estoy hecha un lio. La emoción que me dio está mañana no me permitió entenderte muy bien.
—Vas a abrir un hoyo con tu pierna — gruñe alguien detrás de mi—. ¡Me tienes nervioso! — miro por encima a mi compañero de estudio Frank y detengo la pierna.
—Disculpa — susurro por encima del hombro — es que estoy nerviosa, es que...— oprimo los labios, nadie puede saber que ando en esto del patinaje artístico. Esto solo lo saben la chica rockera, Tae-oh y Liam —. Nada —me vuelvo sobre mi silla y hago una mueca con la boca.
Un poquito más y suelto todo.
Tengo que tener cuidado o terminaré diciéndole a todo el mundo que estoy metida en una academia de patinaje artístico. Al que nadie le importa pero las burlas se me vendrían encima.
Llevamos varias semanas de clases y sinceramente regresar no se siente igual. Hay un aire extraño. Aunque atraparon al culpable de los asesinatos —Uno de los de limpieza— no sé porque tengo la sensación que algo no cuadra. Como alguien que apenas puede mover el balde de agua haya cometido tres asesinatos y con chicas que físicamente eran mas grande que él. Es un hombre de baja estatura, medio gordito, tiene unos setenta y tantos años y camina mas lento que yo.
Me parece incrédulo y eso mismo se lo comenté a Jade cuando nos dieron la información. A ella también le pareció extraño y tuvo las misma deducciones que yo. ¿Habrán atrapado a la persona correcta? o ¿eso que dice que las apariencias engañan y tal vez el viejito fingía que caminaba chueco para que todos creyeran que era un pobre ancianito?
Quizás.
No lo sé.
Pero si es raro.
La clase termina y todos mis compañeros van saliendo en grupo o en pareja, detrás de ellos camina Geo quien el regreso ha habido tensión entre las dos y la mayoría se ha dado cuenta. Desde que nos conocimos, nos volvimos inseparables. Ahora parecemos dos desconocidas. Es incomodo y tenso compartir salón con ella. Me duele aun que hayamos llegado a este punto por su terquedad. Por no comprender que Lance no es alguien de confiar.
¿Acaso nunca vio como andaba para arriba y para abajo con una mujer diferente? o ¿en sus vídeos en tiktok?
Porque yo si.
Muchas veces.
Y lo que mas me da impotencia es que me gusta.
Jesús.
Todavía recuerdo la noche que me besó.
Corrección dejaste que él te besara.
Bueno que me besara y siento que no fue la mejor de las ideas. Ahora no me puedo sacar de la cabeza el momento y la sensación de sus labios. ¿Pueden creer que han pasado días y la sensación sigue allí? ¿Cómo si fuera la primera vez? Admito con toda honestidad aunque me cueste y me quiera tirar de un puente que me gustó, no, no, no, no me gustó, me encantó y....
Dilo...
No.
Anda, yo se lo que quieres.
No quiero.
Vamos suéltalo, anda di lo que desea, te escucho.
¡Quiero volver a besarlo!
Quiero volver a sentir su sabor, su suavidad, sus movimientos que fueron, ¡Hijo de lucifer! fueron...majestuosos, hipnotizantes, exquisitos. Quiero volverlos a sentir todo eso. El muy hijo de su mamá con un solo beso me tiene delirando y eso que no llegó mas allá, no me quiero imaginar si pasa ya saben, su lengua.
¿Qué estoy diciendo?
No debería estar diciendo esto.
Quien me besó no fue un Tae-oh o un Liam alias el arruina películas. Me besó el rey de los mujeriegos. Jamás debí permitirlo, quien sabe donde ha puesto su boca y yo dejando que me bese.
¿Y si me pega algo?
Roguemos que no.
Él ha estado ausente desde esa noche. Solo lo veo en las clases que compartimos y en sus practicas de béisbol. El resto de los días no le veo ni las nalgas, digo el cuello.
Es estresante que actúe así porque no sé en que momento va a entrar a mi habitación a enfrentarme y reclamarme por el vídeo y mofarse de mi de mis sentimientos. Porque aunque no me ha dicho nada de ellos, siento que en cualquier instante lo va hacer.
Jade me dice que lance nunca me dirá nada porque está acostumbrado y que lo haya hecho yo no cambia nada.
Que no hay diferencia.
Claro que la hay.
Porque muchas veces le dije a ese cabeza de mandril que primero besaba un cactus antes que él.
Odio que me tenga así, porque no sé que esperar.
Salgo de clase y me reúno con Jade en las estructuras abandonadas de la universidad. Me siento a su lado y comparto con ellas mis brownies. Me estoy volviendo una experta en esto. Solo que tengo que practicar con las cáscaras de huevo. Siguen pasándose.
—Tienes una suerte que el tal Liam te quiera ayudar — asisto con una media sonrisa recordando justo el momento—.¿En verdad te odia?
—Si — digo entre risas, su cara rockera es un poema.
—¿Y por qué demonios te ayuda?
Subo y bajo los hombros.
—¿Vas a ir? — pregunto ilusionada, mirándola con ojos brillosos.
—No —responde hostil, hago un puchero y le hago ojitos. Me mira raro de arriba abajo —. ¿Qué haces?
—Convenciéndote para que vayas a verme.
—No soy tu mamá Alicia en el país de las maravillas y nada de lo que hagas me va a convencer — pongo carita de perro está siempre funciona —.Tengo cosas mas interesantes que hacer.
—¿Qué más interesante que ver a tu amiga hace sus prácticas? —presumo.
—Disecar animales, asustar niños —mi sonrisa se esfuma —.Darle de comer a mi tarántula.
—¡¿Ti-tienes una araña?!
Sonríe encantada.
—Se llama mara— dice con un brillos en los ojos y me enseña una foto de su teléfono —. ¿no es un belleza? La tengo desde que era pequeña.
Observo con horror la imagen de ella con el arácnido sobre su pecho y cara. La fobia sube por todo mi cuerpo y no me permite seguir viendo.
¡Es espantoso!
Jade me cuenta orgullosa como se cría una araña hasta que se nos da la siguiente hora de clase. En medio del pasillo nos despedimos. Me dijo que trataría de ir pero que no me ilusionara. Di brinquitos de felicidad y la abracé muy fuerte.
Ingreso a mi salón con trocito de felicidad en mi corazón. Sinceramente me alegra que vaya. Le he tomado cariño a la chica rockera a pesar de su forma oscura de ser. Es un chica madura y que me escucha y ve la realidad como yo la veo.
Pasan las dos horas de clases y termina la jornada. Dios mío. Estoy sintiendo la tensión y el estrés sobre mis hombros. La otra semana estoy a tope y no sé cómo me voy a dividir para cumplir con los entrenamientos y las prácticas.
Tranquila, si vas a poder solo necesitas organizarte.
Jade ingresa por la ventana de mi coche y se ríe al ver mi cara de disgusto.
¿Qué le cuesta abrir la primera e ingresar?
Mucho, porque es Jade.
De camino a su residencia platicamos de cualquier tema mientras de fondo escuchamos a mi diosa Taylor Swift. Para mí gran sorpresa a la chica rockera también le gusta y hemos olvidado el tema que teníamos para cantar a pulmón Style.
—Tenemos que ir a un concierto — le digo y ella me mira con horror.
—Ni loca.
—Jade — exclamo entre risas.
—Una cosa es que me guste la tipa y otra cosa muy diferente es ir uno de sus ridículos conciertos — lanza la puerta y sonríe al ver mi cara —. Ay, perdón.
Entre cierro los ojos y se ríe maléfica al ver mi cara de descontento.
Siempre lo hace y disfruta verle molesta.
—Te voy a convencer — le digo sacando la cabeza por la ventana y me saca el dedo del medio, tan tierna—¡y cantaremos Bad blood a todo pulmón!
—Sueña Alicia en el país de las maravillas — dice tajante y carcajeo. Ella también se ríe y me hace una seña de satán antes de despedirse.
Trago despacio y yo me hago la de Jesucristo. Por si acaso.
Liam me espera abajo. Estoy hecha un lio. Estoy emocionada y nerviosa. Mis manos tiemblan y no encuentro mi zapato.
¡¿Dónde lo dejé?!
Lo consigo debajo de la cama donde revisé varias veces y me lo coloco. Antes de salir me aseguro de tener todo. La otra vez olvidé las llaves del carro y casi me quedo por fuera del apartamento. También olvidé la llaves de esta. Digamos que no fue suerte pero no cerré la puerta con seguro y así fue como pude entrar.
Gracias a los santos nadie se robó nada.
Estoy atravesando el pasillo y me da un regocijo en el estómago pasar por la habitación de Lance. Antes podía caminar por el frente sin problema. Ahora me tiemblan las piernas de solo mirar la puerta. Imagino que en cualquier momento saldrá de allí y me voy a petrificar con su presencia.
Estoy por salir cuando escucho un chillido de terror y después un estruendo como si alguien se hubiese caído. Levanto la cabeza por encima del hombro intrigada y me doy la vuelta.
¿El marsupial está aquí?
Llego hasta su puerta y pego la oreja en la madera expectante.
Silencio.
Frunzo las cejas.
Juro que lo escuché.
Al menos que este alucinando.
—¿Lance? — escucho que se queja muy fuerte, como si estuviese estreñido. Algo así—. ¿Todo bien?
—Infiltrada — mi corazón se hunde y no dudo en abrir.
Toda la habitación está vuelta un desastre — algo que me parece extraño — y él está tirado en suelo envuelto en su cobija.
—¿Qué pasó? — pregunto viéndolo desde arriba, confundida.
¿Qué hace tirado como Sushi en el suelo de su habitación?
—Ayúdame —pide.
—¿Estabas jugando jumangi o que?— me burlo y me lanza una mirada de pocos amigos.
Antes de ayudar al marsupial le texteo velozmente a Liam que me espere y guardo mi teléfono de nuevo.
—Escuche que gritaste—me acerco hasta su cuerpo tumbado — ¿Qué pasó?
—Me asusté.
—¿Con qué?
—Con tu cara fea — escupe y le doy en la frente kilométrica que tiene — ¡Auch!
—Si te vas a burlar de mi no te ayudo.
—¡No! — lo miro de arriba abajo, parece asustado—. Por favor no te vayas. Necesito que me ayudes — prensa mis manos y respiro hondo.
Tranquila, tranquila, tranquila.
—De acuerdo —asisto.
Los ojos del marsupial me rastrearon de arriba abajo muy lentamente.
—¿Vas a salir?
Aclaro mi garganta.
—Si-si — contesto —Voy a salir con liam — su expresión cambia—. y me está esperando afuera. Tengo que darme prisa.
—Dile que no te espere— dice con amargura —.Que te salió una emergencia y no vas a poder irte con él.
—Estas loco— le digo entre risas falsas — no le diré eso, ¿En que quieres que te ayude?
—No te lo diré hasta que hables con ese — mi quijada cae en picada — y le digas que no eras a la cita.
—No voy a salir con él.
—Ah, ¿no? — enarca una ceja — Si no lo es ¿por qué estas vestida así?
Frunzo las cejas.
—Es que voy a... — pauso y cruzo los brazos debajo de mi pecho, sus orbes se desvían a ellos —. ¡Hey! Mis ojos aquí.
—He visto mejores — dice socarrón y le pego por la cabeza.
—¡Que te ayude tu abuela! — le digo— .¡Imbécil!
Dios mío no puedo creer que me esté enamorando de este idiota.
—¡Espera! — acelero el paso hacia la salida — ¡infiltrada! — contengo la respiración cuando me atrapa por la cintura y me detiene —.Por favor no te vayas. En serio necesito tu ayuda — susurra en mi oído. Me quedo quieta como estatua y no miro a los lados. Su rostro está muy cerca del mío.
Paso saliva lento y raspó mi garganta para hablar.
—¿Qué es lo que pasa? —no sé de dónde estoy sacando fuerzas para hablar. Tengo la vista al frente pero puedo sentir que me está recorriendo con la mirada.
Finge demencia.
—¿Lance? — lo llamo al ver que no responde y escucho como raspa su garganta.
—Hay...— se pierde y vuelve a tomar el hilo. ¿Qué le pasa? — Una maldita cucaracha en la habitación — frunzo las cejas. ¿Cucaracha? — Puedes sacarla por favor, no le tienes miedo ¿verdad?
—¿Le tienes miedo a las cucarachas? — deduzco y no responde, cubro mi boca ante su silencio. Comienzo a reír — no puedo creerlo, el gran lance, la bestia peluda le tiene miedo a una inocente cucaracha — gruñe y me suelta con un empujón. Me giro para reírme en su cara y me trago la risa al verlo solo en boxers.
Virgen santísima.
Sigue, sigue, ante que se de cuenta que acabas de quedarte sin aliento.
—¿Es enserio lance? — pregunto con una risa fingida — casi te matas por una tonta cucarachita — me lanza una mirada de pocos amigas por encima de su hombro, casi me pilla observándole las nalgas. Hijo de lucifer tiene mas que yo.
—Era enorme — se excusa, mi mirada esta en el balcón donde reposa su lindo microscopio, que digo, telescopio. Yo y mi dislexia —. Ayúdame a matarla y después te puedes ir con tu cita.
—Que no es una cita.
—Me vale — ruedo los ojos con fastidio —. Iré por la escoba.
—Primero vístete — le pido y se torna un silencio incomodo.
—No—contesta y sale de la habitación. Relajo los hombros pero no por mucho, Lance regresa a los segundos con la escoba en una mano y el insecticida en la otra.
—¿Para que eso?
—Para matarla — hago una negación, miro la hora Liam debe estar impaciente, llevo mucho tiempo aquí.
—¿No eres alérgico?
—Si pero...
—También yo y no voy a morir por tu culpa —advierto—.¿A donde se metió?
—Estaba en mi cobija y después voló no se a donde mierdas —miro su cobija blanca y la tomo del suelo, comienzo a sacudirla y el insecto sale volando como loco y se pega a la puerta de su closet—. ¡Hija de puta! ¡Es grande!
Me saco el zapato del pie y me acerco sigilosa. Esto me recuerda a mi hermano, no podía ver una cucaracha porque atravesaba la pared del miedo. Sin piedad le doy un zapatazo y esta cae al suelo muerta. Pego un brinco cuando lance aparece y le da con la escoba con exageración al cadáver.
Como si quisiera asegurarse que no quede viva.
—Maldita.
—Ya murió —le digo al ver que no para —. La partiste en dos, no va a revivir nunca.
Sus ataques se detienen y alza la mirada en mi dirección, me mira apenado y seca el sudor falso de la frente.
—Eh..— mantengo mi mirada en sus orbes verdes que me miran fijos, hay un silencio inquietante, solo nos estamos viendo uno al otro y su ojos me tiene atrapada — Gracias — suelta al fin y siento como mi pecho se llena con unas simples palabras — Desde pequeño le tengo miedo a las cucarachas...— desvía su atención de mi y respira hondo hace una negación y siento como todo dentro de mi enloquece cuando vuelve a enfocar sus grandes ojos en mi. Si tan solo supiera lo que me provoca no me miraría de esa manera —. Gracias — repite y asisto.
—No es nada —digo, casi no me oigo.
—Por favor no le digas a nadie que — aparta la mirada un momento y vuelve a mi, inclina su cabeza esperando que diga algo.
—No te preocupes — iba a bromear pero estar cerca de él se me olvida—.No diré nada si no me haces enojar.
—Lo que mas amo es hacerte enojar—confiesa malicioso y lo miro con cara de pocos amigos, y por dentro estoy gritando. Eso fue adorable aunque no debería pero no se porque se siente lindo—. Pero no me arriesgaré.
—Mas te vale ¿eh? —se ríe y me quedo perdida en su sonrisa, Jesucristo es tan linda. Si él fuera mi amigo o mi...amigo haría que se riera todo el tiempo.
—Wow tienes una sonrisa tan bonita — sus ojos vibran y los míos se abren en shock.
¿Lo dije o lo pensé?
—¡Adiós!— salgo como el rayo mcqueen de su habitación.
Liam me extiende los brazos en forma de reclamo y le pido disculpas, le miento diciendo que no encontraba mi zapato y que por eso me tardé. Él me mira medio crédulo pero no dice nada, finjo que no me doy cuenta de nada y me subo a su coche sintiendo que el corazón en cualquier momento va a saltar de mi boca.
—¿Todo bien?
Mi cuerpo brinca.
Sigo temblando.
—Si.
—Estas extrañamente callada — acata —. ¿Qué paso allá arriba exactamente?
—¿Qué insinúas?
—Saliste pálida — juego con mis dedos—.Como si hubieses visto un fantasma.
—Casi —digo por lo bajo.
—Lance se te apareció desnudo — supone — no veo cual es el problema, el tipo esta bien dotado — arrugo la cara —.¿Le viste su pene y por eso estas así? ¿Te asustó el tamaño? no es por presumir pero si ves el mío, te mueres.
—¡Ay Liam por dios! — chillo y suelta una sonora carcajada, que dura unos largos minutos — Eres un cochino de primera — se ríe mas y cruza sus brazos por encima de mi hombro, me atrae hacia él y me da un sonoro beso en mi frente.
—Solo quise hacerte reír — susurra dulcemente — y quitarte esa angustia que cargas, ¿Estas segura que no es por lance?
Hundo mis labios y los aprietos fuerte para no soltar nada lo que pasó allá arriba, no quiero que me siga diciendo que Lance gusta de mi y todo eso. Él borracho es una persona total diferente. Cuando esta sobrio me hace saber que no me quiere cerca. Ese es el verdadero Lance. No el que me llamó y me besó.
Ni parecido.
En el trayecto le explico a Liam todo lo que conlleva el patinaje artístico. Porque no solo es práctica de patinaje. También incluye alto entrenamiento físico y expresión corporal. Habrán clases de danza o ballet en la que tenemos que estar o yoga. Él me escucha atentamente y no dice nada por largo rato que temo lo peor luego de terminar.
—Me aprenderé los pasos y daré lo mejor de mi — detiene el coche enfrente de la academia —Lo prometo. Así que deja esa cara de angustia y confía en mí. Pero principalmente confía en ti. Es lo más importante — sacudo las manos con nerviosismo y lo abrazo, Liam acaricia mi espalda y en susurro me da buenas vibras.
Liam es increíble.
Pasamos juntos a la pista de hielo luego de la inscripción. Varios de mis compañeros ya estaban en pista. La mano de Liam casi queda sin venas cuando se la aprieto. Juntos ingresamos a la pista y las chicas que estaban patinando, todas giraron a verlo y puedo ver sus rostros impresionados.
El profesor llega a los minutos con su cara amarga, nos mira y luego fija su atención en liam quien se presenta delante del grupo con toda confianza. Mi instructor asiste y lo llama en privado. Observo como Liam asiste y después de varios minutos de intriga el regresa a mi con una sonrisa.
—Hoy no practicaré — anuncia.
—¿Que? ¿por que?
—Como soy nuevo me toca observar —explica — No te preocupes.
Suspiro.
—Esta bien — froto mis manos.
—Éxitos — asisto con una sonrisa —. odiosa.
Carcajeo y le pego en el hombro juguetona.
—Gracias antipático —me guiña el ojo y me planta un beso en la mejilla.
Liam abandona la pista y se sienta en las tribunas. Me saluda desde lejos y le respondo sin poder evitar reír. Casi, casi le saco el dedo del corazón como muestra de cariño pero me aguanté.
Luego.
Minutos más tarde estamos siguiendo los pasos de nuestro profesor y me olvido del mundo hasta que alguien me hace pisar tierra y me desconcentra al punto que casi pierdo el equilibrio.
¿Qué-que hace él aquí?
—¿Todo bien, Grey? — asisto y doy un vistazo corto hacia las gradas. Mi corazón se hunde en lo más profundo de mi pecho.
Hijo de Lucifer.
Acabo de olvidar la rutina y todo por culpa de él.
¿Cómo supo que estaba aquí?
—¿Grey?
Levanto la vista. Todo el mundo me mira. Intento no mirar hacia las gradas y concentrarme.
—Si, señor.
—¿Qué haces tu aquí? — escucho que reclama su voz con furia —.Pareces un maldito chicle pegado— todos giran sus caras en dirección de la discusión
—¿A ti que te importa? — revira Liam —.Tu no deberías estar aquí —llevo mi atención hasta Lance y sus ojos conectan con los míos, él la aparta de mi rápido y se enfoca en el chico arruina películas — ¿A qué viniste?
—Ese no es tu puto problema.
—No tienes nada que hacer aquí o ¿si? — liam lo mira con desafío y lance no contesta, me lanza una mirada por encima del hombro y se dirige a la salida, lo sigo con el ceño fruncido hasta que desaparece de mi campo visual.
—¿Podemos continuar? —pide el profesor chasqueando los dedos fuertemente — Tenemos mucho que hacer. Los necesito concentrados — aplaude —¿Grey? —levanto la vista hacia el profesor —. ¿estás aquí?
Asisto varias veces.
—Correcto, entonces sigamos — Liam me hace un gesto de no saber cuándo lo miro y me vuelvo hacia el profesor consternada y preocupada.
No solo me intriga que se haya aparecido de sorpresa también me angustia que sepa lo que estoy haciendo.
Cómo dije.
Nadie tiene idea de esto y que él lo sepa es pie para que todo el mundo se entere.
Tengo que hablar con él y si no coopera lo alcanzo con lo de las peleas clandestinas.
Liam maneja con toda la tranquilidad y no sé cuántas veces le he dicho que acelere. Hace minutos salimos de la academia y estamos demorándonos más de lo usual. Él como es tan comprensivo no hace caso a mis suplicas y se ríe de mi desgracia.
Volvió el liam odioso.
—Te odio.
—Relájate — dice entre risas.
—Te detesto y te odio, odio, odio
—¿Cuál es el afán Grinch?— pregunta despreocupado — ¿por qué quieres llegar tan pronto a tu casa si puedes pasar una hora más conmigo? — abro los labios para contestar y me interrumpe—. ¿Acaso quieres que tengamos sexo sin control?
—¿Que?
—¿Es una invitación? —se lleva una mano halagado —.Nunca imaginé que me lo pidieras. Pero te advierto algo.
Oculto mi cara entre mis manos.
—Yo seré el hombre —lo golpeo mientras él se ríe profundamente—. Relájate melanie. ¿Qué pasa que se entere?
—No solo él, es todo el mundo y...
—Es tu sueño — recalca —.Y nunca debes renunciar a ellos. Esa es la razón por la que muchas personas no se atreven a cumplirlos. Prefiero guardar en mi memoria que al menos lo intenté que la frustración de no haberlo intentado. Es lo que tú debes hacer, importarte una mierda los comentarios de los demás.
Esas fueron las últimas palabras que me dijo el chico arruina películas antes de subir al apartamento.
Me encuentro en mi habitación. He acomodado un poco mi desastre...Bueno, recogí un pantalón del suelo y lo coloque en el cesto de ropa usada. Es que estoy tensa y desesperada. Lance no se encuentra y aunque Liam me dijo unas palabras que son ciertas, no es tan sencillo.
Conozco a mis compañeros de universidad y ellos son muy crueles. Cuando Geo ingresó a teatro mucho comenzaron a reírse. A ella nunca le importó e invitaba a que la fueran a ver. Yo la defendía y ella me decía que los dejara. Esa era una de las cosas que tanto admiraba de ella — no le importaba las burlas — todo lo contrario a mi.
Y quiero evitarme ese malestar de tener un imbécil detrás de mi, riéndose o haciendo comentarios crueles.
Se oscureció y Lance no se apareció. Lo esperé hasta la media noche sentada viendo mi película favorita Luca — perdón es que es muy adictiva — jamás llegó. Lo que me hizo analizar que tal vez este metido en su lugar.
Tuve la intención de ir hasta allá pero recordar el horror que se vive allí, viéndolos como se golpean sin piedad. Los gritos, los empujones, la sangre, es horrible.
Además no quiero pasar otro susto con la policía.
Así que decidí a esperarlo al día siguiente. Antes de ir a la universidad hablaré con él y se pasa listito. Tengo que mis manos como frenarlo.
Dejo las lámparas encendidas porque ¿adivinen a quien se le sigue olvidando colocar los bombillos?
Exacto a mi.
Dios mío soy un desastre.
Recuerda mañana cambiarlos y comprar las benditas sábanas. Aunque no creo necesitar hacer todo eso por qué adivinen qué.
El chico otaku encargado de las residencias me dijo que hay una posibilidad de que ¡Desocupen una habitación! todavía no se cuando pero hay luz verde para ello. Tengo que seguir rezando al universo y los ángeles existentes.
Me levanto después de posponer como tres veces la alarma y me meto al baño. El agua fría me quita por completo el sueño que todavía me dominaba. Salgo envuelta en una toalla y me dirijo al armario a sacar mi ropa. Hago una mueca al ver mis vestidos allí sin ser utilizados. Solo recuerdo el primer día de clases cuando llevé el rosado que me regaló mi abuela Jacqueline y me dan arcadas. Fue el peor día de mi vida y juro que no quería volver, en mi closet lo unico que tenia era ese tipo prenda de vestir ya que desde muy pequeña adoraba usar vestidos y también tacones.
No digo que los pantalones y los suertes o franelas medio ajustada no sean de mi agrado pero no me siento tan cómoda con la libertad de un vestido. Después que la evolución vino a mi — ahora me creo Digimon — todo cambió, en la secundaria no me molestaban tanto, digamos que no estaba tan cambiada del todo y creí que la universidad iba a ser igual pero me equivoqué, es totalmente distin...
Escucho un ruido y me giro sobre mi sitio mientras sujeto el brasier detrás de mi espalda. Una puerta se abre y se cierra con dureza entonces me apresuro a vestirme. Es el marsupial. Me amarros los zapatos y corro hasta la puerta como una flecha.
Quejidos, maldiciones y jadeos emite desde el otro lado de la puerta. Muerdo el dedo de mi uña pulgar dudosa. ¿Será que le digo ahorita o después cuando esté mejor? porque por las quejas me imagino que anoche le dieron como si no hubiera un mañana y tal vez no me preste atención a nada de lo que le diga.
Si es mejor.
La mañana se me hizo eterna y casi no presté atención a ninguna de las clases. Frank quien siempre se sienta detrás de mi se ha calado mis ataques de ansiedad, hasta me regaló un chocolate para que le bajara un poco ya que no le tenia bastante nervioso. Jade mi gran amiga la rockera así se ahoga con el pan de vegetales que se estaba comiendo cuando le conté que Lance se había aparecido en la academia sin explicación alguna.
A ella le extrañó mucho y créanme que a mi también me tiene el cerebro hinchado de tanto pensar en ello.
Volví al apartamento finalmente y en estos momentos estoy de pie frente a la puerta del marsupial aporreando la puerta no se cuantas veces.
—Se que estas allí abre —sigo tocando intencional, lo voy a obstinar hasta que salga me tiene que escuchar — Lance — silencio —. Óyeme cabezón se que estas allí puedo escuchar, abre necesito que hable...
—Infiltrada —me llevo las manos al pecho, horrorizada, Jesús su voz fue tétrica como si le doliera el alma — ¿Eres tu?
—Si —dije tardía.
—Pasa —me dice —.Necesito que me ayudes, por favor.
—No puedo entrar a tu cuarto esta prohibido—lo molesto y bufa, ja lo logré.
—¡Solo entra maldición!—ruedo los ojos.
—¿Estas vestido?
—No.
—Bueno chao.
—No me desnudaría jamás al frente tuyo—hago una mueca, que odioso es—.Ni que estuviera loca. Saca esa idea.
—Como si me muriera por eso — rio falsamente—. ¿Qué es lo que quieres?— ya me molesté.
—Pasa.
Expulso aire por la nariz y después de negar varias veces ingreso.
—Necesito que me ayudes a poner de pie — pide cuando nuestros ojos hacen contacto, me impacta verlo y hace una mueca de disgusto—. No me mires así, ¿si? como si nunca lo hubiese hecho ya.
—Tienes la cara destrozada — recalco—.y tienes sangre, ¿Cómo quieres que reaccione?
No contesta.
—Estoy bien —me asegura aunque no lo parece, creo que le dieron hasta en la garganta — le gané al tipo — sonríe arrogante —.Creía que podía conmigo.
—Tu deberías dejar eso —aconsejo mientras me acerco, fingiendo que no siento la fiereza de mi corazon latiendo—. Te van a venir matando.
—No te metas.
—Es un consejo estúpido deja de ser tan grosero — le contesto y me detengo en el borde de su cama, Lance tenia la mirada fuera de mi campo visual y cuando se vuelve hacia mi, me paralizo —. ¿Cómo quieres que te ayude? — pregunto pausada.
—Así como la otra vez.
Mis ojos se abren en par y revivo el momento.
—¿Me crees tu mula o qué? —digo a la defensiva, nerviosa por supuesto.
—Quiero quitarme esta mugre — refunfuña—.Deja de llorar y ayúdame ¿si?
Coloco los brazos como jarra sobre mis caderas.
—¿Y como hacías cuando no estaba aquí?—no me contesta —. ¿Le pediste ayuda a tu feo gato?
Vira los ojos.
—Solo ayúdame — gruñe malhumorado, no digo nada y estiro los brazos para que se agarre de mis manos. Con mucha dificultad se levanta y la sabana que cae de su cuerpo revela lo mal que se ve. Trato de no expresar ninguna emoción pero es imposible. Toda su piel esta roja y luce muy fea —Estoy bien infiltrada — repite con suavidad, levanto la vista— .Hay malditos que hacen trampa.
—¿La otra vez fue por lo mismo?— inquiero y me responde con un asentimiento, nos quedamos viendo por un largo rato.
—Deja de verme — corta la conexión mirando por encima de su hombro —.Me pones nervioso.
—¿Por qué? — indago curiosa, no contesta y me intriga.
¿Nervioso en que sentido?
Lo sea.
Aprovecharé para decirle a lo que vine.
—No lo diré a nadie de esto—empiezo—.Si tu no dices nada que estoy metida en patinaje artístico.
Su cuerpo se pone de pie y pasa su brazo por encima de mi hombro, su peso recae y como puedo lo encamino hacia el baño.
—Eso es chantaje — reclama entre quejas.
—Es inteligencia—corrijo, se ríe entre dientes —.Y si quieres que oculte tu secreto, tu no dirás nada del mío.
—¿Secreto? — jadea de dolor —.No imaginé que eso fuera un secreto.
—Para mi si —decreto—. ¡Oye! Ayúdate, no puedo sola.
—Es que me duele toda mierda — camino con él encima de mi y lo ayudo a sentarse en el retrete, suelta un suspiro de alivio y reclina su espalda en el tanque —Lo hubieses visto cuando cayó — sus ojos están cerrados y tenía una gran sonrisa de satisfacción —.El idiota creía que podía conmigo pero soy invencible.
Ruedo los ojos.
—Lance.
—¿Mm? — enarca las dejas, tengo que apartar los ojos de él. Dios mío. A pesar de tener el cuerpo lastimado, luce tan bien. Su pecho, sus hombros, su torso y abdomen. Todo bien trabajado y nada exagerado. Sus brazos también son llamativos y esos tatuajes me dan tanta curiosidad pero no creo que esté marsupial me responda que significado tiene.
—Mantenlo en silencio —pido frente a él, admirando lo hermoso que es mientras niego internamente.
—¿Qué cosa?
—Mi secreto.
—¿Cual?— boto un exasperado.
—El de...
—¿A cambio de que quieres que te guarde tu secreto?
—De nada porque si tú relevas el mío, hazlo lo mismo con el tuyo.
—¡Brownies!
—¿Que? —sacudo la cabeza.
—Si me haces brownies prometo que no le diré a nadie — arrugo las cejas.
—Sabes que te puedo acusar de tus peleas con tu tío.
—Lo único que puedo conseguir con mi tío es que me diga que no lo haga y se preocupe — cierro los puños, impotente —. En cambio a ti puede ser la burla total.
—¡Eres un idiota!
—Un geni...— golpeo su estómago, se ríe entre quejidos.
—¡Te odio! — otro golpe — ¿Cómo puedes ser tan insoportable? Ahora te quedas allí porque no pienso pasarte a la ducha, que lo haga tu abuela, ¡imbécil! — culmino con último golpe en su estómago para salir.
—Juro que no lo diré a nadie — detengo el paso —. No soy de esos de humillar a una mujer.
—Si, claro — me limpio las lágrimas que no sabía que tenía.
—De mi boca no saldrá una sola palabra — dios mío suena tan creíble, que no se sin confiarme — .Si para ti es un secreto no soy quien para revelarlo.
Giro lentamente y lo enfrento.
—Puedo ser un idiota — sigue, sus orbes se fijan en mis lágrimas —.Pero te no humillaría por mucho que no te soporte.
—¿Cómo creerte?
—¿Advertirte lo de la lista no te es suficiente?—un calor en mi pecho aparece y se extiende por todas partes — .Créeme infiltrada, no le diré esto a nadie. Lo de los brownies son una simple excusa.
Vuelvo ponerme al frente de él y sin decir nada extiendo los brazos. Lance se queda mirando mis manos extendidas y las toma luego de observarlas un largo rato.
—Esto es increíble —murmura más para él que para mí y no lo cuestiono. Le ayudo a pasar a la ducha usando mi cuerpo como apoyo, mientras sus últimas palabras se repiten en mi cabeza — ¿Me ayudas a quitarme el pantalón? Por favor —solo asisto.
Lance apoya las manos sobre la pared a cada lado de mi cara para mantenerse de pie.
Quedamos enfrentados y olvido como moverme. Lance me analiza de una manera como si quisiera ver más allá de mi.
—¿Que?
—Nada.
Hago omiso y me dispongo a bajarle los pantalones antes que se de cuenta que me gusta.
Cómo aquella vez me consigo con sus calzones de spiderman y eso hace que el ambiente no sea tan tenso.
Porque me siento muy intimidada con él aquí y la manera que me mira inquieta mucho, me siento desalmada.
—Debiste llamarte hombre araña en vez de bestia —bromeo — y estás desnudo —me sigo burlando —. No era que no lo harías nunca delante de mi.
—¡Cállate!
Le doy la espalda para abrir la ducha y pego un salto hacía atrás cuando el agua me sorprende ya que demoró en salir y me encuentro con su cuerpo.
Sus manos prensan mi cintura, trago con dificultad.
¡Tengo que salir de aquí!
Miro por encima de mi hombro intentando aparentar que no sucede nada y noto como lentamente sube la mirada hacia hacia mi. En un abrir y cerrar de ojo me encuentro cara a cara con él.
Hace una negación el cual muestra apenas un a sonrisa ladina. Mi corazón está latiendo tan rápido que duele. Lance lleva sus manos de mi cintura a mi cuello dejándome sin suministro de aire y murmura algo entre dientes que no logro entender.
—¿En verdad es tan cruel?
—¿Que? —mi voz tiembla, no contesta y me aparta suavemente.
—Gracias por ayudarme—me giro y ahogo un exclamación cuando lo veo debajo de la regadera.
Santos dioses.
Cubro mi ojos instintivamente y escucho una risita de su parte.
—Pareces una niñata no puedo creer que tú me..— se corta así mismo.
¿Qué iba a decir?
—Largo no debes estar aquí — cambia de parecer.
—¿Por qué? — descubro mi cara y lo enfrento, lance me mira serio y a la vez inquieto.
—¡Largo! — vuelve a mojarme y suelto varios grititos. Antes de irme le hago la pregunta si puedo confiar él.
Escupe una risita.
—Lance es en serio.
—Te dije que no lo haría — señala la puerta —. Ahora largo, me quiero bañar.
—Júralo por la garrita.
—¿Que? — escupe y me moja con el agua que cae a su boca —.¿Qué mierda es esa?
—¿Acaso nunca viste tierra de osos? — por su expresión parece que no— ¿jamás viste Disney? — no responde, expulso aire exasperado—. Solo pon tu dedo meñique.
—Para...
—¡Solo hazlo! — me mira de raro de arriba abajo y aburrido lo hace, lo engancho con el mío.
—Eres bien rara.
—Es una promesa ¿eh? — ignoro lo que dice.
—¿Hijo? — los ojos de Lance y los míos se abren al mismo tiempo.
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Holaaaa corazones 😍
Primero que todo Feeeliz navidad 🎄 espero que la pasen bien con sus familiares y amigos ✨
Este es mi regalito para todas ustedes ✨ porque se lo merecen.
Espero que les guste.
Gracias por estar aquí❤️
Un abrazo grande y nos vemos pronto.
Las amoo.
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