Capitulo 37

Holaa corazones, estamos de vuelta y mejorando ❤️ espero que les guste y me regalen muchos comentarios, eso me anima a seguir.

Melanie....

Le dicto a mi reflejo por medio del espejo que está en el baño tu puedes varias veces antes de abandonar mi morada enfrentar mi realidad. Tenía pensado ordenar mi cuarto después de ir a la lavandería y no sé hace cualquier cosa para ocupar el tiempo. Como realizar las supuestas rutinas de ejercicio que sé que jamás haré o jugar con mi maquillaje, también escuchar rolitas viejas que tanto me gustan o de mi súper diosa de Taylor Swift.

¡Lo que sea!

Menos tener que enfrentar cara a cara al marsupial luego de enterarse de lo que no quería que se enterara.

Aunque nuestro encuentro después de como... ¿Dos o tres semanas? La verdad que no calculé el tiempo. La pasé tan bien con los chicos que me olvidé de todo.

Menos de cierta persona.

Estoy segura que en cualquier momento lo va a relucir. Todavía recuerdo la expresión de su rostro y me abruma que me haya escuchado justo en medio de mi discusión con Geo ¿Y por qué tuvo que escuchar precisamente ese fragmento?

Él quería confirmarlo y sé para que es. Mofarse y vanaglorearse que soy una más de su lista de enamoradas. Es que lo imagino sonriendo grandemente en su cuaderno — en el que supongo ahora que para eso usa — escribiendo mi nombre todo victorioso y me choca mucho.

Quisiera devolverme a ese momento y cambiar ese pequeño fragmento, decir que no me gusta el marsupial y evitar este inevitable en encuentro.

¿Me pregunto si habrá visto el vídeo?

Bueno debo suponer que si lo hizo. Es mucho tiempo. Al menos que la tiffany de haya apiadado de mi y lo haya borrado.

Imposible.

Si lo sé.

Toca enfrentar la realidad cariño, te guste o no.

Gracias conciencia, te apareces cuando menos te necesito.

Bajo las escaleras de uno en uno los escalones para seguir alargando mi enfrentamiento. Sé que esto no va a evitar nada pero al menos retrasar lo que me espera ¿no?

No.

Salgo del edificio y allí está él. Su carro justo, justo y como no fuera casualidad estacionado delante del mío. Su cuerpo alto, esbelto y jodidamente bien estructurado está recostada cerca de la puerta del piloto como si estuviera esperando a alguien. Por la posición que tiene.

Espero que no sea mi.

Aplicando mi plan demencia y ciega. Hago como si no me acaba de hipnotizar todo él y su vestimenta. Es que el chico lo hace a propósito se viste sexy solo para joderme la vida. Paso derecho tratando de no llamar su atención y sigo hacia mi querido victor como si no estuviera muriéndome con su presencia.

—Iremos en mi coche —demanda y finjo que no acaba de acelerar mi corazón más de lo normal.

—Para eso tengo el mío — trato de sonar firme y sin titubeos, que no se note que pone nerviosa su voz. Bueno todo él en realidad. ¿A quién engaño? — Me sé el camino.

Abro la puerta decidida y cuando quiero ingresar algo rodea mi abdomen impidiendolo.

Pero...¿Que?

Bajo la vista y reconozco ese brazo tatuado. Giro mi cuello y no veo nada, alzo la vista y me encuentro con dos orbes verdes que no me mantienen la mirada cuando hago contacto.

—¡Sueltame!

—¡Callate!

—¡Dejame! — forcejeo — ¡Lance!

—¿Por qué haces las cosas tan difíciles?  ¿Uh? — pataleo y trato de luchar — ¡todo lo haces complicado!

—¿Complicado? — repito —. Estoy haciendo las cosas más sencillas como tener que soportarnos y ahora me dices que soy la complicada. Déjame ir en mi coche, ¿Cual es la diferencia?

—Vas a arruinar todo.

—¿Ir en carros distintos? —pregunto confundida y no me responde. En contra de mi voluntad me obliga entrar a su coche y por más que utilicé mis fuerzas para impedirlo logra llevarme adentro.

¡Hijo de lucifer!

Lance la vuelta y mientras lo hace le saco  varios dedos del corazón como míster ben hasta que ingresa.

—¡Eres un salvaje! — me desquio— ¡¿Que diferencia había llegar en carros distintos?! ¡¿Acaso no era lo mismo?!

Sus manos detienen mis golpes prensado mis muñecas.

—No—responde al fin y hace presión cuando quiero liberarme — Esto es una reunión familiar — recalca como si tuviera otra intención —.Nada de amigos o conocidos. Solo familia. Esto es para ti no para ellos.

—¿Crees que iba a buscar a Tae-oh? — capto de inmediato y su atención se desvia de mi en el acto —. Por eso no quieres que vaya en mi coche ¿verdad? Asumes que iré por el sexy asiatico ¿no? — espero que me mire y no lo hace, tampoco me responde. Me ignora completamente y enciende el coche de una manera brusca.

Entre cierro los ojos con sospecha mientras lo estudio con detenimiento antes de preguntar cuál era su problema con el chico coreano.

—¿Por qué te molesta tanto?—insisto que me lo diga y no logro sacar ninguna palabra de su boca.

Vuelvo a mi sitio rendida y me froto la barriga adolorida. Reclamo en murmuros que me lastimó pero no dice nada, ni siquiera se disculpa.

Me mira de reojo sin ninguna expresión y sigue conduciendo como si nada.

Bruto animal.

Le doy la espalda para no tener ningún contacto con él. Así me mantengo en silencioso durante varios minutos hasta que es interrumpido por el sonido leve de mi teléfono.

El nombre de mi papá aparece en pantalla y dudo en contestar delante de cierta persona.

Cancelo la llamada y le tecleo rápido un mensaje donde le digo que después lo llamo.

Quiero hablar con mi padre a solas. En donde pueda desahogarme sin tener testigos y me sea más cómodo.

Al menos para mí.

Termino de enviar el mensaje cuando Carlos aparece en pantalla otro que dudo en contestar pero igual lo hago. Hay mucho silencio y tengo que evitar a toda costa que cierto personaje me interrogue.

—¿Nos extrañas? — dice su voz junto a la de Ignacio —.¿Está bien dicho?

—Si se les oye muy bien — aludo y festejan contentos.

—Hemos estado practicando mucho más — dice Ignacio orgulloso, adoro su acento — .¿Como va todo en América? ¿Te arrepentiste y te quieres volver?

—Volveria mañana mismo si no fuese porque debo ir para la universidad — hago una mueca triste.

—Te gustó Italia ¿eh?

Voy a contestar pero soy interrumpida por el sonido de la radio.

—Si — levanto mi voz — Me encantó y quisiera repetir esas noches....  — más volúmen. Frunzo las cejas y me giro hacia el marsupial quien parece que no conoce el respeto —. ¿puedes bajarle?

—Es Taylor Swift —recalca y sube más volumen—.Creo que dijiste que te gustaba.

—Si pero ahorita no quiero escucharla estoy hablando con alguien — le bajo el volumen y él le vuelve a subir — no seas irrespetuoso. Bájale.

—Es mi coche.

—Estoy hablando por teléfono.

—Habla después — cubre con su mano el tablero para impedir que si quiera lo toque — cuando no estés en mi coche.

—¿Cual es el problema? — pregunto incomprendida con las manos en la cintura, mirándolo fijamente — ¿acaso te estoy molestando?

—Si— abro la boca indignada —. Tu voz me irrita y no quiero escucharte más. Dile al imbécil ese con quién estás coqueteando que después hablan.

—¿Coqueteando? — me indigno más y cierro la llamada no si antes decirle a carlos muy, muy rapido que lo llamo lugo—.En ningún momento he coqueteado con nadie.

—Quisiera repetir esas noches — me remeda y agudiza su voz cercana a la mía. Cierro los puños con furia— Volvería si no tuviera universidad mañana. ¡Por dios! Parece una niñata adolescente.

—Si no querías escuchar mi voz ¿por qué diantres me obligaste a venir contigo?— le pego en el hombro en cada oración  — ¡¿Ah?! — levanto las manos en rendición — ¿Quien demonios te entiende?  — le pregunto y como es su costumbre, me deja con la pregunta en el aire.

Hago una negación con la cabeza miradolo confusa y vuelvo a mi posición.

Loco, bipolar.

Sigo mi conversación con los chicos de Italia por medio de mensajes hasta que llegamos a la casa de la señora Kika.

—Cambia esa cara — me dice por lo bajo lance parados frente a la puerta.

—Es la que tengo— digo seca con la vista puesta en la fina madera.

—Tienes que...

—Si lo sé —corto tajante, él se me queda viendo durante unos segundos y murmura algo entre dientes que no logro  entender, tampoco me interesa.

Lance destaca la puerta haciendo el típico sonido y empuja la tan solo unos centímetros dejando ver un poco del interior de la casa.

Aparto la vista como un cohete de sus brazos tatuados y finjo que miro una pequeña hormiga caminando por la pared.

—Sigue — me dice en un tono descaradamente amable.

Paso al interior de la casa que está medianamente oscura y en un parpadeo todo es luz para mis ojos. El sr. Andrew y la señora Kika salen de la nada y me dan la bonita bienvenida.

—Que alegría verte de nuevo — me abraza con mucho cariño el señor viejo sabroso.

Suspiro encantada envuelta en sus cálidos brazos.

Viejito a aparte de estar bien bueno huele bien sabroso.

—A mi también — le digo —. y que linda sorpresa.

—¿Te la esperabas hija?

—No, para nada — intento sonar lo más real posible.

—Nunca imaginé un día te irías así de la nada—me dice la abuela Kika al abrazarme. Sonrío en su hombro eternecida — ¿que tanto hiciste por allá en Italia?

—Trabajar — le digo y alguien suelta una corta risita sarcástica.

—¿Y cuenta como te fue?— me lleva hasta la sala donde sobre la mesa de centro habían aperitivos que se veían deliciosos.

Tomo un triángulito de Sandwich y mientras relato mis aventuras por Italia me voy llenando la panza.

El viejito sabroso llega con cervezas y las reparte a todos. Incluso al marsupial quien extrañamente sigue aqui y no se ha marchado.

Les cuento sin mucho detalle sobre el bautizo de la pequeña Mya y le muestro por medio de mi teléfono las fotos que capturé en Pescara y algunas en Roma.

—¿Y quien es ese muchacho que aparece en las fotos?— pregunta y siento que me miran, levanto la vista y me encuentro con los ojos de Lance quiénes rápidamente se desvian a su teléfono —  ¿es tu novio?

—Liam — contesto la pregunta a Kika y ella asiste con admiración.

—Es lindo — asisto y regreso a la mirada la foto donde Liam me tiene abraza —. ¿Es tu novio?

—Mamá eso no se pregunta — la reprende el señor Andrew — es la vida privada de Valery.

—Solo quieo saber — se defiende — como salen besándose y abrazados como pareja.

—Si la niña esta en una relación o no con ese muchacho, es su asunto — siento que me están mirando intensamente y no puedo evitar levantar la mirada.

Todo vibra dentro de mi cuando me encuentro con los orbes verdes apuntando en mi dirección. Tiene el entrecejo fruncido y la mandíbula tensa. Parece molesto y no deja de mirarme, ni siquiera porque lo he pillado.

¿Que le pasa?

Bajo la vista para cortar la conexión de ambos que no parece terminar y retomo el hilo de la conversación.

—Eso te sirve de experiencia hija mía —me dice el señor Andrew y asisto a la vez que me llevo otro pedacito de pan a la boca. 

Están muy buenos.

Kika regresa de no sé donde y noto que trae en sus manos una caja. Ladeo la cabeza curiosa y frunzo las cejas después darme cuenta que es un juego de mesa.

—A mi me encanta jugar — dice ella entrando en escena. Rápidamente Sr.andrew quito todo de la mesa. Lance despega la mirada de su teléfono y hace una mueca en desacuerdo. — ¿tu cariño?

—Pues...— miro la superficie de la caja. Tenía barcos y en el encabezado dice batalla naval —. Solo monopolio aunque nunca lo terminabamos porque mi papá era muy tramposo.

Los dos se ríen.

—¿Y has jugado una vez este? — niego observando lo que hay dentro. Parecían dos portatiles pequeñas —. Bueno te va a encantar. Es muy fácil y divertido. Consiste en hundir el barco del oponente y que el no te hunda lo tuyos.

Me gusta.

—¿Hacemos una partida?— entusiasma.

—Pero es para dos — interviene lance.

—Facil — dice ella y comienzo a sospechar algo. No, no, no, no, que no sea lo que estoy pensado — hacemos equipo. Tu te vas con melanie y yo con Andrew.  Bueno si quieres.

Se que no va a querer, él me quiere pero lejos y yo aunque siento lo que siento, también.

—Si quiero.

¿Ven?

Se los dije.

Ese hijo de Lucifer no iba a aceptar ser mi aliado así su vida dependa de ello.

¿Eres pendeja? Acaba de decir que si.

¡¿Que?!

—Perfecto— festeja la abuela Kika muy campante.  ¿A qué se debe tanta satisfacción? — cariño ponte al lado de tu futura mujer.. — mis ojos amplían como platos —.Perdón, de Melanie.

¿Futura mujer?

¿La abuela me está emparejando con su nieto?

—Melanie mi cielo, ponte en frente de la mesa.

Esto es broma ¿verdad?

—¿Hija?

Bajo a regañadientes y me siento en el suelo frente a la mesita. Lance llega a mi lado dándome un empujón por el hombro y como si no hubiese pasado nada saca de la caja la pequeña portátil de plástico.

Cuando el señor Andrew y la abuela Kika se distraen aprovecho para darle por la parte de atrás de su cabeza. En su nuca.  Los señores giraron por el sonido seco y yo disimulé que maté una zancudo.

Lance no hace nada en contra y me enseña el interior de la pequeña portatil, que no lo era, pero se parece mucho a ellas.

En la zona de arriba y abajo hay un plástico azul lleno de pequeños agujeros. Lance me explica que en la zona de arriba es donde le vamos a rastrear dónde están ubicados los barcos de nuestros openentes marcandolos con una fichas que parecen tubitos de color blanco. Cada agujero representa un número y una letra.

Los mismo que la zona de abajo pero allí irán nuestros barquitos que estarán puesto de manera estrategica para que no nos hundan.

Es un turno por casa uno y el que termine de hundir todos los barcos gana el juego.

—Bien — dice animado el señor Andrew —. Empecemos.

—A ver mi niños — canturrea la voz de la abuela Kika del otro lado— . Les voy a hundir su barquito. Soy una experta hundiendo barcos.

—Dale abu.

—H-5 — dice muy seguro y miro nuestros barcos.

Muerdo los labios al ver que le llegó cerca. Si hubiese pedido un seis le llega.

—Fallaste — festeja lance—. A ver abu. B-2.

Escucho un quejido y comparto mi mirada con Lance.

—¿Por qué? — el marsupial se ríe y marca en rojo un de los agujeros del barco con la fichita cilindritica. 

Se me acerca de forma inesperada y casi chocamos los labios cuando se gira hacia a mi. Por suerte pude reaccionar a tiempo y apartar la cara.

Un centímetros más y nos damos un beso por accidente.

Como si tú no quisieras uno de esos.

Tal vez...pero no.

—Eh...— murmura su voz — ya tenemos uno. Solo falta saber en qué posición está — me está hablando, mi atención está en un punto ciego de la sala. Creo que estoy sonrojada y no quiero que me vea — ¿escuchaste infiltrada?

—Si-si — digo con desdén y lo miro de reojo con disimulo. Ahogo un grito cuando lo pillo observandome. Finjo que no me doy cuenta e ignoro todo lo que está sucediendo dentro de mi.

—Sigamos chicos — la voz del señor Andrew hace que lance deje de mirarme.  — a ver....mmmm..... A-1

—Fallaste tío — celebra lance — es tu turno infiltrada.

—Hijo se llama Melody.

—Melanie hijo, no Melody — corrige Kika y se ríe el sexy viejo sabroso —. Y si cariño, el nombre de la niña es Melanie.

—Será infiltrada hasta que se largue de mi casa — decreta, ruedo los ojos — cuando se vaya le diré por su nombre.

—Idiota— bufo — Mañana voy hablar con el encargado de las residencias.

—No hija no es necesario te puedes quedar en el apartamento todo el tiempo que quieras — defiende el sr. Andrew — Tu no te preocupes y tampoco le hagas caso lo que dice Lance.

Hago omiso a la mirada fulminante del marsupial y asisto en dirección al viejito sabroso.

De igual forma me iré. Mañana hablaré con el Otaku y lo presionaré hasta que se canse de mi.

¡Dios mío alguien tiene que abandonar la carrera!

El juego sigue y la tensión disminuye entre el marsupial y yo. No sé si es por la cerveza que tomamos pero ya no está tan a la defensiva conmigo y se siente cómodo estar con un Lance que no me ignora y me mira feo o con cara de burla.

Puedo fallar y no sé enoja, se compadece y me anima a seguir.

Es extraño y no lo voy a negar que me gusta. Debería tomar más seguido.

—Ultima partida y se define todo — sonrío, estoy algo mareada. A pesar que deje de beber no pensé que pudiera afectarme. Tan solo fueron un par de botellas. Ojalá que mañana no amanezca con dolor de cabeza. Por eso no quise más.

El señor Andrew y abuela también lo dejaron. El único que siguió fue Lance y al parecer que no quiere porque fue por otra a la tienda.

—La última también con el alcohol hijo, es mucho — dice preocupado el viejito sabroso.

—Prometo que lo será — le dice y suena sincero, le da un fuerte sorbo y después me ofrece — Anda, toma infiltrada — niego — mañana empezamos clases y tú sabes lo difícil que es divertirse.

—Tu siempre lo haces— le digo — con o sin clases — se ríe cómplice.

—Entonces no quieres — niego.

—Como sea — le da un sorbo y levanta la mirada hacia su abuela — H-8 abuela — murmura y escucho como ella chista los dientes. Lance sonríe satisfactorio y me rodea los hombros con su brazo izquierdo tomándome desprevenida.

—Estan haciendo trampa — se queja y el cuerpo de lance vibra al reír — todas las adivinas.

—Soy un experto — el señor Andrew niega ante el ego de su nieto — soy muy bueno en todo tío.

—Menos para hacer comida en eso sí eres un desastre.

—¡Abu! — exclama y no puedo evitar reír envuelta en su brazo y en este momento mi cerebro me está pidiendo que me aleje pero mi corazón me dicta lo contrario.

Me molesta admitir y se que mañana me arrepienta de lo que voy a decir; no quiero alejarme. Es muy...como lo digo. Encantador tenerlo así de cerca mío y que me tenga bajo su brazos. Es una sensación indescriptible y no me voy a engañar me encanta, aunque me cueste aceptarlo.

—Ay hijo es la verdad — le dice entre risas.

—Sigamos que los vamos a derrotar — el brazo de Lance deja mi hombro y rodea mi cintura con propiedad. Ahogo un gritito y siento que me hunde el estómago.

Otra vez mi cerebro actua y mi corazón junto a mis deseos también. Ganadole una vez más a mi razón.

La batalla continua y estamos a nada de hundir el último barco de nuestros oponentes quienes han perdido casi todas las partidas. He intentado mantener la mente en el juego pero con Lance detrás de mi es imposible concentrarse. Él se cambió y no sé en qué momento lo hizo, cuando me habló cerca del oído casi me da un infarto por la sorpresa. Creí que estaba alucinando.

¿Cómo es posible?

¿Desde cuándo el tan cariñoso y desde cuándo yo aceptando que me hable cerquita al oído?

La cerveza.

Si.

Olvidé que por ella yo me besé con él y por eso no recuerdo nada. Y ya me está cambiando de parecer.

Antes que termine el luego me suelto de sus brazos los cuales rodeaban mi cintura y me encierro en el baño. Me dirijo al lavabo y me enjuago la cara varas veces con agua.

Escucho al fondo como su voz festeja y la de la señor Andrew y la abuela Kika lo felicitan. Hago una negación mirando mi cara en el espejo y luego mis ojos se desvian hacia mi hombro derecho justo donde él estaba.

Mi cuerpo se estremece y mi corazón se agita ante el recuerdo de su cercanía y de sus manos a mi alrededor de su cintura.

Dios mío.

Tienes que ser fuerte, no puedes permitir que unos brazos y una voz sexy te ganen. Ellos no podrán contigo.

—¿Infiltrada? — me llevo las manos al pecho y cierro los ojos —. ¿Estas bien?

—Si, estoy...— la puerta se abre fácilmente y pego grito por lo bajo. Lance asoma la cabeza y sonríe abiertamente cuando me ve.

No estoy temblando, no estoy temblando, no estoy temblando.

—¿Que-que haces? — tiembla mi voz, me riño a mi misma.

Lance cierra la puerta sin decir nada y me giro rápidamente cuando se acerca.

—Lance estoy en el baño — le recuerdo — ¿acaso no conoces la privacidad?

Me chequea de arriba a abajo.

—No estás desnuda — da otro paso y levanta las cejas —. ¿o si?

—Bu-bueno no — sonríe de costado, ¿por qué demonios me cuesta hablar? —.P-pero no puedes entrar igual y si no te sales lo vas a lamentar.

Se ríe y llega hasta mi.

—¿Tienes ganas de hacer pipí? — mi pregunta lo hace reir.

—Tengo ganas de besarte.

—Haberlo dicho antes — le digo — ¿por qué no eres claro? Si está es tu manera de presionar a la gente estás mal. Así haces con todo el...— me corto a misma y me doy cuenta de lo que realmente ha dicho. — Eh...mejor me voy — intento escapar pero es inútil. Lance me tiene bloqueada con su cuerpo y no hay forma de escapar.

Esto no esta pasando.

—Lance estás muy tomado no sabes lo dices ni lo que haces — le digo — ¿te olvidas quien soy? Soy...

—Mi infiltrada — toda mi piel se eriza y mi corazón deja de latir. Su mano se coloca en mi mejilla y me acaricia suavemente.

Trago despacio.

—Lance estás tomado — intento ser racional mientras se acerca a mi rostro — tu no dirias esto si estuvieras en tus cinco sentidos — insisto — Lance...

—En ellos o no hace mucho que quiero besarte — prensa mi mentón entre sus dedos y me acerca por la cintura con su otro brazo dejándome petrificada. Su mirada arrebatora baja la zona de mis labios y me quedo sin cuando se inclina ellos.

Cierro los ojos y una vez interrumpe. Lance gruñe molesto y maldice por lo bajo.

—¿Hija sabes a dónde fue Lance? — empujo a lance y lo escondo en la ducha, cierro la cortina y apago la luz.

—No sé — digo saliendo del baño, intentando disimular los nervios — a lo mejor fue a toma aire.

—Si, seguro — me mira no muy crédulo y finjo ver la hora en reloj inexistente — creo que debo irme. Mañana empiezo clases y...

—Lo sé hijita es por eso que estaba buscandolo — me quito de la puerta cuando escucho un ruido — le iba a decir que así no pueden conducir. La policía los puede detener así que les pedí un taxi.

—Yo puedo llegar bien a mi casa — le aseguro.

—Estas tomada mi niña.

—Claro que no — hago una ademán con la mano — si estuviera tomaría haría es...

—Estas tomada mi niña — frunzo los labios derrotada, casi me caigo cuando quise hacer equilibrio con un pie. — voy a buscar a Lance.

Asisto y me desaparezco antes que el cabezón salga del baño.

En la cocina la señora kika me platica sobre cómo conoció a su esposo cuando Lance aparece junto a el señor Andrew quién no parecía muy feliz.

Que no sea lo que estoy pensando, que no sea lo que estoy pensando.

Su semblante cambia cuando me ve y de la nada me da un corto abrazo.

Lance murmura algo entre dientes y se dirige a la nevera y la cierra de golpe al darse cuenta que no encuentra lo que quiere.

—No más hijo — le dice la abuela —. Es suficiente. Mañana empiezas clases.

—Has tomado mucho.

—Demasiado — agrego y su atención se enfoca en mi. Suspiro.

Oh My dios.

¿Que es esa sonrisa?

—El taxi los espera.

—¿Me iré con ella? — me señala.

—Si, hijo solo pedí uno.

Sonríe más.

—Perfecto.

¿Co-como que perfecto?

Todos se miran extrañados al igual que yo.

Me despido de la abuela Kika por tan lindo recibimiento. Ella me envuelve en sus brazos y me da varios besos en la frente como mucho afecto.

—Te veré muy seguido por aquí — asegura y no sé que quiere decir con eso pero no le hago caso.

—Hasta luego.

—Hasta pronto — me dice y me subo al coche del taxista mientras espero que la familia se despida.

Mientras espero noto como Lance lanza miradas hacia el coche. Su atención iba del conductor y en mi dirección. No sé notaba feliz. El chófer me estaba contando el peligro que hay en las calles y cuentas veces lo ha robado. Es un hombre joven y simpático. Hablaba muy educado y respetuoso. Adulo mis ojos y mi cabello.

Mi desastre de cabello.

Me dijo tenía una niña muy parecida a mi y es la razón por la cual arriesga su vida para llevar comida a la casa.

—Su nombre es Rose — me enseña la foto y si me sorprende el parecido que tiene conmigo— es muy inteligente.

Bueno no tanto.

—¡Ay! — me quejo cuando lance ingresa y me empuja al otro lado del coche. — ¡animal!

—Buenas noches —saluda en un tono cortante y el lindo taxista le responde.

—Lance te dije que adelante — reprende el señor Andrew.

—Ya estoy aquí tío — contesta fastidiado —. Sube y larguemonos ya —ignoro su mirada puesta sobre mi y quito de mis hombros su brazo.

—Mucho cuidado.

—Si, si, si —dice con desdén y se vuelve en el asiento ahora con la mirada fija en el conductor. Algo le murmura y noto como el chico niega con miedo y no vuelve hablarme hasta que llegamos a casa.

El sr. Andrew le dice al chico que lo espere y este asiste sin inconvenientes.

Ingresamos al apartamento iluminado, Lance sigue derecho hasta su habitación y se encierra en ella tirando con fuerza la puerta.

Respiro con alivio.

Ojalá que no salga de allí hasta mañana y que amanezca gruñón y amargado.

Este Lance seductor me asusta.

Y también te encanta, no te hagas la loca.

Hago omiso a mi pelea mental y me dirijo al viejito sabroso quien me dedica una calida sonrisa.

—¿Te gustó mi niña?

Obviando todo lo que pasó en el juego y en el baño si me gustó la sorpresa.

—Si me gustó — digo agradecida— muchas gracias.

—Fue un detallito — sonrío eternecida — Eres importante para mí.

Este señor me quiere matar.

—Gracias — digo y lo abrazo, él me devuelve el gesto y me da un beso paternal.

—Descansa — asisto — buenas noches hija.

—Buenas noches viejo sabr....— arruga las cejas —. Andrew.

—Adios cariño.

Cierro la puerta y me riño a misma. ¡Casi le digo viejo sabroso! Bueno no me culpen. El señor está bien bueno y es difícil controlarse.

Apago con mucho temor las luces de la sala y salgo como una flecha hasta mi habitación. Empujo la puerta e ingreso apuntando con la linterna todos los rincones para poder llegar a la mesa de noche.

Una vez iluminado casi todo me dirijo al baño para cepillarme. Cuando salgo escucho ruido y no le presto atención. Seguramente es el gato del bipolar marsupial.

Me quito la braga, la blusa que tenía dejo y me coloco mi pijama. Un shorts que me llega a mitad de muslo y camisa. Este tiene un estampado de mariposa.

Llego a mi cama tambaleante y me escondo bajo mi cobija.

—Tengo que comprar sabanas — me recuerdo a mi misma y luego al techo — y poner el bombilla — hago una negación.

Estoy la mata del olvido.

Cierro mis ojos y me abrazo a mi Mike lista para dormír cuando vuelvo a escuchar ruido proveniente de afuera seguido de pasos.

Pienso otra vez en el gato feo de lance y me quedo tranquila cuando sucede otra vez.

¡Hijo de su madre gato!

Abro los ojos molesta y me quito las cobijas para salir de la cama. Un grito sale de mi boca y es opacado por sus grandes manos.

—Shhh— me dice y frunzo las cejas —solo vine a buscar lo que me corresponde — arrugo más el entrecejo.

—¡¿Estas loco?! — protesto, apagó una de las lámparas y todo se hizo un poco más oscuro — ¡¿que haces?! — Lance sonríe de costado e inclina su rostro hacia mi, sin borrar su sonrisa juega con mis labios entre abiertos dejándome sin respiración.

—Lo haré si me lo pides — dice a escasos centímetros —. Si no quieres que te beses solo dímelo.

—Lance...

—Solo pídelo — bajo la vista unos segundos a sus labios y vuelvo a su mirada.  Dios mío quiero hacerlo, mi cerebro me implora que no lo haga pero mis deseos y mi corazón me pide que lo haga.

—V-vete — exijo contra mis deseos y coloco mi brazo en su pecho —Estás tomado y no sabes lo que haces. Estas delirando.

—¿De verdad no lo quieres? — habla ronco en mi oído y me tenso de pies a cabeza—. ¿Tan feo soy?

Hazloooo, sabes lo quieres.

—Un pequeño — apenas escucho mi voz, ¿que estoy diciendo? —. y que no se repita más.

Lance sonríe complacido y accede a mi exigencia. Acuna sus manos en cada lado de mi cara y presiona sus labios delicadamente con los míos.

Esto no está pasando, esto no está pasando.

¡Esto no está pasando!

Rodea mi cuello con su mano

¡Dios mío si está pasando!

Lance me está besando y no lo estoy deteniendo. Le estoy siguiendo el beso cuando debería haber terminado pero no quiero. Me encanta. Había escuchado rumores que Lance besaba muy bien y yo solo pensaba que eran habladurías. Acabo de comprobar que todos los rumores son ciertos.

Lance besa como los dioses... Por desgracia.

Tengo mis manos en su cuello a tiempo nos besamos. Sus labios sobre los míos se mueven despacio como si quisiera probar cada centímetro de mi. Ninguno de los dos quería detenerse y me estoy empiezo asustar, empiezo a meditar.

Esto no puede ser.

Lance se aparta de mi antes que pueda reaccionar y sonríe satisfecho después de darme un pico.

Prende la lámpara que apagó y se baja de la cama.

Lo sigo con la mirada cuándo se retira de la habitación y mi pecho se aprieta cuando se detiene y se da vuelta.

—Me da gusto que hayas vuelto — dice, mi corazón bombea más sangre— Buenas noches infiltrada.

—¡Largate ya!— le digo escondida detrás de mi cobija.

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Holaaaaa

Yo otra vez🥰

Ya me siento mejor y bueno todavía estoy en tratamiento.

Gracias por sus mensajitos y por la paciencia❤️

¿¿Quien mas grito??

Gracias por leer corazones y nos vemos pronto. Un abrazo 🤗😘

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