Capítulo 3


Liam, Liam el magnífico amigo de Mary apareció como un ángel caído del cielo y desvió toda la atención de Lance con su inconfundible presencia. Como jamás imaginé corro a abrazarlo — como si de viejos amigos se tratara— y lo aprieto fuerte hacia mi. Él por supuesto no reacciona, no sé mueve, creo que ni respira pero fue suficiente para que el engreído, narcisista, egocéntrico de Lance dejara su estúpido juego y finalmente se largara.

—¿Eh...no sé que bicho te picó pero me puedes soltar? —al escuchar su voz, vuelvo a la realidad y me alejo de su cuerpo de un salto—.¿Que ha sido todo esto?

Si a él le parece extraño, a mi también.

¿Un abrazo con Liam?

Ni en mis peores pesadillas.

Pero admito que me salvó la vida.

—Ese tipo alto de tinta en sus brazos y cabello negro me estaba acosando —siento la mirada de Geo detrás de mi nuca y pude percibir que la de Liam fue de alerta y, ¿preocupación? —. Bueno, nos estaba molestando en realidad y gracias a dios apareciste para ahuyentarlo.

Le di una palmadita en el brazo en agradecimiento.

—¿Y por qué no llamaron a la policía?

—Porque nos paralizamos y en esa situación se te enfrían las ideas.

Y las tuyas se queman.

¡Cállate!

—¿Y qué haces por aquí? —quiero ser un poquito, tantito amable pero no me sale. En serio, luché pero Liam me cae como piedra en un zapato.

—¿Así es como me tratas después de salvarte la vida chica de la cámara?

Iba a refutar pero me detengo en seco y me giro.

¿Qué acaba de decir?

Liam abraza cariñosamente a Geo que no ha dicho una sola palabra.

—¿Me estás siguiendo en Instagram?

—Fue accidental—explica apresurado, su rostro enrojece.

—Como tu nacimiento.

—¿Qué?

—¿Cómo fue el descubrimiento?—arreglo.

—Pero admito que me gustó tu trabajo. Eres muy buena para la cámara —no quiero decirlo pero algo se removió dentro de mi y no puedo evitar esbozar una sonrisa—.De tal palo tal astilla.

¿Me quiere hacer sonrojar?

Es Liam, él hace sonrojar hasta las paredes.

—Gracias.

—¿Y qué haces por aquí?

—Siempre estoy viniendo y me gusta visitar amigos —dijo con énfasis y sé que no sé refería a mi, si no a Georgina—. Tu lo fueras si no me cayeras tan mal.

—Lo mismo digo.

Ambos por primera vez, nos reímos juntos.

—¿Cuántos días vas a estar por aquí? —le pregunta Geo con dulzura, finalmente rompiendo el silencio.

—Unos días —le responde de igual forma y empiezan a entablar una amena conversación.

Me siento apartada así que decido retirarme. Me despido de Liam con un ademán con la mano y abrazo apretado a Geo.

—Te veo después —le digo en el oído y ella me suplica que la deje, pero yo no quería estar aquí y sé que Liam tampoco me quiere cerca. Le susurro que la esperaba en la residencia y ella no le queda de otra que aceptar.

Ingreso a mi habitación y dejo la puerta con seguro para que una Jade no venga a molestar. Me quito los zapatos, me suelto el cabello y me dejo caer sobre los miles del almohadas.

Agarro mi laptop, me meto a mi cuenta de YouTube y coloco música de los setenta, me encanta la música de antes. Mientras escucho Rock you de Michael Jackson recuerdo que debo pagar la cuenta de mi teléfono así que ingreso a mi cuenta de banco y cuando voy a canecerla me doy cuenta que no hay suficiente dinero.

Mierda.

Mierda.

Mierda.

***

Con honestidad no quería que nadie supiera que tenia poco dinero pero tuve que explicarle a mi hermano Daniel por qué le estaba pidiendo dinero y él como no puede mantener ningún secreto guardado se lo dijo a mi mamá y en este momento estoy hablando con ella.

—Ya encontraré el dinero mamá no te preocupes —camino de un lado a otro dentro de nuestra habitación ansiosa, no quería que nadie lo supiera pero Daniel es insufrible.

—¿Cómo cariño?

—Trabajando.

—Tu sabes que eso no es tan fácil, trabajar y estudiar al mismo tiempo —dijo y presiento lo que viene a continuación—.Deja que te pague la residencia.

—No mamá—me niego enseguida.

—Cariño.

—Conseguiré un trabajo de media jornada, no te preocupes.

—¿Y crees que conseguir el dinero antes? —guardo silencio—.Permite que te ayude.

—Podré trabajar y estudiar al mismo tiempo—aseguro y la imagino pasándose las manos por el cabello estresada.

—¿Por qué esa terquedad de independizarse en todo? —pregunta y se suelta a reír con complicidad —. Culpa mía, yo también era así.

Ríe y no tardo de hacerlo también.

Recuerdo cuando les dije que estaba trabajando, casi les da algo, fue muy cómico ver sus rostros y mas cuando les presenté mi carrito. Mi papá quedó boquiabierto y se le salieron las lagrimas, me dijo que me parecía a él cuando se había comprado su honda negro.

Quien por cierto todavía lo guarda y lo cuida como si fuera su vida.

—Como no quieres mi ayuda económica —dice con la voz rendida, su voz me hace volver —. Puedo ayudarte de otra forma.

—Mamá.

—Escucha corazón —me dice apresurada, suelto aire y espero que hable—.Yo tengo un amigo allá en New York, fuimos juntos a la universidad y no las pasábamos juntos la mayoría del tiempo. Le hacia todos los favores que quisiera y yo jamás le pedí uno, aunque él me decía que le pidiera lo que quisiera. Es hora de cobrar esos favorcitos.

—¿Ah?

—Sé que él tiene un apartamento y lo estaba alquilando. Tal vez tenga una habitación disponible para ti.

—¿Y tu crees que te lo va a prestar?— dudo.

—Es que si no lo hace lo pico en pedazos—río mi madre tan dulce y sutil—. ¿Eso te convence?

—Mmmm, no lo sé.

—Una ayuda no está de más señorita independiente—protesta.

Suelto una risita.

—De acuerdo, si acepto, no me queda mas remedio.

—En este mismo instante me pongo en contacto con él y te aviso.

—Perfecto mamá y...— aclaré la garganta - gracias.

***

El amigo de mamá todavía no le ha dado respuesta y el encargado de la residencia ya me avisó lo de la mensualidad. Estoy preocupada y me siento frustrada. Si no me dan respuesta pronto. Tendré que dejar mi brazo torcer y aceptar la ayuda económica de mis papás y creo que si la voy a necesitar porque no tengo ni un dólar en el banco.

¿Cómo es que me gasté tan rápido todos mis ahorros?

—¡¿Vas a dejar la carrera?! —exclama Geo haciendo que todos levantasen las cabeza y nos miraran.

—No, no voy a dejarla y cálmate no todos tienes por qué saberlo —aclaro en voz baja —. Solo me voy a mudar a un apartamento.

—No —me mira abrumada, como si hubiese visto un espectro fantasmal —. ¿Po-por que?

—Me quedé sin dinero -bajo mas mi voz ya que varios no apartaban la mirada de nosotras. Los reto sin embargo no quitan sus narices.

—¡¿Te quedaste sin dinero?! — cubro su boca con ambas manos.

—¿Puedes controlarte? — espeto molesta, miro a mis compañeros y mi vuelvo hacia ella —, Nadie tiene por qué enterarse.

—Es que la noticia me tomó por sorpresa —dijo incorporándose y disculpándose a la vez, luego mira hacia ambos lados y se acerca para murmurar —. ¿Y cuándo te mudas?

—No lo sé— digo igualando su tono— estoy esperando la respuesta de mi...  justo, en ese momento vibra dentro del bolsillo de mi pantalón.

—¿Quién es?

—Es mi mamá—mantenemos el mismo tono de voz bajo.

—¿Qué-que te dice?

Termino de leer el mensaje y la miro, ella me miraba ansiosa e intrigada. Le leo el mensaje y le explico lo que me había propuesto y detallo como poco a poco su semblante va cambia.

—Me vas a dejar sola.

—¿Qué? —reacciono.

—Si te vas me voy a quedar sola —absorbe la nariz, mi pecho se aprieta al verla con los ojos cristalizados— .¿No habrá un espacio para mí? Pregúntale a tu mamá. No me quiero quedar sola y tampoco quiero compartir con otra persona.

Mi corazón se hace pequeño y la miro con mucho pesar, lastima y frustración.

—No Geo — me cuesta decirlo — Hay una habitación y está ocupada por el sobrino de su amigo — coloco una mano en su hombro— .Solo me mudo no me voy para siempre. Estaremos juntas otra vez

—Me vas hacer una falta—río de ternura y le doy un abrazo de oso.

—Tu también— dije entre lágrimas —.Eres bienvenida cuando quieras.

—¿Te puedo ayudar con la mudanza?—se ofrece y asisto con la cabeza con toda las ganas del mundo.

El día transcurrió tranquilo, asistimos a todas las clases. Estuvimos en la biblioteca un ratito y después fuimos a la residencia para comenzar hacer la mudanza.

—Podrías dejar el tema—protesto irritada. En todo la bendita tarde no ha parado hablar de Lance.

Estaba triste porque el chico tinta no le había tratado hoy como hizo el sábado. Él apenas nos determinó. Estuvo con su grupo de amigos y siendo el payasito de la clase.

—Es que creí Lance me hablaría.

—Basta de creer en alguien como él, por favor Geo — le digo cansada — . ¿Cuántas veces tengo que decírtelo? A Lance le somos indiferente y lo que pasó hace poco lo hizo solo para fastidiarme. ¿A caso no te diste cuenta que después que apareció el chico arruina películas se marchó?

Introduzco todo en el coche y bajo la puerta con cuidado. Suelto un suspiro y me sacudo las manos. Geo tenia la cabeza agachada y patea una piedra con disgusto murmurando para si. Ignoro su comportamiento infantil y entro al edificio para despedirme del encargado quien me dice que espera volverme a ver.

—¿Y ya sabes quién es tu compañero?

—Aun no.

—¿Te imaginas que fuera un chico súper sexy e irresistible ? —dice risueña y le subo un poco a la radio, una de mis canciones favoritas la están transmitiendo— . Y que haya tensión sexual entre ustedes y después en una noche de agonía. Te agarre en la cocina, sostiene tu cintura, te sube a sobre la encimera, abre tus piernas y allí se dan como cajón que no cierra.

—Si que tienes imaginación —le doy merito y se ríe

—Ay por dios quita esa canción—reclama.

—A mi me gusta.

—Es horrible.

—Claro que no—le subo el volumen— Me relaja mucho.

—Es música vieja —niega horrorizada—Actualízate mujer, esa era ya pasó.

—Para ti—niega— .Para mi es la mejor música del mundo.

—Si tu lo dices— no le hago caso y canto a todo pulmón, Baby I love your way y las siguientes canciones que coloca toda las tardes mi emisora favorita, hasta que llegar al destino.

Un hombre delgado, alto y de buen aspecto me sonríe al momento de bajarme del coche como si nos conociéramos antes. Por las descripciones que mi madre me dio, debe ser el señor Andrew.

—Tu debes ser Valery —me dice con el brazo estirado—. Me llamo Andrew soy un viejo amigo de tu mamá.

—Melanie— corrijo disimuladamente y acepto su mano para saludar—Si ella me lo comentó —dije desconcertada luego de detallar sus facciones, el señor me parece haberlo visto en algún lugar, su rostro no me es indiferente—.Es un placer conocerlo.

—El mío también —dice celebre y sus ojos se desvían hacia mi compañera de estudio. Entonces aprovecho para presentarla y darle una mirada mas exhaustiva, me siento muy intrigada —. Por favor síganme.

Los tres ingresamos al elevador a la vez . Geo murmura en mi oído con discreción que se parecía de las oficinas de Christian Grey. Mi mente algo sana recrea la imagen de esa escena y comparto mi mirada, ella me mira cómplice y no puedo sonreír también. Había leído el libro pero hasta ciertos capítulos, no me llamo la atención, pero mi amiga se encargó de contarme toda la historia y por eso la conozco y por el estúpido apellido del protagonista, varios de mis compañeros de clases me hacen señas obscenas y me dicen comentarios inapropiados.

Llegamos al quinto piso. Caminamos detrás del señor Andrew cómo ovejitas de granja, cohibidas y tímidas. Había demasiado silencio para mi gusto. Se podía sentir la diferencia entre la ruidosa residencia de la fraternidad a este lugar.

Jesús, creo que me tomará días acostumbrarme, es demasiado pacifico y no digo que no me gusta tener tranquilidad, pero me hace grato los murmullos de los pasillos.

—Las damas primero — la puerta es abierta para ambas, con las maletas detrás de mi ingreso a mi nuevo hogar temporal.

No me da tiempo de dar una inspección al lugar, ya que el señor Andrew tenia prisa y debía regresar pronto a su trabajo, aparto un tiempito para venir a mostrarme la casa.

Es un hombre muy amigable y bastante carismático, me contó cosas muy lindas de mi mamá y me dijo que me parecía a ella pero que no tenia el color de sus ojos.

Si se los saqué a mi padre.

—Esta será tu habitación, joven — empuja la puerta y escucho como el señor Andrew suelta una exclamación, mi cara fue de horror al ver que mi nuevo cuarto temporal esta lleno de cajas, ropa y un montón de discos viejos esparcidos por doquier -. Le pedí a mi sobrino que me hiciera el favor de limpiar— suena disgustado.

—No se preocupe —lo compadezco, podía ver su frustración en sus facciones —, yo me encargo de limpiar.

—Igual le diré a mi sobrino que te ayude, hay cosas que nos demasiado pesadas— dice, pero me limito a aguardar silencio—. Tengo que irme, aquí te dejo la llave y disculpa todo. Eres bienvenida Britany.

Dicho esto el señor Andrew sale del apartamento y nos deja a mi y mi mejor amiga hacer el trabajo que su querido sobrino no hizo. No lo conozco y ya me cayó mal. Pasamos el resto de la tarde intentando de acomodar lo que se pudiera, ya que había cajas tan pesadas que era imposibles moverlas y otras que era mejor ni tocar y esperar que el sobrinito llegue y diga que hacer.

—¿Hacemos algo de comer?— propone geo con la voz cansada, asisto y me dirijo a la nevera por un vaso de agua. Hago una mueca con decepción al ver que no había ni una gota de agua, solo latas de cervezas y bebidas energizantes.

Reviso los gabinetes y tampoco hay nada.

¿Y de qué se alimenta este chico?

¿Del paneles solares o qué?

Porque no había nada para preparar.

Fuimos a comer hamburguesas en nuestro lugar favorito y desde que llegamos no hemos parado de comentar acerca de mi nuevo compañero, la verdad es que me intriga mucho y ella también  le pareció conocido el señor Andrew. 

—Tal vez es un vampiro —nuestras risas allanaban cada rincón del establecimiento.

—O un ángel caído.

—¿Patch?

Meneo la cabeza en desacuerdo.

—Prefiero a lucifer Morning star.

Terminamos de comer y volvimos a  la fraternidad. Me he sentido triste en todo el trayecto y me causa gracia verme así sabiendo que al otro día nos volveremos a ver pero aquí estoy reteniendo las ganas de llorar, con un hueco en el pecho.

—Cuando quieras puedes venir y quedarte.

—Si no le molesta a tu sexy compañero.

Y dale con el compañero sexy.

—Te veo mañana.

—Cuídate.

Ella se baja y se despide de mi con un beso en la mejilla. Un vacío de soledad se instala dentro de mi cuando la veo desaparecer de mi campo visual. Al llegar a mi nuevo hogar no pude retener el llanto y no sé cuanto tiempo estuve llorando pero salgo del coche con los ojos hinchados y todo oscuro.

Recorro el pasillo. Todo seguía malditamente igual. Silencioso, triste y frío. Ya estoy extrañando los pasillos llenos de estudiantes.

Paso directo a mi habitación y justo en el momento que estoy abriendo la puerta escucho pisadas, risas y el tintineo de unas llaves. Me cohíbo sin razón y me escabullo antes quien sea que este del otro lado de la puerta me descubra, no sé por qué hice eso pero me arrepiento y cuando decido volver a fuera para presentarme con mi nuevo compañero de piso, me detengo en seco al oír... ¿gemidos? 

¿Son gemidos?

Cubro mi boca al comprobar que si eran y se me revuelve el estomago. 

¡Esto no me puede estar pasando!

Quería salir para que supieran que no estaban solos, pero no quería ver a ninguno de los dos encuerados y que me causen el mayor trauma de mi vida. Sé que no soy una niña pero Jesús, esto es repugnante. Trato de esconderme en el baño para no escuchar los gritos y es imposible, estos llegan hasta aquí. Me coloco mis audífonos, llevo el volumen de la música a tope y así es como puedo sobrevivir los próximos cinco minutos mientras del otro lado de la habitación se están dando como cajón que no cierra.

—Hasta luego precioso—escucho la voz de la mujer, después de salir del baño, al parecer no es de aquí, tiene un acento muy marcado.

Parece australiana.

—¿Te llamo?

—No preciosa, yo te llamo—abro los ojos en par y me llevo ambas manos a la boca impactada.

¡Esa horrible voz yo la conozco!

Esto no puede estar pasándome. 

Esto tiene que ser una jodida broma o un mal sueño.

Dios mío.

¿Qué te hice para merecer esto?

Choco con algunas de las cajas que aun estaban en la habitación provocando un tremendo estruendo y me paralizo del miedo. Mi sangre se congela y mas cuando escucho pasos acercarse con celeridad. No hubo tiempo para ponerme de pie y correr hasta el  baño para esconderme. La puerta comienza a abrirse y me quedo allí esperando que suceda. 

—¿Tu?—se detiene en seco bajo el umbral de la puerta.

Señoras y señores, mi misterioso compañero de habitación es el chico tinta, el tipo que me mas me cae mal en el universo.

Lance Rott.

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Holaaa aquí está el tercer capítulo❤️
Espero que les esté gustando.

Un abrazoooo✨✨✨✨

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