Capítulo 25.
Melanie Grey.
Alex me estrujara entre sus brazos y casi me saca el aire de los pulmones con el apretón, me quejo en silencio y espero que me suelte. Cuando lo hace el aire regresa a mi pobre aparato respiratorio sonrío para disimular que casi me asfixia.
Es flaca pero tiene fuerza.
A su lado se encuentra Aiden, quien luce despampanante e irresistible. Con su camisa negra de mangas cortas adaptada al cuerpo, su cabello dorado desprolijo que le da un toque mas atractivo y sus lentes que tiene a mitad de su recta nariz.
Él me da un beso en la mejilla y me inspecciona de arriba abajo con mucha admiración. Sonríe de costado y con un gesto positivo mueve la cabeza.
Supongo que es por su chaqueta. La verdad es muy linda y me siento muy rockera.
Una Jade.
—Luces muy bien—alexa lo corta con un empujón. Este reclama con una sonrisa cómplice—.¿Qué pasa?
—Deja de coquetear con mis amigas—reprende, sus palabras hacen clic dentro de mi cerebro. Entrecierro los ojos con sospecha.
No me digas que es tipo Lance Rott.
—Solo digo la verdad.
—Si, como a todas—Aiden vuelve a reír como al principio y me guiña el ojo cuando su mirada se conecta con la mía.
—Solo venía a entregarla—saco su linda chaqueta para entregársela. Me gustó mucho tenerla, es bastante cálida y suave. Lastima que no la puedo quedar. Estiro mi brazo para entregársela en sus manos.
—¿Ya te vas?—miro a Alexa, su tono de voz era triste.
—Si-si es que tengo que hacer diligencias.
Como buscar la maquina que logre sacar a Lance de mi mente.
—No, por favor—suplica, mira Aiden en busca de ayuda.
—Quédate un ratito—Alexa une las manos ante el apoyo de su hermano—.Media hora nada más.
—Por favor.
Descuelgo los hombros mirando a ambos y no lo pienso mas. Accedo a su invitación.
—Quizás nos tardemos una hora—la miro en reclamo mientras entramos a una sala de cine, observo la estancia. No tiene muchos asientos. Es mas familiar. Me gusta—.¿Es muy importante lo que tienes que hacer?
Si, se llama Tae-oh.
—Le prometí a un amigo ir a sus entrenamientos—soy honesta, no tenia pensado quedarme, mi plan era dejar la chaqueta y luego ir al estadio a ver a mi sexy asiático. La cara de Alexa es de hace es de decepción y por un segundo pienso que me va a decir que cancele pero me comprende y me da su palabra de dejarme ir.
—¿Es amigo o novio?—indaga con una sonrisa de picardía. Alguien detrás de mi raspa su garganta. Alexa carcajea malvada—.Lo siento hermano al parecer alguien ya se te adelantó
Quisiera decir que Tae-oh es mi súper sexy novio coreano a los cuatro vientos pero por desgracia no puedo hacerlo porque no es mi novio y tampoco decir que me gusta porque eso tampoco sucede.
Es un muy triste-
Porque de verdad me interesa. Sé ve linda persona y es muy chévere conmigo. Es al único que le estoy doy dando una oportunidad de entrar en mi vida después de tanto tiempo y me da rabia que no causo ningún efecto en mi.
¡Que frustración!
—Amigo—contesto, por desgracia.
—¿Amigos con derechos?—sube y bajas las cejas juguetona.
—No, solo amigos—aclaro sintiendo mis mejillas encendidas. Un amigos con derechos no me vendría nada mal con él. Si tan solo me moviera el piso un tantito mas.
—¿Y cómo se llama?
—Tae-oh—arruga la cara confundida ante la mención de su nombre—.Es coreano.
—Ay no—miro a aiden, tiene una mano en la frente.
¿Que dije?
—¡¿Has dicho coreano?!
Vuelvo hacia ella.
—Ni lo pienses—alexa rueda los ojos aburrida—.No te vas a meter con él.
—Es solo su amigo.
—No lo harás.
¿Que, que no va hacer?
Miro a los dos confundida queriendo saber que ocurre y por que Aiden le esta pidiendo que no se meta con mi sexy amigo.
—Mi querida hermana tiene la costumbre de acostarse con los amigos de sus amigas—explica, mis cejas se elevan con sorpresa, alex se sonroja—.Mas si vienen del extranjero.
—¡Es mentira!—replica pero sus carcajadas la delatan.
—¿Qué me dices del holandés?—su risa se intensifica con el nombramiento del chico—.Él es amigo de tu amiga Sussie.
—Estaba borracha.
—Tanto que te acordaste como se la...
—¿Y por qué no empezamos con elegir la película?—interrumpo antes que termine la frase apresurada, estos chicos no tienen filtro para decir las cosas—.¿Cuáles les gustan?
—¡Erótica!—dice Alexa.
—¡Acción!—sigue Aiden y ambos se miran simultáneamente con el entrecejo fruncido.
—¿Románticas?—los dos arrugan la cara con horror—.O bueno. ¿Que les parece de Disney? ¿Luca? ¿Tarzan?
—¿Qué es eso?—preguntan a la vez y les doy una breve explicación de lo que trata la película pero a ninguno de los dos les convenció y terminamos por elegir rápidos y furiosos. La cual jamás me ha gustado pero me quedo a ver.
A pesar de lo mala que fue la película la pasé bien. Ambos querían que volviera el fin de semana pero lo dejamos para el siguiente que era el cumpleaños de Aiden.
Voy a camino hacia el estadio donde esta mi hombre perfecto y aunque no se me note estoy temblando de ansiedad y nervios.
Dejo caer mi cabeza hacia adelante apoyando mi frente sobre el volante luego que detenerme frente las instalaciones del campo. Tengo el corazón latiendo a mil, el estomago revuelto y las manos frías y ni siquiera me muevo del sitio.
Odio estás sensaciones que estoy sintiendo. Las odio porque están perteneciendo la persona menos indicada.
Luego de luchar conmigo misma si irme o no, si bajar o no, si cumplir con la cita o no. Salgo de mi querido coche. Antes de colocarle seguro verifico tener las llaves en el bolso, no quiero pasar otra vergüenza y menos frente a los chicos de mi asiático.
Cada paso que doy siento como mi corazón se precipita en una mezcla de emociones. El eco de los bates golpeando la pelota me produce miles de sensaciones. No puedo evitar imaginarlo a él, mi mente solo lo visualiza a él.
Respiro hondo profundo para calmarme y decido continuar. Por un instante estuve a punto de dar marcha atrás para evitarlo pero Tae-oh me espera y no puedo hacerle ese desaire.
En las gradas me topo con Geo en el último peldaño. Ella esta mirando distraída a otro lado y no se percata que estoy a unos metros de distancia. Quiero evitarla. Después de lo que viví en la universidad por su culpa no me apetece verla. Sin embargo hay una conversación pendiente que no puedo dejar pasar. Subo los peldaños haciendo ruido para llamar su atención y lo logro. Sus facciones cambian cuando cruzamos nuestras miradas. Rabia, resentimiento es lo único que puedo ver en sus ojos. Una punzada atraviesa mi corazón, jamas creí vernos en esta situación y todo por desgraciado que se aprovechando.
—¿Ya te dedicaron un Home Run?—suelto en tono sarcástico sentándome a su lado. Ella me mira de reojo pero no contesta—.Créeme no lo hará.
—Tu que sabes—responde a la defensiva—. ¿O solo tu tienes derecho de tener la atención de todos los hombres? Yo también lo merezco algo de atención, Melanie.
—¿Atención de los hombres?—repito.
—Todos están detrás de ti.
Suelto una risita irónica.
—Y no lo niegues porque he estado a tu lado.
—¿Y tu piensas que por qué me buscan, es porque me quieren conocer?—no contesta— ¿Ya se te olvidó que estoy en una maldita lista? ¿Qué mi imagine fue rotado por varios depravados? ¿Qué Rick me dio viagra?—los ojos me pican señal clara de que voy a llorar pero no me contento—.¿Tu querido amigo no te contó que Rick me quiere llevar a la cama a la fuerza? ¿No te lo dijo?
Silencio.
—Y así como Rick hay muchos más que se acercan con el mismo propósito—recalco sintiendo como el pecho se aprieta— ¿Te parece que todos desean conocerme? ¿De verdad aun lo crees? —hago una negación mirando al campo, recordando todas las veces que los chicos me invitaban a salir pero podía ver sus intenciones—Está atención que estás teniendo de ese cretino es solo por interés...—abre la boca para hablar negarlo, la interrumpo—.Yo no te vuelvo a decir nada. Eres bastante grande para tomar tus propias decisiones. Espero que no te rompa el corazón. Y por favor no me vuelvas a sacrificar por él mira lo que me hicieron por defender a tu amor.
Me siento en una de las bancas desocupadas. Trato de retener las lagrimas pero no puedo. Me duele mucho lo que esta pasando y es imposible no llorar. Quiero demasiado a Geo pero no me merezco lo que me esta haciendo, se supone que somos amigas y estamos para cuidarnos. Tae-oh desde el campo se da cuenta como seco mis lagrimas y alguien mas también lo hace. Ruedo los ojos viendo lanza miradas en mi direccion.
Lo detesto tanto. Por su culpa estoy perdiendo a mi mejor amiga.
Taeh-oh me hace un seña con su mano— parece que es hora descanso— lo sigo y nos reunimos cerca de los baños donde nos vimos la primera vez. Lo abrazo sin importar que este sudado, necesito a alguien que me consuele y él es el único con el que cuento en estos momentos. Sabe que algo ocurre porque me vio llorando y no dudo en responder a mi abrazo.
—¿Qué pasó? te vi llorando. ¿Esta todo bien?—despego los labios para contestar cuando alguien nos empuja con violencia.
Frunzo las cejas al ver que es Lance.
—Ten más cuidado—protesta Tae-oh molesto y este se gira sobre sus talones, sonriendo malicioso.
Cierro los puños.
—Ups, no los vi—dice sarcástico. Le saco el dedo del medio molesta, ni llorar en privado puedo si este no anda fastidiando la vida.
Tomo el codo de Tae-oh para alejarnos. No quiero que me vea en este estado, por su culpa estoy así. Bajo mi mano hasta entrelazar los del asiático. Lance lleva su vista hacia manos muestras entrelazadas y su sonrisa malévola desaparece, también tensa la mandíbula y sus cejas se endurecen hasta unirse. Levanto la vista hacia Tae y le hago señas con la cabeza. Él asiste y juntos nos vamos del sitio.
—Este tipo anda rarísimo—comenta mientras damos caminamos alrededor del campo. A lo lejos puede escucharse a sus compañeros practicar, lo que indica que es hora que Tae regrese pero él no le presta atención.
—¿Quién?
—Rott—contesta.
Hago una mueca al escuchar su apellido.
—¿Qué pasa con él?
—Pues...—suspira haciendo una pausa—.Esta muy cortante conmigo. Le dije para calentar juntos con la pelota y me tipo me lanzaba como si quisiera golpearme con ella. Eso no puede hacer. Es muy peligroso. ¿Le pregunté que le pasaba? y no me contestó. Actúa muy extraño. Tuve que cambiar de compañero.
Hundo los labios sin tener idea. Pero no quiero hablar de él, tampoco saber que le sucede. Lo que quiero sacar esto que me carcome por dentro y me esta asfixiando. Es lo que mas deseo.
Encontramos un lugar mas privado y menos ruidoso dentro del mismo campo. Nos sentamos en el suelo y recostamos en la pared nuestras espaldas. Su rodilla roza con la mía y al igual que nosotros. Desde nuestra ubicación a lo lejos se puede apreciar el campo. Me cuesta abrirme porque no estoy acostumbrada hablar de mi mejor amiga pero necesito que alguien me escuche, porque siento que voy a explotar, y se que Tae-oh me ayudara con este nudo en la garganta.
—No quiero que estemos así—confieso sincera—.Pero ella no quiere entender que ese estúpido la esta utilizando.
—Mientras está enamorada no escuchará razones. Créeme.
Niego con la cabeza.
—Es lindo que te preocupes por tus amigos—alzo la vista hacia sus ojos. Una lagrima baja por mi mejilla y él la limpia con sus dedos hasta borrarlas. Un gesto muy dulce que me hace sonreír abiertamente y me impulsa a acercarme. Me resguardo en su pecho esperanzada que me envuelva en sus brazos—.Se nota que la quieres.
—No quiero que la lastimen.
—Lo sé—rodea mis hombros con sus brazos, cumpliendo mi anhelo—.Pero es algo que solo podemos advertir más no evitar.
Suspiro triste.
—¿Te sientes mejor?—asisto con la cabeza apoyada en su pecho. Él me hace bien en todo. A pesar de lo poco que nos conoceos. Cierro los ojos un momento pero los abro cuando escucho unos pasos pesados cerca. Tae-oh se queja por lo bajo.
—Que pasa...
—Te busca el entrenador—la voz de Lance se cuela por mis oídos, abro los ojos a la par y me separo del chico asiático.
—En un momento voy—responde medio cortante.
—Es ya—decreta en un tono autoritario y parpadeo varias veces viendo su actitud. Lance no le aparta la mirada. Y yo no le aparto la mía, ¿Quien se cree este hijo de lucifer para tratar asi a Tae-oh? ¿Y como supo donde estábamos?
—Te acompaño hasta las gradas—dice Tae-oh ignorando la imposición del marsupial. Quien sigue allí con los brazos cruzados.
—Bueno.
—El entrenador...
—Ya escuché Rott no me lo tienes que volver a repetir. Entiendo perfectamente el inglés—lo corta de manera muy educada. Yo lo hubiese mandado a la china una y mil veces A mi nadie me habla de esa manera y menos él.
¿Quien se cree?
Bajo la mano cuando siento el calor de la de Tae-oh en la mia. Su tacto me calma porque estuve a punto de atacarlo justo en la yugular. El chico tinta despliega la vista hacia ese punto y noto como aprieta la mandíbula.
—Ven Melanie.
Volvemos a las gradas. Hago una inclinación a Tae como despedida tal como hacen ellos y él carcajea agarrándose del estomago viéndome con esos lindos ojos rasgados.
—Eres única—dice antes de desaparecer de mi campo visual e integrase en el campo con sus compañeros de equipo.
Hago varias tomas con mi cámara desde mi ubicación. A pesar del clima clima oscuro. El panorama es excelente para hacer unas excelentes fotos. Capturo el campo, las gradas, un perrito que rodeaba y por supuesto a las sexys jugadores.
Menos a uno que ha estado pavoneándose de arriba a abajo frente a sus seguidoras. Lanzando miradas para comprobar si lo están mirando o no.
Es un creído.
Saludo a Tae-oh desde mi sitio cuando alza su vista en mi dirección y él me contesta quitándose la gorra. Sonrío como tonta, se que me veo como tonta pero no lo puedo evitar, este chico me agrada muchísimo. Me siento en la grada y continuo viendo al grupo de chicos ser dirigidos por el manager regordete que no deja de hacer sonar el silbato para hacerlos correr.
He notado que Lance ha estado mirando en mi dirección varias veces durante toda la practica y eso me extraña. Si el grupo de fans están en la otra grada, donde está Geo, ¿Por qué diantres no deja de mirar hacia la mía si estoy íngrima y sola? ¿Por qué lo hace? ¿Acaso quiere molestarme? Si es lo mas seguro. ¿Por que otra razón estaría lanzando miradas hacia mi?
El entrenamiento es cancelado por la intensa lluvia que cae sin previo aviso. Todo el equipo corre hacia la caseta en busca de protección menos Tae-oh quien cruza el campo para llegar hasta mi.
Me sonríe tranquilo y le sonrío de vuelta contagiada. Se ve tan lindo mojado con las mejillas teñidas de rojo y el cabello desprolijo producto de la lluvia.
—¿Qué pasa?—pregunta analizando mi cara de terror.
—Ese sonido me da miedo—apunto al techo.
—Es cierto—comenta con horror después de poner atención—.No me había percatado.
—¿Lo ves?
Baja la vista y se consigue con mis ojos.
—Es seguro—lo miro dudosa—.Tranquila. Solo roguemos que el fin de semana no llueva.
Lo miro con una sonrisa forzada y juego con la punta de mis dedos, ¿cómo le digo a mi sexy coreano que tenemos que cancelar? No quiero herir su ilusión.Él se ve muy entusiasmado y créanme que yo estaba igual.
Quería ir.
Conocer un poco más de él. Intentar convencer a mi corazón que este es el indicado para mi, que es bueno para mi y lo mas importante que no es mujeriego. Pero tenía que venir esta bestia tatuada a interponerse en mi planes.
¡Lo odio!
—Tae-oh...—me mira atento con una sonrisa. Quiero llorar. ¡Quiero matar a Lance!—.Es que algo surgió—me cuesta decirlo, siento que lo voy a herir y no quiero hacerlo. Ahora mismo podría irme con él y olvidarme del otro compromiso. Pero tampoco quiero herir al señor Andrew. Es una decisión muy difícil.
Mas cuando son las personas que se ha vuelto importantes en mi vida.
—Es personal—no quiero entrar en detalles, y no quiero que sepa quién es culpable del cual no pueda asistir a nuestro recorrido especial.
—¿Todo bien en casa?
—Mas o menos—coloca mano sobre la mía y la sujeta para darme consuelo. Odio mentir. Quisiera decirle la verdadera razón pero temo su reacción. ¿Y si se molesta? no quiero que se vaya de mi.
—Espero que todo tenga una solución—bajo la vista, no puedo mirarlo, no después de mentirle tan descaradamente—.Oh, parece que la lluvia ha calmado.
Levanto la vista después de un rato permanecer en silencio. Observo el cielo gris y hago una mueca de horror.
—¿Tienes que hacer algo después de aquí?—lo miro, él actúa tan tranquilo, como si no le hubiese afectado en nada. Eso me alivia.
—¿Es una invitación?—subo y bajo las cejas. Sonríe tímidamente y sus mejillas....ahhhhh se ponen coloradas.
—¿A dónde quieres ir?—rodea mi cuerpo colocando el brazo detrás de mi espalda.
—Por ti baby soy Batman—sus cejas se fruncieron y ladea la cabeza como tratando de entender mi referencia. Tan solo ese gesto me hizo analizar que este chico guapetón no ha visto Shrek—.¿No lo has visto?
—Si—asiente mientras se ríe—.Solo que no me acordaba de ese diálogo.
—Es un clásico—le digo—.Como el de la hermanastra más fea.
—Ah, si, si ya me acordé—aplaudo como foca atrasada muy emocionada. Por fin alguien que entiende mis esquizofrenias—.Es un papucho su rostro es tallado por los mismos ángeles.
Rio como desquiciada.
—¿Entonces baby a dónde te apetece ir?—finge la voz del gato con botas y mis carcajadas se escuchan en todo el estadio.
Terminamos yendo a un pequeño puesto de perros calientes en el centro de la ciudad. La lluvia pasó pero el imponente frío nos envolvió de una manera abrumadora. Por suerte tenía la chaqueta de Aiden y está evitó que muriera de hipotermia.
Las risas no faltaron aunque yo era la que más quien lo hacia reír con mis estupideces. Enserio lo disfruté mucho. Lo dejé frente a su casa, para bromear me bajé rápidamente y le abrí la puerta. Tae-oh me siguió el juego y sorpresivamente nos despedimos con una brazo, uno iniciado por él.
En el camino a casa coloqué el reproductor musical y entre mis rolitas de Taylor Swift y la música ochentera llegué feliz a casa.
Mientras subo en el ascensor reviso toda la caja de mensajes. Me salí del estúpido grupo de la universidad porque me aburrieron, bloquee a la mayoría que me escribió y respondí los que mi madre me había dejado.
He tenido poca comunicación con mi familia en los últimos días. Hablé con mi mamá y me preguntó si todo estaba bien. Le conté la verdad —Obviando algunas cosas — y le dije que a pesar que mi compañero de piso es un molesto, estaba bien.
Con papá también hablé y quedamos en vernos otra vez, no me dijo cuando porque ha estado muy ocupado pero me prometió avisarme. Las cosas con él van bien, sin embargo me cuesta, estoy tratando lo juro, pero no es fácil.
Le dejé mensajitos a mi hermano y eso fue todo.
Paso hacia el interior del apartamento y justo cuando paso por la cocina noto que mis brownies no están. Ni uno. Ruedo ojos y niego al cabeza y continuo mi andar pero me detengo en seco.
Me llevo la mano a la frente.
¡Los bombillos!
¡Olvidé comprarlos!
¡Quiero llorar!
Golpeo mi cabeza con la mano varias veces y me riño a mi misma por ser tan olvidadiza. No puedo creer que no pueda recordar algo tan simple como un bombillo. Suspiro grande mientras contemplando la puerta de la habitación.
Hoy se duerme en el pasillo.
Ni siquiera me cambié de ropa no fui capaz de hacerlo. Solo ingresé, tomé mis almohadones, mi peluche de Mike Wazowski y me acomodé en el pasillo con mi laptop, mi teléfono y ajá, la linterna de Lance.
Ugh.
Eso sonó feo.
A mitad de la película que estaba viendo —talentos ocultos — se me comienzan a cerrar los ojos y decido que es hora dormir. Apago todo menos la luz de la cocina y el comedor para darme compañía. Me acomodo entre mis cientos de almohadones como puedo y dejo que el sueño que me invada.
Ya me estaba soñando que iba a un concierto de Taylor Swift cuando escucho ruidos lejanos. Despierto sobresaltada creyendo que es ya saben quién. pero el quejido de alguien hace fruncir mis cejas confundida.
Llevo mi atención hacia la puerta principal y me encuentro a Lance ingresando, caminando con pesadez. Él no se percata de mi y cuando lo hace, antes de conseguirme con su expresión de sorpresa. Noto que tiene un gran rasguño en la cara y el pómulo rojo.
Pasa hacia el pasillo sin decir una palabra, sin protestar, sin mirarme. Olía a lluvia y tierra. Camina como si le doliera hacerlo. Lo miro de arriba abajo extrañada, porque esperaba que me dijera algo al verme aquí tirada. Ahogo un grito, y me llevo la mano a la boca. Su mano derecha tiene los nudillos ensangrentados.
Corro detrás de él y antes que ingrese a su caverna prohibida le pregunto que le pasó.
—¿Qué te pasó en la mano?—él pega un brinco sobresaltado y me mira por encima del hombro con el ceño fruncido. Me percato como encoje su mano para tratarla de ocultar.
—Me golpeé—responde sarcástico. Ruedo los ojos y exhalo aire por la nariz ante su odiosidad — ¿Qué haces aquí?
Suelta una risita burlona antes que pueda responder.
—¿Se te olvidó comprar los bombillos?—se da vuelta. Un frio golpea mi estomago cuando sus ojos quedan alineados con los míos,
—No me cambies de tema—ríe cabiz bajo y hace una negación con la cabeza. Vuelve a mirarme, apretando los labios.
—No los compraste, ¿cierto?—no respondo y me vuelvo hacia mis almohadones para no mirar su cara burlesca—.Lo sabía, te estoy conociendo más. Despistada, olvidadiza y chismosa.
Ignoro lo que dice y prendo otra vez mi laptop. Suspiro. Quizás ver Luca por no sé cuánta veces la he visto en este año me ayude a conciliar el sueño rápido.
—Pero también agradecida—frunzo las cejas ante la mención.
Sus pasos se acercan. Finjo que no me doy cuenta hasta que su perfume llega a mis fosas nasales. Esta mi informa que esta a lado mio. Centro la mirada en la pantalla de la laptop para ignorarlo pero su presencia me hostiga y entonces exploto.
—¡Que quieres!—exclamo obstinada viendo que sigue allí. Lance estalla a carcajadas y niego. Es un idiota—.Eres un estúpido—murmuro negando con la cabeza.
—Hoy puedes dormir en mi sofá cama.
¿Que le pasa por que me dice eso?
—Ven trae tus cosas—cruzo los brazos, le subo el volumen a la laptop y clavo mirada en la pantalla.
La cierra.
Pero que...
—Que...—cubre mi boca con su mano para silenciarme y lleva la otra sus labios señal para que no hablara.
—Calladita te ves más bonita—frunzo las cejas confundida e ignoro las aceleraciones de mi corazón que acaba de producirme sus ultimas palabras—.En serio infiltrada. Tengo un puto dolor de cabeza que me está matando y quiero silencio. Solo silencio.
—Aquí estoy bien. Gracias. No te necesito—logro decir entre su mano y sonríe de una manera que no descifro pero tenia que ver con subirme levantarme del suelo—.¡Lance!
—Que te dije infiltrada. Callada te ves mejor.
—¡Bájame!—gruño—.¡No quiero dormir aquí!
—¿Anoche me lo pediste y ahora no quieres?—me deja caer suavemente en el sofá—.Es mas cómodo y aquí hay lámparas.
—¿A qué estás jugando?
—¿Ibas a dormir toda la noche en la sala?
—Faltaba poco para amanecer.
—Son las doce de la noche infiltrada no ibas a resistir hasta el amanecer —intento refutar y no puedo porque el desgraciado tiene toda razón—.Voy por tus almohadones. Y no toques nada y tampoco espíes o te vas—sentencia antes de salir.
Cómo estoy en shock no pude indagar la caja donde están aquel álbum que él me arrebató.
Lance regresa con todo, incluso mi celular y mi laptop. Otra vez sus nudillos aparecen en mi campo visual. Él coloca todo cerca de mi y no puedo apartar la vista de ellos. Menos la ganas de saber que le había pasado.
—¿Qué te pasó?
—¿Qué dijimos de gritar?
—No estoy gritando.
—Pero estás hablando—ruedo los ojos—. Y no quiero que hables. Te quedas aquí pero sin emitir una palabra, ¿bien?
—Y si...
—Shhh—arruga la cara como si mi voz le irritara y lo miro fulminante con los brazos cruzados, voy a revirar pero decido callarme.
Aunque...
Si no me dice que le pasó en la cara y por qué tiene los nudillos rojos. Voy hablar por los codos y lo voy a irritar hasta que me eche de aquí.
—¿Qué te pasó?—su andar se detiene. Antes que me diga que debo callarme le digo—. Si no me dices, voy hablar toda la noche. Tengo bastante tema para compartir. Cómo el triunfo de Max Verstappen o de Hamilton, ¿los conoces? Bueno él es un británico y el otro es....
—Cállate.
—Tiene siete victorias seguidas igualando a Michael shumacher—trago cuando veo que se acerca como en tren bala pero no me detengo. Sigo hablando como lora—.Rompiendo todos los récords. Sabes ¿Quién también fue campeón del mundo? Sebastián...
—¡Que te calles!—reclama tapando mi boca. Pego un gritito cuando me voy hacia atrás—. ¡¿Por qué eres tan terca?! Te cuesta mucho acatar órdenes.
Nació asi.
—¡Haz silencio!—pide enfurecido. Trago despacio después de analizar en la posición que quedamos. Su cuerpo sobre el mio, sus manos a los lados de mi cara y rodillas a los lados de mi cuerpo y su rostro no muy lejos del mio. Lance no se da cuenta de lo que esta pasando hasta que coloco una mano en su pecho para alejarlo de mi.
—¿Puedes quitarte?—digo incomoda, nerviosa y ruborizada por la cercanía de su rostro y la posición en la que estamos—La-lance—lo llamo, no responde, parece estar sumergido en un trance porque no reacciona cuando le hablo. Sus ojos están estudiando cada parte de rostro y eso incrementa mi ritmo cardíaco. Quiero hablar, quiero reclamar pero apenas puedo respirar, dándome cuenta lo que me afecta este hombre, en otras circunstancias lo hubiese alejado de una sola cachetada, por desgracia con él no puedo hacerlo.
Lance dobla los codos recortando la distancia. Mis pupilas vibran cuando su nariz acaricia la mía de lado a lado con los cerrados. Bajo la vista hacia sus labios entre abiertos y vuelvo hacia él, cuando las caricias sobre mi nariz se detienen. Sus ojos están nuevamente abiertos y están viéndome fijamente. Lo empujo por el pecho para alejarlo de mi y lance observa mi brazo en su pecho, regresa la mirada y finalmente se aparta. No soy capaz de encararlo, me siento avergonzada al mismo tiempo furiosa por no haber reclamado. Si fuese otra persona no le tomaría importancia pero es él y sé que esto le satisface.
Soy una tonta.
Abandono su habitación cuando se encierra en el baño y regreso al pasillo. No me importa dormir incomoda. Juro que quiero llorar de la impotencia, no puedo creer que todo estos sentimientos le están perteneciendo a ese cabezón mujeriego.
Enamorada de un mujeriego... título perfecto para escribir un libro.
¡Que locura!
No puedo creer que esto me este sucediendo a mi.
***
Despierto en la mañana por la alarma de mi teléfono que tengo programada para que me levante. Me toman varios minutos abrir los ojos y acostumbrarme a la luz que penetra a través de mis parpados. Cuando los abro por completo me levanto sobresaltada al reconocer las mangueras de luces pegadas a la pared.
¿Que?
¿Que hago aquí?
Miro hacia abajo. Estoy envuelta en mi cobija, mis almohadones están a mi alrededor y mi peluche Mike a lado de mi cadera.
La puerta del baño se abre llamando mi atención y desde su interior envuelto en vapor sale Lance en una toalla amarrada a su cintura. Mis ojos se abren en par viéndolo y no resisto la tentación de repasarlo con la mirada de arriba abajo.
Hace calor.
¿Por qué me haces esto dios mio?
¿Por qué me castigas de esta manera?
¡¿Por qué?!
Sigo embelesada observando su figura varonil. Parece irreal. Todo en él esta malditamente bien hecho. Sus brazos, sus hombros, su pecho, su culo y su espalda amplia. No puedo dejar de verlo. Es como una imán invisible que me trae de una manera irresistible.
Un ruido me saca de la burbuja que estoy sumergida y me hace pisar tierra. No se cuanto tiempo estuve comiéndome a lance con la mirada pero él ya no estaba en el mismo sitio.
—¿Qué hago aquí?—inquiero, sin mirar.
—Tu misma te pasaste—contesta.
Sus pasos recorren la habitación de un lado a otro.
—Imposible, no soy sonámbula—digo con firmeza y su risa corta y seca me hace dudar.
No, no, no me niego a creer que lo soy. Nunca he sufrido de eso.
—¿Qué hacías durmiendo en el pasillo?
—¿Por qué me trajiste a tu habitación?—preguntamos casi al mismo tiempo. Hubo corto silencio—. ¿Está habitación no está prohibida para mí? ¿Por que me ofreciste su sofá cama y me trajiste?
—Y sigue siendo prohibida para ti—remarca—.Solo que anoche fue diferente y siéntete afortunada ¿eh? porque no suelo traer a nadie.
¿Él no ha traído a nadie?
Si, claro.
—Tu me trajiste—aseguro y no lo niega. Eso me sorprende y también provoca un cosquilleo mortal en mi cuerpo.
No imaginé que después del acercamiento tan comprometedor que tuvimos anoche se atrevería ir por mi. ¿Acaso no tiene vergüenza? porque yo si y mucho.
Algo que no termino de comprender es por que lo hizo. Por qué esta teniendo una actitud amable y considerada desde anoche. ¿Que lo hizo hacer así? porque ayer fue muy pedante con Tae-oh.
— ¿A qué se debe tanta amabilidad tuya? ¿uh?—pido saber—.Un día me miras que quieres comer—aclara fuerte la garganta—.Y al otro me tratas con amabilidad, ¿Eres bipolar o que? ¿O tienes un hermano gemelo?
—Nada de eso infiltrada—responde entre risas—.El hecho que me caigas mal no significa que deba ser un hijo de puta contigo.
No sé que decir.
No lo esperaba.
Es extraño. Aunque lindo.
—Debiste haberme llamado—digo frente a la puerta, con todas mis cosas dispuesta a irme —.Pero te agradezco no dejarme morir de dolor de espalda.
—Recuerda comprar los bombillos—asisto sin mirarla y dejo la habitación.
Antes de ingresar a la universidad lo primero que hago es ir a la tienda y comprar seis bombillos y también un tarro de pintura color celeste. Quiero darle vida a esas paredes tan tristes. Además tengo una idea muy genial. Solo falta que el viejo sabroso me de su aprobación, aunque no creo que me lo niegue, pero me gustaría preguntar primero.
Paso a la estructura de mi facultad y noto que hay un movimiento extraño. Recorro los pasillos intrigada por tanto revuelo. Todo el mundo esta fuera de los salones y me encuentro con varios profesores en el camino.
—¡Alicia!—los brazos de jade me estrujan los hombros—.No sabes lo que acaba de pasar—su voz es temblorosa.
—¿Qué-que pasó?
—Otro victima—su cuerpo tiembla sobre el mío cuando me abraza—.Encontraron a otra alumna muerta cerca de las residencias. Van a suspender las clases hasta nuevo aviso.
—Oh por dios—exclamo horrorizada —.¿Quién fue?
—Sabrina—responde—.De tercer semestre.
Los ojos se me llenan de lagrimas y no puedo evitar llorar. Jade me aprieta muy fuerte y me dice algo que me deja helada.
—Sospechan que tuvo algo que ver—me aparto sobresaltada. ¿Que, que acaba de decir?—. Anoche los vieron juntos...
—¿Q-quién te dijo eso?
—Es lo que están diciendo—se limpia las lagrimas—.Tu que vives con él, ¿has visto algo extraño?
Niego varias veces muy segura. Entonces recuerdo su mano, y su rostro rasguñado.
—¿Que?—me dice al ver que me paralizo—.¿De qué te acordaste?
—Nada—digo al instante.
No, no, no Lance no creo que haya sido capaz, él puede ser lo que sea pero un asesino no es.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top