James Coxx
Soy alguien con un carácter un tanto arrogante, es algo que aprendí de mi y acepte.
Me gustaba tener mis propios logros y méritos, por supuesto también ser felicitado por tales triunfos, estaba acostumbrado a ser el primero en todo y tener una inteligencia que nadie pudiera superar, me gustaba ser alguien inteligente y que las personas fuesen consientes de ese hecho pero todo se fue en picada cuando la conocí a ella, Esther Carryn Cooper, voy a admitirlo es alguien en verdad dotada con mucha inteligencia, no sólo tenía un mejor desempeño académico, también gozaba de muchos privilegios pues la familia de ella podrían brindarle muchas oportunidades que yo debía conseguir con un doble esfuerzo pero lo que más me era irritante de ella es que ni siquiera le era difícil el conseguir todos esos logros académicos, mientras yo pasaba varias días estudiando para tener el mejor resultado académico a ella le bastaba un par de horas, estaba comenzando a fastidiar el hecho que ella fuese más inteligente que yo sin muchos intentos pero me di cuenta de algo, había algo en lo que ella superior a ella, el entendimiento social le era algo difícil mientras que para mí era algo cotidiano y aunque no era correcto solía molestarla por eso y la verdad es que encantaba el como ella se molestaba por ese hecho, por fin había logrado ser superior a ella en algo pero llegó un momento donde eso dejó de importarme ya no encontraba satisfactorio el tener que molestar a una niña que no podía entender cosas básicas como los sentimientos, llegó un momento donde se volvió lastima y parecía que ese hecho le molestaba mucho más a ella.
Mi relación con esa chica no era hostil pero tampoco era amigable con ella, era amiga de mi hermana de una manera extraña y yo solo les hacía compañía, nunca me moleste en ser cercano a ella y ella tampoco parecía mostrar interés, ambos éramos simples conocidos compartiendo el mismo espacio y manteniendo una cordialidad por las personas que teníamos en común pero todo cambió durante aquella comida familiar y aquella pregunta fue lanzada.
—Jane Coxx, ¿te casarías conmigo?
Preguntó aquel inglés mientras se inclina frente a mi hermana mostrando aquel anillo de compromiso, todos estaban con una gran emoción contenida mientras mi hermana debido aun por la sorpresa no podía responder pero cuando finalmente dio el tan esperado si y todos saltaron de emoción mi mirada viajo a aquella joven intelectual que por primera vez observe en ella un gesto, nunca pensé ver en ella algún tipo de expresión y mucho menos uno de tristeza, parecía que ella estuviese apuntó de llorar, la vi levantarse para finalmente marcharse y sabía muy bien lo que aquello significaba, gire a ver a la feliz pareja recién comprometida quienes eran ignorantes del dolor que aquella noticia había provocado, me levante de mi lugar para recorrer el mismo camino que ella había tomado, me encamine hasta donde se encontraba su auto y abrí la puerta note su rostro de sorpresa de inmediato comenzó a limpiar sus lágrimas con las mangas de su blusa, apartó su vista de mi tratando de ocultar lo evidente, podía notar colo se sentía avergonzada de su propio actuar pero aún así permaneció en silencio.
—No es propio de ti, y mucho menos llorar por algo como eso—ella solo guardo silencio —¿Por qué tiene que ser así? ¿Por qué no lo ignoras ese hecho como siempre lo haces con todo?
—Cierra la boca americano—sentí como alguien me empujó por lo cual gire para ver a Keyson quien se acercó con cierto lamento a Carryn, al parecer alguien había descubierto tal tema antes que yo—. Que tal si nos vamos de aquí.
—No, eso va a levantar muchas dudas sobre nuestro actuar, yo solo necesito asimilar la situación.
—¿Quieres que me quede contigo?
—No, estaré bien.
—De acuerdo, ni se te ocurra hacer algo americano.
—Como si fuese a aprovecharme de algo tan lamentable.
—Tu mocoso, te voy a...
—No interfiera Keyson—le ordenó la castaña a lo cual el solo suspiro antes de lanzarme una mirada con amenaza.
—Te estaré vigilando americano.
Me advirtió antes de marcharse yo volví mi mirada a la joven quien seguía guardando silencio, solté un largo suspiro antes de cerrar la puerta para ir a tomar asiento en el lugar del copiloto. Un gran silencio se formó entre ambos y no es que no estuviese acostumbrado a estos silencios entre ambos solo que ahora las circunstancias eran diferentes, en el pasado un sentimiento de cierta victoria me abría invadido por el simple hecho de sentirme mejor que ella pero ahora mismo era lamentable su estado, gire a verla notado como aún limpiaba sus lágrimas con un par de pañuelos que había tomado de su bolso.
—Creo que sería absurdo el preguntar si sabes que es el síndrome de takotsubo ya que ya eres un médico especializado pero sabes esa enfermedad no tiene porque hacerte llegar hasta la muerte... Un corazón roto no es el fin del mundo, ciertamente duele pero vas a superarlo estoy seguro de ello, después de todo eres demasiado inteligente como para caer en algo tan absurdo como la tristeza.
—No entiendo el por qué estas aquí si no te agrado o el por qué tratas de consolarme.
—Sinceramente yo tampoco lo sé, lo único de que estoy seguro es que no me gusta verte así, no es digno de ti.
—¿Y que es lo que consideras digno de mi de acuerdo a tu expectativa?
—Aquella mujer con la frente en alto que no se doblega por nada ni nadie.
Ella giro a verme y es que estaba seguro que analizaba con cuidado cada una de mis palabras, su vista viajo al frente y la escuché soltar un largo suspiro, mire al frente al igual que ella para observar a su madre quien se veía algo inquietante, a diferencia de ella la señora Cooper era bastante intuitiva y sabía que buscaba a su hija en busca de alguna explicación debido a su ausencia y ella también lo sabía ya que su rostro se veía un tanto inquietante.
—Se de un método con el cual podríamos explicar tu ausencia de la fiesta.
—¿Cual es tu sugerencia?
Me interrogó mientras giraba a verme, coloque uno de mis manos sobre su hombro para acercarla a mi para así besarla, ella ni se inmutó pero entendió el punto de esto ya que si había algo en lo que la señora Cooper no se entrometia era en cualquier relación con respecto al sexo opuesto en relación a algo íntimo.
—Cariño, ¿es que lo que... sucede? —pregunto un tanto sorprendida al abrir la puerta y encontrarnos a ambos—. Vaya, esto, lo siento por interrumpir, pueden continuar.
Mencionó tras cerrar la puerta, yo mire a Carryn para volver a acercarla a mi para besarla pero esta vez ella me evitó.
—Tu método fue un éxito, no veo el por qué continuar.
—Ella nos sigue observando—dije mirando a través de mi ventana.
—Estoy segura que se percató de que arruinó el momento, no tienes por qué continuar.
—Bueno ella parece feliz incluso algo ansiosa por el hecho de que continuemos.
—Es una posibilidad, después de todo nunca mostré algún interés por querer iniciar una relación.
—Y parece que ese desinterés fue lo que te llevó a esto.
—No fue así, Greyson Larabee nunca sintió tal atracción. Aún recuerdo con perfección aquel día en el centro comercial cuando tu hermano se extravío, aquella mirada de preocupación por no verla y aquel rostro de alivio cuando la encontro, la manera en la que tomó su mano y su sonrisa, todos esos gestos eran diferentes a lo que él me dedicaba, lo supe incluso antes que él. Se había enamorado y no había vuelta atrás, no pensaba forzar un sentimiento ajeno, no quería que nuestra relación perdiera el equilibrio que tiene... Lástima que no calcule el dolor que podría sentir al verlo tan feliz con ella.
—Escuche que una de las mejores maneras de olvidar el dolor de un corazón roto es amando nuevamente.
—Creo que tema emocional no una de mis tantas especialidades.
—Es realmente irónico, bueno yo soy bueno en ello, puedo enseñarte.
Le mencione y aunque al principio ella se negó logre convencerla, y así fue como empezó nuestra relación. Al principio no me importo como fue que lo nuestro comenzó, no pensé que fuese a durar o que ella realmente se empeñara a tener su papel como novia pero se esforzaba, realmente quería olvidar aquel amor que dejó atrás y yo un momento donde yo desee lo mismo pues quería que solo me mirara a mi.
Las cosas en nuestro noviazgo iban bien al principio pero las cosas se complicaron un poco cuando nos tuvimos que separar, ella volvió a Baltimore y yo tuve que quedarme en Londres debido a mi trabajo, pensaba que todo podía arreglarse ya que nos manteníamos en contacto pero ella un día simplemente se enlisto como voluntario médico en el ejército, aquello me lleno de preocupaciones y cuando trate de detener la ya se había marchado, se había vuelto alguien terca.
Desde el momento de su partida no pude evitar vivir con muchas preocupaciones, fueron los peores siete meses de mi vida hasta que ella regreso pero ya no era la misma, sus padres habían decidido volver a vivir a Londres para mantener su mente ocupada en otras cosas, sabían que sería bueno para ella mantener el contacto conmigo pero se sentía tan distante y aunque evitaba el tema sabía que teníamos que hablarlo.
—Evitó el preguntar para no hacerte recordar varios eventos respecto a lo sucedido pero, ¿que sucedió en Yemen?
—El trabajo como médico es difícil pero no es algo que no pueda sobrellevar. Si estas preocupado por el hecho de que tenga alguna secuela respecto a la guerra no tienes por qué sentirte así, fui a terapias y el psicólogo dijo que estoy en perfecto estado.
—Pues no lo pareces Carryn, desde que llegaste no dejas de ser distante.
—No es mi intención, sabes que las relaciones sociales no son mi fuerte.
—No me sentiría así si no fuese por que soy el único al cual le das tal trato. Todos no dejan de decir lo apegada que te volviste a ellos.
—No es así.
—Si, si es así.
Ella guardo silencio mientras se levantaba de la mesa, sabía que no quería discutir y yo tampoco pero no podía evitarlo, me sentía tan excluido por ella, no podíamos seguir así.
Me dirigí a la habitación para verla acostada en la cama, se veía tan frustrada por todo, tomé asiento a su lado para peinar su cabello.
—Carryn, ¿te casarías conmigo?
Ella me miró en silencio parecía estar analizando mi propuesta, tras unos segundos respondió con un simple si para darse la vuelta debía admitir que me sentía decepcionado ya que esperaba de ella alguna pequeña sonrisa pero lo único que había en ella era aquel gesto tan serio que tanto detestaba pero aún con ello tenía la esperanza de que algo fuese a cambiar.
Los días pasaron y anunciamos nuestro compromiso, todos parecían felices por la noticia pero nada parecía cambiar en ella, ni en lo más mínimo estaba comenzando a resignarme y a creer que las cosas siempre serían así y que sólo debía acostumbrarme pero lo que sucedió aquel día en verdad me sorprendió.
Carryn salió de la florería de su tiempo y un hombre desconocido la interceptó, parecían conocerse de algún lado, charlaron por un momento hasta que observe como él la beso debí admitir que aquello me sorprendió y al parecer a ella también, conversaron un par de segundos más y cada quien se marchó tomando rumbos distintos pero en algún momento Carryn se detuvo para girar a ver a aquel desconocido, sabía lo que sucedía pero no quería admitirlo.
La noche llegó, nuestros amigos habían decidido que sería bueno celebrar nuestro compromiso después de todo habíamos pasado por mucho para llegar a esta etapa de nuestra vida pero de alguna forma no me sentía para nada feliz.
—Pero que cara tan antipática—menciono mi hermana mientras se acercaba—al menos deberías intentar sonreír.
—No todos somos un costal lleno de alegrías y sueños.
—No te digo que estés todo el tiempo con una cara alegre de payaso, tan solo debes actuar como si este compromiso te fuese desagradable.
—No soy yo el que está siendo desagradable.
—Bueno, tengo una noticia que te hará muy feliz.
—¿Así? ¿Cual?
—Estoy embarazada —chillo mi hermana con total alegría a lo cual solté mi copa, escuche como el vidrio se rompió lo cual la preocupo.
—James, santo cielo, no pensé que te fuese a sorprender tanto.
—¿Que? Eso no...
—James, ¿podemos conversar? En privado—mencionó Carryn observando a mi hermana quien se disculpo para poder alejarse, trate de recomponer ante la situación pero seguía estando tan preocupado, mire a Carryn quien observó el cristal roto en el suelo para luego mirarme —. Esto no está funcionando.
—¿Que?
—Nuestra relación no es algo funcional. Consulte el hecho de las relaciones romántica y nuestra función nunca fue exitosa, agradezco el gesto de tu parte por haber intentado reparar mi corazón pero aún con todo aún se siente vacío.
—¿Quieres terminar conmigo solo por que aun amas a Greyson? Pero que estupidez, ¿como puedes ir detrás de un hombre casado? Mi hermana está embarazada, ¿como puedes ir detrás de un hombre que será padre?
—Soy consciente del estado de tu hermana, fui yo quien se los notifique pero todo esto no es por ellos, es por nosotros, no es funcional... Para empezar realmente nunca te vi de esa forma,intente realizar la operación con éxito pero fracase.
Un silencio reinó entre ambos sentí como me llene de ira debido a sus palabras me sentía dolido por todo.
—¿Es por ese hombre?
—No entiendo tu referencia, se mas especifico, ¿a que sujeto te refieres?
—Hablo de aquel hombre con el cual te besaste frente a la florería de tu tío, es por él.
Mencioné a lo cual ella guardo silencio, la vi soltar un largo suspiro para continuar con su respuesta pero yo no podía seguir escuchando por lo cual salí de la habitación, escuché como ella fue detrás de mí, varios de nuestros amigos me detuvieron para felicitarme pero yo no podía contener mi enojo, necesitaba acabar con esta tontería pero antes de poder continuar lo observe, ese hombre había entrado aquí con una gran sonrisa en su rostro y podía notar como miraba a Carryn, por primera vez hice algo fuera de mis propios principios y sólo me acerque para golpear su rostro, la ira me había invadido.
—¿Que demonios, hermano? Tranquilo. ¿Por qué golpeas al americano? —escuché preguntar a Dyllon.
—Él sabe muy bien la razón.
Dije con ira mientras lo observaba se veía tan confundido pero eso no impidió que se pusiera de pie para devolverme el golpe.
—¡Amigo! ¡Ya basta! Te vas a casar—grito Dyllon a lo cual el hombre se contuvo de volverme a golpear en el rostro pero yo no lo hice.
—Ya no sera—Carryn se acercó a mí para entregarme el anillo—. Ahora si me disculpan, debo realizar varias llamadas.
Ella salió del lugar y vi como aquel hombre fue detrás de ella con prisa, yo solo me limite a observar el anillo el cual arroje, todos permanecía en silencio mientras me miraban con cierta pena, salí del lugar para hablarlo con ella si no quería casarse estaba bien pero no quería que las cosas terminarán así pero luego fue la escuche.
—Tu intervención no tiene nada que ver con el fracaso de mi compromiso, realmente no compartía muchos intereses en común con mi prometido, sinceramente solo te use de excusa para librarme de él.
Aquellas palabras me partieron el corazón, por lo que me di media vuelta para regresar a casa.
Todas la veces que tomaba su mano con cierto nerviosismo, el cálido sentimiento que sentía al abrazarla, el dulce sabor de sus labios, nuestros momentos juntos, el simple hecho de leer algo a su lado, cuando compartimos aquellos momentos íntimos en la cama, el despertar a su lado, todos y cada uno de esos momentos al parecer fui el único que lo disfruto, fui el único que en verdad se enamoro y aquello me hizo sentir como un verdadero idiota. No importaba lo que hiciera o cuanto me esforzada ella seguía ganando, ella seguía siendo mejor que yo...
Carryn siempre estaba a un paso de mi y creo que a partir de ahora debía acostumbrarme al hecho de solo ver su espalda a lo lejos.
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