Tamaki amaneció con el despertador en su oído levantándose perezosamente para ver que ya eran las 6:30 de la mañana y las clases comenzaban de nuevo luego de un fin de semana largo, ya sólo les quedaban unas tres semanas de clases.

Despertó a su chico con un beso en la mejilla viendo como este abría sus lindos ojos colorados y una sonrisa se posó en sus labios, se sentía con suerte de tener a un chico tan hermoso como su pareja.

-buenos días mi vida-
-buenos días dulzura- le devolvió el alto quitando el cabello del rostro de su pareja para mirarlo mejor.
-vamos, que hoy volvemos a las clases.-
-tengo pereza...no quiero ir.-

Maya entró al cuarto dando un pequeño golpe en la puerta.
-chicos a levantarse- les dijo con una sonrisa al verlo tan acaramelados a esas horas de la mañana. Le recordaba a él y a Nemugasa cuando eran más jóvenes

Un olor a salchichas y jamón venía de la planta baja de la casa sacando un gesto de asco en el
menor llevando su mano a su boca corriendo al baño.
Tamaki se preocupó y fue donde este oyendo las arcadas de su niño, Maya tomó una toalla y fue donde su hijo.

No tenía casi fuerzas para levantarse luego de devolver hasta lo que no tenía en el estómago. Tamaki lo sujeto y ayudó a lavarse la boca limpiandole la cara con el agua y Maya le sostuvo de los hombros mientras este se secaba para que no cayera.

-Mejor? - le preguntó Tamaki con una tierna y preocupada sonrisa.
- eso creo...- le devolvió el menor su mano apoyada en el lavado.

- No deberías ir a clases hoy.-
- Maya- san tiene razón...-
- No, iré a clases...esto es algo normal del embarazo creo, por lo que me dijo mamá, es algo que me acompañara por mucho tiempo así que tengo que aprender a andar con esto.-
-Hikaru, estas seguro? Puedes andar incómodo por las clase y...-
- Y por eso Tamaki te acompañara todo el día, no?- le interrumpió Maya a su igual viendo con una sonrisa al chico alto.
- claro que si- le contestó aún sin quitarse la preocupación de encima.
- gracias papá.-
- confío en ti pero cualquier cosa sólo me llaman, entendido?-
--si.-- dijeron al unísono.

-Bueno, bajemos a desayunar.- les invitó el pelinegro bajando las escaleras.

Tamaki buscó en su móvil algunas comidas " especiales" que no le hicieran mal al estómago de su chico y llegando a la cocina preparó fruta picada con cereal.
Nenugasa le veía sonriente al notar el entusiasmo con el que el chico picaba las frutas mientras todos en la mesa ya se sentaban a comer.

El mayor llevó el plato a la mesa y se lo puso en frente del menor.
- lo prepare para ti. No es tan pesado así que espero que lo puedas comer.- le dijo a su pareja esperando que lo probara mientras que los adultos se sonreían por aquel gesto.

Hikaru miró con desconfianza el plato y comió un poco de fruta acompañado del cereal haciendo un gesto de arcada.
-n-no quiero el cereal.-
-claro- dijo el chico preocupado dejando que el menor quitara lo que tenía en su boca sobre una servilleta.

Comió todo lo que era la fruta y el jugo quedando satisfecho. Mientras el bajo se cambiaba la ropa, Tamaki preparaba los almuerzos junto a Nemugasa para luego ir a vestirse también listos para la escuela.
Tomaron ya sus cosas listos y se despidieron hasta la tarde

El metro iba exageradamente lleno y a duras penas pudieron hacerse espacio en el vagón. El alto notó la incomodidad de su chico por estar casi chocando con las otras personas, acorralándolo contra la puerta para sonreírle.

Hikaru veía por el vidrio la hermosa mirada de su chico que le hacía sentir desnudo ante sus ojos.
-b- basta...no me mires así///- le pidió el menor girándose al alto quien le tomó de la nuca plantándole un beso en sus delgados y rosa labios sin importar las miradas.

-Dime que no lo haga y te volveré a besar- le advirtió divertido.
-...no lo hagas- le devolvió con una sonrisa tímida sintiendo como sus labios se volvían a unir pero este vez tomó de su mejillas intensificando ese pequeño rose de labios.
Cuando las puertas se abrieron Tamaki salió lamiéndose los labios con cara de satisfacción mientras que el otro los traía rojos casi morados por el besuqueo que por suerte nadie notó. Casi nadie.

Llegaron a la hora a clases pero ven como sus puestos estaban cambiados de lugar.
- qué pasa acá?- preguntó Tamaki sin soltar de la mano a su chico ya que en su clase no había qué ocultar.
- pues, hace sólo un rato hicimos sorteo de los asientos- le respondió una chica de coletas lo más tranquila del mundo.
- No me cambiaré, lo siento.- le dijo el alto.
- no puedes decir eso, arruinarás todo como lo organizamos y ni si quiera llegaste a la hora que lo arreglamos para negarte.
-y en qué momento lo dijeron?!-
-Tamaki ya basta.- le pidió Hikaru tomando de su brazo.

-pero, cómo voy a saber si...-
-de verdad, voy a estar bien-
-escucha a tu chico Tamaki-kun, no hagas problemas.- le advirtió la alumna en un tono más serio.
-...bien.- le respondió enojado con los puños cerrados sin querer, apretando la mano del menor.
-m- me duele...-
-lo siento- dice notando su mano para luego tomarla y besarla.

Con la mirada punzante vio la lista que estaba puesta en el mural de clases notando que se sentaba en la segunda línea cerca de la puerta mientras que el menor de pelo ondulado se sentaba al fondo del salón pero en la cuarta linea junto a la ventana, si estaban un poco alejados.

La clase empezó y el maestro comenzó a tomar asistencia para luego ver a Tamaki adelante.
- cambiaron los asientos de nuevo?-
-si maestro- respondieron los alumnos.
-tch...- chisto el pelioscuro, no podía estar más enojado en ese momentos por no poder sentarse al lado de su niño quien de vez en cuando le lanzaba miradas dulces para aliviar su enfado.

Gracias al cielo durante la clase, Hikaru sólo sentía algunos mareos para nada grave y se lo contó a su chico durante el receso.
Tamaki se sentó en el puesto del menor, sentándolo en sus piernas mientras este veía su vientre como si le fuera a hablar lo que a ambos hacía sonreír.

Era obvio que miradas agendas se posaran en ambos, algunas de ternura, otras de asco, pero no se puede complacer a todo el mundo y eso lo habían dejado en claro ante muchos.

En la clase de gimnasia Hikaru encontraba odiosos todos los ejercicios , pero no se preocupó porque eso era desde que tenía memoria, nunca fue un éxito para el deporte como el mayor que podía correr tras una pelota todo el día si quería pero no lo hacía porque decía que perdía tiempo en eso, y su mayor adicción sólo era pasar tiempo con él.

Su paladar en un momento lo sintió ácido mientas hacía abdominales corriendo al baño pero no vomito. Sólo se lavó la cara agradecido de no haberlo hecho y regreso a clases siendo regañado por el maestro por no pedir permiso antes de haberse salido de la clase.

- En esta escuela tú no te mandas sólo Maya. Entendido?!- le gritoneo el maestro, era un anciano que se rehusaba a renunciar.
- Recuerdo bien a tu padre. Igual de holgazán y desubicado que tú.- le siguió diciendo escupiendo practicamente en el menor que se sobaba las manos sintiendo que quería correr lejos de él hasta que Tamaki se interpuso ocultando al menor tras su espalda.

-y tú?-

- Maestro, Hikaru no se siente muy bien estos días por dolores estomacales, y aún así vino hoy a clases, si quiere puede llamar a sus padres para confirmarlo, así que no tiene porque seguir intimidandolo.-
-vuelvan a sus ejercicios.- les ordenó firme sin inmutarse por sus palabras aunque en el fondo estaba hirviendo en ira.

Pasaron la último hora con normalidad hasta el almuerzo donde ambos sólo comieron frutas, Tamaki también para que el chico no se sintiera mal de sólo poder digerir eso. No es que sólo pudiera comer eso pero no sabia cuándo sus cuerpo le aceptaría los otros alimentos y cuando no.
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En clases Tamaki se dio cuenta que en toda la hora el menor no le había mirado girándose para verle disimuladamente cuando le ve llevarse la mano a la boca con un tono algo pálido volteandose con brusquedad.

Tamaki alzó la mano y el profesora fue donde el y este asintió. El alto se levantó y fue donde Hikaru para acompañarlo apoyado en su hombro al baño.

Llegaron al lavado y Hikaru cayó sobre la taza del wc vomitando , era desagradable el tener que soportar eso a cada momento, no en todos los embarazos es del mismo modo, algunos pueden decir que no pasa así pero otros cuenta su versión distinta.
Tamaki quitaba el cabello del menor de su cara, con sudor en su frente por el desagradable momento para acabar exhausto.

-Hikaru...mañana quiero que te quedes en casa-
- qué?!-
-calmate...- de su bolsillo sacó un paquetito de toallas húmedas limpiando el rostro de su chico para ayudarle a levantarse.

-ya acabamos todas las pruebas, no tenemos más trabajos, sólo clases de relleno así que no te perderás de nada.-
-...podemos hablar de esto en casa?-
- claro mi vida...- se hincó hasta el estomago del bajo levantando su polera.
-y tú deja de causarle problemas a mamá- le dijo a su futuro hijo con una sonrisa haciendo que Hikaru ardiera en rubor.

- ustedes...qué están haciendo?-

Ambos voltearon con violencia cuando ven a un chico de mediana estatura se apariencia común.

Tamaki ve el cuello de su uniforme notando que era uno de los del consejo estudiantil por una pequeña placa que traía.

- qué oíste?- le preguntó Tamaki con un rostro cerio intimidando al chico.
-T- Todo...- le respondió intentando mantener la calma.
- Tú no abrirás la boca- le siguió Tamaki sin perder su lugar.

- como estudiantes de esta escuela, saben que ese tipo de secretos están prohibidos, el que un alumno este embarazado es grave- dijo un chico que defendió al oyente, también del consejo.

-y qué harán?- le dijo algo preocupado Hikaru con la mano en su vientre.

-claro que le diremos al director.-
- No se atrevan!- le advirtió el alto hecho una furia, lo que preocupó aún más al menor.

- También te podemos entregar al director con pruebas de amenaza a nuestro compañero, hay testigos de sobra, dijo mencionando a Hikaru y al otro pequeño como evidencia.

- Tú no...!- le iba a reclamar nuevamente cuando el peliclaro se abraza de su cuerpo.
-Tamaki, por favor, no sigas... Que hagan lo que quieran... Sólo no te metas en líos, has lo por mi- le pidió al mayor viendo su cara de molestia con los otros estudiantes chistando la lengua. Tomó de la mano a Hikaru y se lo llevó a la enfermería dejando a los otros dos sólos.

Hikaru reposa en la camilla de la enfermería mientras Tamaki tomaba de su mano mirandola con pena y desesperación. Qué haría si echaban a su niño por su culpa? Cómo lo tomarían Maya y Nemugasa? Qué pasaría... Si no le dejaban acabar el año y pasar el curso...

- Tamaki, borra esa cara triste. Que me deprime mucho.-
-lo siento...yo sólo... Quería protegerte y creo, que te metí en más líos...- sus ojos estaban llorosos sólo de rabia y se abrazó del menor con fuerza sintiendo una mano sobre su cabeza.

- Tamaki- kun, Hikaru-chan.-.
- p- papá-

Tamaki secó su ojos con su mano y se giró viendo a Maya con Nemugasa en frente de ellos.
- Qué hacen aquí?- le preguntó el bajo.
-nos, llamaron de la oficina del colegio...cómo se enteraron?- preguntó Maya revolviendo el cabello de Tamaki que miraba el suelo.

-ya hablaron con el director?-
-no, aún no, pero queremos oírlo de ustedes primero- le respondió Nemugasa a su hijo con una dulce sonrisa.

- estábamos hablando en el baño, y un chico escuchó todo y nombramos lo del bebé- les contó Hikaru
-pero él se quedó de intruso escuchando todo!- dijo el mayor enojado con los ojos húmedos de nuevo.
-cielos. Chicos ya va a pasar, no es nada tan grave, Hikaru sólo tiene unas semana y no han provocado problemas así que no se apresuren a los hechos, iremos a la oficina, si? Esperen nos aquí.- les reconfortó Maya tomando a Nemu de la mano para dejar a los chicos.

Tamaki se sentía como un idiota, no por que lo hubieran pillado, si no por no haber reaccionado mejor en el momento en lugar de lanzar amenazas, eso pudo ser peor para ambos pero como dijo Maya, no se debían apresurar a los hechos...

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Hola ternuritas!!!
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