Capítulo 8: Atracción

Pasando el exámen escrito, Asuma los había invitado al restaurante de comida de los Akimichi, claro que primero con la invitación de Chōji, pero él como su sensei, la comida iba de su parte.

–Me alegro de que los tres hayan trabajado en equipo para conseguir responder las preguntas, eso habla muy bien del trabajo que estamos haciendo, y también del esfuerzo que están implementando– dijo.

Suspirando, Shikamaru se relajó en su asiento, aunque después, una sonrisa apareció en su rostro.

–Creo que todo el trabajo esta vez lo hizo Ino, su jutsu nos salvó el trasero en esa situación– mencionó.

Asintiendo, mientras no perdía de vista ningún bocado, Chōji sonrió también en respuesta.

–Eso es verdad, el jutsu de Ino fue muy útil para conseguir información sin ser avistados... aunque se siente raro cuando entra en tu mente– comentó.

Eso sorprendió a Asuma, al parecer, su jutsu de transferencia de mentes ya se podía mantener más tiempo activo de lo que al inicio podía, incluso logró implementarlo dos veces más para ayudar a Shikamaru y Chōji.

Vaya que los entrenamientos estaban dando sus frutos.

Aunque, en sí, la rubia no parecía estar en la conversación, Asuma notó eso, parecía estar pensando en otras cosas. ¿Quizás en la prueba de mañana? eso era lo normal.

–¿Qué pasa, Ino?– preguntaba el Sarutobi.

Ninguna respuesta por parte de la Yamanaka.

Y mirandose mutuamente, Shikamaru giró para encararla.

–¡Ino!– dijo con un poco más de volúmen en su voz, logrando así captar su atención.

–¿Q-qué pasa?– preguntó.

Con algo de comida aún en su boca, la voz del joven Akimichi se escuchó.

–¿Estás bien? desde que terminamos la prueba escrita has estado rara– mencionó.

Y la habían atrapado. Bueno, no del todo, claro que nunca mencionaría el hecho de que se metió sin permiso en la mente de Naruto, como tampoco diría que le ayudó un poco... y mucho menos hablaría sobre lo que logró observar una vez dentro.

No podía saber qué consecuencias habría si ellos se enteraran de ello.

–Yo, eh, bueno, es por la prueba de mañana... esa loca que apareció después de que la prueba terminó logró asustarme un poco, pero estoy bien– dijo, sonriendo.

Algo que hizo, también, sonreír a Chōji y Asuma... menos a Shikamaru, quien la observó un par de segundos antes de volver a notar el como la rubia se perdía en sus propios pensamientos.

Claro, la prueba de mañana– pensó

...

La noche le brindaba un poco de calma ante la inminente lo prueba de mañana para continuar con los exámenes chunin.

Además, el hecho de caminar por parte de la villa, rodeada de luces y de personas, la tranquilizaba de cierta manera... aunque, también, aquel recuerdo de lo que vió dentro de Naruto la había perseguido gran parte del día, incluso durante su festejo junto a los demás.

Claro que no se lo había contado a nadie, puesto que en sí, no tenía a nadie al cual confiarle algo de esa magnitud. Pero si era honesta con ella misma, le intrigaba mucho saber qué había sido eso que observó, ya que lo poco que recordaba, esa sensación de... maldad, por describirlo de alguna manera, había rodeado todo el lugar.

–Me alegro que hayas logrado pasar la primera prueba, Naruto–

Esa voz le resultó demasiado familiar, y mirando hacía su costado, pudo observar un par de siluetas dentro de un puesto de ramen, aquel que era muy famoso entre los shinobis, aunque si era sincera, nunca había probado un tazón de ahí... más que nada por las dietas que hacía.

Y acercándose un poco para escuchar la conversación, sin ser descubierta por supuesto, pudo escuchar también la voz de Naruto.

–¡Y eso no fue lo más loco Iruka-sensei, porque de repente tenía cinco preguntas ya resueltas de un momento a otro!– decía el rubio.

Aquello hizo sonreír de una manera genuina a la joven Yamanaka quien, dándose cuenta de ello, mostró un rostro neutro de manera inmediata... pero una voz desde dentro del local, le habló.

–¡Hey! ¡pasa a disfrutar de nuestro ramen, seguro que te va a encantar!– se escuchó a Teuchi.

Y con ello, tanto Iruka como Naruto giraron para observar de quién se trataba.

–¿Ino?– preguntó el rubio.

Y con una sonrisa que trataba de mostrar la naturalidad más sincera posible, esta sonrió.

–Eh, hola, yo, bueno, pasaba por aquí y ví este y lugar y, bueno...– decía.

Sonriendo, Iruka habló.

–Escuché que tu equipo también pasó la prueba escrita, y hoy estamos celebrando con Naruto eso ¿te quieres unir? la comida va de mi parte– le preguntó.

Aunque en un principio pensó en declinar la oferta, la verdad era que moría de hambre ya que por estar pensando en varias cosas, no comió cuando tuvo su reunión con Asuma y los chicos.

Además de que todos los presentes pudieron escuchar un sonido proveniente de su estómago, algo que la hizo sonreír con bastante vergüenza.

–Me encantaría– respondió.

...

Y al dar su primer bocado... vaya que se estaba perdiendo de mucho al no haber comido antes de este local.

Está exquisito...– pensaba.

–¿Y bien, Naruto? ¿seguro que no recuerdas el cómo escribiste las respuestas?– le preguntó Iruka.

Colocando un par de dedos sobre su barbilla, el rubio pensó, pero es que verdaderamente no tenía alguna respuesta para lo que había ocurrido.

–Muy seguro, Iruka-sensei... es como si me hubiese dormido un instante y al despertar, sin más, ahí estaban las respuestas– dijo el Uzumaki.

Aquello captó la atención de la joven Yamanaka de una manera discreta quien, aún disfrutando de su tazón de ramen, logró sonreír... pero aquella pequeña sonrisa había sido notada, fugazmente eso sí, por Iruka, a quien le pareció un poco curioso.

–Tú no nos has platicado nada sobre el cómo te fue en la prueba, Ino ¿cómo lo llevaste?– preguntó Iruka.

Y mirandolo, además de suspirar un poco, habló.

–Creo que lo lleve muy bien, ayudé a mis compañeros y los tres lo logramos... aunque debo decir, también, que Naruto logró darme un poco más de valor rumbo a la última pregunta– dijo, sonriendo.

Aunque esas palabras lograron un sonrojo pequeño en el Uzumaki quien solo rascó su nuca mientras sonreía.

¿Quién lo diría?– pensó Iruka.

...

–Bueno chicos, yo me despido... les deseo mucha suerte con su prueba de mañana, han demostrado estar a la altura– comentó Iruka.

Aquellas palabras lograron un par de sonrisas en quienes habían sido sus alumnos hace no mucho tiempo.

Así, Iruka partió, dejando a ambos solos.

–¿Quieres que te acompañe a tu casa, Ino? me queda de paso– mencionó el Uzumaki.

Sorprendida, la joven Yamanaka lo miró, aunque al mirar el rostro ingenuo de Naruto, sonrió.

–No estaría mal– respondió.

Y así, ambos comenzaron su camino hasta la casa de la rubia quien, al menos si podía ser sincera con ella misma, y aunque iban en silencio, no se sentía un ambiente incómodo con Naruto ahí. Él le agradaba, incluso le parecía un poco raro mirarlo así de, bueno, tranquilo.

–¿Cómo te sientes respecto a mañana?–

Esa pregunta logró sacarla de sus pensamientos, y mirando al rubio, habló.

–Sinceramente... un poco asustada, no del todo puesto que Shikamaru y Chōji estarán ahí, pero después de escuchar a esa loca que apareció de repente, no sé, logró intimidarme un poco– respondió.

Esas últimas palabras generaron una sonrisa en los labios de Naruto, no de burla o algo por el estilo, pero notando eso, Ino habló.

–¿Por qué la sonrisa?– le preguntó, mientras alzaba una ceja.

Observándola, el Uzumaki habló.

–Porque no hay que temer nunca a nada... tú misma lo dijiste, Shikamaru y Chōji estarán ahí, eso significa que te cubrirán la espalda– dijo.

Y ahí estaba de nuevo el sonrojo al mirarlo, haciendo que su vista se centrara al frente... pero sonriendo.

–¿Sabes? me agradas, Naruto... no sé cómo describirlo, quiero decir, de cierta manera, me das valor sin siquiera notarlo y eso te lo agradezco– dijo.

Aquellas palabras, de igual manera, hicieron sonreír al rubio quien, pensando un poco, coloco un par de dedos sobre su barbilla.

–Si te soy sincero, tú también me agradas, es decir, en un inicio siempre creí que eras una persona agrandada y bastante creída por el hecho de ser bonita– comentaba, ganándose una mirada por parte Ino quien solo pudo sonrojarse a más no poder. –Pero conociéndote mejor, la verdad es que no es así... de hecho eres muy agradable– dijo.

Mirándola, el Uzumaki solo pudo notar que Ino había fijado su vista al lado contrario, ocultando así su rostro. Aunque mirando de nueva cuenta hacía el frente, miró la casa de la rubia.

–¡Llegamos a tu casa!– dijo.

–Salvada por los pelos– pensó la rubia.

Sin más, y aún manteniendo su mirada alejada de conectar con la del Uzumaki, Ino camino hasta su casa.

–¡No-nos vemos mañana, Naruto, mucha suerte!– decía.

Eso solo dejó muy confundido al rubio quien cerrando sus ojos, levanto su mano para despedirse, mientras la veía caminando.

–¡Seguro, también te deseo mucha suerte!– dijo. –Eso fue raro... ¿acaso habré dicho algo malo para que ni siquiera me volteara a ver?– pensó.

Sin más, Naruto siguió su camino a casa, mientras trataba de pensar en las cosas que pudo haber hecho mal.

Quizás mañana le preguntaría a Ino el por qué de su reacción.





Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top