Capítulo 4: Coordinación
Un par de semanas después
En todo ese tiempo no había logrado escuchar algo sobre Naruto o Sasuke, por lo que supo, el equipo de Sakura había salido en una misión hacía el país de las olas y, al menos también por lo que sabía, había sido una misión de rango C. Vaya que si tenían suerte al momento de su asignación en misiones.
Aunque habiéndose reunido los tres integrantes del equipo diez, estos se encontraban esperando la llega de Asuma, aunque aprovechando ese momento, la rubia habló.
–¿Ustedes conocen bien a Naruto?– preguntó.
Aquella pregunta logró que ambos chicos se mirasen, era algo sumamente raro por parte de Ino, y aún más raro porque era acerca de Naruto.
–No del todo– respondió Shikamaru.
–Igual yo– se escuchó de igual forma al joven Akimichi.
–Pero nos llevábamos bien en la academia, es alguien muy bromista, además de que parece que siempre tiene mucha energía– dijo el Nara.
Ino solo pudo pensar en esas dos cosas que Shikamaru había dicho, conocía las bromas de Naruto, pero no le interesaba eso como tal, sino, en sí, saber otros aspectos de él.
–Entiendo– se limitó a decir.
Esa actitud "seca", por llamarlo de alguna forma, no iba, como tal, con Ino. No al menos cuando los tres se reunían en equipo. Provocando así que, de nueva cuenta, ambos chicos se mirasen.
Aunque una sonrisa que parecía algo burlona se marcó en los labios de Shikamaru.
–¿Por qué la curiosidad en Naruto? ¿ya pensaste en cambiar a Sasuke por él?– mencionaba.
Aunque Ino no pudo notarlo, un sonrojo algo ligero en sus mejilla se había hecho presente.
–Además de ser un perezoso, también eres un tonto– respondió la joven Yamanaka. –Lo preguntaba porque hace varios días, Naruto me ayudó con algunas cosas en la florería y... sinceramente no es tan escandaloso como pensaba– dijo.
Sorprendidos, ambos chicos se miraron una vez más.
Afortunadamente, el silencio que estaba comenzando a tomar posesión del lugar fue disipado por la voz de Asuma, quien hizo presencia.
–Animen esas caras, chicos, hoy entrenaremos su coordinación– comentó.
Suspirando, Ino miró al Sarutobi.
–¿Qué ejercicio nos pondrá hoy, Asuma-sensei?– preguntó.
Aunque al mirar la sonrisa de Asuma, una leve intriga se plantó en ellos.
–Practicaremos su coordinación con la formación de batalla Ino-Shika-Cho– dijo finalmente.
–Ese es un nombre muy largo– pensó Shikamaru.
–Suena... ridículo– pensaba Ino.
Pero una sonrisa se podía observar en el rostro de Chōji.
–Me agrada– pensó.
...
Las inmensas puertas que daban entrada a Konoha podían observar al equipo siete caminar hasta ellas.
Con una sonrisa amplía, Naruto caminaba después de haber tenido una misión resaltable... bueno, dentro de lo que cabía en sí.
–Oye, Naruto, no tuve tiempo de preguntarte en el país de las olas por estar ocupados pero... ¿es verdad?– se escuchó a Sakura.
Parpadeando un par de veces, además de quedar un poco confundido por esa pregunta, el rubio habló.
–¿A qué te refieres, Sakura-chan?– decía el rubio.
Sakura comentó que Naruto había sido visto ayudando en la florería Yamanaka hace un par de semanas, además de ayudar a Ino con alguna plantas fuera de la tienda también.
Sonriente, el rubio habló.
–¡Así es!– respondió. –Bueno, en sí fue la mamá de Ino quien me invitó a ayudar a Ino en la tienda– decía, para después sostener su barbilla, pensando. –Siendo sincero, siempre pensé que Ino era una persona arrogante y presumida, pero en realidad es muy agradable, además de que aprendí mucho con ella acerca de algunas plantas– dijo.
Sorprendida, el único gesto que la pelirosa pudo hacer fue asentir.
–Y-ya veo– respondió.
...
Habían pasado ya un par de horas desde que los tres habían comenzado con su entrenamiento. Y tirados en el suelo, jadeando, la voz de Shikamaru e Ino se escuchó.
–Hemos... usado mucho chakra– dijeron.
Suspirando, Asuma los miró, no es que hayan estado del todo mal en sí.
–Su coordinación sigue siendo muy primitiva, ese aspecto lo deben mejorar sí o sí... bueno, todo depende de si en realidad quieren funcionar como lo que son, un equipo– dijo.
–Es difícil, Asuma-sensei... nunca habíamos actuado como equipo hasta hace un par de misiones– comentó el joven Akimichi.
–Y lo entiendo, chicos... pero deben saber desde ya que esto no será un proceso fácil y mucho menos será rápido, sino que será tardado y además será arduo también– decía, notando lo cabizbajos que se encontraban. –Pero sé que tienen potencial y creo en ustedes– dijo.
Mirando a Asuma, este pudo observar una luz en cada uno de los ojos de sus alumnos. Aquella luz que les hacía falta para aceptar su potencial y no dejarse llevar por el fracaso.
–¿Saben? he visto a sus padres y la mayoría de nosotros sabemos quienes son, como también todos sabemos que son unos shinobis más que excepcionales... he escuchado historias de haberlos visto en combate, además de escuchar también sobre su coordinación envidiable– decía, para después sonreírles. –Ahora es turno de ustedes para replicar eso... ¿y por qué no? llevarlo al siguiente nivel y mejorarlo– comentó.
Tras aquellas palabras, los tres se miraron, en ese preciso instante supieron que aquellas diferencias se debían dejar totalmente de lado. Los tres están en el mismo equipo y es por algo.
Son los representantes de tres clanes importantes para Konoha que han trabajado juntos por generaciones.
Ahora el turno de ellos de poder continuar con ese legado.
Y tal parecía que las palabras de su sensei habían tocado profundamente en los tres, puesto que se levantaron del suelo.
–Funcionó... pero si debo ser sincero, diría que no solo tienen el potencial para igualar a sus padres, más bien, tienen el potencial de superarlos por completo– pensó Asuma.
Aquel pensamiento solo marcó una sonrisa en sus labios.
Los chicos tenían determinación, me agradaba eso.
...
El final del día había llegado, y con ello, también el final de su entrenamiento.
Era un poco raro en sí que hayan comenzado a entrenar de esa manera tan pronto, antes de terminar el día había hablado un poco con Shikamaru y ambos habían llegado a la misma conclusión: notaban algo pensativo a su sensei.
¿Quizás se podía deber a alguna misión que vendría? eso no era tan probable, como tal, primero debían haber mandado a alguien para hacerles saber su llamado en la torre del Hokage.
Quizás solo lo habían agarrado en un momento de pensamientos profundos que todos alguna vez han tenido y tanto ella como Shikamaru le estaban dando más vueltas de las necesarias.
Dejando de lado ese pensamiento, el saber que la formación Ino-Shika-Cho había resultado cuando se decidieron a trabajar por completo en equipo le alegraba, como tal, comenzaba a apreciar poco a poco a sus compañeros... pero Shikamaru debía cambiar esa actitud, aunque no se lo admitiría, podía ver cualidades positivas en él, pero solo podían ser explotadas si el perezoso se lo proponía.
Suspirando, la rubia quitó ese pensamiento de su mente, así para poder centrar su vista en el frente, aunque al hacerlo, un sonrojo algo ligero apareció en sus mejillas después de ver a una persona caminado, la cual tenía un logo muy conocido en su espalda, y sin más, así acercándose hasta él, y al abrazarlo por la espalda...
–¡Que gusto me da verte de nuevo, eh, Sasuke-kun!– se escuchó la voz de la rubia.
Tan sonriente como siempre, no pudo darse cuenta al inicio de la nula reacción por parte del Uchiha ante ese gesto, aunque esperanzada, esperaba una respuesta o alguna señal de alguna emoción por parte de él, hasta que...
–Suéltame– fue todo lo que Sasuke pudo decir.
Y no era como que trataba de hacerlo sentir incómodo así que sin perder más tiempo, se separó un poco de él, para después sonreírle.
–Me hubieras dicho que los abrazos no son lo tuyo, chic...–
–Eres igual de fastidiosa que Sakura– interrumpió Sasuke.
"Fastidiosa"
Esa palabra la dejó sin habla.
Un golpe directo a su orgullo.
Aunque al reaccionar, ya era algo tarde. Sasuke la había dejado atrás, muy atrás... y justo en ese preciso instante, la cuestión de Naruto hizo eco en su memoria.
¿Por qué ir detrás de Sasuke si él nunca, jamás, había demostrado o si quiera había tenido alguna intención de acercarse a ella?
Y ahora era peor todavía... a ella, a Ino Yamanaka, la consideraba una fastidiosa.
Bufando y con un poco de enojo siendo contenido con demasiada dificultad, Ino miró sus manos... estas se veían sucias debido al entrenamiento que tuvo por la tarde.
Aquello le hizo sonreír.
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