Capítulo 30: Determinación
Parada frente a la puerta de la habitación en la cual se encontraba el jóven Uzumaki, Ino solamente miraba a la perilla, mientras algunos pensamientos entraban y salían de su mente justo al mismo instante.
¿Acaso se precipitó al deducir que Sasuke le había hecho eso?
Es decir, ella había visto ese jutsu, sabía su naturaleza de chakra y había logrado mirar aquel agujero que Sasuke logró dejar cuando impactó la esfera de arena que Gaara había hecho durante el combate de ambos en los exámenes chunin.
Si era sincera con ella misma, sabía que las coincidencias ahí estaban, Sasuke ya no era de su agrado en el sentido romántico, pero imaginarlo haciendo un acto como ese, y nada menos que al propio Naruto, su compañero de equipo... bueno, la sangre de la rubia se helaba un poco con ello.
Aunque tras un par de segundos, esos pensamientos se vieron interrumpidos por un par de voces dentro de la habitación, algo que provocó una ligera sonrisa en la jóven Yamanaka, si podía juzgar, al parecer Naruto se encontraba bien, lo cual le alegraba.
Sin más, y suspirando también, Ino tomó la perilla, para después ingresar en la habitación.
...
–Fallé ¿no es así?–
Al mirarlo, Shikamaru solamente podía observar un rostro de total impotencia y enojo. Sabía que para Naruto no era fácil haber fracasado en la misión de traer de regreso a Sasuke, era demasiado notorio como para dejarlo de lado.
–Fallamos– respondió el jóven Nara, ganando una mirada del rubio. –No te tortures por ello, Naruto, habíamos estado varios días tras la pista de esos tipos, y después los combates individuales que tuvimos nos desgastaron también... si te soy sincero, incluso tenemos suerte de seguir con vida– dijo.
Aunque las palabras de Shikamaru en su mayoría eran ciertas, el rubio no podía evitar pensar en que estuvo muy cerca de cumplir con la misión... aunque si era sincero, por el momento eso pasaba a segundo plano cuando lograba recordar a Sakura.
¿Cómo podría mirarla a los ojos después de fallar a la promesa que le hizo antes de partir hacía la misión?
Pero, rápidamente, ese pensamiento se esfumó cuando la puerta comenzó a abrirse, mientras ambos miraban a la jóven Yamanaka ingresar con una sonrisa, la cual fue seguida por un abrazo duradero hacía el rubio quien, tras que Ino se apartara, el brillo en su rostro y su sonrisa también habían regresado.
–Te abracé sin pensar en si te duele todo el cuerpo o algo, lo siento– comentó Ino.
Estirándose un poco, el jóven Uzumaki sonrió.
–Son solamente algunas heridas leves, nada de lo que me pueda quejar– dijo.
Mirando al jóven Nara, para después mirar nuevamente al rubio, la voz de Ino se escuchó.
–¿Cómo estás, Naruto?– preguntó.
Aquella pregunta sorprendió de manera ligera al jóven Uzumaki, más que nada porque, bueno, ya había comentado que se sentía bien.
–No me encuentro tan mal, es decir, las vendas hacen ver que me encuentro mal pero realmente...– decía, antes de ser interrumpido.
–No me refiero a eso, me refiero a... bueno, a cómo estás emocionalmente– dijo, mientras observaba a Naruto bajar ligeramente su cabeza. –Escuché a ambos antes de entrar y sé que Sasuke no regresó con ustedes...– dijo.
...
La noticia de que los chicos habían vuelto a la villa tomó muy de sorpresa a Sakura. Le habían informado que Ino ya había puesto rumbo hacía el hospital, lo cual le molestaba un poco puesto que no le había informado sobr ello.
Aunque tras llegar a la recepción y preguntar por sus dos compañeros, una mueca de confusión se hizo presente en su rostro. Naruto se encontraba registrado, mientras que Sasuke... no.
Suspirando, la pelirosa pensó. Quizás era una medida de seguridad para mantener en secreto el hecho de que Sasuke había sido traído de vuelta, así para que la noticia no se exparsiera por toda la villa.
Entonces, sin más y convencida de que eso era muy probablemente, Sakura comenzó su rumbo hacía la habitación del jóven Uzumaki.
...
Estando tras la puerta, la pelirosa logró escuchar la voz de Ino.
–Escuché a ambos antes de entrar y sé que Sasuke no regresó con ustedes...– se escuchó.
Tras ello, un silencio diminuto se hizo presente.
Aunque por la mente de Sakura, una cantidad grande de pensamientos estaban pasando por su mente. Ello había bloqueado el exterior totalmente, tanto que incluso su mano dejó la perilla de la puerta, para solamente caer, quedando así atónita.
Estática.
...
–Yo... no pude traerlo de regreso– dijo finalmente el rubio.
Ante ello, tanto Ino como Shikamaru se miraron, este último cediendo su lugar junto a Naruto. Entendiendo ese gesto, la rubia se sentó junto al Uzumaki, y en un gesto diminuto, tomó una de sus manos.
–No fue tu culpa, lo sabes ¿no?– dijo.
Cabizbajo, la voz del rubio se escuchó.
–Sé que debí haber hecho más, esforzarme más, pero no lo logré, por más que quise, no pude... y él ahora se ha ido– dijo.
Por la mente de Ino, trataba de entender el dolor que Naruto estaba sintiendo en estos momentos, le era difícil en sí, puesto que analizando todo... bueno, Sasuke había elegido irse por cuenta propia.
–Él utilizo su chidori en ti ¿no es así?– preguntó la jóven Yamanaka.
Ante esa pregunta, tanto Naruto como Shikamaru la observaron, mientras que el jóven Nara, a su vez, miró también a Naruto con una expresión de enorme sorpresa.
La mirada del Uzumaki solamente le podía confirmar una cosa: si fue Sasuke quien le hizo ese agujeron en su pecho, o bueno, en su chaqueta.
Eso la estaba enojando mucho, sobretodo porque ahora mirando a Naruto, sintiéndose triste y desolado por no haber cumplido la misión, una cosa pasaba por su mente.
Él considera a Sasuke un amigo pero, en si, y muy realmente ¿un amigo te haría algo así?
Aunque no hubo tiempo para pensar, puesto que la puerta de la habitación se abrió, dejando ver primero tanto a la quinta como a Shizune... siendo acompañadas por Sakura.
–Sa-Sakura chan yo... lo siento mucho– se escuchó.
Mirando a todos los presentes, y observando como la pelirosa sonreía, la legendaria sannin habló.
–Hemos terminado de observar tanto a Chōji como a Neji, muy pronto podrán verlos, aprovechamos que Naruto ya se encuentra aquí para poder revisarlo– comentó.
Aunque tal pareciera que todas esas palabras se quedaron en el aire, puesto que la única atención que el Uzumaki podía brindar, pertenecía a alguien más.
–Mírate, seguro que fuiste imprudente y por eso terminaste así, no cambias– comentaba la pelirosa.
Tras ello, Sakura solamente caminó justo hasta las ventanas.
–Seguro que te hará bien que el sol te dé un poco en el rostro, el día es muy bonito fuera– decía.
Mirando a Sakura, Ino entendía bien que la presión en Naruto debía irse, eso era, al menos por lo que podía observar, lo que estaba tratando de hacer su amiga.
–Y-yo te juro que aún puedo traerlo de regreso, sé que será así– se escuchó nuevamente al Uzumaki.
Mirándola, el jóven Nara también habló.
–Lo intentó, Sakura, de eso no hay duda– dijo.
–Exacto, Sakura-chan, sé que puedo traer...– decía, antes de ser interrumpido.
–No te preocupes por eso en estos momentos, Naruto... tú y los chicos están bien, eso es lo que importa ahora– dijo, mientras de recargaba en la ventana.
Tras ello, la jóven Yamanaka pudo observar a Naruto agachar su mirada, quedando así, una vez más, cabizbajo... aunque junto a ello, una sonrisa también se hizo presente en el rostro del rubio, alzando nuevamente su cabeza.
–Te juro que lo traere de vuelta, después de todo tengo que mantenerme firme con mi camino shinobi... no retrocederé a ello– dijo.
Escuchando eso, la pelirosa giró para así observarlo. A pesar de estar en el estado que estaba, le sonreía, algo que hizo sus ojos cristalizarse.
–Naruto...– se escuchó.
Con ello, y a pesar de que tanto Ino como Shikamaru compartían una sonrisa, ambos habían aprendido que sus miradas, en sí, decían cosas distintas. Él lo sabía, podía verlo en los ojos de Ino.
Y vaya que no se equivocaba. Ella siempre ha admirado esa determinación que tiene Naruto, la inspira y cuando está junto a él, siempre desea volverse más fuerte, mejor... pero le molestaba esta vez.
¿Acaso no importaba el hecho de que Sasuke intentó matarlo?
Apretando sus puños, la jóven rubia se mantuvo serena. Quizás podría convencer a Naruto en retractarse de lo que dijo, eso sería algo bueno ¿cierto?
Esperaba que sí.
...
En el ocaso de la tarde, Jiraiya se encontraba mirando y pensando. Akatsuki se había comenzado a mover y era solamente cuestión de tiempo para que buscaran a Naruto.
Había pensado mucho en la decisión que tomó, un poder como ese... bueno, era esencial que pudiera controlarlo a voluntad, le iba a hacer falta. Hablándolo con Tsunade, ella se encontraba segura acerca de que el rubio podía lograrlo, lo demostró con el rasengan, además de que su determinación y perseverancia cuando quiere lograr un objetivo son cosa seria.
Aquello hizo sonreír de manera ligera al legendario sannin.
Vaya que se parecía a Minato.
Volviendo a pensar en la situación actual, Jiraiya sabía de su reputación, con ello y Naruto bajo su protección, era probable que le diera más tiempo para perfeccionar sus habilidades, hacerlo más maduro en cuanto a muchos aspectos que carece en la actualidad, enseñarle a ser un shinobi en toda la extensión de la palabra. Eso definitivamente les vendría bien.
Con ese último pensamiento, el legendario sannin se puso de pie.
Era hora de avisarle al chico.
...
Tras haberse despedido, tanto la quinta, Shizune y Sakura salieron de la habitación, dejando de esa manera a los que originalmente estaban desde un inicio. Con ello, un silencio algo incómodo había invadido el cuarto en donde se encontraban.
Suspirando, Shikamaru caminó hacía la puerta, para después girar y mirar tanto a Ino como a Naruto.
–Creo que los dejaré solos, iré a ver si ya me dejan visitar a Chōji... alcanzame en cuanto puedas, Ino– decía. –Y tú, Naruto, trata de descansar, fue una misión bastante larga– dijo.
Con ello, el Uzumaki solamente asintió, al igual que la rubia.
Así, tras Shikamaru, la puerta de la habitación se cerró, dejando solamente a ambos.
–¿Estás seguro de lo que le prometiste a Sakura?– se escuchó a Ino.
Suspirando, el rubio solamente sonrió.
–Claro que lo estoy, después de todo es una promesa– dijo.
Aquellas palabras hicieron que la rubia se levantase de la cama y caminando hasta la ventana que hacía varios momentos atrás Sakura había abierto, suspiró, mientras miraba hacía fuera.
–¿Aún después de lo que hizo?– preguntó.
Aquella pregunta dejó algo perplejo al Uzumaki. Si era sincero, no se esperaba eso.
–Sasuke, él... él es mi amigo, Ino– decía, mirándo la espalda de la jóven Yamanaka. –Debo traerlo de regreso– dijo.
Tras ello, un ligero momento de silencio se hizo presente... aunque girando para observarlo, la rubia habló.
–¿Crees que Shikamaru o Chōji serían capaces de hacerme algo así? ¿crees que serían capaces de intentar matarme siendo amigos? ¿piensas realmente que él te considera uno?– decía, mirándolo.
Aquel silencio que Naruto le brindaba solamente la hacía enojar más. Para ella, Sasuke había sido un buen camarada, lo notó cuando Naruto luchó contra Gaara, pero si se le preguntaba, al menos en la actualidad ya no pensaba lo mismo.
Y si era sincera, le molestaba el hecho de que tanto Naruto como Sakura siguieran confiando en él a pesar de que, en sí, abandonó la villa por cuenta propia y, además, casi mata al Uzumaki con el jutsu que había aprendido por parte de Kakashi.
–Sé que puede parecer que Sasuke ha cambiado, que no es él mismo... pero yo sé que es el mismo de siempre, un camarada, un amigo y sé que aún puedo traerlo de regreso– decía, observando a Ino, quien solamente volteó su mirada. –Se lo prometí a Sakura-chan y a mí mismo también– dijo.
Debía admitir que esa determinación le encantaba... pero también debía admitir que, al menos por el momento, su enojo era más por el simple hecho de que, a como ella veía el panorama, él iba a arriesgar su vida por alguien quien, quizás, ni siquiera quería que le ayudaran. Por quien era bastante probable que no regresara.
Mirándolo, Ino suspiró, poniendo marcha hacía la puerta. No podía mirarlo mientras estuviera enojada con él... aunque al llegar hasta ella, se detuvo, para después girar y mirarlo.
–Espero que sepas lo que haces y en lo que estás a punto de meterte... ¿mi recomendación? déjalo atrás– dijo finalmente.
Y así, el sonido de la puerta cerrandose fue lo único que acompañó a Naruto por un breve instante.
Cabizbajo, el rubio solamente suspiró.
–Escuchala, tiene razón– se escuchó.
Al girar su cabeza en dirección a la ventana, el jóven Uzumaki no pudo contener su sonrisa y alegría.
–¡Sabio pervertido, me alegro de verlo!– dijo.
En un principio le molestó que Naruto se dirigiera hacía él con ese apodo, pero tampoco pudo contener su sonrisa, él también lo había echado de menos.
–Escuché lo que pasó en tu misión para traer a Sasuke, lamento que haya terminado de esa manera– comentó el legendario sannin.
–Si, yo también...– decía el Uzumaki. –Pero espere a que me recupere y me pondré en marcha para ir tras él nuevamente– dijo, sonriendo.
Para Jiraiya, toda esta situación de Naruto, junto a su aferro por querer traer de vuelta a Sasuke, le recordaba a él y a Orochimaru varios años atrás, sabía que una obsesión así podía darte muchos años de sufrimiento, muchos años de pensar en que, quizás, pudiste haberlo logrado.
Aunque él falló.
–Debes dejar eso ir, chico– dijo, para después mirarlo. –Como dije, escucha a Ino, tiene razón en todo lo que dijo– mencionó.
–¡Pero no puedo dejar a Sasuke con esa rata de Orochimaru!– se escuchó por parte del Uzumaki.
–Sasuke se fue por decisión propia con Orochimaru, eso tenlo presente siempre y sigue adelante, deja a Sasuke en el pasado– dijo Jiraiya.
Apretando la sábana que cubría sus piernas, el jóven Uzumaki miró, nuevamente, a su maestro.
–Yo... ¡yo no puedo hacer algo así, se lo prometí a Sakura-chan, debo traerlo de vuelta, es mi amigo!– dijo.
Aquellas palabras habían colmado la paciencia que el legendario sannin había guardado. Y mirando a su alumno, su voz se elevó.
–¡Tarado! ¡¿Acaso crees que un amigo te perforaría el pecho para dejarte como estás!? ¡¿acaso eso hacen los amigos!?– mencionó.
Aquello vaya que había dejado sin habla al Uzumaki quien, agachando su cabeza y delatando un semblante de tristeza, habló.
–No... ningún amigo haría eso– dijo finalmente.
Con ello, un ligero silencio se hizo presente entre ambos.
–Escucha lo que te digo, y también escucha a Ino... sobretodo porque ya es momento en que te conviertas en un shinobi hecho y derecho– decía, para después mirarlo. –Te tomaré oficialmente como mi alumno y vendrás conmigo en un viaje de tres años– dijo.
Esas palabras marcaron un rostro de bastante sorpresa en el Uzumaki quien, habiendo procesado la información, pensó.
En si, tres años era bastante tiempo, tiempo el cual estaría alejado de Konoha, tiempo el cual no vería a sus amigos, el cual perdería la pista de Sasuke... tiempo el cual le quitaría la oportunidad de pasar más momentos con Ino.
Pero también sabía que era una oportunidad única para entrenar y volverse más fuerte, aprender de alguien como Jiraiya le ayudaría mucho para mejorar... con ello, un buen entrenamiento también ayudaría a traer de vuelta a Sasuke.
Aunque lamentaba el tiempo perdido que habría entre Ino y él.
Vaya que la iba a extrañar.
Por parte de Jiraiya, sabía que esto sería algo duro para él. Alejarse repentinamente por tres años de Konoha es algo que seguro lo tomó por sorpresa...
–Bien, iré– se escuchó al Uzumaki.
Sorprendido, más que nada por el hecho de que ese escándaloso no argumentó en contra, el legendario sannin sonrió, para después dirigirse a la ventana.
–Esperaremos hasta que sanes por completo, además de que aún debo encargarme de unos asuntos– decía, para después mirarlo. –No creas que será fácil, ni mucho menos que te trataré de manera gentil, pero sé que con el entrenamiento adecuado, puedes acceder a una buena parte de tu potencial– dijo.
–¡Sí!– respondió el Uzumaki.
Y así, el legendario sannin se retiró por donde había entrado, dejando al rubio solo en su habitación de hospital.
Vendrían años duros, pero había motivaciones de sobra para tener que anteponerse.
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