Capítulo 24: El relámpago amarillo

Habían pasado ya unas cuantas horas desde que Naruto había partido en su viaje junto a Jiraiya, para Ino, debía admitir que eso le sentaba un poco mal, más que nada por el hecho de que, al menos en estos últimos días habían pasado más tiempo juntos.

Ahora se sentía un poco aburrido pasar el tiempo sola, Sakura había estado un poco deprimida estos últimos días, y aunque trato de hablar con ella en algunas ocasiones, la pelirosa simplemente no estaba de humor.

Con respecto a su equipo, bueno, Asuma no los había llamado todavía, era normal y los tres lo entendían, al final de todo, el tercero había sido una persona más que importante en la vida de su sensei.

Perder a un padre nunca sería poca cosa...

Suspirando, Ino se recargó en el mostrador de la tienda. No tenía muchas personas pasando para comprar, su papá seguía en las misiones para restaurar la aldea, y su mamá... bueno, al menos ella siempre trataba de hacerla sentir de buen humor.

Mirando hacía unas flores en particular, los pensamientos de Ino se centraron en una cosa... y es que ahora, al menos con Naruto fuera de la aldea, no estaría mal investigar, o bueno, tratar de investigar un poco acerca de su pasado. Él no le contaba, literalmente, nada de ello, y no es porque no quisiera, sino, en sí, porque no sabía mucho de ello también.

Así que retomando su postura, la rubia quitó su mandil.

-¡Mamá, saldré un momento!- decía.

-¡Claro, cariño, con cuidado!- se escuchó.

...

-Bien... Iruka-sensei no tiene mucho que contarme, aunque la última vez que le pregunté algo acerca de Naruto, en sí, parecía sospechoso, claramente no quería contarme algo- pensó.

¿Por dónde podría comenzar?

-¿Escuchaste lo mismo que yo? Jiraiya, el de los legendarios sannin ha estado paseándose por la aldea-

Mirando en dirección de donde venía aquella voz, la mente de Ino comenzó a trabajar... quizás no podía saber mucho acerca de los padres de Naruto, pero no estaría mal investigar a su maestro.

Como tal, sabía por las historias que Jiraiya era poderoso, no sabía mucho de los legendarios sannin, pero el prestigio ahí estaba, y cuando una leyenda se expandía de esa forma, bueno, pocas veces resultaba ser mentira.

Sonriendo, la rubia se puso en marcha, si había un lugar que podía tener información acerca de shinobis legendarios que pisaron Konoha, ese lugar era, más probablemente, una librería.

...

Tras haber pasado varias secciones de aprendizaje shinobi, sus manos habían llegado hasta una enciclopedia de enorme tamaño, la cual, al parecer, tenía información acerca de la formación de Konoha, sus Hokages, y en sí, la poca información que se tenía del cuarto en esa enciclopedia tan completa era algo que, al menos en opinión de ella, era inusual. Leyendo detenidamente, todos y cada uno de los Hokages que hubo tenían información detallada acerca de sus vidas, a excepción, claro, del cuarto.

Aunque tras leer por unos minutos más...

-Bingo, leyendas de Konoha- dijo.

Al pasar las páginas, tal parecía que se relataban muchas etapas a lo largo de la historia de Konoha. Su rol en las tres gran guerras shinobis que ocurrieron en el pasado, los distintos clanes que, con el pasar del tiempo, se unieron a Konoha para hacerla más prospera... aunque, después de haber leído aquel último párrafo, una serie de nombres destacados se podía observar.

Si era sincera, por el momento no conocía a alguno de ellos, salvo la relación del apellido con uno, Sakumo Hatake, quien había sido el padre de Kakashi. Según ese libro, 'el colmillo blanco' había sido alguien sin igual, ahora entendía mejor de donde venía el enorme talento del sensei del equipo de Naruto.

Aunque, tras ello, y tras varios nombres más...

-Aquí están, los legendarios sannin... entonces ese título les fue otorgado tras combatir contra un tipo peligroso de Amegakure- decía, para después leer un poco más. -Cielos... no puedo imaginar lo que debió haber sentido el tercero antes de morir a manos de uno de sus discípulos, y si soy sincera, yo no me veo, nunca, tratando de herir a Asuma-sensei- comentó la rubia, para después suspirar. -Entonces esta señora es la que Jiraiya-sensei quiere encontrar, pionera del ninjutsu médico en Konoha, y la primera en ofrecer la idea para la fundación de la rama médica en la aldea... suena a alguien muy talentosa, eso es genial- dijo.

Aunque leyendo la descripción que se otorgaba para el sensei de Naruto, los ojos de Ino solamente se abrieron en total sorpresa.

-Entonces no solo es discípulo del tercero, sino que también fue maestro del cuarto Hokage, quien fue conocido en su momento como el relámpago amarillo de Konoha... carajo, si que Naruto se sacó la lotería- pensó.

Dando la vuelta a la página, sus ojos se abrieron ligeramente con sorpresa, ya que parecía que la hoja había sido arrancada de manera rápida, y aunque el texto no estaba completo, algunas frases incompletas si que se podían leer.

-Aquí está de nuevo, el relámpago amarillo de Konoha...- decía, casi como un susurro. -Guerra, tercera, cuarto, noche, esposa... ¿qué demonios es todo esto?- se preguntaba.

Aunque tras separarse un par de minutos del libro, una idea vino a su mente, y mirando hacía el exterior, parecía que la noche ya se estaba haciendo presente.

Sin más, y arrancando lo que restaba de la hoja, la joven Yamanaka salió de la biblioteca... solo para chocarse con la persona menos inesperada en ese momento.

-¿Sakura?- preguntó.

Al mirarla, era bastante claro que la pelirosa no lo estaba pasando para nada bien.

-¿Qué te sucede? ¿está todo bien?- preguntó nuevamente.

Observandola, la joven de cabello rosado simplemente negó con su cabeza.

-Es Sasuke, él... él está en el hospital- dijo.

Aquello había sorprendido de gran manera a Ino quien, aligerando su semblante, solamente sonrió como buenamente pudo.

...

Todo lo que Sakura le había contado acerca de lo que le había sucedido a Sasuke fue algo para sorprenderse, según Gai, Sasuke había sido atacado fuera de la aldea.

Eso no cuadraba en sí, más que nada por el hecho de que Sasuke era alguien fuerte, muy fuerte. Entonces ¿quién habría sido capaz de vencerlo en combate? y no solo eso, sino dejarlo en el estado en el cual se encontraba actualmente y, además, con su brazo ligeramente roto...

-Al menos ya está siendo cuidado en el hospital, esas son buenas noticias- dijo Ino.

Cero reacción había provocado en Sakura con esas palabras. Si era sincera, esa actitud por parte de ella le molestaba un poco, se trata de el chico que le gusta, sí, y además de que es su compañero de su equipo, pero ya se encontraba a salvo y, al menos en opinión de ella, preocuparse no serviría de nada.

-Sakura... ¿te puedo hacer una pregunta?- mencionó la rubia.

Observandola, la pelirosa solamente asintió.

-¿Por qué te sigue gustando Sasuke? quiero decir, está bien que te preocupes por él puesto que es tu compañero de equipo... ¿pero cuáles son las razones del por qué te gusta?- mencionó, ganándose una mirada sorprendida por parte de Sakura. -Es decir, sé por parte de Naruto que el trato de Sasuke hacía tí no ha cambiado- dijo.

Aquellas palabras simplemente hicieron que la mirada de la pelirosa se centrara en el suelo.

Era una pregunta muy válida y con razones válidas de sobra para preguntar. Y si era sincera con ella misma, hasta el momento no se había planteado el por qué Sasuke le gustaba.

-Yo... no lo sé- respondió.

-Me lo imaginaba- se escuchó a la joven Yamanaka. -Si me dejas suponer ahora mismo, creo que me dirías que te gusta por el hecho de ser alguien misterioso, rudo, y no lo negaré, también es alguien atractivo- dijo.

Otras vez sin palabra alguna.

No podía decir con seguridad, o responderle con seguridad acerca del por qué sentía esa atracción hacía Sasuke pero, tras ello, una duda llegó a su mente.

-Ino... ¿tú cómo supiste que realmente te gustaba Naruto?- preguntó.

Si era sincera, esa pregunta la había tomado un poco desprevenida, pero si responder servía para ayudar a Sakura, bueno, lo haría.

-Diría que fue un sentimiento el cual iba creciendo poco a poco- decía, mientras un rubor aparecía en sus mejillas. -El hecho de que mostrara interés hacía uno de mis pasatiempos favoritos, el hecho de que siempre le gusta escucharme, el hecho de que, a pesar de que está creciendo rápidamente en habilidades siga manteniendose igual de humilde, no lo sé... son un cumulo de actitudes que hicieron que me gustara- dijo, para después mirarla mientras sonreía.

Todas esas palabras habían entrado en la mente de la pelirosa muy fuertemente, aunque tras agachar su mirada nuevamente, la voz de Ino se escuchó.

-Siempre tuve una visión algo errónea de lo que era que alguien realmente me gustara, Sakura...- decía, para después mirar hacía el frente. -No sé si soy la indicada para dar consejos acerca de ello, puesto que aún no he experimentado el amar a alguien como tal pero, bueno, creo que deberías plantearte tus razones por las cuales Sasuke te gusta, ¿qué hace que te guste? con ello, viene lo más importante de todo... ¿a él le gustas o al menos te tiene presente?- preguntó.

Esas últimas palabras habían sido un golpe duro para la pelirosa... como tal, Ino tenía razón en plantearse sus razones porque, al final de todo, el querer a una persona no basta si esa misma persona no siente lo mismo por ti.

...

Un par de horas después

La hora de la cena había llegado, y mientras los tres miembros de la familia Yamanaka se encontraban en la mesa, Ino no parecía estar conectada del todo a lo que sucedía a su alrededor. Eso lo había notado bastante bien Inoichi quien, observandola, solo podía observar que su hija estaba jugando la comida, una y otra vez, mientras su mente divagaba en otros pensamientos.

-Guerra, tercera, cuarto, noche, esposa... todo está en descubrir el significado de eso- pensaba.

Y es que para la rubia, había algo acerca de todo eso que le parecía llamativo, era como si al leer un poco acerca del cuarto, una especie de 'atracción' a descubrir más crecía dentro de ella.

Aunque, con ello, una voz la sacó de sus pensamientos.

-¿Todo bien, Ino?- se escuchó a Inoichi.

Sacudiendo ligeramente su cabeza, la rubia estuvo a punto de responder con la mentira típica de siempre, pero observando a su padre, una idea vino a su mente...

-Papá, tú... ¿tú sabes a quién se le conocía como El Relámpago Amarillo?- preguntó, mirándolo.

Esa pregunta había dejado sorprendido al líder de los Yamanaka, como tal, no había escuchado ese apodo en bastante, bastante tiempo.

Mirando a su esposa, esta le sonrió. Aunque la sonrisa para Inoichi se borró casi al instante al notar lo que estaba a punto de hacer, pero era su hija, y aunque tenía contacto con Naruto, no creía que su pequeña fuera a relacionar a ambos... ¿o sí?

-¿Por qué el interés por ese apodo?- preguntó de vuelta.

-Porque, eh... porque antes de todo lo que ocurrió en estos días, Asuma-sensei me dejó que investigara unas cosas para mi entrenamiento, pero una enciclopedia de Konoha me llamó la atención y la leí un poco... ahí encontré ese apodo- respondió.

Mirándolo, Ino sonrió.

Sí, no le contaría acerca de Jiraiya o que sabe que se trata del cuarto, por las reacciones de su papá, bueno, quizás podía sacar una información valiosa.

Parpadeando un par de veces, Inoichi la miró.

-Bueno, el relámpago amarillo fue un shinobi excepcional, temido en muchas naciones, yo no lo presencié en ningún momento en combate, pero sé que él solo pudo acabar con una división entera de shinobis de Iwagakure en cuestión de segundos... fue un pilar importante para nosotros durante la tercera gran guerra shinobi- dijo. -Además de que fue entrenado por el mismo Jiraiya, uno de los sannin legendarios de Konoha- comentó.

Aquello había sorprendido a la pequeña de los Yamanaka, además de que, no sabía si era casualidad como tal, pero ahora tomaba sentido la palabra 'tercera', y teniendo en cuenta de que él fue el cuarto, una parte de su historia había cobrado sentido.

Aunque pensándolo detenidamente, era obvio que el cuarto había participado en la guerra, pero a decir verdad, eso la dejaba más o menos en el mismo punto de partida. Sí, él había sido el cuarto y participó en l

-¿Y cómo se llamaba? dudo mucho que su nombre haya sido 'el relámpago amarillo'- mencionó.

Riendo ligeramente, Inoichi suspiró.

-Claro que no se llamaba así, el cuarto tenía su nombre, era Minato- dijo.

Observando a su padre, en los ojos de él podía observar que esa información se le había salido un poco de las manos. Como tal, si Ino no fuera cercana a Naruto, no tendría problemas en haberlo revelado... pero era cercana a él.

-Minato... ¿qué?- preguntó.

Mirando a su esposa, el mayor de los Yamanaka solamente aclaró su garganta, levantándose de la mesa, mientras reía de una manera algo nerviosa.

-Co-conocía al cuarto por motivos de misiones, pero nunca llegué a prestar atención a sus apellidos o algo- dijo.

Alzando una ceja, la rubia simplemente lo observó.

Que mala mentira había sido esa.

Pero tenía un poco más de información, sabía que la debía usar para continuar escarbando, así que suspirando, también se levantó de la mesa.

-La cena estuvo más que fantástica, mamá, gracias- dijo, sonriendo.

Sin más, la rubia se retiró.

Y mirando a su esposa, Inoichi sonrió de manera bastante... nerviosa.

Observandolo, esta solamente negó con su cabeza, mientras una sonrisa algo ligera se dibujaba en sus labios.

Sí, el líder de los Yamanaka lo había arruinado.

...

A altas horas de la madrugada, un ligero insomnio se había apoderado de la rubia en ese momento, mirando al techo, esa espina de saber más sobre el cuarto no se la podía quitar de encima. No era el hecho de que quisiera saber sobre él porque sí, pero había algo detrás, un tipo de secretismo del cual ella no sabía, y a juzgar por la mirada que su padre le dió, y por la mala mentira que dijo después, bueno, eso se lo confirmaba.

-Así que el cuarto fue pilar importante en la tercera gran guerra shinobi... bueno, aún falta saber un par de cosas sobre él- pensó.

Sin más, y suspirando, cerró sus ojos.

Así, mientras se sumergía más y más en el cómodo mundo de los sueños, una ligera sonrisa, y un pequeño rubor se marcó en sus mejillas.

Sí, había recordado la mañana que tuvo junto a Naruto.

Solo esperaba que no tardara mucho en regresar.




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