Capítulo 16: Nerviosismo
-Hoy está siendo un día más aburrido de lo normal...- pensaba la joven Yamanaka.
Y es que, como tal, no había actividad en la tienda. Ya había regado todo lo que había por regar, salvo por la parte que su madre debía de regar, y no había mucha clientela, salvo un par que habían comprado hace algunas horas pero, de ahí en más, nada.
Con ello en mente, la rubia suspiró.
Aunque, de pronto, sintió como sus hombros fueron sostenidos por detras.
-¿Pensando en algo? ¿o quizás en alguien?- preguntó la madre de Ino.
Con un leve sonrojo en sus mejillas, la joven Yamanaka la miró, aunque no pudo evitar que una ligera sonrisa se escapara de sus labios.
-De hecho estaba pensando en que es un día más aburrido de lo normal- respondió.
-Mmm, tienes razón en ello, cariño, podrías salir a buscar a Naruto, así te distraes un momento- comentó.
Y acomodándose sobre el mostrador, Ino colocó su barbilla encima de su palma, mientras su codo servía de soporte.
-Naruto está ocupado con su entrenamiento para las finales- decía, para después suspirar. -Pero no te mentire, mamá... no estaría mal que estuviera aquí- dijo.
Riendo ligeramente, su madre acomodó algunas cosas.
-Yo no me opondría a que pase más tiempo en la tienda, es un chico atento y bastante servicial- dijo.
Sonriendo, Ino miró hacía la madera del mostrador.
-Sí, así es... lo es- comentó.
Tras esas palabras, la mente de Ino comenzó a divagar, recordando la última vez que Naruto había ayudado en la tienda.
Notando eso, la madre de la rubia sonrió, para después darle una pequeña palmada en la espalda.
-Cariño, sé que no hay personas hoy, pero aún así te necesito concentrada- comentó.
Una vez más, el sonrojo en sus mejillas se hizo presente, algo que notó su mamá, quien solo se echó a reír, para después retirarse del mostrador.
-Si que le gusta avergonzarme- pensó, con un rostro de incredulidad.
Pero, en su mente, una serie de recuerdos sobre la última vez que Naruto estuvo en la tienda comenzaron a llegar, aunque se quedó con uno en específico, uno que le hizo recordar la investigación que había comenzado previo a los exámenes chunin.
Aunque, mirando las circunstancias, era mejor investigar por cuenta propia.
-¿Sería prudente preguntarle a Naruto, sin más?- se preguntaba.
De pronto, una figura ingresó a la tienda, y aunque esta última no se había percatado de Ino en el mostrador, la rubia solamente la observó.
Así, y cruzando miradas una vez que la presencia de Ino había sido notada, esta última habló.
-Es una tristeza el que una dama tenga que comprarse flores ella misma, Sakura- decía, en un tono algo burlón.
-¡Yo no estoy...!- se escuchó a la pelirosa, quien suspiró. -Yo no estoy comprando flores para mí, es más, no es asunto tuyo, y afortunadamente no necesito de tu permiso para comprarlas- comentó, mientras continuaba a observar las otras flores que había.
Observandola con incredulidad, Ino miró a Sakura tomar una maceta, y suspirando, la rubia se acercó a ella.
-¿Sabes? el hecho de llevar flores en una maceta hacía una persona en un hospital, es un mensaje de que quieres que esa persona se quede ahí- comentó, mientras sonreía. -Te recomiendo, en este caso, llevar flores cortadas... eso podría ser una mejor idea ¿no crees?- dijo.
Con un ligero sonrojo en sus mejillas, la pelirosa miró a Ino.
-¿Ho-hospital? ¿cuándo dije que iba a un hospital?- preguntaba.
Y mientras se echaba a reír un poco, la rubia observó a su rival.
-Vamos, Sakura, no soy tonta y, además, tú te delatas mucho- comentó. -Planeas visitar a Sasuke ¿no es así? con la noticia de que ya puede recibir visitas, imaginaba que lo harías- dijo.
Cruzando sus brazos, y aunque el sonrojo seguía ahí, la pelirosa sonrió de manera algo burlona.
-Creo que tenemos en común el hecho de delatarnos fácilmente- comentó, ahora provocando un sonrojo en Ino.
-Esa frentona siempre tiene algo con lo que contraatacar, si que es dura de roer... pero tiene razón, también- pensaba.
Suspirando, Sakura se agachó.
-Creo que le llevaré un narciso, es una flor muy resistente, la cual, además, florece siempre en primavera- comentó, mientras el rostro de Ino se llenaba de suma incredulidad. -O bueno... llevaré dos, en sí.- dijo.
Algo sorprendida, la joven Yamanaka la miró.
-¿Dos? ¿por qué?- preguntó.
Y mientras Sakura agachaba un poco su mirada, habló.
-Porque la otra es para Lee, quiero darle ánimos para que logre recuperarse y pronto vuelva a estar con nosotros- respondió.
Aunque, mientras sus ojos se centraban en Ino, la pelirosa pudo notar el cambio en el semblante de la rubia una vez que había mencionado el nombre del cejon.
-¿Qué pasa? ¿por qué pones esa cara de seriedad tan repentinamente?- le preguntó.
Y suspirando, Ino habló.
-Así que no te has enterado- decía, captando la atención total de Sakura. -Lee, bueno, él sufrió un daño muy grave tras su combate con ese chico de la arena y... bueno, piensan que jamás volvera a la vida de shinobi- dijo
Vaya que esa noticia había sorprendido a la pelirosa, quien solo había quedado con un rostro de inmensa tristeza, mientras que, a su vez, su mente divagaba, recordando la ocasión en que Lee trató de protegerla en el bosque de ma muerte.
Aunque, una vez más, la voz de Ino hizo presencia.
-Te acompañaré, Sakura- dijo, tomando otros dos narcisos. -Creo que visitar a Lee le ayudará con su ánimo, además de que ya me hace algo de falta salir de aquí un momento- dijo.
...
-¿Y bien? ¿ya vas a contarme cómo estuvo ese día?- mencionaba Sakura.
Mirándola, y con un poco de sorpresa en sus ojos, Ino habló.
-¿A qué te refieres?- preguntó.
-Sabes a lo que me refiero... a la última vez que Naruto te ayudó con la tienda- dijo.
Apartando su mirada de la pelirosa, Ino sonrió.
-No fue gran cosa... solamente me ayudó a regar algunas plantas y charlamos un poco, en sí no fue nada- comentó.
Aunque al mirar, nuevamente, a Sakura, esta última se encontraba con una ceja levantada.
-Ino, sé que me estás mintiendo, en serio, quiero todos los detalles...- decía, mientras se acercaba un poco a ella. -T O D O S- dijo.
Con incredulidad e incluso con un ligero sonrojo en sus mejillas, la rubia suspiró.
-Bien-
...
-Ya llegué, perdonen la tardanza- mencionó la rubia después de ingresar a la florería.
Mirandola, su madre sonrió.
-¿Cómo estuvo el día con los chicos?- le preguntó.
Y mientras se colocaba su mandil, la voz de Ino se escuchó.
-Estuvo bien, Shikamaru está entrenando muy duro, algo que me sorprende en sí- comentó.
-¿En serio? ¿Shikamaru entrenando?- preguntó el rubio.
Sonriendo, Ino lo miró.
-Pero no es como que él haya decidido entrenar por cuenta propia, es algo más de Asuma-sensei puesto que, bueno, las finales son algo importante- dijo.
Sonriendo, el Uzumaki habló.
-Ni que lo digas, pero me da gusto que Shikamaru entrene duro... ¡esto se acaba de poner aún más emocionante!- dijo.
-Me agrada esa actitud, me enteré que tú también estás en las finales, Naruto, mucha suerte- dijo la madre de Ino.
Ante esas palabras, el rubio solamente mostró una sonrisa amplia.
Suspirando, la señora Yamanaka miró a su hija, y esta a ella, entendiendo su mirada.
-Chicos, tengo que ir a mirar unas cosas, eh, adentro, sí, así que les encargo esta parte de la tienda- dijo, para después ir a la parte trasera.
-Tu mamá a veces se comporta de una manera extraña, pero es muy agradable- dijo el rubio.
Sonriendo, la joven Yamanaka lo miró, aunque debía admitir que era la primera vez que escuchaba a alguien decir que su mamá se comportaba de una manera extraña.
-Me alegro que pienses de esa forma sobre ella, como tal, después de Sakura, tú eres la segunda persona que me ha dicho eso, quiero decir, no es como que traiga a gente para que me ayuden, de hecho... bueno, eres la primer persona que invito, como tal, para ayudarme un poco con la tienda- dijo.
Tras escuchar esas palabras, Naruto miró a Ino, y esta también lo hizo aunque de una mamera más fugaz, logrando percatarse del ligero sonrojo en las mejillas del rubio.
Pero aclarando su garganta, la joven Yamanaka habló.
-Eh, ayúdame un poco con estas- comentó.
Así, el Uzumaki se acercó, mientras lograba observar una flor preciosa que yacía en una maceta.
-¿Estas cómo se llaman?- preguntó, mientras las observaba.
Sonriendo, Ino habló.
-Esas son azaleas, hay de distintos colores en sí, aunque solamente tenemos el par que más se da por estos lugares, la azalea blanca- dijo.
-Entiendo, entiendo, las blancas son muy bonitas- decía el Uzumaki, mientras regaba la maceta.
Pero Ino debía admitir que concordaba en ello, aunque por el momento no le diría el significado de ambos colores, pero cuando el momento llegara, le daría una azalea para las finales.
Quizás podría traerle suerte.
...
-Y es todo lo que te contaré hasta ahora, tampoco quiero estar ventilando las cosas que hago- decía la rubia.
Para Sakura, bueno, debía decir que se había quedado pendiente de cómo fue el resto del día porque, como tal, eso no había sido todo. Lo sabía con demasiada certeza.
-Que aburrida-
...
Tras el paso por el hospital de ambas, la joven Yamanaka realmente lamentaba el hecho de que Sakura no haya podido ver a Sasuke, puesto que este último se había escapado de su habitación, además de que había tomado sus pertenencias sin dejar rastro alguno.
Y por parte de Lee, bueno, al menos él no se había escapado como Sasuke... pero vaya que se forzaba a si mismo para entrenar, aún en el estado en el que se encontraba.
Si era sincera con ella misma, la imagen de Lee, mientras estaba en el piso y lamentándose, la había hecho pensar un poco. Por el momento, ella no entendía al cien por ciento esa frustración, pero, de alguna forma, eso le recordaba a Naruto.
Lee y él eran parecidos en ese sentido.
-Que desperdicio de flores- comentó Sakura.
Sonriendo, Ino la miró.
-Al menos pudimos dejar el par que eran para Lee, entonces no fue un desperdicio como tal- comentó.
Suspirando, Sakura agachó su mirada, mientras sostenía la flor que era para Sasuke.
-En eso tienes razón, solo que me hubiese gustado verlo ¿sabes? su salud... él, me preocupan- comentó.
Ciertamente no había palabra alguna para "tranquilizar" a la pelirosa, pero si Sasuke había salido del hospital por su cuenta, entonces significaba que estaba bien y más que recuperado.
-En fin... gracias por acompañarme, Ino, creo que fue bueno pasar tiempo contigo- comentó Sakura.
Mirándola, una ligera sonrisa apareció en los labios de la rubia quien, fijando su vista al frente, habló.
-Pienso lo mismo, además, gracias a ti por darme una excusa para salir un rato de la tienda- dijo.
Riendo ligeramente, la pelirosa fijó, también, su mirada hacía delante.
-Es triste que no haya sido Naruto quien te dió esa excusa ¿no?- mencionaba.
Y tras observar a Ino, en ella solo se logró marcar un sonrojo de manera enorme, algo que hizo reír a Sakura.
-¡¿De qué te ríes, frentona!?- preguntaba Ino.
-De lo fea que te ves mientras estás enojada y sonrojada- respondió la pelirosa, mientras reía. -Pero como sea, nos vemos, Ino- dijo, mientras tomaba un rumbo distinto.
-Si, claro, fea...- pensaba.
-
-¡Ya llegué, perdón por la demora!- mencionó Ino.
-¡No te preocupes, cariño- se escuchó a su mamá. -¡Y ahora que ya estás aquí, ¿podrías terminar de regar las plantas de la ventana? ¡me olvide de ello!- mencionó.
-¡Seguro!- respondió.
Así, y tomando lo necesario, la rubia salió del mostrador... solo para encontrarse con las azaleas que Naruto y ella habían regado la última vez que él estuvo en la tienda.
Sonriendo, la rubia comenzó con el riego, mientras recordaba como había sido el final del día la última vez que vió al Uzumaki...
-Bueno, gracias por la ayuda, creo que ya lo he dicho pero, en sí, es agradable tener compañía por aquí- comentó Ino.
Sonriendo de manera amplia, Naruto la miró.
-Ni que lo digas, fue agradable, siempre aprendo nuevas cosas respecto a algunas plantas- decía.
Aunque esta vez era Ino quien había sonreído de manera casi instantánea, y como si su cuerpo hubiese enviado un impulso casi automático, la rubia abrazó a Naruto... quien, sorprendido, solo logró sostenerla ligeramente un poco por encima de su cadera.
Y notando lo que había hecho, Ino se separó, dejando ver su sonrojo, aunque esta vez sin importarle el hecho de que Naruto lo notara.
-Yo, eh... ¿sabes? sé que estos días estarás entrenando pero, bueno... a mí, eh, no estaría mal vernos un poco más fuera de la florería ¿no crees?- preguntó la rubia.
Así, parpadeando un par de veces, la maquinaria del Uzumaki dió todo de sí para captar el mensaje a través de esas palabras y, aunque junto a ello, un sonrojo apareció, haciendo que una ligera sonrisa en la joven Yamanaka apareciera.
-Pi-pienso que no estaría mal, Ino- dijo.
En sí, notar cuando Naruto estaba nervioso era algo fácil de hacer... ¿aunque a quién podía engañar? ella sentía los mismo nervios, tanto que esta vez fue imposible detener el ligero movimiento de sus hombros.
-Es un, eh, es un hecho entonces- comentó Ino.
Tras ello, un ligero silencio se hizo presente, aunque no un silencio incómodo, más bien, cómodo.
Y tras rascar su nuca, el Uzumaki sonrió.
-Creo que, bueno, me pondré en marcha, debo ir a casa- dijo.
Calmando sus hombros, y aunque ambos seguían sonrojados de una manera algo ligera, la rubia habló.
-S-si, ya se hace tarde- respondió.
Así, y mientras el Uzumaki giraba para ponerse en la dirección correcta, su voz se escuchó.
-¡Nos vemos, Ino!- decía.
Y mientras su mano ondeaba de manera ligera a Naruto, despidiendolo, la voz de Ino se escuchó.
-Nos vemos...- dijo, casi como en un susurro.
Volviendo a ella, al presente, y mientras miraba la azalea, otra sonrisa se marcó de manera más firme en su rostro.
-Espero verte pronto- pensó.
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