08.- Lo que alguna vez sentimos

-¿Cómo vas?-

Abriendo sus ojos, Ino miró a Asuma quien, con una sonrisa, la observaba.

-Creo que este jutsu será útil para la coordinación con los chicos, pero diría que está yendo bien el progreso- respondió.

Con ello, el Sarutobi acompañó a su alumna en el césped, sentándose a su lado.

-Te has esforzado mucho últimamente, estoy sorprendido con el progreso que has tenido- decía.

-Sentí que debía volverme más fuerte para ser todavía de más ayuda en las misiones, y aunque en un inicio fue difícil, me acostumbré a llevar un ritmo desgastante- comentó la rubia.

Mientras un poco de humo salía de su boca, Asuma habló.

-Si te soy sincero, comencé a pensar en que habrías comenzado a dejar de lado los jutsus de tu clan- mencionó.

Con una sonrisa algo tenue en sus labios, la jóven Yamanaka miró hacía el frente.

-En un principio lo pensé, Asuma-sensei- decía, sorprendiendolo un poco. -Los jutsus del clan son excelentes para obtener información, pero en misiones de alto riesgo no son tan efectivos, mucho menos teniendo en cuenta de que, si no es con los chicos, no soy de gran ayuda en combate... pero comprendí que la herencia de un clan como el Yamanaka no se debía desprestigiar, así que la mejor manera para hacerla todavía más efectiva, fue entrenando otros aspectos, y ahora tengo dos buenas alternativas para cada situación para cuando se requiera- dijo.

Al mirar a su alumna, Asuma pudo ver por unos instantes a aquella genin que recién se había graduado de la academia. Le parecía, de cierta forma, algo increíble el progreso que había tenido en tres años, tanto como kunoichi y como persona puesto que, mirando atrás, la actitud de Ino era un poco arrogante, pero conforme pasaba el tiempo, esa arrogancia quedó en el pasado y ahora, al menos por lo que él podía juzgar, una mujer confiada, segura de si misma, y fuerte, se había alzado en su lugar.

-Me enteré que Naruto y tú están saliendo de manera oficial- comentó el Sarutobi.

Aquellas palabras generaron un tenue sonrojo en las mejillas de la rubia quien, sonriendo, asintió de manera ligera.

-Lo decidimos después de terminar nuestra misión en Suna- decía. -Sentí que fue el momento justo y, no lo sé... el pensar que siempre está en peligro me hizo reflexionar mucho acerca de ello– dijo.

-Entiendo- mencionaba el Sarutobi, mientras otro ligero halo de humo escapaba de su boca. -Es un buen chico, y si me lo preguntas a mí, pienso que ambos se complementan bien... además de que ambos, muy seguramente, han aprendido mucho el uno del otro- dijo.

Y aunque esas palabras la habían hecho sonreír de nueva cuenta, había algo que no la dejaba estar tranquila.

Recordando la misión en la que había salido Naruto, y recordando, también, la razón secundaria de la misión... bueno, la hacía sentirse un poco rara al respecto.

-Asuma-sensei, ¿usted cree que vale la pena ir detrás de alguien que no quiere ser salvado?- preguntó.

Esa cuestión dejó un poco pensante al Sarutobi, pero ya se había hecho una idea de a lo que su alumna se refería.

-Creo que, lo que deberías preguntarte en realidad, es si para la persona que busca salvar a la otra, realmente vale la pena- decía, haciendo de esa forma que Ino bajará un poco su mirada. -Nunca he estado en una situación como la que me planteas pero, si se tratara de alguien especial... probablemente lo intentaría- dijo.

-¿Aún si la otra persona se sigue negando? ¿no cree que eso solo lo lastimaría a usted?- preguntó nuevamente su alumna.

-Probablemente- respondió Asuma. -Aunque también pienso que uno debe saber el límite, ya que si una persona, por más que la intentas ayudar, no cambia su forma de pensar desde la raíz de él o ella como individuo, no hay mucho por hacer y, por consecuente, eso te arrastrará a ti a un pozo de impotencia y tristeza- dijo.

Tras ello, un ligero silencio se generó entre ambos, pero tras unos cuanto segundos, la voz de Ino se escuchó de nuevo.

-No quiero que Naruto se ponga en peligro gracias a Sasuke... cada vez que pienso en eso, y pienso en lo que Akatsuki podría hacerle si lo llegaran a capturar, siento un gran vacío en el estómago- dijo.

Suspirando, Asuma habló.

-En ese caso, pienso que deberías hablar con él acerca de ello- decía. -Ahora son una pareja y se nota que se quieren mucho, así que hazle saber tus preocupaciones y observa qué rumbo toma todo después de ello- dijo.

De esa manera, la jóven Yamanaka fijó su mirada en el césped.

Todo el tema acerca de Sasuke la irritaba mucho, en un inicio trató de comprender a Naruto en su manera o forma de pensar acerca de que, quizás, el Uchiha seguía siendo una persona buena y, sobretodo, de fiar. Pero conforme más pensaba en ello, los contras superaban con creces a las cosas buenas que aún quedaban por pensar sobre Sasuke, las cuales, como tal, no eran muchas. No después de lo que había ocurrido con Chōji, Shikamaru y el resto, y lo que le hizo al pecho de Naruto en el valle del fin.

Ahora había crecido y madurado en ese sentido, al final, el lugar donde vivía su familia, donde había crecido, y el cual juró proteger, se encontraba muy por encima de una persona quien, al final, decidió abandonar la aldea por cuenta propia, y sabiendo que se fue con Orochimaru, el mismo que orquestó una invasión a Konoha, la cual dejó mucha destrucción y muerte, bueno, se podría decir que Sasuke no le podría importar menos.

...

Cuatro días después...

Al escuchar un ligero golpe de nudillos tras la puerta, Kakashi la observó, para después hablar.

-Adelante- dijo.

Tras ello, la figura de una persona conocida se hizo presente.

-¿Cómo está, Kakashi-sensei? perdone que no había venido a verlo- se escuchó a Ino.

Sonriendo por debajo de su máscara, el del sharingan dejó de lado la lectura que estaba teniendo, así que poniendo el libro que Jiraiya le había llegado poco después de que el equipo Kakashi partió a su misión en la mesita que tenía a su lado, este último habló.

-Con el regreso de Shikamaru y Chōji, es normal que te hayas ocupado, no te preocupes- respondió.

Pero notando el cambio en el rostro de su alumna, Kakashi la miró con intriga.

-¿Qué sucede?- preguntó.

-Bien, lo diré- mencionaba Ino. -Desde Suna me quedé con la intriga acerca de ese nuevo jutsu que aprendió con su sharingan, ¿cómo es que logra hacerlo? porque la forma que toma no es la misma de siempre- preguntaba.

-En su momento, cuando descubrí esa nueva habilidad de mi sharingan, no sabía lo que era, ciertamente- decía Kakashi, mientras suspiraba ligeramente. -Pero recabando algunos datos que obtuve gracias a Tsunade-sama y el acceso a algunos archivos, pude saber que la nueva forma la cual toma mi sharingan se le conoce como mangekyō- explicó.

Aquello dejó muy perpleja a Ino, quien solo se encontraba con una expresión de total sorpresa en su rostro, más que nada porque, al menos recordando lo que había sucedido, el mirar la explosión desaparecer de la nada, y después escuchar a Kakashi decir que la había enviado a otra dimensión... bueno, había sido algo difícil de creer en un inicio.

-Supongo que no será capaz de usarlo muchas veces en batalla, no después de saber las consecuencias de ello- comentó la rubia.

-Así es, un jutsu poderoso como este vaya que es un muy buen regalo... pero no me sirve de nada si durante un combate me deja sin energías- decía el del sharingan, mientras colocaba una de sus manos por encima de su ojo. -Al final lo tendré que utilizar como un arma de último recurso, de esa manera me será más útil- dijo, para después estirarse un poco. -¿Pero qué hay de ti? ¿has estado entrenando tu afinidad?- preguntó.

Mientras una sonrisa con algo de vergüenza se marcaba en su rostro, la rubia habló.

-Bu-bueno, después de llegar de Suna, me tome un poco de tiempo para descansar, bueno, dos días de descanso en sí- decía. -Hasta ayer entrené por mi cuenta y hoy, eh, hoy entrené con los chicos, así que no la he entrenado mucho realmente...- dijo.

Ante esas palabras, Kakashi solo negó con su cabeza.

...

Una semana después

La misión había concluido finalmente, pero entrando a su habitación, la pelirosa se recargó como buenamente pudo sobre la puerta, dejando de esa forma que su espalda sirviera de apoyo para no caer.

Y mirando hacía el frente, una especie de... peso que había sobre ella se dejó observar en sus ojos, mientras lágrimas salían y bajaban por sus mejillas mientras que, a su vez, Sakura se deslizaba ligeramente hasta el suelo, quedando de esa manera sentada, mientras unos ligeros sollozos de su parte inundaban la habitación.

...

Al llegar a su habitación, y mientras dejaba todas sus cosas en los alrededores de su cama, el Uzumaki se sentó ligeramente en esta última, mientras el silencio abrumador de su habitación inundaba cada vez más el ambiente.

Pero al alzar un poco sus manos, y mirando sus palmas, el ligero recuerdo de lo que el capitán Yamato le dijo volvió a él.

"Fuiste tú quien le hizo esa herida a Sakura, Naruto"

Había roto la promesa que le hizo a Ino acerca de controlarse... y Sakura había pagado el precio de esa situación.

...

Un día normal había transcurrido en el interior de la tienda de los Yamanaka. Como tal, los días a mitad de semana no eran tan ocupados, como tampoco concurridos, entonces no habían sido jornadas de trabajo cansadas.

Pero el sonido de la puerta alertó de manera rápida a la rubia quien, mirando hacía el frente con una sonrisa... la cual desapareció cuando miró el rostro y el semblante de la persona que se encontraba frente a ella.

–¿Sakura?– preguntó, algo confundida y alarmada.

Pero secándose un poco sus lágrimas, la voz de la pelirosa se escuchó.

–¿Podemos hablar?– mencionó.

...

Tras escuchar todo lo que la pelirosa le había contado acerca de lo ocurrido en la misión, Ino miró un poco la piel cercana a uno de sus pulgares, ya que este había comenzado a sangrar ligeramente debido al constante contacto con su dedo índice, producto del nerviosismo que le había provocado todo lo que había escuchado.

Aunque, de manera repentina, un sollozo por parte de Sakura la sacó de su trance, y al observarla, esta última solo tenía su mirada hacía el suelo, mientras varias lágrimas caían desde sus mejillas.

Así que, sin perder más el tiempo, la rubia se acercó a su amiga, sosteniendola del hombro.

–Yo... yo creí que... realmente podría haber una esperanza, por más mínima que fuera, Ino– decía la pelirosa. –Pero él, de no haber sido por Orochimaru, es muy probable que nos hubiese dejado mal heridos... o quizás nos hubiese matado si intentaba lo que quería al levantarte su brazo– dijo.

Aunque la voz de su amiga resonaba en su cabeza, aquel pensamiento de imaginar a Sasuke apunto de herir a Naruto con su espada hacía que su sangre se helara por completo... aunque, junto a ello, un sentimiento de enojo nacía en ella también.

–Sakura... ¿recuerdas esa noche en Suna?– decía, captando la atención de su amiga, quien solo giró un poco su cabeza. –Creo que ahora ya sabes la respuesta a tu propia pregunta, ¿cierto?– dijo finalmente.

Ante aquellas palabras, la pelirosa solo regresó su mirada hacía el suelo, mientras la tristeza que había tenido consigo desde el encuentro con Sasuke resurgia nuevamente, haciendo que, a su vez, más lágrimas cayeran desde sus mejillas.

...

Por la noche

Sentado en su mesa, mientras miraba fijamente un pequeño vaso de ramen, la mente del Uzumaki divagaba una y otra vez, mientras recordaba todo lo que había sucedido en su última misión.

La integración de Sai, el herir a Sakura de esa manera... Sasuke.

Aquellos pensamientos solo hacían que, en respuesta, Naruto apretara sus puños con algo de impotencia y desaprobación hacía él mismo.

Por no poder traer de regreso a Sasuke. Por no poder controlarse.

Por no poder cumplir su palabra.

Aunque, con ello, el sonido de su puerta lo sacó del trance en el que se encontraba, pero sin más, se levantó de su asiento y caminó hacía la entrada.

...

Al abrirse la puerta, Ino se abalanzó de manera rápida hacía el Uzumaki quien, algo sorprendido, solo pudo reaccionar en corresponder a aquel abrazo, mientras ambos permanecieron de esa manera durante varios segundos.

Pero, tras separarse, la rubia pudo mirar a Naruto, quien solo se encontraba con su mirada en el suelo, casi agachando su cabeza.

–Sakura me contó acerca de lo que sucedió en la misión... lo lamento mucho– dijo.

Aunque tras la nula respuesta por parte de Naruto, la jóven Yamanaka, con ambas manos, lo tomó por sus mejillas. Logrando de esa manera que alzara, finalmente, su rostro, mirándose.

–Lamento haber roto mi promesa... fallé al no poder controlarme– dijo el Uzumaki, con algo de vergüenza en su voz.

Al escuchar esas palabras, el semblante de Ino se aligeró todavía más. Si era honesta con ella misma, y en esos momentos, aquella promesa era lo que menos le importaba.

Y mientras acariciaba una de sus mejillas, Naruto solo pudo verse sorprendido tras recibir un beso por parte de Ino.

Un beso el cual, en opinión de él, se sentía más... delicado. Como si tratara de reparar todo el daño que llevaba por dentro.

Y, de esa manera, correspondió de igual forma a la rubia.









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