06.- Un último propósito
La persecución finalmente había comenzado, y aunque los tres habían estado siguiendo al Akatsuki por lo que parecía ser un desfiladero repleto de troncos grandes que se unían entre dos montañas, la verdad era que, como tal, la situación no parecía favorecerle al equipo de Kakashi.
--Va a ser difícil bajarlo de ahí-
Asintiendo, Kakashi estaba explorando el momento idóneo para que la rubia pudiera efectuar su jutsu de manera correcta, para así poder cortar el ala de aquella cosa.
Y era que, tras varios minutos de persecución en los cuales ya habían comenzado a dejar atrás tanto a Chiyo como Sakura, el del sharingan suspiró.
Aunque en el aire...
-Esos dos son una piedra en el zapato, no imaginaba que el jinchuriki estaría bien protegido- pensaba Deidara, un poco frustrado por la situación.
Como tal, haber vencido a Gaara había sido todo un reto, el cual le costó uno de sus brazos, pero ¿ahora enfrentar a otro shinobi de temer como era Kakashi?
Vaya que era una molestia, sobretodo porque, a la par de eso, no sabía al completo lo que la chica y el jinchuriki podían ser capaces de hacer.
Aunque en el suelo, Ino observaba cada movimiento y gesto que aquel sujeto hacía, no dando señal alguna de siquiera darles una ligera apertura para derribarlo.
-Kakashi-sensei, a este ritmo dejaremos muy atrás a las chicas- mencionó Ino.
Girando hacía atrás, el jōnin pensó.
-Tiene razón, a este paso nos alejaremos mucho de ambas y la frecuencia con el equipo Guy se va a perder por igual...- pensaba.
Fijando su vista hacía el Akatsuki, este se encontraba sonriendo, mientras se podía observar que su mano restante la había introducido en lo que parecía ser una bolsa, y tras unos cuantos segundos, su voz se escuchó.
-¡Ha sido una increíble persecución, pero solo necesito al jinchuriki, ustedes pueden morir, no me interesan!-
De esa forma, algunas figuras del mismo color de aquella ave en la cual estaba montado Deidara fueron desplegadas...
-¡Esquivenlas!- se apresuró a decir Kakashi.
Y era que, antes de tocar cualquier superficie, las figuras explotaban de manera casi instantánea, dejando atrás algunos cuantos metros tanto a Ino como a Kakashi.
-¡¿Están bien?!- preguntaba el Uzumaki.
Escalando nuevamente hacía la superficie después de haber descendido un poco por el pequeño desfiladero que se encontraba a sus pies, tanto Ino como Kakashi miraron al rubio.
-Eso estuvo cerca- decía la rubia, mirando nuevamente a Deidara. -Así que las figuras que hace, explotan... ¿pero cómo?- comentó.
-No tengo idea de cómo lo hace, pero es peligroso, y si nos llega a tocar con una o dos de esas cosas, estamos muertos- dijo el del sharingan.
Así, los tres emprendieron la persecución de nueva cuenta, pero a medida que avanzaban, Kakashi miró detenidamente la mano de aquel sujeto, y esta parecía tener una especie de... boca.
-Es un jutsu extremadamente raro... supongo que esa boca que tiene la palma de su mano es la que hace posible que aquellas figuras puedan explotar, quizás impregne algo de chakra en ellas- pensaba, sin perderlo de vista.
Aunque no hubo tiempo para pensar en muchas más cosas puesto que, nuevamente, Deidara metió su mano en aquella bolsa que llevaba consigo, sonriendo al mirar a los tres de Konoha.
-¡Si que son molestos, pero les doy un poco el crédito por sobrevivir a lo anterior!- decía, para después sacar su mano de la bolsa. -¡Pero llegados a este punto, realmente los quiero fuera del juego... aunque solo a ustedes dos, claro!- se escuchó.
Con ello, el Akatsuki soltó lo que parecían ser más figuras creadas con aquel material misterioso, y después de un sello con su mano restante, estas se comenzaron a mover, cortando así el camino entre los integrantes, dejando solo a Naruto hasta el frente.
-Maldita sea...- mencionó la rubia.
Al tratar de moverse, aquellas figuras parecían seguirles el ritmo, provocando de esa manera que no avanzaran ni siquiera algunos metros por delante.
Así que pensando un poco, el del sharingan miró al Uzumaki.
-Naruto, tú sigue, le haremos creer que sigues fuera de tus casillas- dijo.
Aquello había sorprendido de gran manera al rubio quien, incrédulo aún, habló.
-Pero, Kakashi-sensei, no se suponía que..._ decía, antes de ser interrumpido.
-No te preocupes, confía en mí- se apresuró a responder el del sharingan, mientras una sonrisa aparecía debajo de su máscara.
De esa forma, y asintiendo, el jóven Uzumaki giró para mirar a Deidara.
Debía admitir que, aún con el plan todavía en marcha, esa sonrisa burlona y cínica que el Akatsuki tenía en su rostro hacía que su sangre hirviera de furia.
-¡Son muy lentos, yo me encargaré de él!- decía Naruto.
Observando a ambos partir, Ino miró a Kakashi.
-¿Y bien? ¿cuál es el plan?- preguntó.
-Bueno, el plan va a ser que me sigas en velocidad y copies todo lo que yo haré- respondió.
Aunque un sonido en la lejanía de lo que parecía haber sido una explosión, alertó a ambos.
-Eso ha venido desde la posición de Sakura y Chiyo...- pensó el del sharingan.
...
Tras haber perseguido a Deidara por unos cuantos minutos, y después de haber escuchado una secuencia de explosiones a sus espaldas, la paciencia del Uzumaki se estaba comenzando a agotar, más que nada por las palabras burlescas que el Akatsuki decía acerca de Gaara... pero, deteniéndose en el aire, y mirando a Naruto, Deidara habló.
-Debo decir que tú serás mi captura más fácil en lo que va de este trabajo- decía el Akatsuki. -No sé por qué todos los jinchurikis con los que me he topado comparten actitudes similares, es decir, al final serán capturados... ¿entonces por qué resistirse?- preguntó, mientras observaba al Uzumaki detenerse. -En tu aldea seguro eres visto como una peste, como alguien que siempre debe estar alejado de los demás... ¿qué es lo que te motiva a seguir defendiendo a una aldea que te dió la espalda?- preguntó nuevamente, sonriendo esta vez.
Aquella pregunta había dado en un punto sensible dentro de Naruto... vaya que tenía razones para no defender una aldea que por muchos años le había dado la espalda.
Pero sonriendo también, el Uzumaki lo miró.
-Porque hay personas que debo proteger a toda costa en ese lugar- respondió, mientras recordaba a sus amigos, maestros y, sobretodo, a una persona en especial. -Pero ¿qué puedes saber tú de proteger a alguien, cuando eres una persona la cual ve un acto como quitar una vida, como si fuera un trabajo? en mi opinión, no eres más que una escoria repugnante- dijo.
Esas palabras definitivamente habían tocado una fibra sensible en el Akatsuki, quien metiendo su mano nuevamente en aquella bolsa, habló.
-No sabes cuanto voy a disfrutar hacerte explotar, aunque es una lástima que no pueda matarte... pero vaya que te va a doler- decía.
Aunque estando a punto de sacar su mano... Naruto logró observar, pasando velozmente a su costado, lo que parecía ser un potente chorro de agua, el cual parecía llevar una presión impresionante, perforando de esa manera un ala de aquel ave extraña en la cual Deidara se encontraba de pie.
-Carajo, no la logré cortar- se escuchó a espaldas del Uzumaki.
Y girando, pudo observar tanto a Kakashi como a Ino.
-Buen trabajo en distraerlo, Naruto- comentó el del sharingan, quien solo miraba al Akatsuki tratar de controlar su ave con dificultad. -Parece que ahora será más fácil seguirle el ritmo... eso debe darme tiempo suficiente- pensó.
En el aire, mientras batallaba para controlar a su creación, Deidara observó a Kakashi, el cual se encontraba con ambas manos juntas, mientras hacía lo que parecía ser un sello con sus dedos.
-Mierda, sabía que no debía de haber subestimado a ninguno de ellos, no sabiendo que ese tipo está con ellos, y aún más sin saber lo que la chica podía hacer... debo avanzar más rápido, no me da buena espina lo que sea que pretenda hacer- pensó, para después sacar finalmente la mano de su bolsa.
Con ello, tanto Naruto como Ino observaron al Akatsuki colocar aquella especie de masa blanquecina en el agujero que la rubia había ocasionado en su ave, logrando de esa forma ganar estabilidad nuevamente.
-¿Cuánto más, Kakashi-sensei?- preguntó la jóven Yamanaka.
-Un par de minutos solamente...- respondió el del sharingan.
Aquella respuesta no convencía del todo a Naruto quien, mirando a Deidara, el cual había logrado reparar el ala de su creación, habló.
-Se va a mover nuevamente, maldición- decía el Uzumaki.
Y al notar lo mismo, Ino miró al jōnin quien aún seguía con sus ojos cerrados.
-Le daré más tiempo, Kakashi-sensei, con suerte le haré otro agujero más grande a esa cosa- decía, mientras ganaba un gesto de aprobación por parte de su sensei, y mientras ganaba, también, la total atención del Uzumaki, así que haciendo una serie de sellos con sus manos...
-¡Estilo de agua: rayo perforante!-
[¡Suiton: mizu rentongen!]
-Ge-genial...- pensó Naruto, asombrado por el jutsu que Ino estaba implementando.
Tras ello, un chorro de agua a muy alta presión salió disparado de la boca de Ino, el cual atravesó una de las patas y un ala de aquella ave, causando todavía más desbalance en el Akatsuki, y mientras volvía su mirada hacía el suelo, Deidara miró a los shinobis de Konoha... pero fijando su vista en Kakashi, ya que al notarlo abrir sus ojos, pudo observar algo con lo que ya estaba familiarizado.
-A-acaso ese es...- pensó.
-Bien, aquí voy- se escuchó al del sharingan.
Y al mirarlo, sus alumnos pudieron observar el cambio en su ojo, puesto que ya no se veían las aspas por ningún lado.
-Kakashi-sensei, su... su ojo- mencionaba la rubia.
-Esto es por lo que he entrenado también durante años, y aunque consume una enorme cantidad de mi chakra, es momento de acabar con esto de una buena vez- se escuchó al del sharingan.
Con ello, tanto Ino como Naruto observaron al Akatsuki, quien parecía haberse alterado por lo que Kakashi había demostrado, y aunque apenas podía moverse algunos centímetros debido al daño que sufrió su creación, este trataba con toda la rapidez que podía el tratar de arreglar, una vez más, aquella ave...
Pero, de pronto, ambos pudieron observar en la lejanía lo que parecía ser el brazo restante del Akatsuki siendo distorsionado en una especie de pequeño agujero...
-¿Qué clase de jutsu es ese?- pensaba la jóven Yamanaka, totalmente sorprendida.
Pero con Naruto no era distinta la situación puesto que, igual con mucho asombro en su rostro, no había explicación alguna para lo que estaba observando.
Y tras algunos segundos más, lograron observar a Deidara saltar de su ave, provocando que aquel pequeño agujero cortase de manera tajante su último brazo, mientras que su creación caía junto con él.
-Solo... logré cortar su brazo, maldición- se escuchó al del sharingan, jadeando.
Pero sin tiempo que perder, los tres se pusieron en marcha, siguiendo de esa forma las huellas que el Akatsuki había dejado, encontrando de esa forma el ave gigante en el suelo.
-¡Gaara!- se apresuró a decir el Uzumaki.
Así, tanto Kakashi como Ino, quien se encontraba sosteniendo a su maestro, lo miró.
-¿Cuándo pensaba decirme que tenía un jutsu así, Kakashi-sensei?- preguntó, aún sorprendida.
-Digamos que no había encontrado el momento idóneo para hacerlo- respondió Kakashi, sonriendo por debajo de su máscara. -Pero ahora tienes que hacer una cosa más, Ino... encuentra a ese tipo- dijo
...
Habiendo dejado abandonada el ave en donde se encontraba el Kazekage, Deidara hizo lo posible por esconderse entre el basto número de árboles que se encontraban justo al lado del sitio en el cual cayó.
-Ese maldito sharingan- pensaba el Akatsuki, mientras observaba al jinchuriki rompiendo su creación para sacar a Gaara. -Fuí descuidado y lo pagué, y ahora no tengo forma de siquiera hacer una pequeña explosión... si me atrapan, estoy acabado- pensó nuevamente.
...
Logrando sacar, finalmente, a Gaara de aquella cosa, tanto Ino como Kakashi pudieron observar el cambio tan drástico en el rostro del Uzumaki.
-¿Cómo está?- preguntó la rubia.
Al escuchar su voz, el rubio solo agachó su mirada, mientras hacía un gesto de negación ante la situación.
Gaara había fallecido.
Eso hizo que, también, Ino agachara su mirada... aunque si era honesta con ella misma, lo había intuído desde que no pudo sentir su chakra e incluso cuando Neji pudo darles una respuesta después de haber observado el interior de la cueva con su byakugan.
Aunque, tras algunos segundos, la voz de Kakashi se escuchó.
-Te tenemos-
De esa forma, a algunos metros frente a ellos, lo que parecía ser un impacto con un Rasengan se observo, justo al Akatsuki que se había escondido hacía varios momentos atrás... pero mientras ambos miraban al Naruto real, quien se había encargado de sorprender a Deidara, este no se había detenido tras conectar su jutsu puesto que, sin contenerse, se encontraba golpeando repetidamente a aquel sujeto en el suelo.
Aunque tras algunos golpes más, todos pudieron observar que el Akatsuki se había comenzado a transformar en barro.
-Un clon...- pensó el del sharingan.
Y estando a punto de volver a buscar el chakra de aquel tipo, una sensación rara... pero familiar había llegado de manera veloz a la jóven Yamanaka.
-Ese chakra...- dijo.
Con ello, notando a lo que la rubia se refería, Kakashi observó lo que estaba sucediendo con Naruto, y era que, al estar dejándose consumir por la ira y la impotencia de no haber podido ayudar y salvar a Gaara, el chakra del kyubi estaba comenzando a ganar terreno por encima del suyo, generando de esa manera que sus marcas en las mejillas se notaran drásticamente, además de que sus uñas se habían alargado pero, por sobretodo, una especie de manto rojo había comenzado a cubrir al Uzumaki, haciéndole parecer, además, que una cola había crecido en él.
-Tal y como me lo explico Jiraiya-sama después de la prueba que tuvimos después de que llegó- pensó Kakashi, y con ello, de su bolsa de herramientas sacó lo que parecía ser un sello. -Ino, no te acerques hasta que consiga colocarle esto... es la única forma con la que voy a poder suprimir el chakra del kyubi- dijo finalmente el jōnin, mientras observaba el crecimiento de una segunda cola.
Aunque esas palabras hicieron que la concentración de la rubia volviera a ella, puesto que mirando a los clones que el Uzumaki había creado para sacar a Gaara del ave, estos habían comenzado a desaparecer paulatinamente por el nulo control de chakra que Naruto estaba teniendo.
-Puedo serle de ayuda, Kakashi-sensei, lo voy a distraer mientras usted le coloca el sello... lo lograremos- respondió Ino.
Ante eso, la duda había crecido en el jōnin puesto que, si bien sonaba a una buena idea, no podía arriesgar la integridad de su alumna de esa forma, pero antes de que pudiera pronunciar palabra alguna, la rubia procedió a interrumpirlo...
-Utilizaré mi jutsu de transferencia de mente, aunque no sé por cuanto tiempo voy a lograr detenerlo en ese estado- dijo.
Mirando a Ino, el del sharingan pudo observar aquel rostro totalmente llenó de preocupación que había en ella.
La entendía.
-Bien, hagámoslo entonces- decía Kakashi finalmente.
Así, ambos se pusieron en marcha, y mientras el del sharingan se colocaba a espaldas del Uzumaki, Ino se mantuvo de pie frente a él, mientras colocaba sus manos en aquella posición distintiva al momento de querer efectuar su jutsu familiar.
-Jutsu de transferencia de mente...-
[Shintenshin no jutsu]
Y justo antes de que Naruto la atacara, el jutsu fue efectuado de manera perfecta, mientras se observaba a la rubia caer en el lugar donde había estado de pie, y mientras se observaba, por igual, al Uzumaki totalmente inmóvil...
...
Al abrir sus ojos, el panorama que podía observar Ino era algo inesperado, por decir cuanto menos. Más que nada por el hecho de que, en sí, todo era oscuridad.
Aunque no era una oscuridad total, como tal, podía mirar sus manos, podía mirar cualquier parte de su cuerpo pero, a su alrededor, todo era penumbra. Era como si la única fuente de luz que había la estuviera acompañando en todo momento.
Pero, de la nada, un sonido hizo que sus sentidos de alerta se activaran casi de manera instantánea, ya que escuchando más atentamente, la rubia podía jurar que había escuchado aquel peculiar sonido antes...
Así que sin perder el tiempo, la jóven Yamanaka siguió lo que parecía ser el sonido del llanto proveniente de un bebé, y entre tanta oscuridad a su alrededor, era muy poco probable que se perdiera si solamente se guiaba por el sonido... aunque, de pronto, una tenue luz roja mezclada con algo de naranja hizo presencia a sus pies, y mirando nuevamente hacía el frente, junto a sus alrededores, observó aquella gigante puerta que una vez logró mirar dentro de la mente de Naruto mientras tenían su prueba escrita en los exámenes chunin.
Entonces, tragando un poco de saliva, Ino se acercó, algo temerosa, pero decidida, hasta que... aquellos gigantescos ojos de un color rojizo hicieron su aparición pero, en esta ocasión, la conexión mental no se quebró al instante como en aquella ocasión.
-Otra vez tú- resonó una voz grave.
Eso había desconcertado, de cierta forma, a la rubia quien, cambiando su semblante a uno más serio, habló.
-Tú eres el kyubi... ¿no es así?- preguntó.
-Acertaste- respondió el inmenso bijū.
Tratando de controlar su respiración lo más que podía, Ino habló, y aún sabiendo que las palabras próximas a salir de su boca iban a sonar muy incredulas, la rubia se llenó de valor y encaró de manera ligera a quien tenía al frente.
-¿Por qué no dejas a Naruto en paz?- preguntó.
Aquello solamente provocó una risa genuina del kyubi quien, quedando en silencio poco después, la miró.
-Primero deberías preguntarte quienes fueron los que me encerraron aquí, deberías preguntarte si realmente soy yo quien no está dejando en paz al mocoso...- decía, mientras se aercaba cada vez más hacía los límites de la enorme puerta que lo mantenía encerrado.
En un inicio, al verlo tan de cerca, se sintió totalmente intimidada por el tamaño tan colosal que el kyubi tenía, pero tras escuchar aquellas palabras... debía admitir que no sonaba agradable el hecho de estar ahí en contra de su voluntad.
-Lamento que te haya sucedido eso- respondió Ino, mientras captaba la total atención del bijū. -No puedo decir con total seguridad que te ayudaría a salir porque... porque eso significaría perder a Naruto, pero realmente lamento que estes encerrado en contra de tu voluntad... siento mucho no poder hacer más por ayudarte- dijo.
Eso había generado que el kyubi quedará en total silencio, mientras contemplaba a la rubia. Esa mocosa había sido la primer humana que le pedía disculpas sinceras por la situación en la que él se encontraba. Pero tras años de estar encerrado en el interior de Naruto, podía decir con algo de seguridad que, fuera de que el mocoso era irritante y a veces lo provocaba... ella le recordaba un poco a él.
Así, aquella luz tenue que iluminaba el lugar comenzó a desaparecer, llevándose consigo de igual manera al bijū, pero antes de volver por completo a algún sitio dentro del subconsciente de Naruto, su voz se escuchó una vez más.
-Te daré unos segundos más... aprovechalos-
Y de esa manera, aquella imponente presencia desapareció pero, al frente de la jóven Yamanaka, una silueta muy familiar hizo presencia, y tras acercarse hasta él, lo abrazó.
...
-!Ino!-
-¡Ino!-
-¡Ino!-
Abriendo sus ojos con algo de dificultad, y mientras aún estaba en el suelo, la rubia miró a su costado, observando de esa forma a Kakashi mientras este sostenía al Uzumaki en sus brazos.
Así que sin perder más tiempo, y levantándose como buenamente pudo, corrió hasta donde se encontraban, socorriendo de esa manera al rubio.
-¡Naruto!- decía, mientras sentía su pulso, notando que estaba normal, logrando calmarse casi al instante. -Menos mal que está bien...- dijo, quedando al lado de ambos.
Tras ello, la aparición tanto de Chiyo como de Sakura generó una sonrisa de felicidad en ambos.
-¿Cómo ha ido todo?- preguntó el del sharingan, mirando a la pelirosa.
-Fue difícil pero logramos acabar con él- respondió, sonriendo ligeramente.
Observando el estado de ambas, Ino se acercó a Sakura, mientras comenzaba a curar las heridas que se podían mirar en sus brazos ya que al ser cortes, estos debían de tratarse para evitar algún tipo de infección.
-Yo me curé de camino aquí... curala a ella- dijo la pelirosa, mirando a la anciana.
Asintiendo, la jóven Yamanaka se acercó hasta Chiyo quien, sonriéndole, solo le agradeció, y aunque no había muchas heridas que tratar, no estaba de más.
Aunque, notando que el Uzumaki estaba comenzando a abrir sus ojos, Ino lo miró... mientras un poco de lágrimas se habían comenzado a acumular en sus ojos.
-¿Qu-qué pasó?- preguntó el rubio, mientras se sentaba. -¿Dónde está aquel tipo? ¿escapo?- preguntaba.
Suspirando, el del sharingan se dejó caer ligeramente en el suelo. Su sharingan había requerido de una cantidad de chakra exagerada la cual, al menos hasta ese punto, hacía algo difícil el mantenerse totalmente de pie.
-Al parecer así es- dijo.
Aquellas palabras solo hicieron que Naruto apretara sus puños en una clara señal de enojo.
Pero, de pronto, un sonido cercano a ellos los alertó... tratándose del equipo Guy, los cuales se encontraban tratando de acorralar al Akatsuki que habían perdido de vista.
-¡No bajen la guardia, ese sujeto es muy hábil!- se escuchó a Kakashi.
De esa manera, todos los presentes observaron con suma intriga la persecución que el equipo Guy estaba logrando.
Pero tras varios minutos en los cuales el Akatsuki no parecía dar señales de poder escapar, y tras haber recurrido a su ave que había creado con la boca que había en su mano, este pareció estar masticando el material que había utilizado para sus explosiones.
-Tal parece que me hicieron llegar hasta este extremo...- se escuchaba a Deidara, mientras masticaba. -¡Ahora morirán junto conmigo!-
De esa forma, el Akatsuki comenzó a inflarse de una manera totalmente anormal, provocando que todos corrieran en dirección opuesta hacía donde iba dirigida la explosión...
Aunque, de un momento a otro, como si se tratara de alguna especie de magia, la explosión desapareció sin dejar rastro alguno.
-¿Qu-qué acaba de pasar?- preguntó la pelirosa.
Y mientras todos observaban a Kakashi, este se encontraba jadeando, sumamente cansado.
-Envíe la explosión hacía otra dimensión gracias a mi sharingan- respondió.
...
Habiendo retomado la tarea anterior, ahora fuera de los bosques y en una explanada, ambos equipos miraban con atención a Ino y Sakura tratar de, quizás, sanar lo suficiente a Gaara para que pudiera dar una señal o indicio de que había vida en él.
Pero, sin éxito alguno, Sakura miró a la rubia, mientras negaba con su cabeza. Y habiendo entendido lo que eso significaba, dejó de igual forma la curación con su ninjutsu médico.
-¿Qué pasa? ¿por qué se detuvieron?- preguntaba el Uzumaki.
Y mientras ambas se levantaban del suelo, lo miraron.
-No hay nada que hacer, Naruto, él... murió- dijo Ino.
Sin decir palabra alguna, el jóven Uzumaki caminó hasta pasar por delante de ellas, dejándolas a su espalda, mientras observaba a Gaara.
Al mirarlo, la abuela Chiyo se percató después de unos momentos de las pequeñas gotas que estaban cayendo desde las mejillas del rubio.
-Gaara... ¿por qué le tuvo que pasarle esto a él?- se escuchaba. -Luchó demasiado para poder cambiar el rumbo de su vida, para convertirse en Kazekage y de esa forma hacer que el miedo de su pueblo hacía él quedara en el pasado... todo por ser un jinchuriki- decía, sollozando.
Agachando ligeramente su mirada, la abuela Chiyo habló.
-Debes tranquilizarte- dijo.
Pero al escuchar eso, Naruto se dió la vuelta, mientras un cúmulo de lágrimas bajaban y bajaban por sus mejillas, reflejando de esa forma la tristeza y el enojo que inundaba su ser.
-¡¿Cómo puede decirme que me tranquilice después de que usted ayudó a que le metieran esa criatura a Gaara?! ¡¿Cómo es que tiene el descaro de decirme algo como eso?!- respondió, mientras agachaba de igual manera su mirada, un poco apenado por su falta de control. -Si ustedes no le hubieran hecho eso a Gaara, si su padre no hubiera hecho eso... él seguiría vivo- dijo finalmente.
Esas palabras dejaron un enorme vacío en Chiyo.
Como tal, recordando gran parte de su vida, no había mucha cosa la cual le hiciera sentir orgullosa, claro que dejando de lado el momento en que se convirtió en una kunoichi de Sunagakure y cuando recibió el rango de jōnin... pero fuera de ello, no había más.
Todo en su vida había sido mayormente desastre y fracaso y, al final, esas decisiones del pasado habían alcanzado a alguien quien, realmente, no merecía nada de lo que le había sucedido.
Pero ahora, en la actualidad, mirando a aquel jóven proveniente de Konoha, tenía la esperanza de un futuro mejor. Un futuro en donde no solamente Suna y Konoha prosperaran, sino que, de manera general, la desgracia y el odio entre las naciones dejara de existir.
Y con el veneno de quien alguna vez fue su nieto invadiendo cada vez más su cuerpo, al mirar a Gaara en el suelo, una especie de revelación llegó a ella.
Quizás... ¿quizás este era el propósito por el cual había seguido con vida?
Si... en los últimos momentos de su camino, y estando cerca del borde, sabía que este era el momento para enmendar un poco de aquellas decisiones que cometió en el pasado y, de esa manera, devolverle un poco de lo que le había arrebatado a Gaara al participar en un acto como el ritual de un jinchuriki.
Así que sonriendo, y caminando hasta el Kazekage, Chiyo se agachó, mientras colocaba ambas manos en el pecho del chico.
-¿Qu-qué hace?- preguntó el Uzumaki, aunque sin obtener una respuesta.
Pero aquel acto no pasó desapercibido para la pelirosa puesto que, al mirar el color del chakra que se estaba implementando, este era muy distinto a un ninjutsu médico tradicional.
-Esto me está costando más de lo que imaginaba, maldición- pensaba Chiyo.
En si, el veneno en su cuerpo estaba actuando de una manera rápida, y sumando su batalla que tuvo junto a Sakura en contra de su nieto, eso la había desgastado demasiado, a tal punto de que apenas y le estaba quedando chakra, inclusive después de la curación que había recibido por parte de Ino.
-¡Abuela Chiyo, no se fuerce sin tener la cantidad de chakra que se requiere!- mencionaba Sakura.
Eso había dejado una nula respuesta por parte de la anciana quien, aguantando como podía, seguía suministrando el chakra que podía reunir para completar su jutsu... pero, de pronto, un par de manos se ofrecieron para asistir con el chakra suficiente, y alzando su mirada, la abuela miró a Naruto.
-Por favor, déjeme ayudarla- dijo el rubio.
Eso marcó una sonrisa instantánea en el rostro de la mujer quien, asintiendo, habló.
-Coloca tus manos sobre las mías- comentó.
Y de esa manera, el Uzumaki siguió aquella instrucción, notando de manera rápida como su chakra ya estaba sirviendo de soporte para el jutsu que Chiyo quería emplear.
-¿Qué clase de ninjutsu médico es ese? no se parece en nada a cualquier cosa que he aprendido de Tsunade-sama- preguntó Ino, algo intrigada, mirando a la pelirosa.
-Es, en esencia, un ninjutsu médico, pero la diferencia radica en que, como tal, no solo está curando a la persona... sino que le está entregando su propia vitalidad a cambio- respondió Sakura.
Eso dejó impactados a todos, quienes mirando a la anciana, sabían lo que significaba.
Aunque, aún en el suelo, la voz de la mujer se escuchó nuevamente.
-Naruto... dime, ¿cuál es la cosa más grande que quieres lograr como shinobi?- preguntó.
Esa cuestión había tomado un poco por sorpresa al rubio quien, observándola y mientras trataba de mantener su concentración para no dejar de fluir chakra a través de sus manos, respondió.
-Lo más grande que quiero lograr es convertirme en un Hokage... ser el mejor de todos- comentó.
-Ya veo... es bueno que una persona como tú tenga una meta tan grande, pero tengo la certeza de que lo serás- comentaba, mientras el Uzumaki solo prestaba atención. -Durante la mayor parte de mi vida no ví a ningún líder centrado en terminar el odio sin sentido que había entre nosotros pero, mirándote, y mirando como te preocupas por alguien que no es, siquiera, de tu propia aldea... me pone felíz, porque sé que el futuro te tendrá a ti, una luz entre tanta oscuridad que nos ha rodeado por muchos años- decía, sonriendo. -Por todos aquellos camaradas que cayeron debido a un odio sin sentido y por todos aquellos que, de manera indirecta, fueron afectados por las decisiones de mi generación, conviértete en Hokage, Naruto, conviertete en el mejor que ha habido... porque sé que tú puedes ser el cambio que el mundo necesita- dijo finalmente, para después mirarlo.
Y mientras el Uzumaki la miraba, de igual manera, asintió en respuesta.
-Se lo prometo- respondió.
Aquella respuesta logró reflejar, de nueva cuenta, otra sonrisa genuina en el rostro de la anciana quien, después de un par de segundos, habló nuevamente.
-Sakura, Ino- se escuchó, mientras ambas respondían. -Ambas son mujeres muy fuertes y muy talentosas también... aunque no tuve la oportunidad de mirar tus habilidades al completo, sé por Kakashi que tienes un potencial muy grande, ciertamente eres una persona talentosa con tu afinidad al agua, así que no dejes de entrenar, Ino- decía.
Con ello, la rubia solo hizo una reverencia a espaldas de la mujer.
-Me esforzaré mucho, Chiyo-sama- respondió.
-Y en cuanto a ti, Sakura- mencionaba la abuela nuevamente. -Tu ninjutsu médico es esplendido, es uno de los mejores que he logrado presenciar a lo largo de mi vida... además de que eres una persona muy inteligente en combate- decía, mientras sonreía. -No conozco bien a tu maestra salvo por historias y anécdotas de quienes alguna vez se la toparon pero tienes todo para superarla un día y, siendote sincera, estoy segura de que así será... nunca dejes de avanzar y creer en ti misma, eres una gran mujer- dijo finalmente.
Tras escuchar aquellas palabras, los ojos de la pelirosa se cristalizaron de manera ligera, y al igual que Ino, Sakura realizó una reverencia a espaldas de la abuela.
-Gracias, Chiyo-sama- respondió.
De esa manera, la mujer alzó su mirada, observando aquel basto cielo azúl que los acompañaba en ese momento. Y mientras una suave brisa acariciaba su rostro, una última sonrisa escapo de sus labios.
-Al final... hice algo bien-
...
Muy tarde por la noche
Tocando hacía la puerta que tenía frente a ella, Ino espero una respuesta. Y tras algunos segundos sin recibir una, la rubia logró darse cuenta que, aparentemente, la puerta se encontraba abierta, ingresando de esa manera.
-¿Naruto?- preguntó.
A pesar de no recibir respuesta alguna, Ino se adentro más en la habitación, y tras unos instantes en los cuales buscó al Uzumaki, finalmente lo vió mientras este se encontraba recargado fuera de la habitación en una especie de pequeño balcón que su habitación tenía, mirando hacía la aldea.
-Hola...- se escuchó.
Girando, Naruto sonrió.
-Hola, Ino, es bueno verte- respondió.
Acercándose hasta quedar a su lado, la rubia suspiró.
-Fue una misión larga, pero al final, de cierta manera, la cumplimos- mencionaba.
-Si, así es... solo que me hubiese gustado que ninguna vida se perdiera en el camino- dijo el Uzumaki.
-Ella hizo lo que hizo por voluntad propia, y creo que por esta ocasión, no debemos sentir pena o tristeza- comentó Ino.
Algo confundido, Naruto la miró.
-¿A qué te refieres con eso?- preguntó.
-Me refiero a que, al final, Chiyo-sama sabía lo que estaba haciendo, y después de saber que había sido envenenada... sinceramente dudo que hubiésemos logrado llegar a tiempo para poder salvarla- decía. -Pero ella sabía muy bien eso, por esa misma razón hizo ese sacrificio por Gaara, y al final de todo, sentir pena o tristeza por un acto como ese, solo significa manchar el legado de la persona que lo hizo- dijo, mientras sonreía.
Aquellas palabras dejaron muy pensante a Naruto, y era que, como tal, él no había notado el hecho de que la abuela le había comenzado a dar su vitalidad a Gaara en el momento que puso las manos sobre su pecho. Para el rubio, aquello lo interpretó como si se tratara de un ninjutsu médico normal... pero al final no había sido así, a tal punto de que cuando los demás shinobis de Suna llegaron al lugar y Kankuro se lo comentó, quedó en shock.
Fuera de todo, las palabras de Ino tenían sentido. Un acto como ese, al final, es algo que pocas personas pueden hacer, y en palabras de Temari, la visión de Chiyo cambio después de que esta conociera a Naruto, Kakashi, Ino y Sakura.
Cambio desde el momento en el cual se entero que un grupo de shinobis provenientes de Konoha iba a ayudar en el rescate de su Kazekage.
-Tienes razón- respondió el Uzumaki, sonriendo también. -Creo que la mejor manera de honrar su memoria será cumpliendo las expectativas que tenía de nosotros- dijo.
Tras ello, ambos miraron un poco más a la aldea.
En sí, Suna no se veía mal por la noche, era acogedora, su gente era muy amable y el clima por la noche era muy disfrutable, y aunque no se parecía en nada a Konoha, las vistas seguían siendo increíbles desde la torre del Kazekage.
-¿Sabes? he estado pensando mucho en algo, Naruto- se escuchó nuevamente a la rubia.
Mirándola, el Uzumaki habló.
-¿En qué?- preguntaba.
A pesar de que ya había pasado mucho tiempo que no le sucedía, aquel movimiento de hombros había vuelto a hacer presencia en Ino quien, sonrojada, miró al rubio.
-T-tú... ¿tú qué opinas sobre dar el siguiente paso?- preguntó.
Esa cuestión solo hizo que Naruto quedara paralizado, aunque junto a ello, un ligero sonrojo había comenzado a aparecer en sus mejillas.
-C-con eso te refieres a que s-si yo y tú, q-quiero decir, si tú y yo, bu-bueno, ya sabes, n-nos volvemos...- decía como buenamente podía.
-Una pareja, s-si... pensé mucho acerca de eso hace unos días y...- decía la rubia, mientras suspiraba para tratar de calmarse un poco. -Y quiero que seamos una... claro que si es lo mismo que tú quieres- dijo finalmente.
De esa manera, ambas miradas se conectaron, y aunque tres años habían pasado desde que ambos revelaron sus sentimientos, aquellas sensaciones no se habían ido en ningún momento.
Él se sentía bien con ella.
Y ella se sentía bien con él.
Así que, sin más, ambos se acercaron, compartiendo de esa manera un beso prolongado.
Un beso que, aún con la distancia de tres años, fortalecía la relación entre ambos.
Y aún con los problemas que todavía tenían por delante, esta vez los afrontarían juntos.
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