03.- La llegada a Sunagakure
Habiendo transcurrido apenas una hora desde que todos habían salido de Konoha, el equipo podía observar la velocidad a la que pretendía avanzar el Uzumaki.
-¡Oye, Naruto, no vayas tan rápido!- se escuchó finalmente la voz de Sakura.
-¡Tenemos que llegar lo más pronto posible, mientras más tiempo pase, todo se pondrá peor!- respondió el rubio.
-Tampoco es como que vayas a llegar hoy mismo a Suna con la velocidad que estás llevando... solo vas a lograr cansarte más de lo debido- mencionó Kakashi.
Aunque después de ello no tuvo respuesta alguna, pero una sola mirada se mantenía fija en la espalda de Naruto, y era la de Ino. Como tal, ella no podía entender al cien por ciento lo que el rubio estaba sintiendo, o siquiera pensando, pero sabía desde hacía mucho tiempo la conexión que había entre Gaara y él.
-Quizás si tú le dices algo, te haga caso- escuchó al costado de la rubia.
Y mirando en esa dirección, observó a Sakura.
-¿Por qué piensas que le diría algo?- preguntó Ino.
-Bueno, teniendo en cuenta de que los dos han compartido mucho y recientemente salieron, una pensaría que, muy probablemente, a ti si te escucharía- comentó la pelirosa.
Mirando nuevamente hacía el frente, Ino habló.
-Por el momento estamos yendo a un buen ritmo, incluso siguiendo su velocidad, pero él sabe que por la noche vamos a tener que descansar y eso no se pone a votación alguna- comentó.
-Tiene sentido...- pensaba la pelirosa.
Afortunadamente para Sakura, esta podía seguir la velocidad con la que se estaban moviendo, y si era sincera, no se estaba sintiendo para nada cansada.
...
Para Temari, la mayor parte de la mañana que había estado en Konoha se había sentido algo... incómoda, por decirlo de alguna manera. No era el ambiente en sí, tampoco lo diferente que era de Suna, sino que era algo más.
Era como una sensación de un mal presagio. Una sensación que no se había podido quitar incluso después de partir desde muy temprano por la mañana hacía su hogar e incluso después de haber pasado por algo para comer en el camino de vuelta.
Y ahora, mientras había retomado el camino hacía su tierra, esa sensación había regresado, y junto a ello...
-¡Temari-san!-
...
-¿Por qué me pidió para esta misión, Kakashi-sensei?- preguntó Ino.
Al mirarla, el del sharingan sonrió por debajo de su máscara.
-Bueno, nos faltaba uno, y teniendo en cuenta de que tus compañeros están ocupados, supuse que no tendrías inconveniente alguno en venir... además, hemos entrenado lo suficiente como para coordinarnos un poco, así que un apoyo extra no viene mal ¿no crees?- mencionaba. -Además, una cosa es practicar, y otra muy distinta es la situación real, así que me gustaría ver qué tanto has progresado en realidad- dijo.
Devolviendo su mirada al frente, la jóven Yamanaka sonrió de igual manera.
-Se habría dado cuenta de lo mucho que he progresado si tan solo no se contuviera cuando practicamos- respondió.
-Esa parte es solo una porción de lo que estoy seguro que puedes hacer- comentó Kakashi.
Asintiendo, Ino sonrió.
-Espero estar a la altura, Kakashi-sensei, creo que una cosa es proteger o escoltar a alguien de simples ladrones o mercenarios, y otra muy distinta es ir tras shinobis que lograron derrotar al Kazekage- dijo.
Aunque la respuesta por parte de Kakashi se interrumpió cuando, tras unos segundos, la voz de Sakura se escuchó.
-¡Miren, es Temari!- dijo, señalando hacía el suelo.
Y al observar, la jóven de la arena se encontraba caminando.
-Bajemos- dijo Kakashi.
Con ello, el equipo que había mandado Konoha en ayuda de Gaara bajó hasta encontrarse a nivel del suelo...
-¡Temari-san!- se escuchó.
Girando, una leve expresión de sorpresa se vió reflejada en Temari pero, aunado a eso, aquel sentimiento o sensación de que algo malo estaba pasando se intensificó todavía más.
-¿Chicos? ¿qué hacen aquí?- preguntó, confundida.
Suspirando ligeramente, Kakashi habló.
-Esta mañana la Hokage recibió un mensaje proveniente de tu aldea... en el cual informaban que el Kazekage había sido capturado por el grupo llamado Akatsuki- decía, observando el cambio notable en el rostro de Temari. -Lo lamento- dijo nuevamente el del sharingan.
Y mientras procesaba lo que acababa de escuchar, la jóven del desierto sacudió su cabeza.
-Debemos ponernos en marcha entonces, tengo que llegar cuanto antes- dijo.
Con ello, todos apresuraron el paso una vez más.
...
Algunas horas después
-Tsunade-sama, ¿cree que haya sido lo correcto enviar a Naruto?- preguntaba Shizune. -Quiero decir, ya iban Kakashi y Sakura, y con la inclusión de Ino a mí me parecía un equipo más que completo sin la necesidad de arriesgar a Naruto enviándolo también- mencionó.
Aquella decisión había estado rondando por bastante tiempo en la cabeza de Tsunade desde que el equipo Kakashi había partido por la mañana, y como tal, se podía decir que la quinta había aprendido de aquel error que cometió cuando, a falta de personal más capacitado, envío al grupo de genins en la busqueda de Sasuke para así traerlo de vuelta, arriesgandolos y poniendo en riesgo sus vidas al enfrentarse contra shinobis de un nivel mayor al de ellos.
Así que, suspirando, la legendaria sannin miró a Shizune.
-Pienso que estará bien, no sé si ha madurado del todo en el sentido de que se sepa controlar ante cualquier provocación que pueda costarnos muy caro pero...- decía, mientras un suspiro ligero escapaba de ella. -Confío que, al menos en ese aspecto, tanto Ino como Kakashi y Sakura lo mantendrán a raya- dijo finalmente.
-Entiendo... ¿aún así no cree que sería bueno enviar un poco de refuerzos? solamente por las dudas ya que, bueno, no estamos hablando de shinobis comunes y corrientes, usted lo sabe muy bien- comentó, de nueva cuenta, Shizune.
Aquello realmente le parecía un poco raro a la quinta, como tal, nunca había recordado a Shizune cuestionar de esa forma las decisiones que ya había tomado... ¿quizás eso era una clara señal para actuar?
Al final, si todo en la misión salía bien, todos regresarían sanos y salvos, así que por ese lado, entonces los refuerzos estarían muy bien.
Sin más, y dejando todo el papeleo que había estado manejando encima de su escritorio, Tsunade miró a Shizune.
-¿El equipo de Guy ya ha llegado?- preguntó.
Sonriendo, Shizune negó con su cabeza.
-Deberían estar aquí hoy, entonces es muy probable que no tarden en llegar- respondió.
Asintiendo, Tsunade habló una vez más.
-Cuando sepas que están aquí, no pierdas el tiempo y envíalos como refuerzos para el equipo Kakashi... esta vez no voy a subestimar la situación- dijo.
...
Observando al Uzumaki avanzar con mucha más intensidad, todos lo miraron con algo de intriga, sobretodo Temari, aunque por parte de Sakura, esta habló.
-¡Naruto, ya te dijeron que no vayas tan rápido!- decía.
-¡No puedo!- respondió el rubio de manera rápida, con algo de enojo en su voz. -¡Tenemos que avanzar lo más que podamos antes de que caiga la noche!- dijo.
Al mirar eso, para Temari aquella era una actitud de Naruto que nunca había visto, y no era que lo conociera mucho ciertamente, pero siempre que se había encontrado con él, enojo era lo menos que había podido mirar en su actitud.
-¿Por qué actúa de esa forma?- preguntó la jóven de la arena.
Ante aquella cuestión, todos quedaron en silencio, lo cual había parecido algo extraño tanto para Sakura como Temari quienes, mirándose, no entendían lo que sucedía... aunque tras unos segundos, el mismo Naruto habló.
-Porque... al igual que yo, Gaara es un jinchuriki- respondió.
Eso hizo que los ojos de Temari se abrieran en una clara y enorme expresión de sorpresa.
-¿Jinchuriki? ¿qué quieres decir con eso?- preguntó la pelirosa.
-Un jinchuriki es una persona que sirve como el recipiente para un bijū... es a lo que se refiere- se escuchó a Ino.
Asombrada, de igual manera, la pelirosa miró a su amiga quien, mirando hacía el frente, solo pudo suspirar.
-Ellos fueron por mí hace varios años cuando estaba de viaje con el sabio pervertido para traer a la abuela Tsunade... y hasta ahora se han puesto otra vez en marcha para lo que sea que están planeando hacer- decía el Uzumaki, mientras apretaba sus puños. -Pero... ¿por qué tenía que ser Gaara? después de todo lo que él ha pasado para estar donde está, después de todo...- se escuchó.
Mirando la espalda de Naruto, un sentimiento extraño había llegado a Temari.
La jóven de la arena como tal no entendía del todo a su hermano pequeño. Habían sido muchos años en los cuales Gaara se había cerrado a tener comunicación o incluso algún tipo de conexión con otra persona que, incluso para ella y Kankuro, se había vuelto algo habitual.
Pero conforme pasaron los años desde que ocurrió la invasión en Konoha, algo había cambiado en Gaara. Se había vuelto más abierto, más calmado e incluso había vuelto a convivir con sus hermanos.
Quizás el encuentro que tuvo con Naruto le había servido, de una forma u otra, para saber que podía cambiar su vida para bien... pero con lo que estaba ocurriendo en esos momentos, la misma pregunta invadía el ser de Temari.
¿Por qué Gaara?
¿por qué no podía tener un respiro?
Pero, de repente, un par de gotas cayeron en una de sus mejillas, y fijando su mirada nuevamente en Naruto, pudo observar otras cuantas lágrimas siendo dejadas atrás por la corriente de aire que había debido a su velocidad.
-Naruto Uzumaki...- pensó.
Y era que, al final de todo, quizás él era la única persona quien genuinamente podía entender por todo lo que Gaara había pasado.
Aunque parte de Kakashi, este observó hacía el cielo, y dado que los últimos rayos de luz ya se estaban perdiendo por la inminente llegada de la noche, habló.
-Bien, paremos- se escuchó.
Con ello, el equipo se detuvo.
-Aún queda algo de luz, deberíamos seguir- decía el rubio.
-No, puesto que nos queda mucho camino por recorrer, es mejor descansar ahora para tratar de dormir, comer y reponer energías, es lo más conveniente por el momento- dijo el del sharingan.
-¡Pero...!- se había vuelto a escuchar la voz del Uzumaki, quien fue interrumpido.
-Kakashi-sensei tiene razón, Naruto... todos estamos aquí para llevar con éxito la misión, pero no serviremos de mucho si llegamos fatigados- dijo Ino, interrumpiendo su protesta.
Asintiendo, Temari habló también.
-Entiendo tu descontento con la situación, puesto que hablamos de mi hermano pequeño... pero ambos tienen razón- mencionó.
-Escuchala a ella, no eres el único que está preocupado por todo esto- dijo Kakashi nuevamente.
Con ello, el Uzumaki no hizo más que apretar sus puños y asentir en respuesta.
-Bueno, crearemos una pequeña fogata y partiremos antes del amanecer, coman y descansen lo que puedan- decía Kakashi, quien miró a Ino. -¿Puedes percibir si estamos solos? no quisiera tener algún imprevisto con cualquiera que desee intentar robarnos o algo por el estilo- comentó.
Asintiendo, la rubia tomó asiento en el suelo, para después cerrar sus ojos.
Aunque tras varios segundos, mientras era observada por todos...
-Creo que tendremos una noche tranquila, no hay más presencias a la redonda aparte de nosotros- dijo Ino, abriendo sus ojos.
...
Con la noche en su totalidad encima de los cinco, y mientras el sonido de la madera crujiendo dentro de las llamas era lo único que se escuchaba, Ino observó como Naruto se levantó, mientras se alejaba de ellos hasta quedar solo, subiendo de esa forma a un árbol.
-Creo que deberías hablar con él- dijo Sakura.
Algo sorprendida por ese comentario, la rubia la miró.
-No siento que haya algo que yo pueda decir para que se tranquilice... y creeme, me encantaría poder decir algo alentador en estos momentos para levantar el ánimo general- respondió la rubia.
-A veces no se trata de decir algo que pueda hacer sentir mejor a otra persona, Ino- mencionó Kakashi, captando la mirada de su alumna. -Sino que, en ocasiones, solo se trata de estar ahí para que esa persona tenga un hombro en el cual sostenerse... a veces es lo único que se necesita- dijo.
Tras escuchar eso, Temari miró a Ino, y recordó.
A pesar de haber ido ya en algunas cuantas ocasiones a Konoha para estrechar lazos entre su pueblo y ellos, no había tenido mucho contacto con la jóven Yamanaka, pero la recordaba.
Recordaba la manera en como Gaara observó a Ino sosteniendo en sus brazos a Naruto después de que ambos cayeran cansados tras su combate.
Recordaba el como Ino, cuando Gaara le preguntó qué significaba Naruto para ella, solo respondió que era una persona muy especial en su vida y que, además, era el chico que le gustaba.
Ahora entendía mejor esa mirada de preocupación que Ino brindaba al observar la espalda del Uzumaki.
Entonces, sonriendo de manera algo ligera, la jóven de la arena habló.
-Ellos tienen razón, deberías hablar con él- dijo de igual manera Temari.
Con ello, Ino miró a los tres, solo para después asentir, levantándose así de la hoguera, y mientras observaba en dirección de Naruto, suspiró.
Y después de caminar un poco, subiendo al mismo árbol para estar junto a él...
-Hola- dijo la rubia, sonriendo.
Mirándola, el Uzumaki de igual manera sonrió, aunque esta vez no parecía ser una sonrisa genuina como las que le había brindado en el pasado, más bien parecía una forzada.
-¿Te molesta si te acompaño un poco?- preguntó Ino, mientras que el Uzumaki solo hizo más espacio en donde estaba sentado. -Ha pasado mucho tiempo desde que salimos en una misión juntos- mencionó, sentándose junto a él.
Riendo ligeramente, Naruto habló.
-Ni que lo digas... solo que habría bueno el hecho de que fuera una igual a la que tuvimos en la garra- respondió el Uzumaki.
Sonriendo, Ino miró hacía el cielo, y a pesar de que la mayoría de copas se encontraban cubriendo gran parte de su vista, una buena porción de estrellas se podían observar.
-El cielo se ve hermoso- comentó, logrando que Naruto mirase, de igual forma, hacía arriba.
Con esa vista, Naruto suspiró.
-¿Crees que Gaara este bien?- preguntó.
Aquella cuestión la había tomado un poco por sorpresa... pero al final eran shinobis, no podía decir con seguridad que el Kazekage se encontraba a salvo, y claro que, también, mucho menos podía decir con seguridad si aún seguía vivo pero, mirando a Naruto, Ino habló.
-Yo... sinceramente no sabría decir con seguridad de que lo está- decía, sin recibir expresión alguna por parte del Uzumaki. -Pero si te puedo asegurar de que haremos lo que haga falta para rescatarlo... aunque, para eso, te necesitamos concentrado también- dijo.
Con eso, ahora si se había ganado una mirada de Naruto.
-Lo siento- decía. -Todo se ha acumulado en tan poco tiempo que me tomó con la guardia baja, y tras enterarme de que esos mismos tipos que intentaron secuestrarme fueron los que tienen a Gaara, no lo sé, fue difícil de procesar... pero prometo que de ahora en adelante mantendré la concentración al máximo, no quiero defraudarlos a ustedes- dijo.
Esas palabras lograron marcar una sonrisa muy amplia en Ino.
-Ese es el Naruto que yo conozco- dijo.
Aunque para sorpresa del Uzumaki, un ligero beso en su mejilla fue dado por parte de la rubia, y mientras esta última ganaba un ruborizado un tanto tenue por la reacción que había observado en Naruto, no dudó en postrar su cabeza en uno de los hombros de él.
Pero, en el suelo, y mirando aquella escena, una pequeña sonrisa se podía mirar en Sakura... aunque, de igual forma, una mirada con tristeza se podía ver reflejada en sus ojos.
...
En la frontera con el país del viento
-Bien, llegados hasta este punto, ustedes deberán seguirme a mí... el desierto puede ser mortal si se pierden o se separan, así que mantenganse juntos- comentó Temari.
Y mientras todos asentían, el equipo de Kakashi entró finalmente a territorio de Sunagakure.
...
Las horas habían transcurrido de manera rápida pero, de manera desafortunada, una tormenta de arena lo bastante severa había cortado el camino que el equipo llevaba.
-¿En serio no podemos movernos con la tormenta? no se ve como la gran cosa- comentó el Uzumaki.
-Puedes, sí... pero en el desierto, las tormentas de arena no son temidas porque puedan dañarte, sino por lo que conlleva estar en medio de una como la que está sucediendo ahora- decía Temari, mientras fijaba su mirada en Naruto. -Por ejemplo, el sonido del viento es intenso y nuestras voces no se escucharían, también la vista se reduce y si intentas mirar alrededor, todo el tiempo estará entrando arena en tus ojos, lo cual causaría que te desorientes y te separes del resto, dejándote a tu suerte en un desierto con temperaturas muy bajas por la noche... y si sobrevives, al siguiente día te encontrarás con temperaturas demasiado altas que van a lograr deshidratarte muy rápido, lo cual te provocará alucinaciones, fatiga y tus fuerzas irán mermando poco a poco hasta que finalmente no te puedas mover en lo absoluto, además de que te encontrarás sin comida, lo que equivale a morir lentamente por inanición y, junto a ello, no se podrá encontrar tu cadaver puesto que, con el paso de las horas, la brisa moverá la arena, ocasionando que esta lo cubra junto a todas las huellas que podrías haber dejado- respondió Temari.
Ante tal extensa explicación, el jóven Uzumaki solamente tragó saliva, regresando a su lugar junto a la pequeña fogata que habían hecho con algunos materiales que habían llevado consigo.
-Bu-bueno, creo que esto no está tan mal entonces- se escuchó al rubio, mientras reía de manera nerviosa.
Aunque mirando al Uzumaki, tanto Ino como Sakura solo pudieron mostrar un rostro de incredulidad, mientras que por parte de Temari, esta sonrió de manera ligera y algo burlona, para después mirar al exterior.
-Tal parece que no se quitará pronto, tendremos que pasar la noche aquí... maldición- pensó.
...
Al siguiente día, por la tarde
-¡Ya estamos cerca!-
Así, todos pudieron observar en la distancia lo que parecía ser una enorme montaña con una abertura en el medio, y mientras más se iban acercando, al parecer estaba siendo resguardada por vigías quienes, de manera rápida, saltaron de sus puestos, quedando así frente a ellos.
-¡Temari-san, me alegro que haya vuelto, la esperan en el hospital junto a los shinobis de Konoha!- decía uno de los vigías.
Y con ello, la jóven de la arena asintió, mientras miraba a todo el equipo de Kakashi, haciendo que todos la siguieran hasta el interior... y saliendo finalmente de aquel desfiladero, ahí estaba.
-Así que esta es Sunagakure... se ve muy agradable- comentó Ino.
Sonriendo, Temari habló.
-Si, debo decir que tiene su lado encantador, pero el aire seco es bastante molesto si se quiere llegar a tener una piel bonita- dijo.
Eso no hizo más que asustar a la jóven Yamanaka quien, con algo de repeluz, se alegró mentalmente de haber nacido en Konoha y no ahí.
...
-¡Kankuro!-
Al escuchar esa voz, los presentes en la sala médica miraron en dirección a ella, aunque la de una persona en particular se centro justo hasta el fondo desde donde Temari había ingresado.
-¿Puedo ayudar? también soy médico- se escuchó a Sakura.
Y mientras el personal médico le entregaba la información correspondiente sobre lo que debía saber acerca de la condición de Kankuro a la pelirosa, una voz con enojo resonó por toda la sala.
-¡Tú!- se escuchó por parte de una anciana.
En dirección hacía donde aquella mujer estaba apuntando, tanto Naruto, como Kakashi e Ino se miraron entre sí, confundidos a más no poder por aquella extraña reacción de esa persona.
-¿Yo?- preguntaban al mismo tiempo los tres.
Aunque no hubo más tiempo para pensar cuando, de la nada, observaron a la mujer cargar en contra de ellos...
-¡He estado esperando este día para poder vengarme, colmillo blanco!-
Eso no hizo más que marcar una enorme expresión de sorpresa en el rostro de Kakashi quien se logró quitar a tiempo, esquivando de manera exitosa el ataque de aquella anciana.
-¡Señora, creo que me confunde pero yo no soy el colmillo blanco!- trataba de decir el del sharingan.
-¡Si, como no! ¡jamás olvidaría tu rostro!- respondió nuevamente la mujer.
Y mientras Kakashi esquivaba una y otra vez los golpes, una nueva voz resonó desde dentro de la sala en donde se encontraba siendo tratado Kankuro.
-¡Hermana!- se escuchó, siendo totalmente ignorado. -¡Chiyo!- se escuchó de nueva cuenta, un poco más fuerte esta vez.
Finalmente logrando que la mujer se detuviera, esta observó a la persona que le estaba hablando.
-¡¿Qué quieres, Ebizō!?- respondió Chiyo, mirándolo.
Suspirando, el anciano habló.
-Solo estás haciendo el ridículo... mira bien de quien se trata, ese no es el colmillo blanco- dijo.
Ante aquellas palabras, la abuela miró nuevamente al jóven que estaba atacando... y parpadeando un par de veces, esta sonrió.
-¡Je! que pena, si que no eres el colmillo blanco, lamento haberte atacado jovencito- dijo.
Con ello, mientras Ino y Naruto observaban la risa de la abuela, estos solo pudieron mostrar una gran mueca de incredulidad, al igual que Kakashi, quien solo rascó la parte posterior de su cabeza.
-Viejita loca- pensó finalmente la rubia.
-Kakashi-sensei, chicos, por favor, necesito que despejen el área para que se pueda trabajar- se escuchó a Sakura.
Asintiendo, el del sharingan procedió a retirarse junto a los dos ancianos, Ino y Naruto por igual... aunque antes de salir del todo, el Uzumaki escuchó, nuevamente, la voz de Sakura, y girando para observar qué estaba sucediendo, se podría decir que se sorprendió demasiado.
Y no era para menos, puesto que, con rapidez, la pelirosa había manejado la situación de manera excelente, además de que estaba coordinando todo lo necesario para ayudar de la manera más efectiva a Kankuro.
-Que genial, Sakura-chan- pensaba el rubio.
...
-¿Y bien, Kakashi-sensei, cuál es el plan?- preguntó Ino.
Suspirando, el del sharingan pensó, mientras contemplaba la pared que yacía frente a él.
-¡Apurese sensei, debemos rescatar a Gaara!- se escuchó al Uzumaki.
Negando con su cabeza, Kakashi habló.
-Eso no va a ser posible... no por este día, al menos- respondió.
-¡Pero...!- decía el Uzumaki, antes de ser interrumpido.
-¿Sabes por dónde comenzar a buscar? ¿o prefieres abarcar todo el desierto y perder más tiempo?- preguntó.
Aquello había dejado sin palabra alguna al rubio, quien debía admitir que Kakashi tenía razón... ir a ciegas solamente los retrasaría más.
Pero, después de pasar varios minutos en un plan, y saliendo de la sala en donde se encontraba Kankuro, se pudo observar a Temari quien, acercándose hasta Kakashi, le entregó lo que parecía ser una especie de tela.
-Pueden comenzar por rastrear el olor de esto- decía, entregándole el trozo de tela. -Kankuro nos dijo que pertenecía a uno de los tipos que secuestró a Gaara, además de que Sakura nos comentó que posees una invocación especial para rastrear olores- comentó la jóven de la arena.
Con una sonrisa por debajo de su máscara, Kakashi habló, mientras se levantaba de su asiento.
-Bueno, eso facilitará más las cosas- decía, para después hacer una serie de sellos de mano. -¡Jutsu de invocación!- se escuchó finalmente.
Y tras ello, en una pequeña nube de humo se logró observar la presencia de lo que parecía ser...
-¡Pakkun!- dijeron tanto Naruto como Ino.
Sonriente, el can habló.
-¡Oh, rubiecita, Naruto, cuanto tiempo sin verlos! ¡si que han crecido!- decía, mientras generaba una sonrisa en ambos.
-Puedo decir lo mismo de ti, vaya que...- decía Ino, antes de ser interrumpida.
-¿Sigo siendo igual de adorable? lo sé, niña, pero gracias por ese comentario- dijo el can.
Con suma incredulidad, la jóven Yamanaka lo miró.
-Yo no pensaba decir eso- pensó.
-Pakkun, por favor, hay que centrarnos- decía el del sharingan, captando nuevamente la atención del perro. -Quiero que sigas este olor hasta la entrada del desfiladero que conecta con el exterior de la aldea, y después llegues hasta donde tu olfato lo permita- dijo Kakashi.
Con ello, el can procedió a olfatear el pedazo de tela.
-Bien, ya lo tengo- dijo finalmente Pakkun.
-Confío en tí... encuentralo lo más pronto posible- dijo Kakashi.
Así, Pakkun se perdió de la vista de todos.
Mientras todo volvía casi a la normalidad, y sentándose nuevamente en su asiento, el del sharingan suspiró.
-Oiga, Kakashi-sensei... ¿quién es el colmillo blanco? esa abuela lo confundió con usted- decía el rubio.
Y mientras se ganaba la atención de todos, a excepción de Ino, Kakashi simplemente sonrió.
-Él... fue mi padre, pero falleció hace mucho tiempo- respondió.
Esa respuesta sorprendió mucho a Chiyo quien, abriendo sus ojos ligeramente en sorpresa, solo podía pensar, realmente, en que no tuvo la oportunidad de poder vengarse en base a un conflicto que ambos tuvieron en el pasado.
Pero los ánimos se vieron interrumpidos cuando, de la sala donde se trataba a Kankuro, la pelirosa salió finalmente, secándose un poco del sudor que se había acumulado en su frente y, desatando su cabello, sonrió.
-Temari, hemos quitado la mayoría del veneno de su sistema, por el momento ya se encuentra fuera de peligro... pero aún tiene un porcentaje pequeño del veneno en su sangre, ese lo vamos a eliminar creando un antídoto en base a algunas hiervas y plantas medicinales de aquí, pero lo peor ya ha pasado- dijo.
Aquella noticia fue como si un gran peso se quitara de los hombros de Temari, quien solo pudo suspirar, mientras se recargaba del todo en su asiento.
La chica podía ser fuerte e incluso una persona que imponía respeto gracias a su actitud seca y firme pero, incluso ella... vaya que se habría derrumbado si tan solo hubiese perdido a sus dos hermanos.
La única familia que le quedaba.
-Muchas gracias, Sakura, en serio, muchas gracias por todo- dijo la jóven de la arena, mirando a la pelirosa.
Al observar aquella escena, Chiyo solo pudo mirar a la jóven de cabello rosado...
-No pensaba que hubiese médicos de buen calibre en Konoha, no al menos después de su quinta Hokage- se escuchó.
Y captando la atención de Sakura, esta última solo sonrió con algo de vergüenza en ella, mientras rascaba la parte posterior de su cabeza.
-De hecho ella es mi maestra- respondió.
Eso vaya que si había dejado sin palabras a la mujer mayor... la princesa de las babosas, o al menos así era como se le conocía en Sunagakure, vaya que era una excelente médico. Era triste que tuviera que formar parte de ellos y no de Suna, eso al menos en opinión de Chiyo.
-Sakura-san, la están esperando para acompañarla al invernadero y recolectar lo necesario para la creación del antídoto- se escuchó a uno de los asistentes que la pelirosa había tenido.
Asintiendo en respuesta, Sakura miró en dirección a Kakashi.
-Me reuniré después con ustedes y así me platican lo que haremos- dijo.
Entonces, sin más, la pelirosa siguió al shinobi de Suna. Aunque por parte de Temari, esta última se levantó de su asiento, mientras suspiraba.
-Hoy son nuestros invitados y los días que hagan falta también, así que por favor, acompáñenme, les mostraré donde se quedarán- decía.
...
En el edificio del Kazekage
-Esta habitación será tanto tuya como de Sakura también- decía Temari, aunque acercándose más a la jóven Yamanaka, habló nuevamente. -Pensé en un inicio en dártela para que la compartieras con "otra persona", ya sabes, pero al final me decidí por lo que dije, espero que esa decisión este bien para ti- dijo.
Aquella declaración hizo que un sonrojo enorme apareciera en las mejillas de la rubia quien, asintiendo en respuesta, habló.
-E-es una buena decisión, no te preocupes- dijo, mientras una risa nerviosa escapaba de ella.
Pero mirando lo roja que se había puesto, la voz de Naruto se escuchó.
-Eh, Ino, ¿estás enferma o te sientes mal? tu cara está muy roja- comentó.
-¡N-no, no, nada de eso, e-es solo que yo, eh, yo... ya me voy!- dijo finalmente.
Y tras ello, todos los presentes pudieron observar como, de manera veloz, la rubia ingresaba a la habitación que Temari le había otorgado.
Aunque por parte de esta última, junto a Kakashi, solamente se les podía observar con un rostro de suma incredulidad... pero por parte de Naruto, bueno, se podía decir que no entendió para nada lo que había sucedido.
-Vaya, espero que se mejore antes de que Pakkun regrese, sino no podrá ir a la misión- dijo el Uzumaki.
Aclarando su garganta, el del sharingan procedió a hablar.
-Cuando Sakura termine con el antídoto para Kankuro, házmelo saber, Temari, por favor- decía, mientras la jóven de la arena asentía en respuesta a ello. -Bien, sigamos, después los reuniré a todos para repasar nuevamente el plan y explicárselo a Sakura también- dijo finalmente.
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