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[AU escolar | Advertencia: temas fuertes, contenido sensible para algunos]
El castaño caminaba con la mirada apagada, casi oculta. Si alguien no supiera que sus ojos eran azules, creerían que eran grises y oscuros. Aferraba los libros que sostenía contra sobre su pecho, temía soltarlos en algún momento y hacer un escándalo. Entró en uno de los pasillos de la escuela y buscó su casillero sin prestarle algo de atención a los estudiantes a su alrededor.
—Espera, espera— Alguno de los otros estudiantes en el pasillo susurró al oído de otro. —, ¿aquel no es Barnes?
—Es él. No pensé que lo volveríamos a ver en la escuela.
—Se ve más triste que nunca.
Bucky escuchaba los murmullos pero no quería prestarles atención, no les iba a dar esa importancia. No quería pensar mucho en lo que había sucedido tiempo atrás. Ni si quiera sabía cuánto había pasado, ¿días? o ¿semanas?, quizá hasta un mes entero.
—También escuché que sus padres son demasiado demandantes con él. Muy estrictos. No creo que se hayan tomado bien la noticia de la pelea.
—Creo que ninguno debería, ¿sabes? Rumlow casi lo mata, pero si alguien llega y me ataca así por nada, creo que también haría de todo por defenderme. Nada de lo que pasó fue su culpa.
—¿Le enterrarías una pluma en el brazo a alguien?
—¿Escuchaste lo que dije? Rumlow casi lo mata. De no ser porque se defendió y porque Rogers y Wilson lo ayudaron, no hubiera salido con vida. Hasta Stark se acercó a ayudarlo. Además, se supone que Barnes está medicado, toma antidepresivos o algo así. Ese pobre niño vivió un infierno y no creo que éste episodio le sirva de algo. Estuvo mucho tiempo en el hospital.
—Bueno, creo que en eso tienes razón. Pobrecito...
El chico del que hablaban estaba inmerso en sus pensamientos mientras acomodaba sus libros dentro de su casillero. Su rostro permanecía inexpresivo. En alguna otra situación, estaría escuchando música en sus pequeños audífonos, aislándose un poco del bullicio, pero ahora estaba alerta. Cualquier cosa que sucediera lo ponía nervioso. No quería hablar con ningún profesor, ni con ningún directivo y mucho menos con los prefectos que se interesaban por saber su estado de salud. Pero su consciencia seguía dentro de su cabeza.
Aunque estaba mejorando, no quería hablarlo.
Hasta que una pequeña vibración en uno de sus bolsillos delanteros lo sacó de su mente: le había llegado un mensaje. Los mensajes anteriores tenían apenas días de haber sido recibidos; Steve le hablaba todos los días para asegurarse que estaba bien, incluso tenía uno de Tony diciéndole "que bueno que te encuentres bien", y algunos otros de Natasha intentando hacer que riera. Y aunque no tenía ganas de reír, lo apreciaba. Apreciaba todos y cada uno de los mensajes que sus amigos y conocidos se tomaban el tiempo de escribir. Sin embargo, solo un mensaje le hizo sonreír de verdad: "espero que tengas un lindo día de vuelta en el colegio:)". Y claramente había sido por parte de Sam.
—¿Crees que sepa que expulsaron a Rumlow? No solo del campus, ¿sino de toda la institución?
—Creo que si no lo supiera, no hubiera regresado. Al menos aquí puede respirar tranquilo, ¿no? Rumlow de verdad era un hijo de perra.
No podía importarle menos si seguía en el colegio o no. Sam acababa de desearle un lindo día y solo por eso, sabía que lo iba a tener. Sus ojos habían vuelto a ser de su típico azul y sus mejillas y nariz se tiñeron de un suave tono rosado. Sintió que alguien tomaba su hombro mientras releía el mensaje varias veces y volteó rápidamente. Ahí estaba Sam.
—Por si en algún momento pensaste que no te encontraría aquí— El moreno sonrió y extendió un poco sus brazos con una tierna sonrisa. —. ¿Puedo?
Bucky ni siquiera tuvo que responderle, ya que él fue quien se abalanzó a los brazos del otro y envolvió sus hombros con los suyos. Sintió como Sam ponía sus brazos en su espalda, aferrándose a él. En ese momento ya no estaban los demás, eran ellos dos solos y su abrazo. No les importaba una mierda que los demás los vieran o les dijeran algo. No era como que su amor no se notara a millas de distancia, de cualquier modo.
—Lo siento tanto...— Sam susurró, subiendo una mano y acariciando el cabello -ahora corto- de Bucky. Sintió al castaño negar contra su hombro.
—No tienes que disculparte. No tienes la culpa de nada, Sam.
—Santo cielo, extrañaba tanto tu voz.— Sam no pudo evitar presionar más su cuerpo contra el del otro. Sentía que se iba a quebrar ahí, se sentía tan culpable de lo que le había sucedido a su niño, sin poder ayudarlo demasiado y estando separado de él tanto tiempo, rezando como su última opción de hacer algo que pudiera mejorar las cosas. Ni siquiera había podido ir a verlo, no lo recomendaban. Pero ahora estaba ahí, en sus brazos y completo, como si nada malo le hubiera sucedido en primer lugar.
Bucky no lo culpaba de nada, porque nada fue su culpa. Al contrario, ni Steve, ni Tony, ni Natasha y tampoco cualquiera que presenció la horrible escena tenía la culpa. Le dolía pensar que Sam se preocupara tanto por él, temblaba al pensar en lo destruido que pudo sentirse.
—Está todo bien...— Bucky susurró. —. Aquí estoy.
Se separaron un poco, Sam tomó entre sus manos el rostro de Bucky y le dió un beso en la frente, despacio, sin ninguna prisa y sin darle importancia al timbre de entrada. Bucky puso sus manos sobre las de Sam y le sonrió de forma tranquilizadora cuando lo soltó.
—Sabes, es lindo ver tus ojos azules otra vez— Sam sonrió mientras buscaba una de las manos de Bucky. —, tenemos la primera clase juntos, ¿vamos?
El castaño sonrió y asintió, correspondiendo el agarre en su mano. Ambos comenzaron a dirigirse a su primera clase. Bucky prefería no hablar de lo sucedido y Sam lo respetaba, además de que estaba dispuesto a pelear contra cualquiera que hiciera alguna ofensa relacionada con la situación. Y aunque Bucky no quería que peleara, era Sam Wilson y él siempre iba a defender a su familia. Porque sí, Bucky era parte de su familia.
—¿Viste? Es lindo saber que tiene alguien en quien recargarse. Fue como si se le colorearan los ojos al verlo. Otra vez son azules.
—Sí, que bueno que Wilson y Barnes se tienen el uno al otro. Son una linda pareja.
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