Shadow odiaba colaborar con la policía, pero no tenía de otra, después de todo él fue un detective, y si quería atrapar a Fleetway debía dar su brazo a torcer.

Llevaban meses tratando de conectar la pista que Infinite les dejó, pero no tenían nada claro, el lugar lo habían mapeado y limpiado con sumo cuidado, Shadow para ese punto dudaba de las palabras que Infinite le dijo, incluso, de su propia inteligencia u oído, tal vez no le entendió bien... Tal vez no escuchó bien. La desesperación lo estaba tomando de rehén.

—La pista que tu protegido dio no está dando frutos Silver.

Se trataba de Espio, el teniente de Silver, era un camaleón bastante serio, se tomaba todo muy, muy en serio y no le gustaba perder el tiempo, favores a su amigo le ha hecho bastantes, el más grande era aceptar la ayuda del corrupto Shadow, y que siguiera libre como sin nada, odiaba a ese erizo a morir, le había arrebatado importantes casos, le había hecho el hazme reír de la comisaría y sobre todo, ahora, le había robado a Silver, claro, nunca fue suyo, el erizo plateado ni cuenta de sus sentimientos y la conexión no hizo la magia, siempre quiso conectar con Silver, pero nunca sucedió, la naturaleza no permitió que Silver le mirase, ¿Qué le faltó? ¿Fue valor para confesarse? ¿Fue una estrategia más sólida por no decir directa? ¡Al erizo por más que se le insinuó no cayó en cuenta! Y resultaba que ahora andaba de novio de un maldito criminal. Su entrenamiento lo hacía parecer normal ante el mundo, pero por dentro ya llevaba 50 simulaciones de cómo matar a Shadow y otras 20 simulaciones de como quedarse con el albino. Todo en su mente, sin mostrar ninguna pisca de emoción respecto a eso.

—Lo sé Espio— respondía Silver sumamente estresado— han pasado 6 meses y no avanzamos.

—6 meses... Tengo un dejá vú ¿ya hemos perdido 6 meses en una investigación donde no parece que hagamos algo y sólo esperamos un milagro?

—Mmm tal vez si, tal vez no.

De la nada llegaba colgando del techo el lobo rojo de hace meses, el asesino de Infinite, como todo un profesional dominando su artefacto pasó frente a esos dos y les lanzó a la cara a cada uno unos documentos.

—¡Hey! ¡No te vayas!

El lobo desaparecía entre los edificios.

—Él es el milagro que necesitabamos.

—¿Qué?

Shadow se acercó a esos dos para verificar de qué trataba todo eso.

—¿Qué sucede?

Silver y Espio lo ignoraron, adsortos en cada uno de los documentos que tenian en mano llegaron a la misma conclusión.

—¡Es la solución a la pista encriptada que te dejó Infinite! Es un lenguaje que sólo ellos entendían, la inventaron para comunicarse ambos, que hermoso...

—¿Hermoso? ¡Hemos perdido medio año! A estas alturas Tails debe de estar muy debilitada, con el proceso en su punto más de riesgo, con peligro de perder a sus crías y la vida si nos atrevemos a rescatarla.

Silver le gruña a Shadow, ¡obvio que estaba afectado por todo esto, que ers el primero en querer ir y rescatar a su hermano, pero...!

—Tu protegido tiene razón, sabemos que Tails está bien y de alguna manera bien cuidada, con Sonic a su lado, Fleetway quiere a esos dos zorros que vienen y querrá más, mientras esos dos le sirvan no les hará daño.

—Pero... Tampoco podemos quedarnos de brazos cruzados.

—Claro que no, trazaremos un operativo, ven conmigo Silver.

Espio tomaba de la mano a Silver, tal osadía enfadaba a Shadow quien cómo juego de partir el queso rompió el agarre de esos dos.

—Perdona camaleón, pero necesito hablar con MI pareja.

—¿Eh? ¿De qué?

Efectivamente, Tails había dejado su cuerpo masculino para dar paso al femenino, su barriga era grande, sus crías venían de buen peso y muy sanas, eso lo sabia por el enfermero que tenia a su cuidado, Miles, el zorro del flequillo raro.

—Bien, tus organos reproductores masculinos se han terminado de desprender y secar de tu piel, mira, como dos pasitas.

El zorro insensible jugaba con lo que alguna vez fue de Tails.

—Bas...ta.

—No aguantas ni un broma, hembra preñada, en dos meses cálculo que vas a alumbrar,  se te traerá a la mejor médico, eso quiere decir que a Blaze, así que se te pedirá de la manera más atenta que cuidado y hables algo extraño con ella, tú y tu erizo son felices aquí, nada les falta y no extrañan su vida pasada, nada de querer traicionarnos sino... Mataremos a tu erizo azul.

—En... Ten... Dido...

Tails respiraba agitada, un dolor por la transición le recorría el cuerpo,  sus pechos se elavaban igual que su espalda, ahora era toda un hembra bastante hermosa, su enfermero la miraba con admiracion, le estaba comenzando a gustar.

—¿Sabias que si nos reproducimos entre zorros multicolas nuestra especie tiene una probabilidad media de dar camadas de hasta 8 crías? , sin contar que todas las crías serán multicola, siendo la más rara de ver los zorros de 9 colas.

—ahh... ¿Y?

—Tú y yo para la próxima nos buscaremos reproducir.

—Si pudiera... Terminaría con mi propia especie...

Las palabras de Tails lo tomaron por sorpresa, no eran palabras muy acordes a esa zorra.

—¿Por?

—¿No... lo ves? Sólo somos abono para Fleetway, en su... Retorcido jardín... De zorros... Multi... Cola, ¿no te importa que... Los tuyos sean sólo... Abusados y utilizados?

El zorro macho carcajeó, era divertido lo que decía esa hembra tonta.

—Zorrita preñada, a nadie le importamos, y en éste mundo siempre se ha sabido que quien sobrevive es el más fuerte, yo estoy bien y soy libre, así que no me importa nadie más que yo.

—Qué bien... ¿Nunca has... sido padre verdad?

—¿Me vas a dar muchos hijos?

—Nunca... Pero si tuvieras sabrías que... Morirías por ellos. ¿Conociste... a tus padres?

Miles le arrojó a la cara los guantes que acababa de usar para examinarla, se marchaba furioso y en un grito llamó a Sonic.

—¡Estúpido erizo! ¡Ve y recoge a tu estúpida hembra! Está en perfectas condiciones.

Sonic entraba a la habitación, ayudaba a Tails a enderezarse, y rápidamente le ponía su  pijama de embarazada quitándole la bata de hospital, le trataba con sumo cuidado y acomodaba él mismo el sostén de maternidad que necesitaba Tails.

—Oye, estás derramando mucha leche ¿no te incomoda?

—Si... Mucho, produzco bastante... ¿Quieres?

Sonic se sonrojó y comenzó a tartamudear, Tails soltó una risa entre cortada por su dolor, pero en verdad ver esa cara llena de rubor y vergüenza, esa voz tartamudeando, le hizo volver por un segundo al día que lo conoció.

—¡T-te es-es-tás burlando de mí ¿cierto?!

—Jajaja... Es broma... Pero si quieres no es broma...

Tails levantaba el pecho, orgullosa de tener dos "cocos" bastante apetecibles para Sonic que sólo se tapó la cara tratando de calmar sus pensamientos impuros.

—¡Ya Tails! ¡No es divertido!

— Lo... Es... Para mí.

—Tails...

—¿Uh?

Un beso inesperado sellaba la boca de Tails, Sonic llevaba sus dedos a los pechos de su chica, los acariciaba lentamente, con gentileza, ambos se besaron apasionadamente, no podía ocurrir nada más, debido a su embarazo de transición, tal vez en otro, pero esos largos meses estaban siendo eternos, Tails a pesar de estar en esa situación, sus hormonas pedian a gritos a Sonic, se conformaba con esas caricias, con esos besos, y con un erizo cumpliendo su más íntimo y vergonzoso deseo disfrazado de broma.

—So-sonic...

—¡Pero me falta un pan!

Tails dejó escapar risa junto con una lágrima, estaba feliz, aunque fuese una felicidad espontánea, su inmunidad y la de Sonic estaban por terminar, una vez nacieran esos niños... Su destino era incierto y el de Sonic era peor.

Continuará...

Y hay unos rayos de sol entre tanta tormenta, 🤕🤕 gracias por leer mis queridos lectores.