—Oh Chaos, todo poderoso, prometo ya no traer machos bi género y hacerlos hembra, prometo  pagar todas las pensiones alimenticias de mis crías y ya no ser un padre ausente, prometo que si no se me hace con este erizo ya le hago caso a Fiona, pero por favor, regresame la cordura... Bueno, lo que yo llamo cordura.

Scourge rezaba en un rincón de la habitación, Sonic observaba esa estúpida reacción parpadeando incómodo, ¿Qué le pasaba a ese idiota?

—Oye Scourge, ¿Te volviste loco?

—Hay Chaos ¿Este es mi castigo divino?

Sonic bajó de un salto la cama, caminó hasta el erizo aterrado y sonrió divertido.

—La verdad nunca creí encontrarte rezando, ya explícame ¿por qué me tienes miedo?

—Es una broma ¿verdad?  Seguramente Shadow te contó del colitas locas y te dijo que me hicieras esto para poder protegerte de mí.

—¿Qué? Ash, estás delirando, me voy, para empezar no sé qué hago aquí.

Sonic caminó hasta la puerta, abrió y se encontró con lo que ya conocía, pero bastante cambiado, Scourge le siguió para entonces tomarle del brazo y asotarlo a la pared, muy cerca de las escaleras que daban al primer piso.

—Ya me cansaste con tu jueguito Caracolito, no te haré nada pero ya deja de comportarte como ese zorro.

—Scourge, no te tengo miedo y suéltame, tú y Shadow siempre queriendo dominar, par de erizos tontos.

—caracolito, mi paciencia está llegando a números negativos, ya deja ese jueguito.

—Tu lo pediste Scourge.

Sonic hizo un movimiento, movió su colita bruscamente pero, no dio el resultado que él esperaba, abrió los ojos asustado, trató de ver a su trasero, y desconoció las ropas que tenía puestas junto con su cuerpo ¿mutilado?

—¿¡Don-dónde están mis colas!?

Sonic luchó por soltarse de Scourge el cual soltó una carcajada.

—¿Tan lejos vas a llevar esto?

—¡Te dije que te quitarás!

Sonic le dio una patada directo en la cara, logró apartarlo y de un salto trató de volar pero no pasó nada, se tocó el trasero y se encontró con una cola puntiaguda y pequeña, corrió al cuarto de Scourge para verse en el espejo y no podía creer lo que miraba.

—Un... Erizo azul...

—Pegas fuerte maldito Caracolito.

Scourge se sobaba el golpe, miró como Sonic se tocaba el rostro y se desvestía frenéticamente, eso ya era de su gusto.

—Estás más loco que yo, y eso me está gustando, siempre y cuando haya final feliz.

Sonic siguió mirándose, aterrado, y un fuerte grito soltó para terminar cayendo desmayado al suelo.

—En definitiva, tú eres el loco aquí.

Scourge le levantó en brazos, le llevó a su cama y le cubrió con una sábana, le miro por un largo rato, le acarició la mejilla para luego seguir al torso, gruñó por la posibilidad estúpida de que en verdad ese erizo fuese Nine.

—Debo decirle esto a Shadow, y si me entero que me están jugando una broma... Te juro Caracolito que sin importar qué, te haré mío a la fuerza.

Sobre el sofá estaba el portafolio de Sonic, se escuchaba el sonido de un celular desde hace rato, Fiona siguió sin importarle, estaba checando por la computadora las fotografías del erizo sexy y durmiente, y justo en una de ellas, parpadeó para mirar mejor lo que parecía estar viendo.

De un portazo entró a la habitación de su camarada, Scourge se erizó del susto, la miró molesto para luego desvanecer su furia, el rostro de espanto que tenia la zorra no podía ser normal.

—Ese erizo ¿De dónde lo sacaste?

Tails desistía de reintentar llamar a Sonic por décima vez, ya le había mandado un mensaje y nada, el dolor paró, pero su cabeza le daba vueltas, comenzaría el duro proceso, pero estaba tan feliz; acariciaba su vientre cerrando los ojos, por fin sería mamá y hembra, y el dolor de serlo valdría la pena.

Llamaron a la puerta, para  luego abrir y ser Giselle acompañada de Amy, la eriza rosa corría a abrazar a su amiga y le depositaba un beso en la cabeza.

—¡Felicidades Tails! Esto es maravilloso.

Tails sonrió feliz, sacando de su bolso los chocolates que la eriza le había dado hace una semana, ya se había acabado la caja entera.

—¡Oh por chaos! ¿Ya empezaron los antojos?

—Mmm apenas ayer comencé a comerlos.

—¡Eso suena peor! Deberías ir al doctor y preguntar sobre una guía de alimentación.

—Si si si, sacaré cita con Sonic para ir juntos.

—¿Y dónde está?

—No lo sé, no logro localizarlo, la última vez dijo que tenía una entrevista a medio día pero... Ya han pasado horas y no sé nada de él, no responde las llamadas ni los mensajes.

–A lo mejor ya encontró trabajo y hasta ya lo pusieron a trabajar.

—Oh cierto, hay trabajos así de demandantes, bueno, pues no hay porqué preocuparme.

—¿Y ya no ha tenido esos desmayos repentinos?

—Mmm que yo sepa no, parece que sólo era estrés, los siguientes días lo vi bien.

—Oh ya veo, pues vamos a tu casa, te llevo.

—Esto es...

—¡Es claramente ese zorro! ¡Mira como se reflejaron esas colas en la fotografía! ¡Dime que no estoy loca!

—No, no lo estás Fiona, de hecho... Hace un momento el erizo despertó y dijo cosas sin sentido, como si fuera el Colitas locas, y ahora esto...

—Saca de aquí a ese extraño erizo y cancela lo que tengas que cancelar del acuerdo con Shadow.

Fiona cerró la puerta de portazo.

—¿Uh? —Sonic despertaba por el sonido, enderezandose aturdido, le dolía tanto la cabeza.

Scourge tragó saliva, esperó ansioso la reacción del erizo que nuevamente observaba su alrededor, en cuanto le miró el rostro de ambos se tornó azul de susto, ninguno dijo nada en los primeros 15 segundos, hasta que Sonic se atrevió a decir algo.

—¿Qué hago aquí señor?

—Dime que no te crees un zorro.

—¿Eh? Yo... No sé de qué está hablando.

—De nada, de nada, así estás bien.

Scourge escondió la fotografía detrás suyo, en ella se veía a Sonic colgando inconsiente de las cadenas, pero como si fuese un fantasma, un ente trasparente, Nine también estaba allí, abrazado a Sonic, aferradonse con sus colas al erizo azul.

Continuará...

Bueno, ya vamos avanzando, pronto sabremos qué le pasó exactamente a Nine y por qué Tails no sabe nada de él.

Gracias por leer y que tengan una linda noche.