CAP 19: "Sería Lo Que Necesitas"
Sonic le había mandado otro mensaje, tratando de saber si el proyecto de sus fotografías había terminado, Tails no contestó, se sentía roto, no tenía ganas de enfrentar nada, mucho menos posar en fotografías, le había fallado al chico, se supone que no tenía mucho tiempo, que era su proyecto final y ahora mismo, le había complicado la vida al erizo.
Decidió encerrarse en su oficina, evitando a los demás y evitando también trabajar, no tenía cabeza para nada, absolutamente nada, se echó a llorar por horas, acurrucado y oculto en su colas, sobre la silla de su escritorio, y a oscuras cuando cayó la noche, sin comer y beber, había perdido el sentido de vivir.
Amy Rose le llamó varias veces desde hace días, seguía intentando, incluso le fue a buscar, pero a nadie respondió y abrió.
—Sé que estás ahí Tails— La eriza rosa estaba del otro lado de la puerta, apenada, arrepentida de alguna forma— no quería lastimarte, pero si no te lo decía yo... Nadie lo haría, la verdad no siempre nos gusta, destruye, pero es la verdad, y debes aceptarla, no te pido que me perdones, sé que he perdido tu amistad, pero... Prefiero eso a verte con el mismo destino de muchos de mis clientes, yo no he visto finales felices a situaciones como la tuya, es... Casi imposible.
Tails reprimió sus gimiteos mordiendose el brazo, evitando hacer ruido, lo que le decía la eriza no le consolaba, al contrario le destruía más emocionalmente.
—Perdón... Vendré después.
Escuchó como la hembra se fue, y agarrando un libro lo arrojó a la puerta furioso, se echó nuevamente a llorar, y miró la hora del reloj digital de pared, ya era muy tarde, y en su mente Sonic junto con el ramo de flores en su mano, hicieron acto de presencia en su mente.
—El... El ramo...
Se levantó y abrio la puerta, todo estaba a oscuras y tropezó varias veces, pero corrio buscando encontrar en buen estado las flores, salió al jardín y allí emprendió vuelo para entrar por arriba y ver su ramo de flores en el suelo, algunas flores estaban bien, otras ya estaban tristes, decaidas.
—Nonono, por favor ¡perdónenme!
Las tomó y las llevó a su pecho en un abrazo suave, pero muy amoroso, se puso de pie y fue de regreso a su oficina, donde las puso en un jarrón y les dio agua, sus lágrimas habían cesado, se sentía un poco mejor, ver a las flores retomar su vigorosidad le trajo un estado de paz que calmó sus miedos, se sentó y recargó cerca del jarrón para quedarse dormido junto a su olor.
Sintió como un ruido le despertó, se levantó de golpe, miró la puerta entre abierta, no podía recordar si habia cerrado, pero si recordaba que no con llave. Salió asustado a revisar, encendiendo las luces y preparando un objeto puntiagudo como arma: era su reconocimiento de mejor guardería; caminó despacio, siguiendo el ruido, y entonces, en una vuelta, pudo reconocer aquel olor, Sonic, Sonic estaba cerca, o estuvo, el olor se disipaba y borraba a campo abierto, ¿Le había venido a ver? Y el corazón del zorro, danzó feliz.
Nuevos días transcurrieron, Sonic no le había ya mandado algún mensaje, ni llamado, parecía que ya desistía del tema, y eso, le dolia, pero también le traía paz mental, sentía que si no veía a Sonic más, su corazón lo olvidaría, dispuesto a que eso pasara.
Estaba terminado de plantar las hortensias azules que puso en el inicio de la vereda de la entrada, los niños le ayudaban y todos estaban sucios, Tails por fin soltó una sonrisa genuina, mientras tocaba una de las baras de hortensia y disfrutaba de su belleza, los niños igual lo imitaron.
—Allá afuera vi a alguien. —Dijo un niño señalando la reja, Tails caminó hasta ella con cautela pero no había nada.
Días después, Shadow hizo acto de presencia en la casa de Tails, en la noche, cuando ya todos estaban descansando, Tails ya traía puesto su pijama nada femenina, había tirado todo lo femenino a la basura y se estaba planteado cambiar su desodorante y demás productos por unos muy, muy fuertes con olor a macho, macho maduro.
La sirviente le dio aviso de la llegada de su prometido, Tails salió en chanclas, las peores y ruidosas que pudo comprar, no se bañó a pesar de estar apestozo a zorro sin bañar por días, muchos días. Y también habia comido cebolla y ajo cargados como condimento en su cena, repetía tremendo sazón.
—Ho-la.
Shadow se quedaba sin palabras ante tremendo descuido de la naturaleza, no pudo evitar dejar escapar una mueca de incomodidad, el olor era desafiante.
—¿Así de mal oliente has ido a trabajar?
—Si ¿Y?
Tails se sentaba en el sillón artesanal de palma de su portal, donde recibió a su invitado, su postura nada decente, con las piernas todas abiertas incomodó de nuevo al erizo negro.
—¿Estás tratando parecer un macho?
—Ajá, ya no quiero ser hembra, ahora soy un macho, macho maduro.
Shadow soltó una risita, tomó asiento en otro sillón y siguió observando la figura desaliñada de su prometido.
—Pues tu versión de macho maduro terminará desempleado y sin nadie que quiera hacercarse a ti, hueles terrible.
—¡Perfecto! Eso es lo que quiero, no quiero a nadie pretendiendome, no quiero a nadie cerca de mí y eso te incluye a ti.
—Explícate, he dejado todo un mes y días como espacio entre tú y yo, me parece que me merezco una explicación, directa y sin mentiras.
—Bien, terminamos.
—¿Terminamos?
—Si, cancelo nuestro compromiso y termino nuestro noviazgo, largo noviazgo.
Shadow no mostró ninguna emoción, no en el rostro, pero sus puños ocultos entre sus brazos cruzados si que lastimaron su propia piel al apretarlos con ira.
—¿Es... Es por él?
A Tails tal pregunta lo tomó desprevenido y rompió su semblante de chico malo.
—¿Eh?
—El erizo azul, Sonic.
—No, sólo al principio...
—Entonces si tiene que ver... —Shadow cerró los ojos por unos segundos, tomó una pausa para luego seguir— No pensé que de verdad el niño te deslumbrace.
—Perdón Shadow— Dijo apenado, cerrando las piernas y sentándose como suele hacerlo— Te fui infiel con él... Pero realmente no quiero terminar contigo solo por él sino, por mí, ya no quiero nada ni contigo, ni con él, ya no quiero sentirme atado, y contigo... Nunca sería feliz, no como tu pareja, tu esposo, ni mucho menos como un boleto a la segura de estabilidad y maternidad.
—Creí que tu sueño dorado era ser hembra, nunca me ha importado si eres o no al final la verdad... Pero esto que me dices, me supera, no logro entenderlo.
—Entendí que he sido muy egoista al tratar de tener una vida estable e impuesta, al hacerte perder años de tu vida en una promesa que al final no podré cumplir, porque fui débil y me enredé con un niño, creí que podía contra el mundo, que podía ser feliz a costa de mis pasiones, el poder ser hembra descuidando los medios para serlo, porque realmente yo no quiero ser madre, quiero ser hembra... Y eso, todos esos errores, contigo o con Sonic, harian pagar a un inocente, el bebé.
Un silencio largo acompañó a ambos, Shadow se reacomodaba en su asiento en un signo de ansiedad controlada, Tails esperó sus palabras, temblaba por la respuesta.
—Entiendo, duele saber que nunca pude llenarte, y yo... Tampoco eh sido honesto contigo...—observó la reacción de Tails, pero el zorro no dijo nada, él tampoco profundizaría en eso, si ya estaba terminada su relación, de nada servía hablar de su intimidad—Sobre eso de ser hembra y madre— cambio el tema—si no es con ninguno de los dos podrías hacerlo por la vía artificial, inseminación.
—No— respondió tajante— aunque desease a ese bebé... No soy capaz de ser egoísta y traerlo al mundo y al día de mañana, cuando me pregunte, no pueda responderle quién es su padre, traerlo de esa forma... No me gustaría.
—Es admirable de tu parte que pienses en ese ser, pero también debes pensar en ti y terminar conmigo es el primer paso, gracias por tu sinceridad.
Shadow se levantó, sacó de su saco una pequeña cajita, la cual contenía un dije de un corazón de amatista, caminó hasta Tails, el cual también se levantó y recibió en sus manos el dije de oro el cual vio sorprendido.
—Quedatelo, por favor, que simbolice la paz de nuestra separación, no pienso reprocharte nada, al contrario, perdóname tú a mí por no poder ayudarte a encontrarte, pero es que nunca me importó tu apariencia, tu género, sólo tu belleza interior.
Tails se sonrojó, aquellas palabras llegaban a tocar su fibra más sensible.
—Ahora bien, quiero que sepas algo, si cambias de idea respecto a ser madre... Yo sería lo que necesitas, yo sería ese padre para ese bebé sin más de por medio, es decir, lo único que tendríamos en común es el bebé, seria su padre, me haría cargo, no es necesario ser pareja para ello.
Tails abría sus labios sorprendido, lo que proponía Shadow era realmente inesperado, un acuerdo donde podría darle estabilidad y una familia a ese bebé, ser hembra y madre, y lo mejor... Libre, sin un compromiso o un juicio. Era una opción muy tentadora.
—Queda roto nuestro compromiso Tails, cada quien hará su vida.
Shadow tomó las manos del zorro, para encerrarlas con las suyas, Tails no opuso resistencia alguna, nunca había imaginado que Shadow, fuese tan sereno, tan comprensivo.
—Te amo Tails, y quisiera que nuestra despedida se sellase con un último beso tuyo.
Las orejas del zorro se sonrojaron, por la verguenza en su estado físico, no se había lavado los dientes y apestaba.
—Pe-pero estoy asqueroso.
—No me importa, sólo permiteme darte un último beso.
Tails aceptó, asintiendo con la cabeza, cerrando los ojos y esperando el toque de los labios de Shadow, ocurrió, pero igual que la última vez, no sintió nada, solo verguenza de haber sido besado en tan lamentable estado.
—Gracias, adios Tails, yo me encargo de todo lo que hay quw cancelar sobre nuestra boda, tú tranquilo.
El erizo tomó sus pasos hasta la salida, pero antes de abrir la puerta, añadió:
—Piensa mi propuesta Tails.
Y se fue, Tails en verdad, se sentía atraído por esa opción.
Continuará....
Y ya se acabó el Shadails aquí, Shadow fue bastante maduro y sereno en su ruptura, ¿admirable?
Gracias por leer.
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