CAP 03: "Niño"
El resto de la semana pasó tranquila, sin prisas, aburrida y monótona para Tails, en su oficina tenía terminado el trabajo de ese día, el fin de semana comenzaba y descansaría esos dos días enteros, se dispuso a pensar en qué usarlos, ¿iría a ver alguna película con su prometido? ¿Debería mejor usar ese tiempo en terminar de checar los preparativos de su boda? O mejor ¿Iría a ver al doctor familiar para chequeo de rutina y medicamento para su fertilidad? O en realidad debería dejar de evitar el deseo de ir a ver a su mejor amiga, Amy Rose, su terapeuta también desde hace 10 años. Quería decirle, quería contarle, pero temía el análisis, la respuesta de su amiga, así que era mejor callar, y hacer que nada pasó.
Decidió entonces dar una vuelta para supervisar los salones de cada educadora, pasó por los lactantes que estaban dormidos y las educadoras los mantenían vigilados, pasó por los preescolares donde estaban en su tiempo recreativo, corrían de un lado a otro, jugando desordenados pero las educadoras los vigilaban con eficacia, aunque había una niña en particular que Tails se detuvo a mirar, Cream.
La niña presumía a sus amiguitas el como su primito le había sacado muchas, muchas fotos y se las mostraría al mundo entero, siendo ella su mejor modelo. <<Entonces es verdad lo que decía ese chico>> se pensó en sus adentros, observando con mucha más atención mientras se adentraba al salón sin llamar mucho la atención.
—Mi primo me dejó jugar todo lo que quisiera, me dio todas las golosinas que quisiera, y me dejó ensuciarme, mojarme y hasta comer arena.
—¡¿Qué dices que te dejó hacer?! —No lo pudo evitar, los niños y las educadoras pararon de hacer lo que fuese que hacían, para prestar total atención. —Eh.. Cream, no está bien lo que tu primo permitió, te hace daño comer arena.
—¡Señorita directora! Gracias por preocuparse por mí.
—Pues no debes hacerle caso a tu primo en todo, y... Y ¿el otro chico, el erizo, amigo de tu primo... También quiere sacar fotos?
—Si, escuché que es un examen final.
—Mmm... Gracias.
Tails salió caminando rápido, casi volando. Cream y sus amiguitas le miraron confundidas.
Se volvió a encerrar en su oficina, caminando en circulos, moviendo sus dos colas de un lado a otro cada una en distinto sentido, sopesaba bien sus siguientes pasos, analizaba si era prudente ir a por el erizo y aceptar ser su rostro, pero nunca había sido tan difícil decidir algo, estaba en blanco, sin poder decidir.
—Señorita Directora—llamó a la puerta Giselle, la felina— ¿Puedo pasar?
—¡Eh! ¡Sí, sí, claro que sí!
La gata entró, con un par de documentos en mano.
—Directora, aquí están los documentos que acaban de traer los padres de ayer, que desean ingresar a su hijo.
—Gracias, los checo de rato, ¿Ya tienes la entrevista?
—En eso estoy, para el lunes será la entrevista si ve correctos los documentos lo confirmaré con los padres.
—Si, si...
Giselle notó que su superior estaba más distraida de lo normal.
—¿Pasa algo señorita?
—Sabes... Los he acostumbrado a que me digan señorita porque eso es lo que deseo, pero no lo soy... Y a cómo voy... Arruinaré eso.
—¿Por qué dice eso mi Directora? ¡¿Acaso se ha decidido quedarse como un macho maduro?!
—No... Pero ya no tengo tiempo... Y ando de loco pensando en tonterías...
—Creo que si ya no se siente cómoda con lo que sea que siente ahora, no debería dejarlo pasar, usted debe sentirse bien para que todo funcione.
—Jejeje, gracias... Saldré un rato, ahora vuelvo.
—Ok mi Directora.
"si ya no se siente cómoda con lo que sea que siente ahora, no debería dejarlo pasar" suena fácil, se pensaba mientras caminaba hasta su auto amarillo estilo clásico, pero realmente no era la primera vez que sentía dudas, inseguridad, confusión, siempre se ha sentido fuera de lugar, en un entorno que no le pertenece, en un círculo social que le ha hecho siempre ser alguien que no es. Sus padres son amorosos, extraños, pero amorosos y le han educado de la manera más libre posible, pero también, le han dejado claro que las dudas son debilidad y no puede permitirse dudar ni un poco.
Su prometido le ha brindado seguridad siempre, le ha apoyado en todo y es super bueno en todo lo que hace, y no se diga en el sexo, es todo un experto en hacerlo llegar, volar en sensaciones y dejarle satisfecho, pero... Hay un pero, uno que creyó que nunca iba a suceder "Atracción por alguien más" era el preludio perfecto para destruir lo que en años se construyó a base de dedicación, confianza y amor, y ahora en su mente aparecían pensamientos impuros, inconcebibles, porque deseaba volver a ver a un erizo que, no debía siquiera mirar.
Subió al auto y arrancó buscando el valor para detenerse, pero sus pies pisaban el pedal y sus manos llevaban la guía hasta el "sólo haré esas fotos, sólo seré su rostro y no más, no buscaré más, porque sé que solo es curiosidad" vaya pretexto, pero en verdad no podía detenerse, de naturaleza era curioso y deseaba más y más conocimiento, y ese erizo azul le carcomia en intriga.
Llegó entonces a la universidad del erizo azul, estaban casi por salir y se estacionó frente a la entrada , sin bajar del auto, buscando con la mirada aquel color tan peculiar del erizo. Su auto era descapotable y lo tenía abierto de par en par, si veía al erizo no necesitaba hablarle, seguramente él mismo se daría cuenta que "casualmente" estaba allí y cuando hicieran contacto visual se haria el interesante, si, era el mejor plan, ser indiferente, esperaría por él.
Y ahí estaba, saliendo con pasos apesadumbrados, caminando detras de su amigo grosero, el equidna y una murcielaga hiper mega sexy que aprovechaba sus atributos con atuendos muy vistosos, <<¡ojalá algún día pueda ser como ella!>> Pensó mientras se tocaba la tabla de planchar que tenia por pecho, suspiró estresado por su deseo y escuchó entonces como el equidna fue el primero en verlo.
—oye, ¿Ése de ahí no es tu zorro indefinido?
Quería golpear a ese equidna y dejarlo como chile mulato, seco y arrugado, para que de una vez sepa su lugar. Pero sus extrañas analogías tuvieron que parar ya que su objetivo había establecido contacto visual; ahí estaba, a unos metros, con la boca abierta y de pie sin moverse ni un poco, cemento y era una perfecta estatua.
Entonces desvío la mirada, haciéndose que no había escuchado ni visto nada, se ponía a urdir su siguiente movimiento mientras daba la falsa ilusión de buscar algo en el auto, sus colas se movian ansiosas pero trataba de moverlas lo más casual que podía, sin dejar de ponerle un toque de sensualidad, debía parecer irresistible.
Pero el idiota no se movía ni un pulgar, el equidna se burlaba y lo jaloneaba pero en verdad que aquel erizo se tomó muy enserio ser una piedra.
—Hay ya dejalo, vamonos, dijiste que pasarían por él ¿no?
—Tienes razón mi Rouge, la verdad no sé como vine a ser amigo de ese tonto.
¡Era su oportunidad! Esos dos se iban sin más, y brillandole los ojos una idea se encaminaba en su mente, soltaba una sonrisa picara mientras agarraba todo lo que podía en sus manos y en un último vistazo al espejo se aseguraba de no tener ni un colmillo sucio.
Bajó del auto, cargado de papeles y cosas random de su auto, dio los suficientes pasos para atraer la atención del erizo y entonces, dejó caer todo mientras fingía una caida delicada pero dramática al asfalto.
—¡Oh cielos mis cosas!
Como de novela, las hojas se dispersaban por el entorno abierto, y las cosas pesadas rodaban a los pies del erizo que rompió su estado de inmovilidad, regresaba a la tierra y caía en cuenta de todo. Recogió rápidamente todo lo que pudo del suelo y se dirigió hasta el zorro que se levantaba del suelo con estilo, un estilo sensual (imaginación del zorro) que le hizo dejar caer de nuevo las cosas, ¡pero si era todo un tonto! Se recriminó a sí mismo soltando un chasquido y tratando de volver a juntar todo.
—Hey descuida, con calma, son cosas sin importancia— Tails ya habia visto sufrir mucho al erizo, el pobre trataba de no ser un lerdo, era tierno verlo esforzarse— De a poco vamos a metarlas a mi auto.
El erizo asintió, siguiendo al zorro hasta su auto, recogiendo las cosas hasta terminar, algunas hojas volaron muy lejos, pero no eran más que basura.
—Voy por-
—No, dejalas, no son importantes.
—¡Pero en mi escuela nos enseñan que debemos mantener nuestra ciudad limpia! ¡Voy!
Tails se sintió tratando con un niño ¿Quién le dice "escuela" a la universidad? El erizo regresó rápido, con los papeles en mano entregándoselos nervioso.
—Per-perdón, algunos están... Sucios.
—Gracias— sonrió guiñando un ojo mientras guardaba los papeles en el auto— ¿Cómo dices que te llamas?
Sonic no respondió de inmediato, pareciera que la información viajaba con "Internet Explorer"
—So-Sonic, Sonic The Hedgehog, para servirle a Chaos y a usted.
<<Que provinciano sonó eso para un hijo de papi>> pensó mientras seguía analizando sus expresiones, el erizo estaba tan sonrojado que eso le provocaba un deseo intenso en su interior, el deseo de tocarlo.
—Ok, ok, ok, basta—Dijo en voz alta, tratando de controlar sus pensamientos— Yo soy Tails, mucho gusto, Sonic— soltó una sonrisa que fue como un disparo al Corazón del erizo, el pobre estaba que hervía de nervios y eso lo notaba Tails y le encantaba— Niño, retomemos eso de que quieres que sea tu rostro.
—¿Ros-rostro?
Sonic buscó entre sus cosas su cámara fotográfica y con emoción mostró una fotografía de un bello paisaje de la ciudad.
—¡Estoy por graduarme y quiero que seas mi rostro! ¡Eres perfecta, digo perfecto! No tengo dobles intensiones lo juro ¡So-solo sé mi chica! ¡DI-DIGO! ¡Digo mi-mi-mi chico de la foto!
Tails se sonrojó, llevó una de sus manos a su boca, tratando de tapar su sonrisa de felicidad, el erizo era tan tierno, tan inocente, tan atrayente, que estaba por decir que si, y no se refería a ser su modelo.
—Sí Sonic, seré tu... —Se aclaró la garganta— Digo, sí, no me importaría ser tu rostro, pero necesito que seas rápido, no tengo mucho tiempo.
—Bueno... Sobre eso, me gusta hacer mi trabajo bien y con calma si- si no le molesta.
—Decidete niño, ¿me hablas de tú o de usted?
—¡¡PERDÓN!!
—Jajajajaja eres tan lindo.
Y así fue que esas dos almas se reencontraron, atrayendose entre sí, comenzando a sentir cosas que nunca habian sentido con nadie más.
Continuará...
Perdón la tardanza, pero me enfermé y sigo enferma, así que denme paciencia.
Les quiero, y espero les haya gustado el capítulo.
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