Final
La visión de Miércoles Addams se había hecho realidad. La puerta de la habitación de Enid estaba un poco abierta. Ella dijo que iba al bosque pero regresó al cabo de poco porque se le había olvidado una cosa. Allí los pilló en plena faena, la loba estaba con los ojos cerrados, mordiendo el hombro del chico mientras recibía cada embestida. Desnudos, sudados y sin nadie más en la casa, daban rienda suelta a su amor.
—Nunca pensé que vería a Enid mostrar un lado tan salvaje—pensó observando durante un momento la escena.
La rubia presentaba una agresividad y fogosidad inesperada. Miércoles recogió lo que se había dejado y se marchó al bosque.
Nada más terminar de hacerlo, Enid se colocó sobre el pecho del chico quien descansaba con una sonrisa de oreja a oreja, realmente pudo comprobar lo que decían de las lobas, que podían llegar a ser muy pasionales. La joven tenía el pelo revuelto y trataba de recobrar el aliento, había sido su primera vez y aunque al principio dolió, más teniendo en cuenta el tamaño de Tn, la realidad es que fue muy gentil con ella.
—Ha sido maravilloso—él le dio un beso en la frente—¿te encuentras bien?.
—Si...solamente necesito descansar—respondió sonriente.
—Me alegro, temí hacerte daño—comentó mientras le acariciaba el pelo.
—Un poco, pero es normal...era mi primera vez...—contestó sonrojada y muy avergonzada.
—Ven aquí—le dio un abrazo.
—Me ha gustado ver tu lado tierno...y también el salvaje—susurró en un tono pervertido.
—Soy una caja de sorpresas.
Los dos estuvieron un rato más allí tumbados, disfrutando de unos pocos mimos y caricias. Enid se sentía en una nube y no pensaba que aquel chico que mostraba actitudes tan directas y pervertidas pudiera ser tan romántico y caballeroso. Aunque eso fue al principio porque luego acababa siendo rudo...pero por petición de ella.
Durante su estancia allí, Miércoles y Enid aprendieron a llevarse incluso mucho mejor y a tolerarse por el bien de la relación de ambas con Tn. Éste aprendió un montón de cosas sobre ellas, sus costumbres o sus gestos que indicaban como estaban. Aunque con Miércoles era bastante más complicado ya que siempre solía poner la misma cara de fría y sin sentimientos.
—Estoy tan cansada—se tumbó en el regazo del chico que estaba leyendo la novela que Miércoles había terminado de escribir.
—Es normal, no has parado en todo el día—acarició su cabello con delicadeza haciendo que la chica dejase escapar unos sonidos tiernos—¿quieres ver está noche una película?.
—¡Me encantaría!—Enid le plantó un sonoro beso—¿sabes?, me...me...me gusta estar contigo y la forma en la cual me tratas—le dio un abrazo—eres tan caballeroso y...—acarició cierta zona—como buen caballero tienes una espada.
—¿Acaso se te han pegado mis actitudes pervertidas...Sinclair?—le encantaba cuando decía Sinclair.
Ella lo tomó del rostro y lo besó con cierta pasión, estaban en la habitación y sus padres estaban en el piso inferior, pero en ese momento no le importó.
Pero apareció su otra novia.
—Creo que deje bien claro que no te distrajeses con tonterías hasta terminar de leer mi libro y darme tu opinión al respecto—dijo cruzada de brazos.
—Sangre, asesinatos...misterios...detectives...—dijo cerrando el libro—ciertamente es muy bueno y tienes un toque tan oscuro que nadie podría lograrlo ni en cien vidas.
—Obviamente—replicó ella—¿entonces crees que lo aceptarán?.
—Eso ya no depende de mí, pero espero que sí sino quieren sufrir—contestó riendo el chico—luego veremos una película, ¿nos harás compañía?.
Miércoles dudó durante unos cuantos segundos, pero él sabía por la mirada que iba terminar aceptado y efectivamente, aceptó porque decía que ya había escrito bastante de su siguiente novela y necesitaba despejar su mente.
Aunque no lo quiso admitir, la gótica se encontraba con un sentimiento que siempre asociaba a la tortura, el asesinato y el sufrimiento, y eso era felicidad. Tomada de la mano con su chico, apoyando la cabeza en su hombro, miraban juntos la película. Enid al otro lado restregaba su cara por el pecho de éste pues al ser de miedo ella se asustaba. Era una noche perfecta donde el resto de la familia se hallaba en el piso inferior y afuera llovía. Enid se tapaba porque hacia frío.
—Entre la película y los truenos no sé si voy a poder dormir—comentó la loba algo asustada.
—Tranquila, estoy aquí—le dio un beso—no te preocupes.
Ella esbozó una sonrisa, realmente era su refugio.
Una vez terminada la película, el chico se percató de que la loba se había quedado profundamente dormida en su pecho. No pudo evitar esbozar una sonrisa y entonces sintió como Miércoles le daba un beso en la mejilla.
—Quiero...quiero...—él asintió, sabía perfectamente lo que deseaba.
Cargó a la loba hasta su cama con sumo cuidado, apagó todo y fue con Miércoles a su propia habitación donde se tumbó. La pelinegra lo besó, llevaba tiempo deseando darle ese beso, a diferencia de Enid, ella no se mostraba amorosa en público.
A primera vista podía parecer que no lo quería, que simplemente podría estar experimentando, pero ambos se querían con todo el amor que podían sentir el uno por el otro.
No faltaba el amor en la relación de los tres, aunque claramente quien más lo demostraba era Enid y cuando se lo contó a sus padres, no pusieron en duda el amor del chico a pesar de estar saliendo ya con alguien pues en las manadas, se solían dar esa clase de casos. Además, veían a su hija feliz y con un chico firme y claramente decidido.
Quien tardaría más en acostumbrarse a tener dos nueras fueron los padres de Tn quienes se sorprendieron mucho, pero por suerte, Lilliana jugó un papel muy importante, hasta tal punto que si ellos aceptaban la relación que tenía su hermano con ellas dos, regresaría a casa. Y eso hizo, cumplieron cada uno su parte del trato.
—¡Venga!—gritaba una animada Enid con su sombrero, una caña de pescar y un cubo.
—Que asco...—decía la pelinegra y sin ganas.
—Oh venga, será divertido—dijo el chico—¿y tu caña?.
Ella le mostró unas granadas.
—Si quieres pescar peces grandes necesitas material explosivo—dijo fría.
—Miércoles...
—No me vas a negar mi diversión, veremos al final del día quién ha pescado más.
Y ante este escenario, con unas cestas de comida para hacer un picnic tras la pesca, los tres tomaron el camino rumbo al lago a disfrutar de un buen fin de semana en pareja.
Incluso ya hicieron planeas para recibir a los del grupo de Nevermore cuando fueran vacaciones y pasarlo bien en los días libres, incluso Miércoles se mostró entusiasmada...a su manera claro...
Miércoles miraba el lago desde su sitio junto a Enid.
—No me puedo creer que mi vida haya cambiado tanto...—decía Enid—era tan normal, llena de chismes...
—Si, la mía era fría y sin emociones.
Ambas se miraron, esbozaron una leve sonrisa y luego voltearon a ver a Tn quien estaba pescando un poco más antes del anocher.
—Y entonces llegó él—dijeron al mismo tiempo.
FIN.
Gracias por todo su apoyo y espero que les haya gustado está historia :D
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