10-La verdad sobre Tn

El día de padres había llegado, Miércoles estaba deseando más que nadie que llegase ese momento, no por volver a ver a sus padres, sino por los de Tn. Si alguien sabía que le pasaba a su pareja y sus poderes esos eran ellos. Se arregló como de costumbre, recolocó algunas cosas de su escritorio y se sentó en la cama a que Enid le dijera que ya estaban allí.

Ella hablaba mientras tanto con Cosa, entre los dos decidían cual era la mejor forma de entrar a la conversación ya que de lo contrario se cerraría en banda. Necesitaba por decirlo de alguna forma ganarse su confianza. La loba entró a la habitación, estaba con una gran sonrisa como de costumbre en su rostro y le dijo que ya estaban llegando.

—Bien Cosa, deséame suerte o tendrás que ayudarme a torturarla—ante esto, la mano levantó el pulgar.

Ellas dos caminaron lentamente hasta el patio, Enid le comentaba las ganas de ver a su madre ya que desde que se podía enlobar, la relación había cambiado completamente. También decía que deseaba ver que clase de persona eran los padres de Tn y Lilliana.

—Ella estará ya en el patio—dijo la loba—en marcha.

Cuando doblaron una de las esquinas, vieron el patio lleno de mesas, comida, bebida y gente reunida. Enid enseguida localizó a sus padres y Miércoles a los suyos, pero de momento no había rastro de Tn y sus familiares incluida Lilliana.

Aprovecharon ese momento para hablar con ellos.

—Hola—dijo fría.

—Mi pequeña tormenta—le dio un abrazo—¿cómo estás?—el hombre siempre mantenía esa sonrisa.

—Bien—miró alrededor—en está cárcel.

—Mi escorpión venenoso—su madre le dio dos besos—este lugar es magnífico.

—Lo que tú digas...Pugsley, sigues vivo...me impresiona—dijo mientras recibía ahora el abrazo de su hermano—espero que siga siendo así.

Enid por su parte fue abrazada por su padre, realmente de los dos era a quien más quería pues siempre había sido muy amable con ella a pesar de no lograr transformarse.

—¿Dónde está ese chico?—preguntó la mujer lobo—tu novio.

—Oh, Ajax y yo...rompimos...—puso cara algo triste.

—Lo siento mi niña...—le revolvió un poco el pelo—ya encontrarás a alguien.

—Si...—en ese momento la imagen de Tn se formó en sus pensamientos—ya lo encontraré.

La gente empezó a sentarse y comer, Miércoles estaba comiendo un poco, aunque algo impaciente por no encontrar a Tn ni a sus padres.

Fue eterno, pero finalmente aparecieron más padres que se sentaron en algunas mesas y justo vio aparecer a Tn con Lilliana. La mesa de los sus progenitores y los de Miércoles estaban cerca de los pilares por lo que si hablaban, su conversación sería más privada. El chico se acercó y miró a su madre, su padre en esa ocasión no había acudido.

—Hola mamá—dijo sin muchas ganas.

—Mi pequeño—le dio un abrazo.

La madre, que se llamaba Elisa según había podido descubrir, y Lilliana, eran bastante parecidas, la única diferencia prácticamente era la edad.

—Siéntate, ¿tienes hambre?—preguntó ella tomando algunos platos.

—Un poco...—miraba a otro lado—¿co-como has estado?.

—Ocupada, trabajando...pero en términos generales bien...—algo parecía molestarla.

Miércoles no perdía ojo y Enid quien se sentó con los padres de ella tampoco, pero más que nada por el chisme, era su pasión. Y necesitaba saber también que ocurría con Tn.

Tras servir comida vieron a la mujer soltar un ligero suspiro, si, algo parecía molestarla.

—¿Hasta cuándo vas a estar ahí parada Lilliana?—preguntó desviando la mirada a su hija quien estaba apoyada en el pilar—esto es una comida familiar.

—Supongo que puedo hacer el esfuerzo—respondió mientras se sentaba de mala gana y se servía algo—¿te sorprende verme aquí?.

—Un poco...después de tantos años desde que te largaste de casa...

—Sabes perfectamente el motivo por el que me fui—replicó ella en un tono suave ahora, relajado...eso molestó a su madre.

—Sí tú lo dices...

Empezaron a comer en silencio, pero era un silencio incómodo, sobretodo para Tn quien miraba a una y a otra, estaban bastante disgustadas por el tema de la marcha de Lilliana de casa. El chico no recordaba apenas algo de aquellos días. Pero prefería no tocar el tema para que no armasen un escándalo allí mismo.

—Estaba todo muy bueno—dijo tras terminar su plato—¿y el tuyo mamá?.

—Si, realmente delicioso—se limpió la boca con la servilleta—¿qué tal tus estudios?.

—Bien, aprobando todo y con nota—respondió.

—¿Y tus poderes?—fue preguntar eso y él decía que en ocasiones—ya veo...cambiando de tema, ¿quieres postre?—quería desviar la conversación.

—Oh, no, estoy lleno.

Entonces el chico notó una presencia fría como el hielo...allí estaba, Miércoles Addams quien se sentó a su lado ante la atenta mirada de su madre. La mujer estaba sorprendida al ver hacer aquello sin ni siquiera preguntar.

—Tn—saludó ella—usted debe ser la madre de Tn.

—Así es...y tú eres...—la miró esperando la respuesta.

—Miércoles Addams, la novia de su hijo—respondió tranquila.

La mujer abrió los ojos al escuchar aquello, pero también los padres de la gótica quien se miraron antes de seguir viendo para saber todo. Enid comía junto a Pugsley algunos postres de chocolate, era como si fueran palomitas en un cine.

—No sabía que tenías novia—dijo mirándolo.

—Si...ella...es mi novia—comentó—llevamos...poco saliendo—estaba muy avergonzado.

—Quiero preguntar acerca de sus poderes...cuando los usa cambia su personalidad. Y la última vez dijo que debía regresar...¿a qué se refería exactamente?—preguntó mirándola fijamente—necesito respuestas.

—Los poderes son un misterio—contestó tratando de mantener la apariencia de alguien tranquila e inocente, pero Miércoles sabía muy bien cuando alguien le mentía a esa clase de preguntas.

—Madre—intervino Lilliana—sino le dices tú lo haré yo.

—No te atrevas—dijo ahora molesta.

Tn se quedó sorprendido y preguntó que estaba pasando. La mujer se sujetó la cabeza con la mano como si le pesase. Dijo que no esperaba que sucediera aquello, que todo lo hizo por el bien de su hijo. 

—Espero la respuesta—comentó Miércoles.

La mujer miró a cada uno de los tres y asintió con la cabeza.

—Pero aquí no, será mejor hablar en un lugar más tranquilo—comentó.

—Iremos a mi habitación—dijo Miércoles—deseo saber de una vez que son los poderes de Tn—le miró—y por tu bien, será mejor que no me hayas mentido—el chico negó con la cabeza—así me gusta, pero primero escucharé toda la historia.

Lilliana terminó su plato y fue en ese momento cuando fueron todos a la habitación. Enid se despidió de los padres de Miércoles a quienes puso al corriente, ya hablarían con ella de la relación con ese chico.

Caminaron en silencio, la mujer seguía a sus hijos y a la pelinegra. 

—No tenías que venir—le susurró a Enid.

—Bueno, es mi habitación también y me quiero enterar—le contestó en el mismo tono—¡ay que emoción!—sonreía—¡por fin sabremos todo sobre Tn, el chico misterioso!.

—Controla tus emociones—replicó la pelinegra.

Ya en la habitación, cerraron la puerta y se sentaron, por suerte tenían sillas para la ocasión ya que a veces, tenían reuniones de chicas. La mujer miró a Miércoles, quien esperaba una respuesta por su parte.

—¿Qué quieres saber exactamente?—preguntó.

—Todo, el motivo de ese...regreso o lo que sea.

La mujer se acomodó.

—En nuestra familia, tenemos poderes extraños por nuestro linaje. Cada cual tiene ciertos poderes que no son heredados, ellos dos son hermanos y no se parecen en nada respecto a sus poderes—empezó—ahora bien, no es que haya dos personas como tal, sino más bien...una con dos personalidades. Me explico, Tn siempre fue la versión...digamos...—no encontraba la palabra adecuada.

—¿Orgulloso?, ¿presumido?—preguntó la pelinegra—¿fuerte?.

—Presumido sería la palabra. La cosa es que Tn siempre fue un poco así, no tan callado sino todo lo contrario. Era muy maduro para su edad, inteligente, fuerte y con unos ideales increíbles para alguien tan pequeño—contestó—pero también algo problemático porque siempre se metía en peleas para defender a otros. No era que considerase mal eso...pero los excluidos hemos sido y somos perseguidos...no podíamos llamar la atención. Por no hablar de lo bien que se le daba la labia para hablar con chicas y...otra cosa que es mejor no hablar.

—Si se refiere a lo que tiene entre las piernas ya lo ha visto toda la academia, fue el otro día—eso hizo parpadear a la mujer—no suelo decir esto pero...—le miró—nunca pensé que me gustaría ver algo relacionado con el cuerpo masculino más allá de matar, torturar y enterrar—esbozó una leve sonrisa en su rostro.

—¿De verdad?—preguntó la mujer con los ojos muy abiertos.

—¡Oh, sí, tiene una gran...!—se calló de golpe avergonzada.

—¿Podrían por favor dejar de hablar de mi...?—Tn estaba rojo como un tomate.

—Perdón hijo...a lo que iba. El problema es que era demasiado joven y no podía controlar muy bien sus poderes, lo que llevaba a situaciones indeseadas. Por eso mismo...él y yo llegamos a un acuerdo. Uno de sus poderes era sellarse sus poderes, leímos la forma de hacerlo. No sabíamos muy bien si funcionaría, pero Tn dijo que era lo mejor—explicó—y llevamos a cabo el ritual hasta que creciera.

Tras unos segundos de pausa para aclararse la garganta, continuó.

—Cuando lo hizo, también selló su forma de ser. Vimos a un Tn muy poco sociable, tímido, poco hablador...salvo cuando despertaba su poder, breves momentos. Y en una de esas ocasiones, pudimos hablar con su verdadera personalidad diciendo que de momento prefería seguir estando así para evitar problemas a la familia. Solamente saldría en caso de peligro.

Como Tn no recordaba nada en absoluto, no le decían. Al principio se sorprendieron de ver a una versión tan diferente respecto a personalidad, pero creían que era lo mejor antes de que sus poderes descontrolados hicieran daño a alguien o a sí mismo.

—Ya veo—dijo Miércoles—alguien poderoso encerrado en una personalidad tan tímida.

—Yo estaba en desacuerdo—comentó Lilliana—sabía que sellar los poderes traería problemas. Por eso mismo me fui de casa.

—Tu hermano...

—Él es mi hermano, pero a la vez no porque yo me crie con un Tn divertido, que protegía a la gente...no podía aceptar su marcha.

Los ojos de Tn se encendieron, o mejor dicho, brillaron. De nuevo estaba ahí.

—Lo siento hermanita—Lilliana sintió que era él—pero era lo mejor, no quería hacer daño a nadie—le dio un beso en la frente—pero estoy aquí, para lo que necesites.

Ella le dio un abrazo entre lágrimas.

—Cuando controle mi poder, o en un tiempo...volveré a mi personalidad real. Siento mucho todo el daño causado.

Entonces escuchó a Enid soltar algunas lágrimas emocionada por toda la historia.

—Eh lobita—se acercó y la tomó de la cintura—no llores...mmm...hueles realmente bien—la cara de Enid se puso roja al verlo tan cerca—me pregunto si sabrás igual de bien.

—Yo...yo...—estaba muy nerviosa y roja.

—Oh venga...seré muy dulce y...gentil—al decir eso último Enid estaba por desamayarse.

—¡Ya está bien!—su madre le tiró de la oreja—ya ni recordaba cuando lo tenía que hacer cuando eras más pequeño.

—¡Auch!—se sobó la oreja cuando fue soltado—le quitas lo divertido a la vida.

—Agradece a tu madre porque yo estaba ya por matarte—comentó la pelinegra fría.

—Tranquila mi dama oscura...tengo amor de sobra para las dos—la besó de improvisto—no seas tan celosa.

Estaba por decir algo cuando escucharon una fuerte explosión. 

—¡Nuestros padres!—exclamó la loba.

—El acosador...

Enseguida echaron a correr en dirección al patio. 

Nada más llegar, vieron a muchos heridos y personas en el suelo llorando de dolor. Miércoles encontró a sus padres sanos y salvo, Enid más de lo mismo cuando vio a su madre mirar en una dirección. 

—¡Pugsley!—gritó ella corriendo hasta su posición.

El chico se encontraba atrapado entre unos escombros y muy mal herido.

—Miércoles...me...me duele...todo—decía antes de toser sangre.

Enid apartó las piedras y vieron que estaba en mal estado. Ella le pedía que se quedase con ella, que no la abandonase.

Enid estaba rota de dolor viendo todo el escenario. Sangre, dolor, lágrimas...era demasiado para ella y solamente quería que alguien ayudase. La capa de humo y polvo se había ido pero eso no quitaba el horror que estaban viviendo. Miércoles tomaba la mano de su hermano, sentía el mismo dolor que cuando vio a Cosa apuñalado. 

Sus padres veían esto y se arrodillaron para tratar de ver si podían hacer algo, pero era realmente complicado.

—Hijo mío...mi muchacho—lloraba su padre.

Entonces Elisa vio pasar a su hijo por su lado.

—Tn—dijo su madre—¿qué vas a...?.

El chico empezó a acumular energía, un aura de tono purpura brillaba alrededor de su cuerpo cuando al cabo de unos segundos, él tenía los ojos cerrados y murmuraba algo.

Cuando los abrió, todo el patio se cubrió de color purpura y los heridos empezaron a notar como sus dolores y heridas iban desapareciendo poco a poco hasta sanar por completo. Miércoles vio esto como algo asombroso y Pugsley se iba recuperando.

Luego, Tn cayó al suelo inconsciente, había gastado mucha energía en poder ayudar a todos.

—¡Tn!—su madre enseguida fue a ver como estaba.

Todos estaban sanos y salvos, el chico fue trasladado a la enfermería. De tanto poder empleado, se encontraba agotado. E incluso le dio una pequeña fiebre. 

Elisa se marchó junto al resto de padres, pero le dijo que cuidase de él. Lilliana en cierta forma le perdonó lo que hizo y ella que su hija se fuera de casa. Aunque solamente era la base para volver a tener esa confianza la una en la otra.

Y mientras se recuperaba de usar su poder, Miércoles lo vigilaba para que nadie le atacase ni nada y cuidar de él. A partir de ese día, tendría la misma fama que Miércoles como el salvador de Nevermore.

Pero el acosador seguía vivo...y está vez se había pasado de la raya.

Continuará...

Espero que les haya gustado.

Un saludo  :)

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