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🎄 «Golpeados, acalorados y reencontrados» 🎄
El grito de sorpresa que los niños dejan escapar, basta para hacer que algunos clientes y un par de empleadas se giren aturdidos para mirar en su dirección. La ola de murmullos que se extiende por la tienda un momento después, no es para menos. Jin Young ha sido el primero en arrojar un certero puñetazo contra el anguloso rostro de Jung Soo — quejándose más tarde al sentir el ardor escocer en sus nudillos — mientras Junmyeon se dedica a halar al gerente por los cabellos como si estos no estuvieran del todo unidos a su cabeza.
Entre quejidos de auxilio y otras maldiciones dirigidas a nadie más que aquellos dos locos, Jung Soo se las ingenia para sacudirse a ambos hombres, recurriendo a los golpes en dirección de sus perfectos rostros y a métodos violentos un tanto más infantiles cuando los pellizcos y los rasguños comienzan a hacer su aparición.
Alrededor — dudosas de intervenir y salir lesionadas y otras más preocupadas por el daño severo que aquellos clientes pudieran provocar en su gerente — las empleadas comienzan a revolotear mientras que los pocos compradores presentes se acercan entre curiosos y asustados para saber con exactitud qué es lo que está pasando en la tienda.
Con un movimiento veloz que envía a Jin Young directamente de culo contra la ropa, Jung Soo casi quiere sonreír por obtener media victoria pero es al sentir el peso de cierto rubio sobre su espalda que todo atisbo de emoción se pierde sin más, al tiempo que se dedica a luchar por vencer a otro demente.
Desde sus sitios — pendientes del altercado que se suscita frente a sus ojos y más que conformes con ver a sus padres llevando las de ganar — los niños se deshacen en gritos de apoyo y sonidos de guerra hasta que Baekhyun advierte la caída de Jin Young y sus instintos lo llevan a mofarse del que ha querido robar una gabardina que desde el principio le pertenecía a él:
— ¡En tu cara, anciano! —
Antes siquiera de poder advertirlo, Bam Bam se ha acercado hasta llegar donde su hermano y Luhan solo ha alcanzado a percibir el momento exacto en que el cuerpo de Baekhyun se ha ido de espaldas al suelo.
— ¿Cómo llamaste a mi papá? — ruge entonces el tailandés, mientras Luhan se acerca para cogerle del cuello y lo aparte de un tirón lejos de Baekhyun.
— Deja en paz a mi hermano, enano —
— Lo mismo digo, niñita — espeta Mark a su costado, tomándole de los cabellos para aparte del tailandés. Baekhyun se levanta entonces para secundar a su mayor mientras Tao se escabulle entre sus piernas para llegar donde Jung Soo que se ha ido a sentar encima de Junmyeon.
Más allá, Yixing parece encontrarse repentinamente orgulloso, pues han sido sus rápidos reflejos los que le han permitido coger por la cintura al diminuto Kyung Soo — quién ya había pensado en salir corriendo a la defensa de los otros — mientras se aseguraba de apartarlos lo más posible del improvisado campo de batalla. ¿Dónde se ha ido a meter Yi Fan y qué puede él hacer para que aparezca?
Recordando cada ocasión en que Baekhyun y Jongdae han comenzado a pelear y ha sido justamente su papá el que lograra separarles, Yixing realmente anhela que algo así pueda pasar porque como las cosas sigan por aquellos rumbos, lo único que el mayor conseguirá será unirse a la defensa de sus hermanitos y su papi Junmyeon.
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Echando a correr por el pasillo tan rápido como sus piernas se lo pueden permitir, llevando a Jongin en brazos — quién ríe con inocencia al ver su juego familiar teñirse de emoción —, e intentando que ninguno de los otros tres niños se le pierda de vista, Yi Fan es gritos de furia y disculpas a medio expresar mientras se abre camino por el centro comercial para llegar donde aquel idiota que se ha atrevido a llevarse a Sehun.
— ¡Corre, bàba, corre! — exclama Jongin entre risitas mientras sus hermanos se precipitan por las escaleras automáticas, intentando sortear a cuanta persona con sus compras se puede cruzar y dejando pequeños espacios por los que Yi Fan se las ingenia para pasar.
Más allá, el mocoso adolescente que ha dejado el ascensor detrás parece hallarse ligeramente desorientado mientras mira de un lado a otro como si estuviera calculando donde queda la salida más próxima para huir y Yi Fan jura que apenas lo coja, el pobre idiota se arrepentirá por siempre de haber pensado en llevarse al bebé de Kris Wu.
— ¡Fíjate, imbécil! — reclaman a sus espaldas cuando un mal movimiento en la escalera lo lleva a empujar a las personas que está pensando dejar atrás.
Musitando apenas una vaga disculpa y buscando a sus hijos que ya se han alejado del lugar, el mayor vuelve a su tarea sintiendo el móvil brillando en su bolsillo con más de aquellas insistentes llamadas de Luhan. ¿Qué clase de suerte tiene Junmyeon que su abogado ha ido a ausentarse justo el día en que a él se le ocurre ser arrestado?
Incluso si la idea de acudir donde su marido y el resto de sus hijos se le ha pasado por la cabeza a media carrera, Yi Fan está seguro que de hacerlo estaría buscando no solo su divorcio sino también cualquier incentivo que sirva para Junmyeon ponga de cabeza hasta la última piedra en el centro comercial. Sencillamente no. Presentarse ante un padre que le ha confiado a sus hijos sin el menor de este con él, es y será siempre la peor de las ideas que se le podrían ocurrir hacer.
— Minnie, Dae, Yeol, ¿dónde está ese sujeto? — pregunta apenas advertir a sus hijos, los tres tomados de la mano y mirando en todas las direcciones posibles.
— No lo sé, bàba. Estaba justo aquí, pero de repente desapareció — explica Chanyeol, todo él frente perlada de sudor y gafas amenazando con caer de su rostro.
— Bobo, las personas no desaparecen así como así — le reta Jongdae — ¿De qué nos sirve que seas cuatro ojos si aun así no prestas atención? —
— ¡Tú también lo estás siguiendo! ¡Y no me digas cuatro ojos o Baekhyun te volverá a morder! —
— Chicos, no peleen — los calma Yi Fan — Busquemos con cuidado, Sehunnie está cerca —
Obedeciendo a su padre pero siendo separados por Minseok que sabe cuánto de mucho pueden llegar a reñir sus hermanos, Jongdae y Chanyeol se devuelven a su misión pasando la mirada por cada pequeño sitio que ven y asegurándose encontrar entre los brazos de un extraño a su hermanito el más chico. El nudo de preocupación que hasta esos momentos había oprimido sus pechos, parece haber sido reemplazado por una ansiedad desesperada que sólo puede traducirse a su deseo de atrapar a aquel que se ha llevado a Sehun y recuperar al bebé que quieren más que a nada.
Escuchando la vibración de su teléfono y seguro que de no contestar, estaría jugando con los pocos nervios de su esposo, Yi Fan coge la llamada seguro de estar tratando con Luhan más se sorprende al escuchar a un afligido Yixing que se escucha asustado y visiblemente nervioso:
— ¿Bàba? ¿Dónde estás, bàba? — pregunta el niño, al otro lado de la línea — Appa Jun te necesita y yo también. Fuimos arrestados y traídos a la estación central. Baekhyun está llorando y Luhan jura que le faltan un par de cabellos en la cabeza. ¿Vas a tardar en llegar? —
Sintiendo una fuerte opresión en su interior — la misma que lo acongoja siempre que ve a sus hijos tristes y él corre a abrazarlos e intentar animarlos — no se deja ausentar, cuando Yi Fan aferra fuerte a Jongin entre sus brazos y decide que es inútil seguir postergando su aparición. Debe ir a la estación, liberar a su marido de los cargos que le hayan impuesto — por lo que sea que hayan hecho — y levantar una denuncia que haga público el rapto de su hijo menor.
— Voy para allá, Xing —
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Un largo suspiro escapa de sus labios. Es tarde, Jinki llegará pronto al centro comercial y Donghae está más que seguro de que a su regreso será reñido. ¿Pero que se suponía que debería hacer? De haber aguardado en su sitio de trabajo, probablemente los padres del niño habrían tardado horas en dar con él. «Pues venir a la estación no va a hacer mucha diferencia» piensa y se vuelve a hundir en su lugar.
Aparentemente, un fuerte altercado entre dos clientes chiflados y el gerente GUCCI — aquel amargado de Jung Soo que el muchacho conoce porque fue él quien le rechazo cuando pidió empleo en la tienda — ha llevado al jefe de guardias a dejarlo en la lista de espera mientras se dedica a escuchar todo lo que relatan aquellos tres.
En los asientos junto a él, todavía con el pulgar entre los labios y la respiración acompasada de una dulce siesta, el pequeño que ha rescatado de entre los peluches de la tienda continúa roncando y soñando sin reparar en el hecho de que se ha alejado de sus padres o hermanos.
— Le digo, señor Jung, que todo comenzó porque este idiota desea robar la gabardina de edición limitada que mi hijo había elegido — espeta Jin Young con voz cansada y el pie marcando un compás ansioso porque Jaebum parece estar tardando y Jung Soo ya lo ha hastiado de tanto alegar que es un rico demente y obstinado.
— ¡Y dale! — exclama Junmyeon, igual o más harto de estar ahí — Por supuesto que esto comenzó porque deseaba llevarme esa gabardina, pero yo nunca quise robarla. Mi hijo la había visto primero, por tanto, era mía —
— Señores — interviene entonces Yunho, el jefe veterano del área de seguridad que ya se ha percatado de lo irracionales y altaneros que pueden llegar a ser esos tres. Incluyendo a Jung Soo — ¿No creen ustedes que la ropa carece de importancia justo ahora? Quiero decir, han sido arrestados. Golpearon al gerente y provocaron un altercado en la vía pública. Sus hijos, los demás clientes y también las empleadas, han incordiado a muchas personas y dado un mal ejemplo a los niños que, válgame Dios, han terminado siguiéndoles y peleado entre ellos —
Volviendo la mirada donde Jung Soo — quien luce despeinado y con magulladuras por todo su rostro — hasta reparar en sus hijos — esos dulces angelitos que están en iguales o peores condiciones que él —, Junmyeon debe aceptar que lo que dice Yunho es verdad. ¿Qué clase de padre es él, que termina peleando por una simple prenda y enseñando a sus hijos que pelear está bien?
Yi Fan no ha aparecido, bastante entretenido con sus compras y su aventura soñada como se suponía que harían, pero cuando lo haga Junmyeon está seguro de que su esposo le mirará y mal y con justa razón. ¡Es un pésimo padre y no puede creerlo!
Bajando la mirada repentinamente avergonzado y sintiendo a Jin Young hacer lo mismo a su lado, el rubio escucha atentamente el sermón que le da Yunho hasta que una mano pequeñita se prensa de su pantalón y la voz de Sehun lo obliga a volverse y mirar.
Chiquito, con el rostro hinchado como si se hubiera dedicado a dormir y el cabello luciendo un par de gallitos ahí donde la huella de una superficie se ha marcado, Sehun lo mira con ambos ojitos brillando de emoción y ese mohín de labios adorable que Junmyeon le amó desde el momento en que le vio:
— Appa — levantando al menor entre sus brazos, apegándolo contra su pecho sin importarle tantito que Yunho siga hablando, Junmyeon se deja calentar por la presencia de su bebe, un segundo antes de advertir que el niño está solo y que su papá no está con él:
— ¿Dónde están los demás, bebé? — pregunta.
— Bàba Fan le compró un trajethito a Nini, appa. Y Yeollie tenía un lindo carrito athul pero-
Sea lo que sea que Sehun fuera a decir, sus palabras se pierden cuando la puerta de la estación se abre de par en par y Yi Fan cruza con sus hijos; todos agitados y colorados. En sus brazos, la ausencia de compras le sabe extraña pero al menos por ese momento, Junmyeon no se siente con ánimos para interrogar al abogado. Tal vez, todos han corrido hasta llegar donde él y Sehun se ha adelantado siendo el travieso que siempre ha sido.
— Siento el retraso — se disculpa Yi Fan, al mismo tiempo que sus ojos reparan en la figura de Sehun y los niños se enardecen porque después de tanto, su hermano ha aparecido y está en brazos de Junmyeon.
Con la mirada atenta de los guardias de seguridad, de Jin Young y sus hijos y también de Jung Soo, Yi Fan ahoga su emoción y sus instintos que le urgen a tomar a su hijo en brazos y besarlo por todos lados, para acercarse a charlar con aquel tal Yunho.
— Soy el abogado del señor Wu. ¿Se puede saber que ha pasado? —
— ¡Pasa que el idiota chiflado de tú marido me ha-! —
— Creo que esa es una historia muy larga para contar — interrumpe Yunho con voz muy grave, antes de que Jung Soo se encargue de desatar el mismo desastre que ha escuchado en los último minutos — Basta resumir que no hay daños materiales que deban ser cubiertos y que los tres involucrados se han encargado ya de herirse lo suficiente como para pedir compensaciones. Mañana es Navidad, así que apelemos a mi buen espíritu navideño y simplemente, lárguense todos de una buena vez —
— ¿Cómo? ¿Los vas a dejar ir así, sin más? — Jung Soo está indignado.
— No debo recalcar que esperamos no verlos por nuestro centro comercial hasta el próximo año, ¿cierto? — sonríe Yunho, ignorando al gerente.
— No señor, está todo muy claro — responde Yi Fan y se alegra, porque no ha sido necesario intervenir en voz de la ley para negociar la libertad de su marido.
Sintiéndose libre de marcharse y no queriendo comenzar una nueva rencilla, Jin Young toma a sus hijos y se marcha del lugar. Tiene que encontrar a Jaebum y asegurarse de que Jackson y Youngjae, siguen vivos.
En la estación, diez niños rodean a Junmyeon mientras Yi Fan pregunta a Luhan y Baekhyun si se encuentran bien — «¿Podemos dormir en nuestros sacos rosas, papá?» preguntan, alegando que en esos costales para acampar siempre consiguen sentirse mejor— y abrazando fuerte a Yixing porque el chico aún permanece cuidando de Tao y Kyung Soo, soportando el breve pánico y siendo el muchacho que su padre siempre ha sabido que es.
— Bueno, creo que es hora de irnos a casa. ¿Quién viene conmigo? — pregunta Junmyeon, y es que, ha sido un día largo y cansado y aunque no han logrado cumplir con el objetivo que se habían trazado al pensar en aquella aventura, el rubio quiere devolverse a su hogar.
— ¡Yo, yo, yo! — con los grititos de sus hijos que ya han olvidado la travesía para encontrar a Sehun y el campo de batalla en territorio GUCCI, Junmyeon se dirige a la salida del lugar y Yi Fan está por seguirle cuando una voz juvenil se escucha a su lado:
— Ahora entiendo porque perdió uno — se mofa Donghae — Tiene suerte, ¿sabe? Yo habría deseado crecer entre tantos hermanos. ¡Feliz Navidad y no se preocupe! No voy a cobrarle las horas de siesta — retirándose para aparecer por su sitio antes que su jefe el joven desaparece sin tiempo para que Yi Fan lo interrogue.
No importa. Algo ha podido deducir de lo que el chico dijo y más tarde le preguntara a Sehun que ha pasado mientras estuvo lejos. Alcanzando a su familia que ya se dirige a la salida — los tres bebés en brazos de sus hermanos — y pasando un brazo por los hombros de Junmyeon, Yi Fan besa su frente mientras dice que:
— ¿Arrestado? Vaya aventura, cariño —
— No hables, sigo avergonzado. ¿Qué clase de padre soy, Fan? — se lamenta el otro. Tiene el rostro magullado y rasguños ligeros por toda su blanca piel y aun así, a Yi Fan le parece que se ha ido a casar con el hombre más hermoso que ha pisado la Tierra.
— Eres el mejor, Jun — sonríe — Y no debes sentirte mal, yo también cometí muchos errores el día de hoy. Te los contaré más tarde, pero ahora...
— ¿Ahora? — cuidando que sus hijos se encuentren ligeramente alejados y que sus palabras no sean escuchadas por ninguno, Yi Fan se acerca cuanto le es posible sólo para decir con voz preocupada que:
— Mañana es Navidad y los niños no tienen regalos —
🎄 FIN 🎄
¡Esta es mi primer actualización del 2019!
Les juro que ya me he propuesto no traer historias navideñas el siguiente diciembre, nunca las acabo a tiempo. ¡Así que esperen mis Fic's navideños desde Noviembre! 😂 Tal vez entonces acabe antes del 6 de enero... 🎄
Como sea, espero que esta historia les haya gustado aunque sea un poquitín y que le haya robado más de una sonrisa. 💕A mí me gustó mucho escribirla, pese a las trabas de tiempo que tuve al hacerlo. Por supuesto, falta un epílogo cortito — my cortito — que estaré publicando a la brevedad.
💕 ¡Excelente inicio de año, a todas! 💕 Y ¡que este 2019, EXO la siga rompiendo como hasta ahora! 💕
🎄 Maceto- san 🎄
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