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🎄 «Sobre padres en guerra y aroma a desesperación» 🎄
— ¿Y tus hermanos? — pregunta Junmyeon con una cálida sonrisa plasmada en los labios, mientras se dedica a buscar con una mirada al resto de su escuadrón.
En sus brazos, Kyung Soo parece encontrar divertido el buscar a los demás por lo que se dedica a imitar un par de binoculares con ambas manos y en el proceso, hacer reír a Yixing. Más allá, la empleada que ha solicitado para buscar entre las prendas por una chaqueta azul de dragones tatuados que le ha gustado al mayor de sus hijos, se aleja sin siquiera volver una mirada donde él.
— Ok. Aguarden justo aquí, ¿quieren, guapos? — les dice y se dedica a bajar de su agarre al pequeño Kyung quien no tarda en gimotear del mismo modo en que hace Tao.
Con un beso a sus blancas mejillas, el rubio se aleja buscando por los alrededores a sus tres pequeños faltantes que son completamente capaces de solicitar media tienda a la primera empleada que reconozca sus apellidos.
En otro extremo, todavía sosteniendo aquel repentino duelo de miradas y sintiendo encabritarse a cada segundo un poco más, Luhan permanece al frente de sus dos hermanos que le observan asombrados mientras reta en silencio a aquel molesto niño. Sin ceder — ni siquiera un poco —, Mark yace estático frente a él sólo sintiendo la sorprendida mirada de Bam Bam junto a él y viendo en el reloj morir los segundos que ha robado al tiempo al perseguir a su hermano hasta la sede de GUCCI.
— ¿Hyung? ¡Hyung! — el repentino sonido que proviene de un niño los hace desistir, cantando Luhan una secreta victoria porque el primero en reaccionar ha sido el moco frente a sí, reconociendo en el infante apenas la edad de Sehun al menor de sus cinco hermanos.
— ¿Yugyeom? ¿Dónde está mamá? — ignorando deliberadamente a los Kim, que tampoco parecen interesados en seguirles enfrentando cuando Luhan se vuelve para recuperar a Tao y estrecharlos en sus brazos bajo la divertida mirada de Baekhyun, los tres Im se retiran a tiempo para que Junmyeon entre en escena.
— ¡Acá andaban! — exclama el rubio — ¿Y bien? ¿Han visto algo que les gustara? —
— De hecho yo sí — sonríe el de en medio, sonrisa angelical tatuada en los labios y esa mirada de cachorrito que a Junmyeon enamora porque la aprendió de Yi Fan — ¿Me compras la gabardina, appa? ¡Es de edición limitada! —
Un minuto después, Junmyeon ya está volviendo la mirada al aparador, examinando con aquellos críticos ojos — que han pasado media vida sumidos en obras de arte y antigüedades de todo el ancho mundo — y decidiendo que incluso si es Navidad, sería incapaz de negarle nada a Baekhyun. Estirando una mano para probar en su hijo la prenda seleccionada, el mayor sujeta el gancho al mismo tiempo que una mano se la intenta arrebatar y apenas levantar la mirada, Junmyeon se descubre encarando al guapo actor estrella de Seúl: Park Jin Young.
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Deslizando con suavidad aquellos cálidos pulgares que siempre han estado presentes para limpiar su llanto, Yi Fan repite las acciones que ha venido realizando desde que se convirtió en papá, mientras sonríe al mayor de sus hijos con una seguridad que a decir verdad, ya no es capaz de sentir. ¿Cómo puede mantenerse sereno si Sehun ha desaparecido apenas dejando un rastro de bolsas volcadas? ¿Cómo puede abrazar a su hijo y no dejar que sienta su miedo, si está a nada de colapsar de la mera preocupación?
— ¿Te sientes mejor, Minnie hyung? — cuestiona Jongdae, sonrisita tatuada en sus gruesos labios y con los dedos todavía enredados en el cabello de su mayor.
Sin mediar palabra, sólo asintiendo a sus caricias y también a sus palabras, Minseok tarda poco en apartarse de Yi Fan y otro poco en limpiar los últimos rastros de llanto que han quedado en sus pestañas.
— De acuerdo, equipo. Ahora que todos nos hemos calmado, es hora de cumplir con nuestra misión y esa es, por supuesto, encontrar a Sehun — dice Yi Fan, poniéndose de pie para recoger las bolsas que ha recaudado en lo que va de sus compras y mirando por los alrededores si de alguna casualidad, su hijo menor se encuentra ahí.
Como era de esperarse, Sehun ha echado a andar — con esos pasitos torpes que casi siempre sustituye para gatear — y se ha alejado del sitio donde específicamente, Yi Fan les dijo que aguardara. ¿Qué padre en el mundo sería capaz de culpar a sus hijos por semejante situación?
Para ser honestos, ha sido su propio capricho por probar a Jongin la ropa que escogió, lo que lo ha llevado a extraviar a uno de sus pequeños retoños en el centro comercial más grande de Seúl.
Pero incluso si debe volcar todas las tiendas patas para arriba al tiempo que evita que Junmyeon les vea y se entere de su descuido — porque es imperativo que su marido nunca lo sepa —, Yi Fan está completamente seguro de salir victorioso en aquella contienda.
— Entonces, Minnie, tú lleva a Dae y no le vayas a soltar — explica — Yeollie, tú vienes conmigo. Y Nini, tú serás nuestro ojo en el cielo —
Colocando a su noveno bebé sobre la base de sus hombros y asegurándose de tenerlo bien sujeto al darle una mano a Chanyeol que luce molesto por no ser él quien viaje a la altura del cielo, Yi Fan se las ingenia para arrastrarse por los rincones de Givenchy mientras sus hijos se aseguran de rebuscar bajo los banquillos y los abrigos y Nini observa desde su sitio por si vislumbra a Sehun.
— ¿Jugamos a la escondidas, bàba? — pregunta Jongin, visiblemente emocionado.
— Claro, cariño. Es sólo... que Hunnie no sabe que estamos jugando — murmura e intenta que ninguno de sus hijos lo llegue a escuchar porque justo en esos momentos, no tiene tiempo para lidiar con la preocupación. Lo único que le interesa es hallar al menor, recogerlo entre sus brazos y dar por finalizada su aventura en el centro comercial.
¿Qué tenía en la cabeza cuando pensó que ir ahí sería una buena idea? En perspectiva, ir a Givenchy a comprar ropa a sus hijos, es exactamente igual que si ordenaba a sus asistentes ir y recibía las prendas en la oficina junto a las cajas y papel de regalo que usaría para envolverlas. Quizás — y sólo quizás — sus hijos todavía no están listos para ir de shopping.
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— Oh, lo siento — se disculpa Jin Young con amabilidad y esas pequeñas arruguitas que generan risas en su familia, mientras Junmyeon asiente afable y se encoge de hombros.
— No hay problema, en serio — sonríe.
Entre los dos, la linda gabardina que Baekhyun le ha pedido con anterioridad permanece sujeta por ambas manos sin intenciones aparentes de que alguno la llegue a soltar incluso si en sus palabras ha parecido por un breve instante que alguno lo haría.
A espaldas del actor — aquel que ha interpretado geniales películas que en su momento ingresaron en el Top 10 de Junmyeon — tres niños de edades parecidas a Luhan, Baek y Sehun se acercan hasta quedar a un par de pasos de Jin Young y en sus rostros, el rubio no tarda en encontrar a los famosos hijos de Im Jaebum y Park Jin Young.
— Bueno, creo que estamos en un dilema. Yo... iba a tomar eso para llevárselo a mi hijo — apunta Jin Young y en su voz, no hay molestia o rencor, simplemente confusión por saber cómo solucionaran aquella inesperada situación.
— Justo iba a decir lo mismo — sonríe el rubio — ¿Deberíamos dejarlo a quién lo tomó primero? —
— Me parece justo — dice — Entonces, ¿vas a dejarlo? —
— ¿Hm? No, no. Yo lo he tomado primero, así que debes ser tú quién lo deje ir — repone, ojos entrecerrándose de poco en poco cuando las manos del contrario intentar tirar más fuertemente de la gabardina y sus dedos presienten que de no ser más firmes esta saldrá disparada.
— No. Mi hijo ha visto primero esta prenda, así que técnicamente yo la he tomado primero — Jin Young aprieta los dientes, el famoso Kim Junmyeon está oprimiendo fuerza al agarre de la nueva ropa de Bhuwakul y hasta el más mínimo descuido podría costarle del todo el regalo navideño de Bam Bam.
— ¡No, appa! ¡Baekhyun vio primero el abrigo! ¡Nosotros ya estábamos aquí cuando esos pandrosos aparecieron! — exclama fuerte Luhan a espaldas de los adultos, en una oración que solo provoca la sonrisa autosuficiente de Junmyeon y un nuevo tirón por parte de ambos padres a la gabardina entre sus dedos.
— Disculpen, ¿puedo ayudarlos en algo? — la voz de la empleada que antes ha acudido a él para la chaqueta de Yixing, decide aparecer entonces con sus dos hijos restantes pisándole los talones y dedicando a ambos caballeros una mirada preocupada que refleja sus sentimientos por la prenda que sujetan.
— Vaya, que oportuna — sonríe Junmyeon — Verá, quiero llevarme esta gabardina. Pero sucede que este amable caballero-
— También quiero llevar la prenda. En talla chica, por favor — dirigiendo su atención a la muchacha que luce atónita al encontrarse en presencia de dos reconocidas figuras públicas, Jin Young y Junmyeon casi parecen capaces de lanzársele encima como no resuelva tener una prenda idéntica en su bodega y así solucionar el pequeño dilema en que se han sumergido.
— Entiendo. Pero pasa, que esta colección es edición limitada. Es la única gabardina disponible en la tienda y una de las tres que han sido enviadas a Corea del Sur. Si quisieran, puedo ofrecerles una diversidad distinta de gabardinas, pero ésta en especial, me temo que es única — explica y basta eso para que una vez más, Jin Young aferre la tela al tiempo que se contenta con decir que:
— ¿Ya oíste? Ve y busca otra ropa para tus hijos. Esta es de mi Bam Bam —
— ¿No entendiste? Hay muchas disponibles para tu familia. Yo ya he pagado por esta para mi Baekhyun-ah —
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— Disculpe, ¿ha visto a mi hermanito? — pregunta Chanyeol a una de las muchas señoras que han pasado revoloteando por el pasillo frente la tienda donde desapareció Sehun.
Negando sin más, porque en ese momento tiene cosas mejores que atender a un simple niño, la mujer desaparece tan pronto como llegó y Chanyeol ahoga el deseo de sacarle la lengua o gritarle un improperio. Algo que rime con bruja o que se parezca mucho a hipopótamo, por supuesto.
— Oiga, calvito, ¿ha visto a mi hermanito? — más allá, Jongdae también se ha dedicado a detener personas a medio pasillo, preguntando siempre de manera directa por su hermano menor y recibiendo respuestas muy parecidas a las dadas a Yeol.
En las tiendas junto a ellos, Yi Fan se ha metido junto a Nini para mirar por si acaso Sehun llegó hasta ahí y Minseok se mantiene al margen lo bastante cohibido como para coger coraje y preguntar a los extraños por su pequeño bebé.
Han pasado ya varios minutos desde que el menor desapareció y aunque ha rebuscado hasta en los probadores de Givenchy con permiso del mismo empleado que le atendió, Yi Fan no ha corrido con suerte para encontrar a Sehun. Desesperado, ha dejado incluso sus pocas compras en la tienda y aunque su equipo lo hace muy bien, mirando en los sitios bajos y siguiéndole los pasos, el padre no ha conseguido un avance en su misión que está próxima a acercarse a encontrar su hijo.
Zapatos, abrigos, gorras e incluso vestidos, los Kim han recorrido una buena parte de las tiendas de aquel pasillo sin éxito alguno, sintiendo a cada instante el miedo de no poder hallar a Sehun y la preocupación invadiendo hasta la pancita del hiperactivo Jongdae.
— ¿Estás perdido, cielo? — una voz extraña y algo gangosa que dirige a él, obliga a Minseok a levantar la mirada de sus zapatillas y es que, no se siente lo suficientemente valiente como sus hermanos menores para preguntar por Sehun.
¿Qué puede ser tan difícil? Tal vez nada o tal vez todo, pero lo cierto es que el mayor siente deseos de llorar siempre que recuerda que fue por él que su pequeño desapareció.
— N-No. E-Estoy b-buscando a mi hermanito — se oye decir y la mirada del hombre parece confundida al escucharlo decir aquello.
— ¿A tu hermanito? — cuestiona — Dime, pequeño, ¿es que se han salido por accidente de la zona infantil? — a lo lejos, Yi Fan ha terminado de examinar una tienda de ropa para señoras cuando al acercarse a Minseok ha alcanzado a escuchar las palabras del señor. Como magia, una bombilla se enciende en su cabeza y es que, al término de aquel pasillo se halla en centro de juegos.
Piscina de pelotas, carrusel miniatura, una pista chica de bolos y hasta un paseo en un tren que anda por encima un riel muy alto. Depositando sus esperanzas en que su pequeño bebé se encuentre ahí, Yi Fan reúne a su equipo y los cinco se encaminan hasta el final del pasillo.
🎄 Continuará... 🎄
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