🎁 2 🎁
🎄 «Divas de centro comercial y carritos azules que encontrar» 🎄
«Jingle bell, jingle bell, jingle bell rock...»
Los alegres acordes de una canción de temporada que Yi Fan podría reconocer incluso sin saber inglés, resuenan a través de los altavoces dispuestos en la tienda que se ha atrevido a visitar a petición de Chanyeol y Jongdae. Según las instrucciones que Junmyeon repartió la noche anterior, la misión de aquel día es conseguir atuendos para la cena de Navidad y todo lo que sus pequeños quieran llevar para jugar.
Llámese ropa de marca, juguetes de última generación o tiernas mascotitas — porque sí, el centro comercial sí tenía tienda de mascotas — la cabeza de la familia les ha dado rienda suelta para elegir, mientras no falten los elementos de supervivencia básica.
«Chanyeol necesita un nuevo suéter. Jongdae rompió su par de tenis GUCCI. Sehun y Jongin ya no tienen calzones. Minseok quiere un nuevo abrigo porque el suyo le queda chico»
Andando por los pasillos del centro comercial más grande la ciudad, Yi Fan se las ha ingeniado para llevar a Sehun entre sus brazos y dejar que Jongin espabilara tras echar la siesta en el auto, yendo de la mano de Minseok. Al frente — porque a dos pequeños tan hiperactivos no se les puede perder de vista — el pequeño dinosaurio y su cachorro Yeol, recorren las tiendas escuchando de tanto en tanto una indicación para tomarse de las manos:
— Pero bàba, ¡a Yeollie le sudan las manos! — reniega Jongdae, al ingresar en la tienda y mirando por ratos las prendas que lo rodean — ¿Por qué no puedo ir con Minnie-hyung? —
— Porque Minseok es el mayor, así que debe cuidar de los más chiquitos — responde el mayor con suavidad mientras su hijo parece procesar la respuesta, deteniéndose de improvisto un segundo después.
— Entonces, Minnie-hyung... ¿ya no me cuidarás a mí porque soy un niño grande? — resintiendo el tirón de mano de su hermano al no haberse percatado de su repentina parada, Chanyeol trastabilla y sus gafas ya flojas resbalan hasta casi amenazar con caer directo al suelo.
— Ten cuidado, Dino. Tu hermano necesita los anteojos para mirar bien — dice Yi Fan, pero Jongdae es todo miradas y pucheros de labios dirigidos a Minseok que tiene las mejillas rosas y habla nervioso al encarar a su menor:
— No digas daedadas. Yo siempre te voy a cuidar. Aunque estés grandote como bàba. Yo siempre los cuidaré a todos porque por eso soy el hermano mayor. ¿Verdad que sí, bàba? —
— Exacto — guiñándole un ojo a sus hijos, acariciando el cabello castaño que posee Minseok y más tarde devolviendo su atención a los escaparates dentro del establecimiento.
Entretenidos con la ropa, los cinco pequeños que lleva con él parecen realmente a gusto con estar en el lugar donde pueden mirar y decidir qué es exactamente lo que más les agrada. Chaquetas, poleras, incluso zapatos. Givenchy ofrece una cuantiosa variedad que pese a sus llamativos diseños y sus elaborados conjuntos, no alcanza para enamorar del todo a los más grandes en su grupo.
A su alrededor, las personas ya han comenzado a llegar porque faltan solo dos días para que llegue Navidad y es claro que en Corea, existen muchos como los Wu-Kim que dejan las compras hasta última hora.
— ¡Bàba, bàba! ¡Yo quiero eso! — Jongin se remueve del agarre de su hermano hasta soltarse del todo y viendo a Minseok echar a correr tras él como sólo Junmyeon podría haberle enseñado, Yi Fan ríe al tiempo que llama a Dae y Yeol y hace brincar a Sehun en sus brazos para acercarse donde han ido sus hermanitos.
— ¡Quiero, quiero, quiero, bàba! — lloriquea Jongin, mientras sacude la manga de una bonita chaqueta negra que si luce tan bien el maniquí, Yi Fan no duda lo hará también en su pequeño Nini.
— Veamos... — descolgando la prenda con unos cuantos malabares para no soltar a Sehun que imita sus movimientos cuando comienza a revisar las costuras y el precio, Yi Fan sonríe y sujeta fuerte la ropa mientras pregunta que:
— ¿Les ha gustado algo más, chicos? —
🎄
— ¿Podemos entrar ahí, appa? — le pregunta Baekhyun con ese tono angelical que suele utilizar después de haber estado peleando con Luhan o Zi Tao.
Señalando con un dedo la sede GUCCI que el centro comercial tiene al fondo del tercer piso, Junmyeon asiente mientras aferra el agarre alrededor del cuerpo de Kyung Soo, quien ha decidido que quiere ir entre sus brazos como cuando era más chiquito y papá Fan lo cargaba para hacerlo tocar el cielo.
En realidad, ha sido un tropiezo que envió a su pingüino directamente contra el suelo, lo que ha hecho que Tao decidiera cederle su sitio, mientras echaba a andar bien sujeto por las manos siempre finas de Luhan y Baekhyun. A su lado, colgado de su abrigo y con esa mirada fascinada que ha llevado desde que bajó del auto, Yixing continúa mirando cómo no creyendo que después de tanto, sus padres realmente le hayan llevado a un centro comercial.
— ¡Wow! Qué bonito, mira cielo, ¿te gusta? — Junmyeon sujeta una cazadora negra con mangas de cuero que en opinión del rubio le sentaría perfecta a su pequeño más distraído.
— ¿Tú que dices, Soo? ¿Verdad que Yixing se vería bonito? — sacudiendo al bultito que se ha aferrado a su cuello y ha enterrado el rostro en el hueco del mismo, Junmyeon se concentra en la idea de hacer que Kyung Soo olvide su caída con las telas bonitas y los muchos atuendos disponibles en el lugar.
Levantando la cabeza, mirando por largo rato la cazadora negra y después negando y señalando un abrigo dos prendas más allá, Kyung Soo dice que:
— Xing-Xing se vería bonito usando ese abrigo —
— ¿Podemos llevar el abrigo, appa? — pregunta Yixing al tirar suavemente del abrigo de su mayor.
— ¿Te gusta, Lay?
— No. Pero Soo dice que me vería bonito y quiero verme bonito si eso feliz a Kyung — con las mejillas rosadas, porque Kyung Soo es demasiado sensible a los comentarios lindos que suelen hacerle sus padres y sus hermanos, el menor entierra de nuevo la cabeza en el cuello de su papá mientras Junmyeon echa andar con el más grandecito para mirar de cerca el abrigo que ha señalado su pequeño bultito.
Al fondo, paseando entre los escaparates que exponen la última colección edición limitada de la marca, Baekhyun obliga a sus acompañantes a detenerse para señalar tres prendas exactas que han llamado su atención. De izquierda a derecha, Luhan sigue la voz y las manos de su hermanito que dice que:
— Tao se vería precioso con esa cazadora negra de estola en el cuello y Lu hyung debe llevarse aquel abrigo gris de bolsillos hondos y corte ajustado. Yo quiero la gabardina. Es color caqui como la del detective de la televisión y tiene forro a cuadros en el interior, además de los clásicos botones grabados —
— ¿Te has tragado una de esas revistas que appa te deja leer o cómo es que sabes tanto? — pregunta Luhan, asombrado mientras Tao alza los brazos pidiendo por él porque es demasiado bajito y siente que los escaparates podrían tragarlo.
— Es el estilo Wu-Kim, Lulu — responde entonces Baekhyun, sonrisa orgullosa y manos liberando las de su hermano que carga en brazos a Tao del modo en que Junmyeon ha hecho siempre que el panda se cansa de caminar.
— ¡Guácala! ¿Qué se supone que es el estilo Wu-Kim? —
La prepotente vocecilla que se ha dejado escuchar, no es otra más que aquella que Baekhyun detesta tener que admitir, coexiste en el mismo planeta que su padre ha elegido para hacerlo vivir y lamentablemente también, acude al colegio en su misma clase. Ocho años, cabello rubio retocado y piel suavecita como las pompis de Sehun o Jongin.
Im Bu Wa Kul. O como sea que se escriba el nombre de su peor enemigo que, a efectos prácticos y para memorizar, Baekhyun ha apodado simplemente Bam Bam.
— Es lo que tú jamás tendrás, Bam Bam — gruñe entonces en bajito de siete años, cabellos castaños alborotados y mirada atónita de Luhan siguiéndolo con cuidado.
— ¿Quién querría algo tan feo? Suena a enfermedad contagiosa — le dice el pequeño Im sin soltar del todo la mano del chico junto a él que parece tener la edad de Luhan y lleva el cabello cobrizo echado hacia enfrente.
— No pelees con los extraños, Dab-Dab. O papá nos va a regañar — le advierte el chico.
— Pero, Mark, ¡él es Baekhyun! ¡Mi archienemigo de la moda! — el menor entre ambos patalea y gimotea y Luhan no puede evitar preguntarse si a su hermano Minseok le agradaría descubrir que existe en el mundo alguien más berrinchudo que su pequeño Baekhyun.
— ¡No juegues, Bamiee! — sonríe Mark, al tiempo que alborota ligeramente los cabellos de su hermanito que pese a la despeinada inminente no parece dispuesto a molestarse con él — Para ser tus enemigos, primero tienen que saber algo de moda. ¿Ya viste sus zapatos? ¡Son de hace dos temporadas! —
Las risas burlescas que ambos muchachitos dejan escapar, parecen bastar para que Baekhyun reaccione mirando en un rápido gestos sus zapatillas marca CHANEL que papá Fan le obsequió por el día de su cumpleaños. Incluso si se han gastado un poco por el constante uso que les da, Baekhyun sabe que esos zapatos son realmente especiales y es que, aquel cumpleaños, papá Fan llevó a Yeollie y Jongdae a escoger el regalo perfecto para su hermano mayor.
— Hey, quita esa cara, princesa — le dice Luhan al acercarse, todavía con Tao en brazos y esa sonrisa de ciervo que a veces saca de quicio a Baekhyun porque suele utilizarla para burlarse de él.
En su oración, un mote femenino ha salido a relucir y aunque muchas veces ha oído de sus compañeros que no debe dejar que sus hermanos lo llamen así, papá Myeon siempre le ha repetido que si a él le gusta, no importa lo que el resto diga entonces puede seguir siendo la princesa de su hogar.
— Tienes puestos los zapatos más bonitos de todo el centro comercial — sigue el de procedencia china — ¡Esos mugrosos no saben lo que dicen, porque nunca han usado unos zapatos tan lindos! — y quizás es el tono recubierto de una increíble superioridad o la mirada firme que le dedica y le recuerda porque Minseok y Luhan son sus hyung preferidos, que Baekhyun sonríe y asiente y extiende los brazos para coger a su hermanito más chico, cuando un nuevo gritito se deja escuchar:
— ¿Me acabas de llamar mugroso, mocoso? — gruñe Mark a tiempo para encontrarse con la mirada de Luhan que parece estar entiendo de lo se trata el estilo Wu-Kim.
— Y puedo hacerlo en inglés y en chino también si gustas —
🎄
— Muy bien, equipo. Tengo que ir al probador para asegurarme que la ropa le quede bien a su hermanito — señala Yi Fan, al tiempo que se asegura de dejar a Sehun sentado y asegurado por una barrera de bolsas sobre el pequeño sofá que ha encontrado a solo unos metros del área de vestuarios — Entonces, ustedes deben esperarme aquí. No pueden irse sin que yo haya vuelto y tienen que estar muy, muy atentos —
— ¡Cuidaremos las compras, bàba! — exclama Jongdae, mientras observa con ojos de águila las casi cinco bolsas que han conseguido obtener.
— Eso es genial, Dae. Pero preferiría si en lugar de las bolsas, te mantienes muy atento de tu hermanito. Sehun se quedará con ustedes y no pueden perderlo de vista. ¿De acuerdo, enanos? — asintiendo con energía, riendo bajito porque en secreto, Sehun adora cuando sus hermanos más grandes cuidan de él, Yi Fan besa su cabecita antes de coger a Jongin en brazos y desaparecer con rumbo a los vestuarios donde probará las más monas ropitas que ha conseguido para su osito.
Apenas un par de minutos después y viendo a las personas ir y venir, Chanyeol parece advertir a alguien conocido en el lugar y sus gafas bien sujetas no tardan en atisbar la cabeza Im Youngjae, uno de sus mejores amigos en la escuela a la que va.
— Dae, Dae, creo que acabo de ver a Youngjae — le dice y el menor reacciona casi al instante, abandonando a Sehun al que había permanecido haciéndole caritas graciosas que también robaban risas a Minseok.
— ¿En serio? ¿Dónde, Yeollie? —
— Por allá — señala el de gafas — Minnie-hyung, ¿podemos acercarnos a ese montón de ropa, a ver si vemos a Youngjae? — por un momento, uno que hace sentir a Minseok dos o tres años más grande, el mayor entre los cinco se detiene a pensarlo y asiente al decir que:
— Pero sólo si van y vienen. Recuerden que bàba dijo que no podíamos irnos hasta que volviera con Jongin —
Asintiendo sin prestar mucha atención, sólo echando andar allá donde han creído ver a su amigo, ambos hermanos se alejan del sofá y al cabo de un rato, uno que parece muy, muy, muy largo para Minseok, este se encuentra ya algo preocupado porque una señora gorda se cruzó en su campo de visión y ya no es capaz de ver el montón de ropa que han rodeado sus hermanos.
— ¿Dónde estarán, Hunnie? —
— Yo no lo dé, hyung. Tholo doy un bebé — sonriendo, porque Sehun repite las cosas que Junmyeon suele decirle a menudo, Minseok niega y acaricia su cabeza mientras le dice que:
— No te muevas, bebé. Iré a verlos y regreso —
Sin más, el más grande de sus hermanos se termina por alejar y Sehun se repite que no debe moverse aunque empiece a tener miedo, porque las personas van y vienen a su alrededor y muchas lo miran como si fuera uno de esos muñecos feos que Luhan hyung bota cuando ya están muy viejos.
Golpeando por accidente la bolsa junto a él — esa que tiene dentro los zapatos tan bonitos que su papá compró a Jongdae y un juguete de Chanyeol — Sehun se las ingenia para bajar y recoger lo que ha tumbado, esperando que Minseok no vaya a tardar en volver y andando a gatas bajo el sofá para encontrar también el carrito que Chanyeol pidió y que sacó del empaque con permiso de Yi Fan.
Paso a pasito, Sehun se aleja del sitio mientras rebusca bajo las ropas el carrito azul de su hermano mayor, porque sabe que si no lo encuentra, Yeol se molestará y si algo detesta el menor de los Wu, es saber que uno de sus hermanos está enojado con él.
Atrás, volviendo con sus hermanos tomados de su mano y riñéndoles poquito porque «Les dije que papá nos prohibido irnos sin él» Minseok casi siente ganas de llorar cuando al advertir sus bolsas, repara en el hecho de que una ha sido volcada y que su pequeño bebé ha desaparecido de su asiento.
Entonces, justo cuando el llanto ya está en sus ojos y las miradas de Jongdae y Chanyeol todavía permanecen fijas en él, Yi Fan aparece riendo con Jongin, quien parece estar feliz y volviéndose hacia ellos para decir que:
— Ahora no pueden quedarse atrás. Nini se veía realmente guapo con su trajecito nuevo —
— ¡Bàba! ¡Bàba! ¡Perdón, bàba! — lloriquea Minseok al soltar a los otros dos y echar a correr donde su padre, que se detiene al sentir sus brazos engancharse directo en su cintura.
Quizás, si Minseok fuera un niño llorón o si se dejara molestar como los más pequeños que él, Yi Fan habría podido creer que aquello era algo bastante normal, no obstante, le basta un segundo para contar a sus hijos y reparar en lo que ha hecho llorar a su hijo mayor:
— ¿Y DÓNDE ESTÁ, SEHUN? —
🎄 Continuará... 🎄
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top