Amistades vs. Relaciones amorosas

Amistades vs. Relaciones amorosas 

—¡¿Estás demente, Lara Foster?! —Gritan a coro mis dos amigos.

Cielos, si la pantalla de la computadora no nos estuviera separando, estoy segura que Maise es capaz de arrojarme algo en la cara.

—Okey, vamos a respirar profundamente —dice Maise.

Al parecer esta video llamada ha sido un error, ¿qué clase de amiga les da la noticia a sus amigos desde aquí? Exacto, solo yo.

—Tú eres la más alterada —le digo —solo será una salida, no sean dramáticos.

—Después de la primera salida, sigue la segunda.

—Y la tercera —concluye Daryl —pero en mi opinión, Lara, puedes hacer lo que quieras, Maise es la más dramática. Nosotros solo te apoyamos, ¿hello? Yo también estoy saliendo con alguien, ¿acaso no cuento?

—Gracias D —le arrojo un beso dándole la razón.

—Qué dicen tus padres al respecto, ¿eh? —Maise se cruza de brazos mientras acomoda sus piernas encima de la mesa e ignorando las palabras de nuestro amigo.

—Mi mamá ya lo sabe y papá, bueno, tengo planeado decírselo cuando termine de hablar con ustedes. Tranquilos, chicos, no es como si me fuera a casar con Rafael.

—Esperemos que no —murmura mi amiga.

—¡Suficiente, Maise Sinason!

Daryl aporrea una mano encima de su escritorio llamando nuestra atención, su ceño se frunce al igual que el gesto.

—Es todo, Maise, ya no quiero seguir escuchando tus quejas hacia todo el mundo, ¿acaso nadie más te agrada aparte de nosotros? Siempre quieres manipular nuestras amistades y eso amiga mía, no es correcto. Lara puede tener otros amigos y enamorados al igual que yo, claro, pero en mi caso, yo prefiero salir con chicas. ¿Qué te sucede?

El silencio se manifiesta entre los tres. Me he quedado boca abierta ante la reacción de Daryl, en cambio Maise asimila la situación con un gesto de molestia.

Ella siempre ha sido ruda y aún quisiera entender con más claridad esa actitud. No, nada malo ocurre en su casa, conozco a sus padres y ellos no son personas que perjudiquen a sus hijos.

—Dejamos en claro que nuestra amistad es primero y en segunda las relaciones y otros compañeros.

—Siempre será así —contesta Daryl y afirmo con un gesto de cabeza —pero, también necesitamos a nuestros compañeros para trabajar y ser más amistosos.

—Estoy cayendo en cuenta que solo los tengo a ustedes dos — menciono.

—Para, para, ¿acaso se están escuchando?

—Mais, es nuestro último año de preparatoria disfrútemelos como tal, haciendo nuevas amistades.

Maise parece molestarse y prefiere terminar la video llamada. El cuadro queda en azul señalando que se terminó.

—Eso fue bastante intenso —Daryl se ríe ante mi comentario.

—Ya se le pasará, Lara. Vamos a darle un tiempo para que asimile la realidad. ¿Me entiendes?

—Sí —suspiro —no creí que esto le molestara tanto, solo será una simple salida, me agrada mucho ese chico.

—Creo que esa es la razón, amiga. Tiene miedo de quedarse sola, de que pases más tiempo con tu conquista que con ella. Supongo que es parte de crecer, somos humanos y por lo tanto tenemos sentimientos hacia otras personas.

—No es mi conquista.

Lanza una carcajada y niega con la cabeza.

—Estás enamorada del chico, ya no lo sigas negando, no tengo la menor idea de cómo sucedió, pero algo en él te habrá llamado la atención, ¿o me equivoco?

—Fue tan rápido que no creo que sea eso.

—El tiempo es diferente para cada quien. Algunos se dan cuenta cuando pasa bastante tiempo o viceversa, se dan cuenta de inmediato. ¡Rayos! La charla con mis padres sí que me han servido para algo.

Hablamos un par de horas más, hasta que llegó el momento de hablar con papá con respecto a qué pasaría si alguien me comenzara a gustar, la verdad no tengo miedo de contarle a mis padres acerca de mis sentimientos, por más ridículo que se entienda, supongo que es normal.

...

—Um, ¿puedo pasar? —asomo la cabeza en la orilla de la puerta buscando a papá en su pequeña oficina, todo el lugar está repleto de libros y carpetas, casi nunca tiene tiempo para ordenar su espacio de trabajo.

Al verme me regala una sonrisa y con un ademán pide que pase.

—¿Qué sucede, cariño? Me dijo tu madre que quieres hablar sobre un tema importante. Soy todo oídos.

Dejo de mirar a mi alrededor y me dejo caer en el sillón, él alza una silla y se sienta quedando frente a mí.

Ya estoy comenzando a retractarme. Okey, debo respirar y exhalar, respirar y... ¡bien, aquí voy!

—Me gusta... Me gusta un chico de la escuela —digo serenamente y la sonrisa de papá se vuelve una línea vertical —¿Papá?

Enseguida lanza una carcajada demasiada escandalosa, sujeta su abdomen ante el dolor que generan sus carcajadas.
Supongo que cree que es una broma.

—Un segundo, cariño —se limpia una lágrima que ha logrado escaparse. Lleva ambas manos a sus rodillas y respira hondo —bien, lo siento por tal reacción, hija, es solo que no me lo creo.

—Era de suponerse —llevo la palma de mi mano hasta mi frente —al principio ni mis propios amigos lo creían.

—¿Y cómo pasó? ¿Hay algo serio entre ustedes?

—¡Eso trato de entender! Fue tan rápido, que... que, ¿por qué esto es tan complicado de explicar? Y no, no hay algo serio entre nosotros, solamente lo invité a salir.

Él se ríe y niega con la cabeza.

—Te entiendo a la perfección, también pasé por lo mismo cuando tu madre me empezaba a gustar, estaba demasiado nervioso para invitarla a salir, cada vez que la miraba sentía un revoltijo terrible en el estómago a punto de querer vomitar y desmayarme.

No es la primera vez que escucho la historia, mamá me contó su versión. Ambos se conocieron aquí en Oslo, papá era nuevo en la ciudad, venía desde la ciudad de Bergen para iniciar sus estudios en la universidad, desde entonces se quedaba en casa de una de sus tías mientras trabajaba y estudiaba a la vez.

Lo más curioso es que ambos no se conocieron en la escuela, sino en una cafetería donde papá trabajaba para ganarse unos billetes y poder costear sus estudios sin pedirle a su familia un centavo. Mi abuelo era muy serio y estricto en ese entonces quería que su hijo entrara al negocio de ventas y que abandonara su sueño de ser profesor de Ciencias.

Bueno, retomando lo del principio, papá se moría de los nervios cuando veía a la joven mujer (mi mamá por supuesto), asistir casi todos los días al lugar para pedir un café o una orden de waffles.
Él temblaba cuando tenía que apuntar la orden y mamá disfrutaba verlo nervioso.

Como quién dice, ella era tremenda.

En fin, de las miradas pasaron a las citas, ya que mamá fue quién se animó a invitarlo a salir (ya se imaginarán la reacción de mi pobre papá), de las citas a conversaciones sin fin y después de tres o cuatro años cuando ambos concluyeron sus estudios universitarios y consiguieron un buen trabajo, por fin se casaron.

—¡Papá! Esto es diferente.

—No te desesperes, Lara. Sigue siendo tu misma, salgan, conózcanse, sabes que todo llega a su tiempo, ¿verdad?

Asiento con la cabeza.

»—Correcto, espero que no descuides este último año si llegas andar con el chico, piensa muy bien en tus acciones, antes de actuar, ¿sí? Sé que eres bastante lista para darte cuenta.

—Siempre lo estoy tomando en cuenta, no hay que preocuparse, papá, gracias —lo abrazo con fuerza y él me envuelve también entre sus brazos —por un momento creí que ibas a ponerte como loco y no pudiéramos charlar.

—¿Uh? De todas maneras, tengo un bate respaldándome y listo para defender a mi familia.

—¡Papá!

—¡Es una broma, cariño! O tal vez no.

¡Nos estamos leyendo! ♥





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