Amigo del alma
Amigo del alma
Estoy en la espera del impacto, pero no llega. Abro un ojo para averiguar lo que sucede.
Puedo escuchar el cuchicheo del resto de los alumnos, pero hago caso omiso a sus palabras. Fred se levanta con rapidez de la mesa cargando su mochila entre sus hombros para quedar a mi lado.
—¡Déjame ayudarte!
—¡No vayas a golpear a alguien! —Un chico llega rápido a sus espaldas y la sostiene de los hombros —Mais.
—Solo déjenme en paz.
—F-Fue un accidente —la chica pasa a mi costado ignorando mis palabras.
La veo irse con prisa hasta salir de la cafetería, seguidamente le sigue su amigo y Fred.
No tengo otra opción que recoger el desastre.
—Oye, tranquilo. Lo puedo arreglar —alzo la cabeza manteniendo las dos rodillas en el suelo. Lara me regala una sonrisa pequeña y me ayuda con la charola.
Me percato que mi hermana se nos ha quedado mirando de manera cómplice y pícara. Con un gesto con la cabeza se despide dejándome al borde de la vergüenza.
—¿Recibiré una paliza de su parte?
Ella hace un gesto de duda y luego niega con la cabeza de manera divertida.
—Maise no es capaz ni de golpear a una mosca, su apariencia puede parecer temible, pero no lo es. De verdad, yo me encargo de la situación.
—Pero tengo que pedirle disculpas. Yo no puedo dejar las cosas así.
Me siento mal.
Solo espero que mi mejor amigo no quiera asesinarme por lo sucedido. Soy un terrible amigo.
—¿Así qué participarás en la semana cultural? —Me pregunta cuando ya estamos fuera de la cafetería en busca de su amiga.
Con asombro la miro por el rabillo de mi ojo.
—» Lo supuse cuando se me vino a la mente que estás en el club de música, ¿no es acaso genial que la escuela apoye el arte?, sé que son de las pocas escuelas en el país que lo toman en cuenta y así dejan a un lado, aunque sea el deporte. No quiero decir que los deportes no sean importantes, sin embargo...
—Sin embargo, las artes nos sensibilizan —concluyo —lo sé, me gustaría que más personas se unan en esta causa. Y respondiendo a tu pregunta, sí, participaré en un evento después de clases.
—Entonces, no faltaré —me guiña un ojo con rapidez y nos detenemos frente a los vestidores —Mais debe estar aquí.
—Puedo esperarlas.
—No hace falta —lleva una mano hacia mi hombro izquierdo y ladea la cabeza —de verdad eres un buen tipo, Rafael. Me gustaría ser así.
¿Así cómo?
—¿Alguien bueno? —Lara asiente borrando su sonrisa —no soy del todo bueno, también tengo mis defectos.
Aleja su brazo con lentitud mientras medita mis palabras. Creo que nadie en este mundo es del todo bueno, todos tenemos defectos que nos hacen únicos y diferentes.
—Quizá, pero ante mis ojos lo eres —dicho estás últimas palabras ella se da media vuelta para luego empujar la puerta del vestidor, aunque al instante se detiene —iré a verte, suerte.
—Gracias —contesto seguro y feliz.
...
No hay muchos lugares donde él pueda esconderse, así que solo se me viene a la mente uno.
Bien, tengo que arreglar esta situación tal vez necesite chantajearlo un poco, ya sé que no es la manera correcta, pero, ¿qué más da? Estamos hablando de Fred.
Antes de ir al cuarto de limpieza paso a la máquina expendedora donde solo hay frituras y galletas. Unos cheetos bastarán, eso espero, de lo contrario tendré que sacrificarme comiéndolos.
Sigo mi camino hasta llegar a la puerta que se encuentra cerrada y apoyo mi espalda contra esta.
—Fred, hermano, sé que te encuentras adentro sentado en un rincón abrazando los botes aromatizantes que tanto te gustan —guardo silencio por un momento antes de continuar mientras algunos alumnos pasan ignorando mi presencia gracias al cielo —perdóname, ¿sí? Fue un accidente, nunca fue mi intención dejar en vergüenza a la chica que te gusta, Maise.
Con lentitud dejo que mi espalda comience a deslizarse hacia abajo aún apoyado en la puerta y manteniendo las rodillas flexionadas evitando caer de un sentón.
—»Traté de hablar con ella, pero necesitaba estar a solas con Lara. ¿Fred?, ¿en serio vas a dejar de hablarme por eso? Te he traído una bolsa de Cheetos, son tus favoritas a pesar de que te diga que son dañinas.
—¿Tú a solas con Lara?
¡Já...! ¿Qué?
—¡No! No quise decir eso, me refiero a que Maise necesitaba estar a solas con Lara —digo alardeado —en fin, ¿vas a salir?
—No, me quedaré aquí es agradable.
—¿Ni por los cheetos?, ¿tampoco irás a verme en el auditorio? —Fred no vuelve hablar, lo cual solo me deja una opción: cantar —Tú eres mi hermano del alma realmente el amigooo.
—No puede ser —susurra. Ya hasta puedo imaginarme la cara de fastidio que ha puesto.
—Que en todo camino y jornada está siempre conmigo. —escucho sus quejidos y me rio —Aunque eres un hombre, aún tienes el alma de un niño... Vamos Fred, no me dejes cantando solo.
—Cantas espantoso, ¿lo sabes?
—Sí, pero no importa. ¿Qué esperas?
—Aquel que me da su amistad, su respeto y cariño —concluye la última estrofa y escucho como comienza a mover la perilla de la puerta y me aparto para que pueda salir.
Mantiene la cabeza cabizbaja y le muestro los cheetos.
—Lo voy a tomar, pero me ofende muchísimo —sonríe y asiento feliz.
l
Comenten que les pareció el capítulo de hoy.
¿Cómo se sintieron?
Gracias, gracias por seguir aquí y aguantando mis ideas locas.
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