XI.- Percy

A-D-V-E-R-T-E-N-C-I-A:

Este capítulo es algo, emmm... "sensible". 

Puede tener contenido sexual implícito. 

Si no te gusta, o no puedes leer contenido "hot", te recomendamos saltártelo y seguir con los demás capítulos de la novela:)

Una vez más, gracias por todo el apoyo, comentarios y votos que le dan a la novela, son muy importantes para nosotros y nos inspiran a seguir escribiendo.

¡Que disfruten la lectura!

Atte:

-Nikky y Fer

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Capítulo XI 

Percy

 

Esta noche tenía que ser especial.  

Tenía todo preparado, velas con olor a vainilla (sus favoritas), y tenía pequeñas sorpresas preparadas para ella.  

También me aseguré de tener, uh... ¿Protección? ¿Así se le dice? Porque, la amaba, y quería tener hijos, pero teníamos 24 años, quería que estudiáramos, viajáramos, quería vivir con ella mucho antes de ser padres. Llegamos a la cabaña, estaba nervioso y emocionado... Era un tipo diferente de emoción, no como en la boda... Simplemente quería hacer las cosas bien.

Entramos a la cabaña, Blackjack se fue relinchando un: ¡Suerte, jefe! 

... 

La cargué hasta la puerta, y aunque en realidad no era nuestra casa, quería empezar haciendo eso, era una tradición.  

-Bienvenida, sra. Jackson.-la bajé en la entrada-. 

Ella no me respondió, se limitó a acercarse y besarme. A penas pude cerrar la puerta, y ella ya me estaba quitando el corbatín. 

 Woa, esperen, paren un poco, ¿estaba ella tomando la delantera? 

La tomé por la cintura y la agarré, ella enredó sus piernas en mis caderas y continuó el beso, esta vez mucho más rápido, entre jadeos, y gemidos. De vez en cuando se me escapaba un sonido detrás de la garganta, pero, definitivamente, no quería que ella parara.

Cada toque, cada beso...  

Ella causaba algo en mi, definitivamente lo hacía.  

-Te amo, Perseus Jackson.-dijo, jadeando y tratando de toma un poco de aire-.  

-Te amo, Annabeth Jackson.-le respondí-. 

Y era verdad, era lo más verdadero que le había dicho a alguien. La amaba como un loco. 

Nos guié a los dos hasta la habitación, entre besos y gemidos, la tomé y la recosté en la cama.  

Ella era tan malditamente hermosa.  

Su cabello caía en cascada sobre su rostro, sus ojos... Sus grises y tormentosos ojos brillaban con deseo, algo nuevo, algo que era sólo para mi. Ella acercó su cuerpo al mío, y empezó a sacarme el saco, y luego la camisa. Botón por botón, y ya tenía el pecho descubierto.  

-Mi turno.-susurré a su odio y deslicé mi nariz por su cuello, plantando pequeños besos en su suave piel. Nos sentamos en la cama, y yo me giré para poder bajar el cierre de su vestido. Y el maldito cierre se atoró. -Emmm... ¿Annie? ¿M-me ayudas? -dije, algo apenado, y Annabeth río-.  

-Claro, Sesos de Alga.-desatoró el cierre y yo seguí bajándolo-. 

¿Ya dije lo malditamente hermosa que era? Su piel, su olor... Oh, y un nuevo desafío. Su sostén, eh... El temor de todos los hombres. Aunque con eso tuve más suerte, y pude sacárselo más rápido. Luego ella se giró hacía mi y...  

Su cuerpo era tan perfecto. Sus pechos llenos, redondos, y hermosos. Su cintura pequeña y su cadera ancha... Ella me sonrío y se acercó a besarme.  

¿He dicho lo mucho que la amo? 

 ...  

Ella quitó mis pantalones, yo sus bragas, ella mis boxers.  

Eramos piel contra piel. Y no había mejor sensación en el mundo que esa, estando ahí, con ella. 

 ...  

Recorrí su cuerpo con besos, planté uno por uno, en cada lunar, en cada espacio.  

...  

La sensación, oh, dioses, los gemidos, su voz, ella... 

 ...  

Un poco más, sólo...  

...  

Ella era hermosa. Perfecta. 

 ... 

 Gritó mi nombre, y caímos rendidos. Respirábamos pesadamente. Ella se recostó contra mi pecho y lo besó. 

 -Definitivamente quiero más de esto, Sesos de Alga.  

-Tenemos toda una vida, Chica Lista.-besé su frente, y ella se durmió-. -Te amo, Annabeth Jackson.-susurré por última vez, terminando la mejor noche de mi vida-. 

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