Querido tú, si estás leyendo esto, ALÉJATE. Sabes bien que no me gusta que leas lo que escribo.
Y si aún contra eso, decides arriesgar tu vida y echarle un vistazo, necesito que seas consciente de que no escribo por ti, sino por mi.

Escribo para olvidarte.

Escribo porque esta es mi única manera de alejar los sentimientos que se me amontonan en el pecho impidiéndome respirar.

Escribo porque sé que ahí afuera ha de existir alguien con el corazón igual de roto que yo, que necesita unos cuantos consejos para el mal de amores.

De todos los libros que te he escrito y todos los poemas que te he dedicado, este en especial no es para ti.

Esto es para mi.

Esto es para arrancarte de raíz.

Y si después de leer unas cuantas cosas te decides en hablarme, por favor no lo hagas. Porque aunque me esté muriendo de ganas por recibir un mensaje tuyo, también sé que eso destrozará todo el avance que he hecho en aliviarme de ti.

Querido tú, cuando mi joven corazón te dedicaba poesía jamás creyó que llegaría el momento de dedicarte un adiós. Y este es.

Para todos los que se fueron con el amor intacto y el corazón destrozado.