Cambio
https://youtu.be/08AicqtTPyU
Durante la mañana del día siguiente Sheng fue a visitar a Ludmilla en la enfermería— ¿Cómo te encuentras?
— Como ayer —le contesta en tono de broma— las cosas no cambiaran mucho de un dia para otro.
— Tienes razón, venía a hablar contigo respecto a April —la voz de Sheng suena preocupada.
Ludmilla se sienta en su cama— ¿Le sucedió algo?
— No, quiero decir, no directamente —se sienta en la cama de la capitana— en la última misión, uno de los que estaba con nosotros murió.
La cara de la mujer muestra molestia— Así que no debe estar muy bien anímicamente.
— Estaba pensando en eso, quizá podrías salir de acá para hablar con ella.
— Me encantaría, pero tengo un pequeño problema —Ludmilla le muestra una esposa amarrada a una de sus muñecas— al parecer no quieren que me levante.
— ¿¡Que?! Pero ¿¡Cómo se atreven!? —mira a todas partes para ver si alguien del personal lo escucho— ¿Por qué hicieron eso?
— Desde que tengo movilidad he aprovechado para ir a la sala de tiro y practicar —se vuelve a acostar— supongo que les agote la paciencia
— No tienes remedio, tratare de hablar con ella para que te venga a visitar, así conversan del tema.
Lamentablemente ese día no pudo encontrar a April, según indago, ella pidió unos dias fuera de la base.
Con el pasar de los días todos los que estaban en la enfermería fueron dados de alta, en virtud de ello el jefe central los reunió para una celebración en la sala de descanso.
— ¡Me enorgullece poder verlos a todos en pie! —dice levantando un vaso de gaseosa— me encantaría que el contenido de los vasos fuese alcohol, pero no puedo embriagar a toda la base.
Las carcajadas se escuchan por todas partes, la actitud del hombre aligera el ambiente de la base, sin duda es alguien a quien todos respetan.
— Han sido tiempos duros, hemos perdidos a compañeros y amigos, algunos han saludado a la muerte y para alivio de todos, se han despedido de ella, me enorgullece anunciarles que estamos avanzando, nuevas armas y protecciones les seran entregadas cuando salgan nuevamente al campo de batalla.
Todos escuchan con atención, algunos murmuran emocionados, existen rumores de que se preparan más despliegues de satélites.
— Ahora disfruten, este es el comienzo de nuestro contraataque, demostraremos que nadie puede erradicar a la raza humana.
La celebración estalla, mientras todos comen y comparten, Shaojie y Ludmilla notan algo extraño en el hombre, se miran y al instante siguen al jefe central que está abandonando la sala.
— No tiene que ocultarnos cosas a nosotros —dice la capitana— sentimos que nos está ocultando algo.
El hombre saca una botella de Vodka, le da una mirada antes de abrirla— Esta botella me la envió el embajador se Rusia, era su manera de "mostrar" apoyo al proyecto.
Ludmilla se preocupa al instante— ¿Que sucede con mi país?
El hombre abre la botella y coloca el líquido en el interior de un vaso— Rusia ha decidido abandonarnos, se molestaron a causa de que no les envié un satélite.
— ¿¡Que?! —la Capitana da unos pasos adelante, acercándose a su superior— no puedo creerlo, esto es absurdo.
— Lo mismo pensé —coloca el vaso en la mesa— pero así están las cosas.
— ¿Cuantos países quedan dentro del proyecto? —pregunta preocupada.
— Quinces países, pero se ha llegado un acuerdo que solo aquellos que tengan satélites están obligados a enviarnos dinero, el resto nos dará apoyo anímico.
— Así que solo disponemos financiamiento de cuatro naciones —dice Ludmilla mirando el holograma de la tierra.
— Eso... —la voz de Shaojie suena rasposa y pausada— no cambia... lo que debemos... hacer.
— Así es —dice el jefe central caminando hacia un enorme estante— debemos ganar la guerra con lo que tengamos y para ello usaremos esto.
Al interior de este se ven las nuevas armaduras, además de pistolas que no funcionan con balas, más bien disparan laser.
En la noche del día siguiente la alarma de invasión se hizo escuchar en toda la base, como de costumbre lo siguiente fue el llamado de las personas encargadas de ir al campo de batalla.
El primer nombre en escucharse fue el de April, seguido por Chris, Jose y Binta. Al instante Ludmilla se fue al hangar del skyranger, por alguna razón no había encontrado a su amiga en todo este tiempo y el jefe central siempre tenía la misma respuesta "Me pidió que guardara el secreto"
En el hangar se encontró con su amiga, preparándose para abordar— April, espera.
— Ludmilla—dice fríamente— ¿A qué se debe la visita?
— ¿A qué se debe? —trata de ocultar su inquietud para sonar agradable— me tenías preocupada.
— Lamento si te preocupe —dice cortante— estoy bien, ahora tengo una misión que cumplir, así que hablamos al regreso.
La Capitana se queda helada, la mirada de su amiga se siente fría, como si algo dentro de ella hubiese muerto, no cabe duda que ha cambiado pero su mayor miedo es que el cambio sea negativo.
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