Y eso es lo único que comparten.

—Me está doliendo la cabeza.

—No puedo más con mi vida.

—No iré a otra fiesta. Jamás.

—No vuelvo a beber.

—¡No se sienten en mi mesa!

Los nueve chicos alzaron la cabeza al escuchar el grito que pegó Jennie. Su ceño fruncido y los ojos dolidos, fue una realidad cruda para ellos.

— Lo sentimos. Era lo costumbre.

Hoseok tocó su nuca en un movimiento apenado. Jennie negó con la cabeza.

—Vayan de vuelta a su mesa. Quiero estar sola.

Y como si hubiese sido una orden, todos se levantaron. Quejidos por su resaca aún presentes.

Pero... una persona se quedó.

Jennie ni siquiera se había dado cuenta. Estaba muy inmersa en sus cosas. Muy inmersa en no romperse a llorar justo ahí.

Kim Jisoo lo notó. Vio como la menor apretaba sus labios en busca de fuerza y motivación para seguir siendo fuerte. Se dio cuenta de que sus ojos estaban húmedos, a punto de soltar las primeras lágrimas.

— Jennie.

Alzó la mirada al instante. Casi asusta a Jisoo.

No esperaba que ella se quedara. No después de lo que ha pasado y menos, con lo que se habían dicho.

Ella no esperaba nada de nadie, para este punto.

— No vengo a pedir disculpas o algo parecido.

Jennie quiso sonreír. Extraba que fuese así de directa para todo.

— Quiero hablar de Yoongi.

Jisoo notó como la menor se había tensado ante su mención. Pero lo dejó pasar. Era más importante hablar de aquel tema. Jennie tenía que saber.

— Él no está bien.

Jennie sonrió levemente. Ella tampoco lo estaba y a ellos parecía no interesarles.

— Anoche cuando se enteró de lo que Jungkook te dijo, se puso como loco. Nunca había bebido o fumado de esa manera, Jennie. Estaba mal. Está mal. Ni siquiera vino hoy. Sabemos que se irá de fiesta toda la semana. No le importará nuestras palabras o consejos. A la única que escuchará es a ti.

— ¿A mí? Ni siquiera le importó lo que dije en la otra fiesta. Prácticamente no somos nada ahora, Jisoo.

— Él te ama.— Soltó. — Te ama más que nada, Jennie. Pero simplemente necesita que lo escuchen. Yoongi no se metió a todo esto por gusto.

— ¿Ustedes sí?

— Sí. — Admitió. — Sólo que abusamos. Él está aquí porque sabe que la realidad sería peor, Jen.

— ¿Y cómo se supone que voy a hablar con él si lo único que hace es irse de fiesta?

Jisoo suspiró. Insegura.

— Hoy habrá fiesta en su casa. Es a las diez. No faltes.

Jennie suspiró.

¿Debería?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top