-Pensé que no vendrías.

Yoongi saludó a Taeyong con un asentimiento de cabeza. No quería hablar mucho o hacer más de la cuenta, sólo venía a celebrar el cumpleaños de Hanbin. No iba a romper su promesa con Jennie.

-Hace rato no vienen aquí. Ni tú, ni los chicos se han aparecido en alguna se nuestras fiestas ¿Hicimos algo malo?

Negó con la cabeza, la mirada gacha.

-Sabes por qué nos fuimos.

Taeyong bufó, recordando todo.

-Es cierto ¿Cómo lo pude haber olvidado? Manoban murió de sobredosis. Mala mía, hermano.

Yoongi quiso vomitar cuando la mano grande del chico sacó un porro. Justo en frente de él. Más cuando sabía que él había salido de rehabilitación hace un par de semanas junto a los chicos.

Al parecer no le importaba.

-Espero no te moleste.-Dijo mientras aspiraba.

Yoongi sintió las manos picar.

Tú puedes. Eres fuerte. Tienes fuerza de voluntad. Hazlo por ti. Por Jennie.

Por favor no la defraudes.

Pero, si tan sólo él...

-¿Cómo están los chicos?

Taeyong quiso sonreír socarrón al notar que Yoongi mantenia la mirada fija en el porro que sostenía.

-Están bien.-Respondió después de aclararse la garganta.-Hemos vuelto a ser igual de unidos que antes.

-Me alegra.-Susurró.

Yoongi respiró profundo cuando el humo salió de la boca de su amigo. Y mierda, él lo quería. Demasiado.

Pero eso le había quitado tantas cosas. Una de sus mejores amigas se había ido por esa maldita adicción. Casi pierde a Jennie. Por poco se jode la vida.

¿Em verdad quería volver a ese hoyo negro?

-¿Gustas uno?- Sus ojos captaron un porro que Taeyong le había tendido.

Lo primero que pensó fue que su amigo era un hijo de puta. Después, que las circunstancias no eran las mejores. Y que si lo hacía una vez, no volvería sus andanzas.

¿No es cierto eso?