-¡No soy mi padre!- [Lerik]
Notas: Ningún personaje me pertenece, todo es obra de Stan Lee y Jack Kirby, Marvel.
Advertencia: Headcanons. AU. Pareja homosexual (insinuación).
-¡No soy mi padre!-
Frustrante.
No había otra palabra que alcanzara a describir lo que implicaba para David el estar cerca de Erik, y cada segundo ello solo se hacía más evidente, martillando en su cabeza como el inicio de una creciente jaqueca mientras observaba el semáforo con cierta ansiedad.
Dios ¿En qué había estado pensando cuando aceptó acompañarlo a comprar? Si bien era cierto que el motivo detrás de todo era asegurarse de tener hasta el último detalle listo para el regreso de su padre de su última conferencia, hacía ya tres semanas que no lo veían a excepción de una simple webcam, pero aun así no dejaba de pensar que debió ser mejor dejar a los mellizos o Lorna ir con el magnetista.
Su relación nunca fue buena y ello no iba a cambiar hoy, de eso no le cabía la menor duda cada vez que los invadía un silencio incómodo dentro de la camioneta o que el burdo intento de charla por parte del mayor lo recibiese como un golpe directo a su estómago.
No es como si fuese algo nuevo, la relación con su padrastro siempre fue difícil, pero desde hace un tiempo lo era incluso más y los intentos del mayor por despejar tensiones no ayudaba, justo como ahora.
— Vaya, sí que hay mucho tránsito ¿Eh? – Hablaba con un tono evidentemente inseguro, sin apartar del todo su atención al volante y ocultando que ver al joven evitar el contacto visual consigo le incomodaba.
— Supongo.
Desde que salieron de la mansión, el telépata había estado observando el cristal de la ventana en todo momento, apenas respondiendo de manera vaga cada tanto y perpetuando la incomodidad entre ambos.
Eso para el adulto también resultaba decepcionante, y es que aunque ya tenía años en su relación con Charles, su trato con el hijo de éste simplemente nunca dio señales de mejorar.
Ni siquiera ahora que se supone estaban buscando hacer algo por el aludido.
Y por eso a veces aun intentaba hablar con éste para arreglar las cosas, pero el alemán no tenía idea de cuán complejo ello podría ser en realidad.
— David, sé que esto... No te agrada mucho, pero-
— No necesitas continuar, sé de lo que hablas. – Lo interrumpió el joven, adivinando el rumbo de todo mientras jugueteaba con las mangas de su propia ropa. No necesitaba ni leer mentes para hacerse una idea de lo que su padrastro intentaba, así que optó por ahorrar a ambos tal incomodidad. – Y no es que me desagrade, solo... Me duele la cabeza, no lo pienses tanto, Erik.
No es que aun me desagrades, solo... Siempre es igual.
Eso era lo que realmente quería decir, pero las palabras murieron en su mente, así como las propio magnetista que en un inicio no supo como tomar lo que acababa de oír, más aun así se permitió sonreír un poco.
Bueno, que David fuese solo un 70% de lo reacio que era diariamente ya era un progreso ¿No? Así como el tono verdoso del semáforo que les permitió avanzar.
Le daba cierta confianza, la suficiente para empezar a hablar y con ello, alimentar (sin saber) la incomodidad de su acompañante.
— Me gusta estar así de cualquier modo, preparando algo para tu padre. – Empezó antes de pisar suave en el acelerador, sin percatarse de la leve tensión que se hizo presente en los hombros ajenos. – Me recuerda a la universidad, cuando tu padre y yo éramos compañeros, y tu tía Raven...
Y ahí iba de nuevo, iniciando alguna anécdota en relación al telépata en sus años mozos, con aquella sonrisa de tiburón tan característica que ni siquiera el joven podría no apreciar gracias al espejo del medio.
Lucía tan estúpidamente feliz, como buen enamorado.
No. No me hables de él, por lo que más quieras no lo hagas.
David por su parte intentaba fingir que lo ignoraba, pero ka verdad es que oía cada palabra. No era de extrañar, y es que estaban a menos de un asiento de distancia y ello solo lo hacía peor.
Cada mención era más potente, cada recuerdo que despertaba era más real.
Y Erik solo seguía hablando.
— Fueron buenos tiempos. Charles siempre...
Ya sé lo bien que te llevas con él y lo mucho que lo adoras ¡Maldita sea! Estuve en su absurda boda hace años, presenciando todo desde primera fila ¡Yo llevé tus estúpidos anillos!
La jaqueca seguía creciendo, aunque por fuera no hacía más que morder sus labios con nerviosismo, dejando al hombre continuar su cháchara mientras suplicaba que llegasen pronto al supermercado para salir disparado del estacionamiento hasta la sección de pasteles.
Solo algo dulce ayudaría a menguar de su mente todo lo que éste pronunciaba, lastimando su corazón y de por sí, dudosa autoestima.
— Te pareces más a él de joven de lo que crees. Quizá solo...
No sigas... No me compares a él ¡No quiero ser él! ¡No quiero que tu lo veas a él en mí!
Erik tal vez no lo sabía, pero en realidad ayudaba más a su tensa relación guardando silencio y siendo el mismo de siempre; cuando no le estaba recordando al chico sobre su padre y lo mucho que siempre parecía ver en él solo una copia barata de Charles Xavier.
Si callara, todo sería mejor, y David tal vez podría olvidar el sentimiento amargo que había nacido en dirección de su padrastro de manera tan incomoda como una piedra en el zapato.
Si tan solo te odiara de nuevo... Todo volvería a ser fácil.
David no era Charles, y el que el magnetista lo supiera a pesar de lo que decía constantemente dolía más de lo que nunca se atrevería a expresar.
Notas finales: No me resistí a probar (?)
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