-Destinados- [DavidRuth]
Notas: Ningún personaje me pertenece, todos son obra de Marvel y Stan Lee.
Advertencia: Pareja heterosexual. Semi AU. Spoilers (maybe). Headcanons.
Aclaración: David Haller (Legión, hijo del Profesor X) x Ruth Aldine (Blindfold). X men Legacy.
-Destinados-
¿El destino verdaderamente existe?
Para alguien que tenía el poder de reescribir el universo de manera literal como lo era David Haller realmente aquello no debería de importar, pero es que en ocasiones su cabeza disfrutaba encontrar nuevas formas de molestarlo y las preguntas existenciales estaban a la orden del día cuando la soledad lo avalaba.
Y más aun considerando el hecho de que supuestamente su propio destino estaba marcado por la destrucción, el apocalipsis y la extinción de su propia raza; casi parecía una burla absurda sobre su propia y de por sí ya conflictiva vida.
¿Crisis universitarias? ¿Padres conflictivos? ¿Relaciones tóxicas? Siendo franco, todos esos problemas cotidianos lucían como minucias al lado de la latente posibilidad de quedar mal de la cabeza por la eternidad o destruir la única comunidad que quizás no lo hacía sentir tan raro y que su padre anhelaba proteger.
Y súmenle a eso vivir en una caseta casi vacía, poca ropa y nada encantador por si recibía alguna visita.
Gruñó, rodando los ojos.
¿Acaso podr- No. Mejor no tentar a la suerte con esa pregunta del diablo.
Tal vez debí hacerme con la cura de esta mierda cuando pude. Pensó, abrazando sus piernas en medio de un suspiro agotado y perdiendo la vista a una esquina del cuarto.
Consideró por un instante abandonar sus preocupaciones para ir a los rincones de su cabeza a ayudar a su inconsciente encontrar un orden, sin embargo una voz familiar lo trajo nuevamente a la realidad exterior ¡La tierna figura astral de su novia atravesando la puerta!
Y él... Todavía en sus fachas de dormir. Mierda.
— ¿David? Hey, te estab- ¡...!
El chillido de ambos lo dijo todo, así como el torpe intento del psíquico por aferrarse a un pantalón dejado al borde de la cama la noche anterior para cubrirse de una buena vez. La joven quizás no tenía ojos como tal, pero sus poderes aun le permitían "ver" en cierto modo y su propio pudor no podía con ello.
Mal día para reanudar su viejo hábito de dormir desnudo, pero es que no esperaba su visita en lo absoluto y planeaba dormir mientras cedía a su un consciencia de nuevo.
— ¡R-ruth! ¡D-dios, en un segundo! – En serio, a veces creía que su suerte solo existía por y para ponerlo en situaciones incómodas. – ¡Yo solo...! N-no suelo recibir muchas visitas.
— No. Perdona tú a mí, debí avisar. – Se apresuró la azabache a balbucear, intentando no voltear hasta que le avisaran y explicándose atropelladamente ante tal situación. – No has venido a la mansión últimamente y pensé en venir a verte y quizás... No sé, proponerte a ir por unos helados.
Vamos, no es que no apreciara sus citas astrales, pero se preocupaba por el continuo aislamiento al que sometían a su novio y la creciente necesidad de vitamina B que de seguro ya iba requiriendo. Además, escuchó de una oferta de 2x1 por parejas y no podían dejarla pasar solo por la obvia asociabilidad que compartían.
David por su parte apenas iba procesando la idea cuando le avisó de dejar de voltear, sintiendo aún su rostro arder, ahora más por la propuesta que por lo de antes.
— ¿M-me estás invitando a salir, señorita Aldine? – Que no se note su vago intento por sonar coqueto y confiado.
Ella rió, decidiendo seguirle el juego.
— Depende ¿Oiré un "Aye"?
— ¡Aye! Pero... ¿Está bien? – Tanteó con cierta dificultad mientras jugueteaba con sus bolsillos y recordaba la hora que era. Personalmente no le afectaba, pero con Ruth era distinto, ella aun estudiaba. – D-digo, tienes clases y yo soy como una especie de mala influencia que-
— Mi amor, tranquilo. – Lo detuvo, acercándose lo suficiente como para que sus dedos acallaran los labios del telépata y darse oportunidad de explicarse. – Las temporadas de exámenes ya terminaron y no veo un futuro catastrófico por un batido de vainilla con las galletas que te gustan.
Dios, solo imaginarlo con las mejillas recubiertas de migajas de chocolate hacían que el riesgo lo valiera, instándola en insistir y calmar sus preocupaciones innecesarias. Blindfold era una heroína responsable, pero tenía ciertas debilidades que incluían a su inusual pareja.
— Además, sé que un día verán lo que yo veo en ti.
— ¿Un p-perturbado mental de cabello bugueado que es hijo de su mentor?
Fue difícil distinguir si David bromeaba o no, pero de igual modo Ruth contraargumentó tal payasada.
— No, tonto. – Picó su frente, como un modo cariñoso de regaño. – Un chico dulce de cabello bugueado que intenta ayudar.
— Bueno, acerté a la mitad. – Balbuceó apenas logrando mantener su mirada sobre ella, aun apenado. – ¿Gané algo? A-aye...
Eso, las bromas ayudan a pasar la vergüenza, además de sacarle una dulce sonrisa a la chica, quien aprovechó la cercanía para besar su mejilla antes de partir.
Puede que solo fuese un gesto astral, pero resultaba más que suficiente para dejar a Legion con una sonrisa tonta mientras todo se volvía rosa a su alrededor.
Ah, amor joven.
— Te veré a dos calles de aquí en 20 minutos. – Avisó, despareciendo poco después junto a un gesto. – Cuídate, guapo.
— A-aye, te veo pronto. – Él igual la despidió, cayendo de sentón sobre su cama poco después en lo que se preguntaba cómo tuvo tanta fortuna para conocerla y la legión de su cabeza chillaba ante tanta cursilería revoloteando en su inconsciente antes de prepararse para su cita.
David no creía en el destino, especialmente con la naturaleza tan volátil que lo envolvía, pero sí creía que al menos en algún punto de su corazón estaba escrito que debía entregar su amor a Ruth Aldine, la persona más maravillosa que jamás creyó conocer entre la locura y un futuro incierto.
Notas finales: Realmente no encontré NADA en español y me dije a mi misma que eso no podía ser. (?)
En fin, nos leemos pronto ~
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