Primera Escena

En Noruega, dos hombres se encontraban arrastrando a una mujer muy ebria hacia un callejón. Allí comenzaron a desvestirla mientras ella realizaban inútiles intentos para sacarselos de encima entre balbuceos.

—Dejenla ir —habló una voz profunda y potente.

Los hombres voltearon y se encontraron con un sujeto de un metro noventa, con la cabeza cubierta por una capucha aunque se podía ver que tenía barba.

—Salí de acá, idiota —vocifero uno de los hombres.

—Dejenla ir —repitió el hombre mientras truenos empezaban a escucharse por el cielo.

—Este imbécil se quiere hacer el héroe —dijo el que se encontraba frente a la mujer—. Yo le voy a mostrar lo que le pasa a los héroes.

El abusador saco un cuchillo y camino amenazante hacia el extraño que se mantuvo en su lugar. El criminal se lanzo a apuñalarlo pero el hombre le atrapó la muñeca y de un apretón la rompió haciendo que el perverso varón gritara mientras otro trueno se escuchaba.

—¿¡Qué carajos eres!? —pregunto muerto de miedo el hombre pero la única respuesta fue otro trueno.

El extraño no dijo nada; Thor no dijo nada.

Segunda Escena

Habian pasado ya cinco años desde la primera misión de Los X-Men. Charles y Scott se encontraban charlando mientras paseaban por un pasillo.

—Le digo que necesitamos más miembros —dijo Cíclope.

—He visto a algunos mutante interesantes con la ayuda de Cerebro, no lo negaré —exclamó el profesor.

—¿Quiénes?

—Una es una mujer que controla el clima y otro es un mutante con garras metálicas y factor curativo aunque él me da cierta desconfianza.

—¿Por?

Pero antes de que el profesor pudiera contestar apareció Jean Gray notablemente preocupada.

—¡Tienen que ver esto! —exclamó alarmada la pelirroja.

Los varones se movilizaron hacia donde estaban los otros mutantes que se encontraban con la mirada clavada en las noticias.

—Oh, Dios mío —habló Xavier al ver el encabezado de la noticia y las imágenes de la misma.

Una enorme nave alienígena se encontraba sobre Metrópolis.